Tesis doctoral


IV.2.4. La antagonista femenina



Download 1,65 Mb.
bet26/32
Sana23.06.2017
Hajmi1,65 Mb.
#13559
1   ...   22   23   24   25   26   27   28   29   ...   32

IV.2.4. La antagonista femenina
La antagonista de la heroína suele ser una mujer de edad similar que compite con ella en el mercado matrimonial, prácticamente la única vía por la que ambas pueden acceder a su sustento y una cierta respetabilidad (véase el apartado “La exclusión económica de la mujer”, pp. 71-76). Además de dificultar la vida de la heroína, la antagonista femenina introduce un elemento de contraste que resalta las cualidades modélicas de ésta. Es experta en utilizar su belleza y su sexualidad para manipular a los hombres, con los que en un principio puede tener más éxito que la propia heroína (Tavor Bannet, 2000: 88-9). Además de menos bella que ésta, la antagonista suele ser envidiosa, maligna y promiscua, esclava de un deseo sexual del que la heroína parece carecer. Si bien transgrede el orden social en mayor o menor medida, suele ser hábil a la hora de mantener las apariencias. A pesar de ello, a través de su figura se reafirma la convención de castigar el vicio y premiar la virtud y más si tenemos en cuenta que la figura de la antagonista suele estar acompañada de connotaciones demoníacas.

En casos excepcionales, el contraste existente entre la protagonista femenina y su antagonista no siempre es favorable a la primera. En The Perplexed Dutchess Artemia se erige como figura modélica frente a la “Amazona” Gigantilla. En Betsy Thoughtless las cualidades modélicas de Harriot Loveit le permiten convertirse en la primera esposa de Trueworth, que la prefiere a la inestable y caprichosa Betsy.

En Lasselia Mademoiselle Douxmourie es una mujer despechada que busca vengarse de De l´Amye por haber preferido a su hermana antes que a ella. Mademoiselle fracasa en un segundo intento por conquistarlo y desde entonces pone en práctica múltiples estratagemas para destruirlo. Él la describe como “a Wretch who wants but Opportunity and the Temptation of the Devil to be a Witch” (82). Es ella quien avisa del lugar en el que se encuentran juntos De l´Amye y Lasselia, con lo que causa su separación definitiva. Al verla, De l´Amye la llama “She-Devil” (91, cursivas en el original).

Por lo que respecta a The Perplexed Dutchess, la modélica Artemia supone el mayor obstáculo que encuentra Gigantilla para obtener los favores del duque. Urde entonces un plan para hacer creer a éste que Artemia es amante de Philemont. Ante esta calumnia, la joven pide justicia y reivindica su sentido del decoro y su reputación: “Allow me Virtuous, and let me be esteem´d guilty of all other Defects” (32). El duque la expulsa del palacio y Artemia, tras una enfermedad, se desentiende de las vanidades del mundo y se convierte en sacerdotisa de Vesta, labor que desarrolla con gran dignidad.

Otra antagonista femenina es la condesa de --, que rivaliza con Pamela cuando ésta ya se ha convertido en Mrs B. La condesa hace su aparición en Pamela II, significativamente en un baile de máscaras. Mujer de gran belleza, está disfrazada de monja y habla con Mr B. en italiano, idioma que conoce bien por haber residido en Italia. Cuando un tío suyo le recrimina que coquetee con un hombre casado, ella afirma, desafiante: “she had rather be a certain gentleman´s second wife, than the first to the greatest man in England” (289). Mr B., deseoso de ver a la condesa y a Pamela frente a frente, lleva a la primera a su casa y compara la belleza de ambas, mientras bromea con la posibilidad de la “poligamia” y de tenerlas para sí viviendo a una distancia de cincuenta millas. Pamela, consciente de la humildad de sus orígenes, ve en la condesa a la mujer con la que, en circunstancias normales, Mr B. debería haberse casado. Salvo en belleza, la condesa resulta aparentemente superior a ella hasta en su dominio del arpicordio o en su habilidad como amazona, aunque dicha superioridad se debe sobre todo a la desmoralización que sufre la heroína. Ante el cambio de actitud que advierte en su mujer, Mr B. parece interesarse más por la condesa. Ésta, que en un principio había prohibido a Mr B. visitarla al saberle casado, consiente luego en mantener con él “a kind of Platonic system, in which sex was to have no manner of concern” (327). Sin embargo, finalmente decide volver a Italia, y confiesa a Pamela que se había equivocado, “satisfied with my own innocence, I thought myself above being accountable to any body” (367). En Italia se casa con un “lord” inglés, y acompaña a Pamela y Mr B. en uno de sus viajes por Europa.
Sally Martin, una de las prostitutas de la casa de Mrs Sinclair, actúa en cierta medida como antagonista femenina de Clarissa, con la salvedad de que se trata de un personaje muy secundario. Procedente, al igual que la heroína, de un entorno acomodado, fue educada, sin embargo, en el lujo y el consumismo y había frecuentado desde su adolescencia lugares públicos tales como el teatro. Al conocer a Lovelace en un baile de máscaras, Sally cree encontrar al aristócrata sobre el que había leído en las novelas y con el que desea casarse. Resulta por ello una presa fácil. La crueldad de Sally hacia Clarissa se debe en parte a los celos; intenta demostrar que la heroína no es mejor que ella, por lo que espolea a Lovelace para que actúe. Su insensibilidad se demuestra en el hecho de que es Sally quien impide que Clarissa huya de la casa tras ser violada y en que, junto con Polly, pretende quedarse incluso con parte de su ropa, como relata Belford:

Had I not been there, Sally and Polly would each of them have taken to herself something of the poor lady´s spoils. This they declared: and I had something to do to get from Sally a fine Brussels lace head, which she had the confidence to say she would wear for Miss Harlowe´s sake. (Carta número 336, Mr Belford a Robert Lovelace, pág. 1.073, cursivas en el original)


Sin embargo, Sally siente luego grandes remordimientos al enterarse de la muerte de Clarissa, cuya superioridad finalmente reconoce:

She called her the ornament and glory of her sex; acknowledged that her ruin was owing more to their instigations than even (savage as thou art) to thy own vileness: since thou wert inclined to have done her justice more than once, had they not kept up thy profligate spirit to its height. (carta número 493, Mr Belford a Robert Lovelace, pág.1.378)

Tras la muerte de Mrs Sinclair, Sally y Polly continúan con el negocio hasta que muere en la casa un caballero de buena familia. Como no han sabido ahorrar, tienen que emplearse en otra casa de citas, y Sally muere “of a fever and surfeit got by a debauch” (epílogo, pág.1.491).


La antagonista femenina de Amelia es Miss Mathews, que seduce a Booth cuando ambos coinciden en una prisión londinense. De apariencia dulce, disfruta, sin embargo, recordando cómo ha asesinado al soldado Hebber, que la había seducido y abandonado. Al final resulta que éste sólo está herido. Miss Mathews defiende a Booth del alcaide de la prisión, que no se atreve a golpearla por notar en ella “much too great a spirit” (91). Intenta luego seducirle: “she cast a look as languishingly sweet, as ever Cleopatra gave to Anthony” (146, cursivas en el original). Miss Mathews paga entonces al alcaide para que no les separen a ella y a Booth por la noche, gracias a lo cual acaban manteniendo relaciones íntimas durante una semana. Planea luego comprar la libertad de Booth, pero la llegada de Amelia lo impide. Por despecho, inicia una relación con el capitán James, al que consigue distanciar de Booth mediante calumnias. Miss Mathews vuelve a coincidir con Booth en un baile de máscaras y consigue que la visite, pero sólo para despedirse de ella definitivamente. Acaba viviendo entonces con el coronel James, ya separado. A pesar de que está muy desmejorada y obesa, consigue que éste se someta por entero a su voluntad.
En The History of Betsy Thoughtless es Miss Flora, hijastra del tutor de Betsy, Mr Goodman, quien hace las veces de antagonista femenina. Envidiosa y despechada, busca desembarazarse de Betsy, que tiene más éxito con los hombres. Miss Flora da muestras de promiscuidad, pero al ser descubierta por Betsy con Gayland la acusa a su vez de inmodestia. Aparenta luego reconciliarse con la joven puesto que “she knew, that it was not by an open quarrel with Miss Betsy she could wreak any part of the spite she had conceived against her” (59). Miss Flora calumnia a la heroína en varias ocasiones e intenta indisponerla con Truewoth, del que ella misma está prendada. Inspirada por espíritus malignos, “to which she had yielded but too much the mastery of her heart, and all its faculties” (187), hace creer a Trueworth, mediante una carta anónima, que Betsy tiene una hija. Además, le cita en un parque y consigue seducirlo. Trueworth, tras descubrir sus tretas, la llama “Thou fiend in female form!” (402).

A pesar de las malas intenciones y las calumnias de Flora, es Harriot Loveit la auténtica rival de Betsy. Cansado de las frivolidades de ésta última, Trueworth encuentra en Harriot una joven que le impresiona tanto por su físico como por sus virtudes. Como él mismo le confiesa mientras le declara su amor: “When in the most enchanting form that nature ever made, is found a soul enriched with every virtue, – every grace, – how indissoluble is the chain! How glorious the bondage!” (327). Harriot encarna todo lo que Betsy debería ser y se casa con Trueworth. Tan sólo su repentina muerte le permite a Betsy una nueva oportunidad.


En Sidney Bidulph Mrs Gerrarde es la amante del marido de Sidney, Mr Arnold, al que arruina. Le convence, además, de que Sidney le es infiel con su antiguo pretendiente, Faulkland. La heroína asocia a Mrs Gerrarde con una figura diabólica: “like a persecuting daemon she urges on the ruin which she set on foot” (145). Para auxiliar a Sidney, Faulkland seduce a Mrs Gerrarde y la aleja de Mr Arnold. Esto permite que los esposos se reconcilien. Sidney explica así lo ocurrido: “he was led away from me by enchantment; nothing else could have done it. But the charm is broke, thank heaven!” (269).

Miss Burchell, sobrina de Mrs Gerrarde, resulta una antagonista más peligrosa para Sidney. Supuestamente seducida por Faulkland, del que tiene un hijo, había imposibilitado en su momento el matrimonio entre éste y Sidney. La heroína, que se compadece de ella al principio, acaba sospechando que Miss Burchell no ha contado toda la verdad. De hecho, se demuestra que ésta sufre una pasión desmedida por Faulkland, lo que la descalifica. Aunque acaba casándose con él, no tarda en serle infiel, precipitando la tragedia.




IV.2. 5. La familia

La mayoría de las novelas del siglo XVIII, especialmente a partir de la obra de Richardson, pueden ser descritas como novelas “familiares” y parecen articularse en torno a las tensiones existentes en el ámbito doméstico79. En el contexto de una cultura que había recurrido desde hacía tiempo, por ejemplo, al matrimonio para debatir la institución monárquica, la familia es utilizada como una metáfora que permite analizar cuestiones políticas y religiosas de la mayor relevancia; por ello, en un momento determinado, resultó igualmente útil cuando se estaba procediendo a renegociar, de alguna manera, la naturaleza, los derechos y las capacidades de la mujer (Backscheider, 2000: 29).

La familia le ofrece a la heroína una primera imagen del mundo, un microcosmos acogedor por vocación. En principio desempeña una función tutelar, aunque dicha tutela pronto se convierte en vigilancia de un tesoro vulnerable por definición. Por ello mismo, los guardianes se pueden convertir en carceleros, y ejercer su vigilancia no tanto contra terceros sino contra aquella a quien intentan aislar de lo que desea. En este sentido, la familia protege, pero también constriñe. La novela explora este poder coactivo. Así, la función principal que se le reserva a la familia es la de constituir un obstáculo para la relación amorosa (Fauchery, 1972 : 129-31). La familia que más plenamente realiza esta función formal es la de Clarissa, cuyos miembros dan muestras de una falta de sensibilidad tal hacia los sentimientos de la joven que llegan a superar al seductor, Lovelace (véase fig. 15, pág. 544). Ante la coacción y el chantaje sentimental a la joven heroína sólo le queda intentar influir en alguno de sus familiares apelando a su generosidad o compasión, pero el resultado suele ser que las figuras autoritarias ejercen todavía una mayor presión con el fin de mantener o restaurar el equilibrio familiar (Backscheider, 1979: 4 -5).

Además de cumplir una función formal en la novela, el conflicto en el seno familiar puede reflejar también las tensiones a las que la familia se vio sometida en la época a resultas de los cambios introducidos por el individualismo económico y el liberalismo político. Cada familia se replegó más sobre sí misma, y si bien es cierto que esto permitió un individualismo más “afectivo”, también lo es que el menor apoyo e intervención exteriores hicieron que la vida familiar estuviera más sujeta a los conflictos violentos entre marido y mujer, padres e hijos (Stone, 1977: 7).

Luce Irigaray, en su influyente This Sex which is Not One, afirma que la familia ha sido siempre el lugar privilegiado de la explotación femenina, pero que, desde un punto de vista histórico, ha sido concretamente el padre quien se ha encargado de alienar el cuerpo, los deseos y el trabajo de las mujeres y los niños al tratarlos como si fueran de su propiedad (1985: 143). Fauchery afirma, en este sentido, que es en la novela inglesa en donde el personaje del padre adquiere su significación plena, investida casi de divinidad, lo que explica por la profunda influencia bíblica presente en el ambiente protestante (Ibid.: 132). Sin embargo, hemos de tener en cuenta igualmente que son numerosas las novelas en las que la heroína carece de figura paterna, bien por no haber conocido a su padre, como Moll Flanders, o bien por haberlo perdido a temprana edad, como en el caso de Melliora, Fanny Hill, Amelia, Arabella, Betsy Thoughtless o Sidney Bidulph.
A pesar de lo expuesto anteriormente, el padre de Pamela, John Andrews, resulta un padre modélico que advierte a su hija en repetidas ocasiones del peligro que corre en casa de Mr B. Hombre de una cierta cultura, puesto que llegó a regentar un colegio, se ve reducido a unas condiciones económicas tales que no puede enfrentarse a un aristócrata como Mr B. Sólo le queda rezar y confiar en la eficacia de la educación que le ha dado a Pamela, que ésta agradece en diversas ocasiones:

There are those who, perhaps, would think such offers from such a man no dishonour, the more´s the pity: but you, my dear parents, have too well instructed me, to permit me to be of that mind. (171)

Tanto él como la madre de Pamela creen, en un momento determinado, que Pamela haría bien en aceptar la oferta de matrimonio de Mr Williams con el fin de evitar males mayores, pero confían, en última instancia, en su criterio:

But since you say you had rather not marry at present, far be it from us to advise you to act against your inclinations! So much prudence as you have shewn in all your conduct, would make it very wrong in us to mistrust it in this, or to offer to direct you in your choice. (198)

En el extremo contrario, el padre de Clarissa, James Harlowe Esq., se muestra implacable. Decidido a que la joven se case con Mr Solmes, una unión que le permitiría aumentar el valor de sus tierras, le prohíbe a Clarissa ver a Lovelace y le exige obediencia en los términos siguientes: “I will be obeyed, I tell you! – and cheerfully too! or you are no child of mine!” (carta número 8, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 65). Objetualiza a su hija hasta el extremo de afirmar “he had rather have no daughter in me, than one he could not dispose of for her own good” (carta número 20, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 109). Recurre también al chantaje sentimental, diciéndole a la joven que no se encuentra bien de salud y que morirá antes por su culpa. Asimismo, le llega a retirar el saludo, y deja el asunto en manos de los hermanos de Clarissa, James y Bella. Finalmente, cuando la protagonista parece haber huido con Lovelace, la maldice a perpetuidad. Aunque más tarde acaba retirando dicha maldición, no la perdona. Como le comunica Bella a Clarissa, “he will never own you, nor forgive you; and grieves he has such a daughter in the world” (carta número 378, Miss Arabella Harlowe a Miss Clarissa Harlowe, pág. 1.160).
Desencantado del mundo, el padre de Arabella, la protagonista de The Female Quixote, decide recluirse en un castillo. Fuerza a su hija al mismo aislamiento, no permitiéndole salir más que para cabalgar e ir a misa. Decide, además, casarla con su sobrino, Mr Glanville, lo que justifica así:

for, since you seem to be so little acquainted with what will most conduce to your own Happiness, you must not think it strange, if I insist upon directing your Choice in the most important Business of your Life. (42)


A pesar de que aparentemente se trata de una imposición, quiere contar con el consentimiento de Arabella: “however determined he appeared to her, yet, in Reality, he intended only to use Persuasions to effect what he desired” (42). Su repentina muerte impide que sea testigo de lo que tanto había deseado, la boda entre su hija y Mr Glanville.


Por lo que respecta a la figura de la madre, las novelas analizadas no ofrecen ejemplos de relaciones positivas entre madre e hija. La expresión plena de esto la encontramos quizás en Clarissa. Mrs Harlowe se nos presenta como una mujer de buena voluntad pero débil, atrapada entre el afecto hacia su hija, Clarissa, y la autoridad del padre. Representa, de hecho, un tipo de madre que constituye un instrumento particularmente eficaz de la voluntad paterna gracias a los lazos afectivos que la unen a su hija. Tampoco parecen ser las viudas mejores madres, a pesar de gozar de una mayor autoridad que una mujer casada. Viudas son la madre de Amelia y la de Sidney Bidulph, pero, significativamente, su influencia en la vida de sus hijas sólo puede ser descrita como negativa.

Anna Howe, la amiga íntima de Clarissa, se refiere a Mrs Harlowe como una mujer de múltiples cualidades que no podrá, sin embargo, guiar a su hija por estar sometida a la voluntad de su marido: “your mamma, admirably well qualified as she is to lead, must submit to be led” (carta número 1, Miss Anna Howe a Miss Clarissa Harlowe, pág. 40). Clarissa lamenta igualmente que su madre no tenga más capacidad de acción : “yet would she but exert that authority which the superiority of her fine talents gives her, all these family-feuds might perhaps be crushed in their but yet beginnings” (carta número 5, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 54). A pesar de algunos conatos de resistencia frente al padre, Mrs Harlowe nunca se opone a él una vez que ha tomado una decisión. Le pide entonces a su hija la misma pasividad con la que ella, supuestamente, ha mantenido unida a la familia: “You know, my dear, what I every day forgo and undergo, for the sake of peace.” (carta número 16, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 89). Su actitud hacia su hija, que le implora ayuda, es una mezcla inestable de ternura, severidad y cobardía. Clarissa no puede evitar sentirse desamparada: “I thought it was hard to be thus given up by my mamma” (carta número 17, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 96). Cuando Clarissa parece haber huido con Lovelace, ella es la única dispuesta a mandarle la ropa, las joyas y el dinero que la joven dejó atrás, pero, de modo significativo, el resto de la familia la ignora. A pesar de que Clarissa sigue justificando su comportamiento, Anna Howe emite un juicio más duro: “I pity nobody that puts it out of their power to show maternal love and humanity, in order to patch up for themselves a precarious and sorry quiet” (carta número 181, Miss Howe a Mrs Judith Norton, pág. 583). Tras la muerte de su hija, Mrs Harlowe confiesa finalmente su error: “I have been too passive, much too passive in this case! – The temporary quiet I have been so studious all my life to preserve has cost me everlasting disquiet!” (carta número 500, Coronel Morden a John Belford, pág. 1.396). Y le confiesa a Mrs Norton: “You was the dear creature´s more natural mother!” (carta número 503, Coronel Morden a John Belford, pág. 1.405, cursivas en el original).

Mrs Harris, la madre de Amelia, es una mujer viuda y autoritaria. En un principio se opone al matrimonio entre Booth y Amelia por la inferior posición social y económica de éste. Decidida a evitar que se sigan viendo, encierra a su hija en su habitación “where she kept her a close prisoner” (70). Tras la huida de ambos jóvenes, el Dr Harrison consigue hacerle cambiar de opinión puesto que existía un compromiso previo que se había de respetar, pero Mrs Harris sólo acepta con la condición de seguir manteniendo el control de la fortuna de su hija. Si bien le da a ésta las 50 libras que necesita para marchar a Gibraltar al lado de Booth, que ha sido herido allí, se niega a facilitarle más dinero “in order to supply the extravagance of a young rakish officer” (115). Sin embargo, al morir le deja a Amelia una fortuna, que su hermana retiene mediante un testamento falso.

Por lo que respecta a la madre de Sidney Bidulph, también viuda, su rigidez moral acabará perjudicando seriamente a su hija. Por otra parte, a causa de una decepción amorosa que sufrió en su juventud, su modo de plantearse el posible matrimonio de Sidney es eminentemente económico: “Great matters we have no right to expect; but a very good girl, as my daughter is, I think, deserves something more than a bare equivalent” (15, cursivas en el original). La joven confía ciegamente en su madre, como le confiesa a su amiga Cecilia:


I have been accustomed from my infancy to pay an implicit obedience to the best of mothers; the conforming to this never yet lost me an uneasy minute, and I am sure never will. (28)

Cuando Lady Bidulph parece aprobar a Faulkland como futuro marido de Sidney, llega a sus oídos la noticia de que había seducido a Miss Burchell con anterioridad y de que ésta tiene un hijo de él. Se niega entonces a dejar que el joven se explique, llevada por lo que podríamos denominar “solidaridad” con la joven seducida. Le dice, pues, a Faulkland:

I will never bring down the curses of an injured maid upon my daughter´s head, nor purchase her worldly prosperity at the expence of the shame and sorrow of another woman. (47)

Sidney sabe que no cambiará de opinión: “I know the universe would not induce her to change her resolution in regard to Mr Faulkland” (60). Se pliega, por tanto, a su voluntad, y rompe el compromiso. Con posterioridad, Lady Bidulph conoce a Miss Burchell en persona y no es capaz de captar su doblez. Sidney, que sufre un matrimonio desgraciado con Mr Arnold, va tomando conciencia de las limitaciones de su madre: “she is not extremely penetrating, and in general, but a superficial observer” (325). A pesar de todo, cuando su madre se encuentra gravemente enferma, Sidney la describe como “a tender parent, a faithful friend” (330).


En cuanto a la figura del hermano, éste suele ejercer prerrogativas paternas, ya sea porque el padre delega en él, como en el caso de James Harlowe, en Clarissa, o porque el padre ha fallecido, como en el caso de Thomas y Francis, hermanos de Betsy Thoughtless, y Sir George, hermano de Sidney Bidulph.

James Harlowe es maquinador, intransigente, cruel e incluso misógino. Uno de los motivos de su antipatía hacia Clarissa es que su abuelo le dejó a ésta, en contra de la costumbre, una herencia, algo que resulta inusual y supone que una parte de los bienes de los Harlowe se perderá cuando Clarissa se case. Por otra parte, si Clarissa contrae matrimonio con un aristócrata, como Lovelace, James tiene motivos para temer que sus tíos sigan el ejemplo de su abuelo y le legen a la joven su dinero, puesto que la reconocerían como representante de la familia (Brownstein, 1972: 52). Clarissa se convierte así, involuntariamente, en enemiga natural de un hombre que se caracteriza por “his natural imperiousness and fierce and uncontrollable temper” (carta número 1, Miss Anna Howe a Miss Clarissa Harlowe, pág. 39), si bien da muestras de cobardía cuando Lovelace le hiere en un brazo. Al volver de Escocia, se niega a que se considere a Lovelace como posible pretendiente de ninguna de sus dos hermanas, tomando una decisión que estrictamente debería haber correspondido a su padre. Clarissa lamenta que su padre delegue en “a plotter without a head, and a brother without a heart!” (carta número 9, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 65). James llega a utilizar la fuerza para poner la mano de Clarissa sobre la de Mr Solmes, insulta en repetidas ocasiones a la joven y, divertido, hace alusiones sexuales, a los “deberes” conyugales que Clarissa deberá satisfacer cuando se case. La joven le culpabiliza a él y a su hermana Bella de provocar su ruina: “they laid a wicked snare for me; and that I have been caught in it” (carta número 94, Miss Clarissa Harlowe a Miss Howe, pág. 373). Tras la huida de Clarissa y la traumática experiencia que sufre a manos de Lovelace, es James quien impide que Mrs Harlowe se acerque a cuidarla cuando se encuentra gravemente enferma. El primo de Clarissa, Morden, se refiere a él como “that hot-headed young man (who, as far as I know, has done more to ruin his sister than Lovelace himself) and this with the approbation of you all” (carta número 459, Mrs Norton a Miss Clarissa Harlowe, pág. 1.324, cursivas en el original). James se casa por ambición con una mujer que tiene que litigar para reclamar sus bienes, algo que finalmente no consigue y que garantiza un matrimonio desgraciado.

Betsy Thoughtless, huérfana, tiene dos hermanos: el mayor, Thomas, que está viajando por Europa, y el menor, Francis, que realiza estudios religiosos en Oxford. Éste último y Betsy “had been always extremely fond of each other” (45). Francis se preocupa realmente por el bienestar de su hermana, hasta el punto de batirse en duelo en para defender su reputación; le recomienda luego que contraiga matrimonio con su amigo Trueworth, decidido a verla “secured from all temptations, and well settled in the world” (100). Por el contrario, Thomas, al volver a ver a Betsy tras cinco años de ausencia la trata “with more politeness than tenderness” (216) y no le ofrece su casa cuando ella tiene que dejar la de Mr Goodman. Aunque Thomas ha vuelto a Inglaterra con una amante francesa, Mademoiselle de Roquelair, cree que sólo el comportamiento imprudente de su hermana puede perjudicar el buen nombre de la familia, por lo que insiste en que contraiga matrimonio con Mr Munden. Mademoiselle de Roquelair acabará siéndole infiel con éste, lo que supondrá también el fin del matrimonio de Betsy.

Otro hermano que adquiere un cierto protagonismo es Sir George, hermano de Sidney Bidulph. Como ambos son huérfanos de padre, es él quien asume ciertas prerrogativas paternas. Conoce a Orlando Faulkland en Alemania e insiste en que Sidney contraiga matrimonio con él. La madre de ambos, Lady Bidulph, delega en Sir George cuando Faulkland pide la mano de Sidney: “She, good and delicate as she is, referred him to Sir George” (32). Cuando se enteran de que Faulkland aparentemente ha seducido a Miss Burchell con anterioridad, Sir George no le da importancia y excusa a su amigo: “The best men, said he confidently, may fall into an error; and if you expect to find a man intirely free from them, you look for what is not possible in human nature” (43) Sin embargo, Sir George no consigue convencer a Lady Bidulph, que decide romper el compromiso entre los jóvenes. Dicha decisión viene motivada en parte porque ella misma había estado en su juventud a punto de casarse con un hombre que decidió cumplir la promesa de matrimonio que le había hecho previamente a otra mujer. El hecho de que Lady Bidulph no acepte, además, el doble rasero que en el terreno de las infidelidades la sociedad de la época aplica a hombres y a mujeres amenaza el control sexual que ejercen los primeros sobre las segundas. Por ello, en la obra se nos presenta esta insistencia en confrontar al hombre con sus debilidades como poco “razonable” y Lady Bidulph pasa de ser una madre responsable a una tirana que comete una terrible equivocación y le acaba robando a su hija su futuro (Chaplin, 2004: 93). Por su parte, Sidney, que no reconoce explícitamente su decepción, atribuye el disgusto que se lleva Sir George a su ambición: “My brother would sacrifice every consideration to aggrandize his family” (53). Sir George no acude a la boda de Sidney con Mr Arnold y evita relacionarse con ellos.

Cuando Mr Arnold acusa a Sidney de infidelidad y la expulsa de casa, su hermano se preocupa por el honor de la familia y se plantea batirse en duelo con él. Con posterioridad, intenta disuadir a su hermana de una posible reconciliación con Mr Arnold y sólo le demuestra alguna ternura cuando ella enviuda, pero vuelve a romper relaciones cuando ésta rechaza de nuevo a Faulkland. La mujer de Sir George, Lady Sarah, le oculta la desesperada situación económica de Sidney. A pesar de todos los desencuentros, al volver a ver a ésta Sir George le demuestra “strong tokens of brotherly love” (380). Esos sentimientos fraternales parecen reforzarse tras el desgraciado matrimonio de Faulkland con Sidney, hasta el punto de que ésta comenta: “My brother seems to have all his former affection for me revived in his heart” (454). Finalmente, tiene la delicadeza de pedirle a Cecilia, la mejor amiga de Sidney, que sea ella quien le comunique a su hermana que Faulkland ha muerto.
Otras figuras clave en la vida de la heroína son su hermana o su prima, que a menudo rivalizan con ella. Como explica Anna Howe refiriéndose a Bella, hermana de Clarissa, ésta es “an implacable rivaless rather than an affectionate sister” (carta número 15, Miss Howe a Miss Clarissa Harlowe, pág. 85). La hermana o la prima constituyen la antítesis de la heroína, a menudo tanto en apariencia física (suelen ser poco agraciadas) como en cuanto a sus cualidades personales. Conscientes de su propia inferioridad, actúan como mujeres envidiosas y despechadas, capaces de emplear las peores artes. Rivalizan con la heroína, en general, en el intento de arrebatarle al mejor pretendiente, aunque también pueden darse otros motivos, como en el caso de Betty, hermana de Amelia, que intenta hacerse con la totalidad de la fortuna de su madre.

En The Female Quixote la prima de Arabella, Charlotte, compite inútilmente con la heroína en el mercado matrimonial. Charlotte es consciente de que, a pesar de dedicar largas horas a arreglarse, no puede competir en belleza con Arabella ni aunque ésta vaya vestida de luto. Se tiene que contentar, pues, con intentar ridiculizarla a causa de su aparente locura. Enamorada de Sir George, observa mortificada cómo éste pretende a Arabella tanto por su belleza como, sobre todo, su fortuna. De hecho, las atenciones que Sir George le dispensa a Charlotte tienen como objetivo acercarse más a Arabella. Consciente de ello, Charlotte siente todavía mayor enemistad hacia su prima, y en vez de mostrarse reservada ante sus locuras las relata con gran indiscreción: “artfully disclosing the bent of her Cousin´s Studies and enumerating the many Absurdities they had made her guilty of” (322). Cada vez más convencida de que a quien Sir George pretende es a Arabella a pesar de las promesas que le ha hecho a ella, Charlotte se disfraza aparentando ser su prima y acaba provocando que su hermano, Mr Glanville, hiera gravemente a Sir George. Cuando Arabella y Glanville se prometen, Sir George hace lo mismo, resignado, con Charlotte, si bien la unión de estos últimos se basa más en la mutua conveniencia que en el afecto.


Otra figura que puede adquirir cierto protagonismo como contraria a los intereses de la heroína es la de la cuñada. Así, por ejemplo, el mayor obstáculo que encuentra Pamela para casarse con Mr B. una vez éste está dispuesto a tomarla por esposa es la temperamental hermana de éste, Lady Davers. Tras la muerte de Lady B., Lady Davers considera que Pamela es demasiado bella para servir en casa de un hombre soltero y se la quiere llevar a su residencia. Posteriormente, en vista del cariz que están tomando los acontecimientos, advierte a su hermano, por carta, de que ni se le pase por la imaginación casarse con “the dirt you seem so fond of” (293). En caso contrario, romperá toda relación con él. Por otra parte, sus principios no le permiten aceptar que Mr B. abuse de la joven, “a poor wench, whom my mother loved” (ibidem). Mujer dominante, obliga literalmente a su marido a escribir una carta a Mr B. que le causa a éste un gran disgusto. Cuando Lady Davers se encuentra finalmente cara a cara con Pamela, desconociendo que ésta ya se ha casado con Mr B, la trata de un modo humillante, insultándola y empleando incluso la violencia con ella. Como último recurso, intenta disuadir a su hermano mediante el llanto. Finalmente, al igual que los demás personajes, se rinde ante el encanto de Pamela y se muestra deseosa de leer sus escritos. Aunque sigue dando muestras de su fuerte carácter, como cuando le intenta imponer a su cuñada el nombre de sus hijos, se ofrece a acompañarla a Londres cuando la relación entre ella y Mr B. se deteriora a causa de la aparición en escena de la condesa.
Download 1,65 Mb.

Do'stlaringiz bilan baham:
1   ...   22   23   24   25   26   27   28   29   ...   32




Ma'lumotlar bazasi mualliflik huquqi bilan himoyalangan ©hozir.org 2025
ma'muriyatiga murojaat qiling

kiriting | ro'yxatdan o'tish
    Bosh sahifa
юртда тантана
Боғда битган
Бугун юртда
Эшитганлар жилманглар
Эшитмадим деманглар
битган бодомлар
Yangiariq tumani
qitish marakazi
Raqamli texnologiyalar
ilishida muhokamadan
tasdiqqa tavsiya
tavsiya etilgan
iqtisodiyot kafedrasi
steiermarkischen landesregierung
asarlaringizni yuboring
o'zingizning asarlaringizni
Iltimos faqat
faqat o'zingizning
steierm rkischen
landesregierung fachabteilung
rkischen landesregierung
hamshira loyihasi
loyihasi mavsum
faolyatining oqibatlari
asosiy adabiyotlar
fakulteti ahborot
ahborot havfsizligi
havfsizligi kafedrasi
fanidan bo’yicha
fakulteti iqtisodiyot
boshqaruv fakulteti
chiqarishda boshqaruv
ishlab chiqarishda
iqtisodiyot fakultet
multiservis tarmoqlari
fanidan asosiy
Uzbek fanidan
mavzulari potok
asosidagi multiservis
'aliyyil a'ziym
billahil 'aliyyil
illaa billahil
quvvata illaa
falah' deganida
Kompyuter savodxonligi
bo’yicha mustaqil
'alal falah'
Hayya 'alal
'alas soloh
Hayya 'alas
mavsum boyicha


yuklab olish