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sociales para descubrir y hacer inteligibles los
problemas asociados con la
fe, la creencia, el estigma, la fidelidad o la ideología. Es decir, con aspectos
conectados con la identidad en el plano de situaciones conflictivas y muy in
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trincadas que entran en el terreno de la cultura simbólica y de los intereses
materiales.
En este sentido, se vincula a las tradiciones historiográficas y antropológi
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cas nacionales e internacionales que hacen gala de una útil interdisciplina-
riedad y de una apertura teórico-metodológica imprescindible para conocer
y comprender procesos culturales complejos vinculados a la identidad de los
pueblos, a su modo de vida y a la manera como sus esquemas simbólicos in-
teractúan o entran en conflicto en el fragor de la lucha política o por razones
ideológicas o económicas.
Esto ubica los ensayos de este tomo en la línea del
conocimiento denso que
pretendió siempre Clifford Geertz, o de los estudios de caso o microhistóricos
del tipo de los construidos por historiadores tan relevantes como Carlo Ginz-
burg, Giovanni Levi o Luis González y González. Porque los estudios que
componen este libro hacen parte de lo que podría llamarse conocimiento local
o microhistoria,
en el sentido de Geertz, de los europeos y latinoamericanos.
En todos ellos se presenta el interés por penetrar los objetos de análisis de ma-
nera profunda, descubriendo lo que la historia general no explora y utilizando
la escala microhistórica para conocer lo que desaparece cuando se aborda un
enfoque nacional o internacional. No hay aquí,
sin embargo, una contradic-
ción entre macrohistoria e historia local o micro, sino un enfoque que utiliza
una escala más reducida para alcanzar matices o circunstancias que salen del
foco de observación si se emplea el punto de partida macro.
Esta perspectiva teórico-metodológica evita las generalizaciones
abusivas tan
normales en los investigadores que no se empapan de los detalles de sus ob-
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jetos de estudio y es, también, la única terapia existente para contrarrestar los
mitos provenientes de la influencia ideológica o de la militancia política.
De esta tendencia bebe el historiador Romero Jaramillo, y por eso sus ensayos
representan un acercamiento inteligente a unos
problemas complejos que es
pertinente analizar con los recursos de la ciencia histórica y desprendiéndose
de la pasión ideológica o del mito político. O sea, con independencia y co-
locando en primer plano la necesidad de construir conocimientos históricos
sólidos, que se defiendan por su propia consistencia interna y no por conside
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raciones externas ligadas al mundo ideológico-político.
Los ensayos agrupados en este volumen prosiguen las líneas fundamentales
que han determinado el esfuerzo investigativo de Romero Jaramillo a lo lar-
go de su vida intelectual, como también de dos de
los integrantes del grupo
de investigación liderado por él. Aquí, otra vez, están presentes sus intere-
ses ideológicos y étnicos y su preocupación por hacer visible lo popular, el
conflicto, la afrodescendencia, en el marco de la historia regional y local del
Caribe colombiano.
Si algo cabe resaltar de este tomo es la dificultad a la que se enfrenta el in
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vestigador para captar las sombras y luces de un fenómeno tan inasible como
es el de la cambiante identidad. Lo mismo puede
decirse de todos aquellos
elementos de lo imaginario que incidieron en las actitudes que asumieron los
esclavizados de “ilícita introducción” en el Caribe colombiano.
Solo a través de un acercamiento denso y microhistórico se podía construir
una historia bien matizada y detallista, a partir de San Benito de las Palomas,
de la presencia afrodiaspórica en el Caribe colombiano y su importancia para
la identidad de los afrodescendientes. Lo mismo
podemos asegurar de las vi-
cisitudes, resistencias y sagacidad colectiva e individual de las personas es-
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clavizadas para enfrentar y sobreponerse a las condiciones adversas a las que
fueron sometidas.
Esa aproximación también facilita escudriñar en la historia de la tradición y,
más concretamente, en la configuración de las creencias, la fe o los mitos que
alimentan la religión popular. Sobre todo cuando se trata de tradiciones invi-
sibilizadas, que se descubren, como lo hace Romero Jaramillo, para beneficio
de la historiografía regional y del conocimiento histórico.
Las líneas gruesas que han orientado el trabajo de este historiador costeño y
del grupo de investigación Historia, Sociedad y Cultura Afrocaribe continúan
su proyección en este volumen. Sin abandonar sus intereses tradicionales, el
autor y sus colaboradores construyeron un discurso independiente y matizado
que integrará los estudios de historia regional y
local del Caribe colombiano
como un aporte indiscutible.
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