El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias. Yo me quedaría, de todas ellas, con Sonia, que decía que vivir en la montaña era como vivir en una urbanización. Ese es el objetivo que queremos, que todo el mundo piense que puede vivir en una urbanización viva donde viva, aunque sea en la montaña. Muchísimas gracias. Suspendemos la comisión un minuto. (Pausa).
El señor PRESIDENTE: Continuamos la comisión.
COMPARECENCIA DEL PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN EMPRESARIAL GÚDAR JAVALAMBRE, D. JUAN CARLOS ESCUDER NARBÓN, ANTE LA COMISIÓN ESPECIAL DE ESTUDIO SOBRE LAS MEDIDAS A DESARROLLAR PARA EVITAR LA DESPOBLACIÓN DE LAS ZONAS DE MONTAÑA, PARA INFORMAR EN RELACIÓN CON LA MATERIA OBJETO DE ESTUDIO DE LA COMISIÓN.
(Núm. exp. 715/000441)
AUTOR: COMISIÓN ESPECIAL DE ESTUDIO SOBRE LAS MEDIDAS A DESARROLLAR PARA EVITAR LA DESPOBLACIÓN DE LAS ZONAS DE MONTAÑA
El señor PRESIDENTE: El tercer punto del orden del día es la comparecencia del presidente de la Asociación Empresarial Gúdar Javalambre, don Juan Carlos Escuder Narbón, para informar en relación con la materia objeto de estudio de la comisión.
Quiero darle las gracias en nombre de todos los miembros de la Comisión por su presencia aquí y su predisposición a venir. Conoce cómo es el funcionamiento de la Comisión y el tiempo que tiene usted de exposición.
El señor PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN EMPRESARIAL GÚDAR JAVALAMBRE (Escuder Narbón): Sí, media hora aproximadamente, ¿no?
El señor PRESIDENTE: A la media hora yo ya le avisaré con mala cara. (Risas).
Tiene usted la palabra.
El señor PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN EMPRESARIAL GÚDAR JAVALAMBRE (Escuder Narbón): Antes de nada, quiero darles las gracias por habernos tenido en cuenta, estimadas señorías.
El título que le hemos puesto a la comparecencia es: Territorios despoblados y de montaña: El gran reto de la España posterior a la crisis.
En primer lugar, permítanme que les traslade mi felicitación y la de los empresarios a los que represento por la constitución de esta comisión, así como nuestro agradecimiento por la invitación que nos han hecho para transmitirles de primera mano la realidad del día a día que vivimos los pobladores de los entornos rurales de montaña.
Voy a comenzar con la reflexión sobre una pregunta que los ciudadanos del medio rural español nos cuestionamos cada vez más en este país: ¿Europa ha hecho sus deberes? ¿Y España? Europa se enfrenta en la actualidad a la necesidad de llevar a cabo un proceso de ordenación territorial que supere los graves desequilibrios que hay en este momento entre sus distintas regiones; ante esta perspectiva, las regiones de montaña europeas han de participar activamente en este proceso en tanto en cuanto están entre las regiones menos favorecidas. A la situación presente se le ha de añadir que los nuevos países miembros que han entrado a formar parte de la Unión se caracterizan por ser fuertemente montañosos y, por tanto, la presencia de los territorios de montaña en la Unión Europea se ha incrementado considerablemente. Ante este nuevo escenario y tras la decisión de la ONU de declarar el año 2002 Año internacional de las montañas, fueron varias las recomendaciones y las iniciativas que se hicieron a escala europea reivindicando la necesidad de un programa integral de actuación para las regiones de montaña y la ausencia de una legislación específica de las regiones de montaña.
La situación actual de las montañas españolas y de sus habitantes es, en términos generales, similar a la de las montañas europeas y adolece de los principales problemas que afectan a las montañas europeas; en algunos aspectos, como la despoblación, incluso de forma mucho más acentuada y traumática y con escasa esperanza de retorno. En el documento-dictamen de iniciativa El futuro de las zonas de montaña de la Unión Europea, del Consejo Económico y Social de la Unión, quedan reflejados lo problemas y limitaciones de las montañas europeas y españolas.
Lejos de acudir a los grandes tratados o a las grandes elucubraciones dogmáticas derivadas de las estadísticas y el devenir histórico, llamo su atención para conocer de cerca algunos de los dramas territoriales que nos esperan en los próximos años. Con la lectura de este texto quiero ilustrarles el por qué de un movimiento con pocos precedentes en la historia reciente de este país.
Como muy bien saben todos ustedes, las organizaciones empresariales de las provincias de Cuenca, Soria y Teruel llevamos más de tres años de trabajo en común con el objetivo conseguir el reconocimiento explícito, tanto de la Unión Europea como del Estado español, como áreas escasamente pobladas y que ello se vea refrendado con las correspondientes asignaciones económicas y presupuestarias para hacer frente a esta silenciosa y mortal enfermedad que padecen, y con extrema gravedad, los territorios de estas tres provincias; tres provincias que además de territorios despoblados son territorios de montaña, objeto de la información que les expondré y de la agravada situación de la práctica totalidad de sus comarcas, en definitiva, de su medio rural.
Sus señorías son perfectos conocedores de la situación demográfica que sufre el medio rural de montaña, por lo que no me extenderé en el diagnóstico, que me consta que ha sido objeto de análisis en esta comisión. Ahora bien, permítanme que haga una mención muy breve a tres indicadores que considero fundamentales a la hora de dimensionar el verdadero problema que presenta el medio rural de montaña español en general y las tres provincias a las que hoy represento en particular: su crisis funcional.
El primero de estos indicadores es el de la densidad de población. (El señor compareciente apoya su intervención con diapositivas). Tal y como se muestra en las imágenes proyectadas, un 50% del territorio de Cuenca, Soria y Teruel está por debajo de los 4 habitantes por kilómetro cuadrado. Coincidirán conmigo en que estas cifras ponen de manifiesto las graves dificultades a las que nos enfrentamos a la hora de asegurar la viabilidad demográfica y socio-económica de estos territorios.
Todavía más preocupantes resultan las cifras relativas al alto grado de envejecimiento que sufren estas tres provincias. Si para España y Europa el envejecimiento de su población constituye uno de los grandes retos de futuro, para Cuenca, Soria y Teruel, con un 25% de su población mayor de 65 años, el rejuvenecimiento de su pirámide de población resulta una necesidad imperiosa. Ahora bien, la estructura demográfica que presentan provincias rurales de montaña como Cuenca, Soria y Teruel no es más que el resultado de décadas de lo que podemos considerar como un profundo deterioro funcional; dicho de otro modo, en poco más de un siglo la mayoría de las provincias de interior han perdido buena parte de su competitividad como territorios generadores de actividad económica y, con ello, cifras de población tan ilustrativas como las mostradas en la pantalla.
En definitiva, la crisis demográfica de la llamada España del interior no es más que una muestra -quizás de las más evidentes- de nuestro verdadero problema: la crisis funcional y escasa competitividad económica que venimos padeciendo como territorio desde hace más de un siglo. Por tanto, hecha esta aclaración, para los territorios a los que hoy represento -y en cuyo nombre me dirijo a sus señorías- la creación de esta ponencia supone ya un motivo de reconocimiento de nuestra seria y crítica situación, al tiempo que esperamos que pueda servir para que desde la Administración Pública, y siempre con la inestimable colaboración del sector privado, se tomen con urgencia las medidas necesarias para paliar las graves deficiencias estructurales que han delimitado el desarrollo de nuestras provincias.
Ahora les expondré las acciones desarrolladas. Continuaré mi exposición con un reconocimiento y una significación muy especiales hacia los empresarios de todas las zonas rurales y de montaña, que son los verdaderos bastiones y artífices del mantenimiento de la escasa población actual. Aún no han decidió marcharse de sus pueblos, fieles -no sabemos si consciente o inconscientemente- a una significativa labor en la defensa de España, de la España del interior, que iniciaron a principios del siglo XIX dos ilustres turolenses: don Vicente Pascual Esteban, presidente de la Cámara de las Cortes de Cádiz, y don Isidoro de Antillón, diputado por la provincia de Teruel en 1813.
El inicio del trabajo en común con las patronales de Cuenca y Soria lo iniciamos en la casa de los empresarios de la CEOE en septiembre del 2013, poniendo en común las debilidades estructurales de nuestros territorios. Se convino en la necesidad de encargar un documento que valorara y argumentara, en su caso, la posibilidad de trasladar ante la Unión Europea la evolución y el estado actual de nuestras provincias, con el objetivo de solicitar el mismo reconocimiento y trato que los territorios declarados como desiertos demográficos del norte de Europa. Este documento de trabajo -elaborado por don Antonio Fernández Tomás, don Ángel Sánchez Legido y don Juan Miguel Ortega Terol, todos ellos miembros de la Universidad de Castilla-La Macha y a quienes quiero agradecer públicamente su compromiso y esfuerzo- lleva por título Cuenca, Soria y Teruel y su encaje en un área meridional escasamente poblada. Fue presentado el 4 de febrero del 2014 en la sede de la CEOE y contó con el respaldo de los presidentes de CEOE y Cepyme nacional. Desde ese mismo momento, hemos mantenido diversas reuniones de trabajo con nuestros representantes políticos institucionales, tanto provinciales como autonómicos, nacionales y europeos, a las que les hemos presentado y trasladado este informe y sus consecuencias, así como la preocupante evolución que vienen padeciendo nuestras provincias, su presente y su negro futuro si no se nos aplican con urgencia medidas que palien nuestros grandes déficits estructurales. Todos los trabajos que hemos desarrollado se pueden hacer extensivos a otras zonas de montaña de España.
Dentro del conjunto de las acciones que se han ido desarrollando a lo largo de este año y medio -y aunque incluyamos, obviamente, esta participación que hoy realizamos en el Senado de España como una de las más destacadas-, quisiera detenerme en dos en concreto. La primera, el acuerdo de asociación 2014-2020 con motivo de la exposición pública entre marzo y abril de 2014 del borrador del acuerdo de asociación de España para el periodo 2014-2020, al constatar que únicamente se nos reconocía expresamente a estas tres provincias como áreas escasamente pobladas, pero sin que este hecho se viera reflejado en una voluntad también expresa de desarrollar acciones que pudieran corregir este importante desequilibrio. En el acuerdo de asociación definitivo no sólo no se tuvo en cuenta ninguna de las observaciones que trasladamos, sino más bien al contrario: a la vista de las modificaciones que sufrió el borrador sobre el documento definitivo, quedaron recogidas todas aquellas contrarias a los irrefutables argumentos expuestos por nuestras organizaciones, hecho que llevó a plantearnos si el objeto real de este acuerdo era, o en realidad es, corregir los desequilibrios territoriales y en particular de las zonas de montaña o si, por el contrario, pretendía simplemente documentar un reparto económico previamente asignado.
La segunda. El acuerdo por unanimidad del Congreso de los Diputados. A continuación les resumiré el hecho más destacable que hemos logrado hasta el momento y que constituye la otra cara de la moneda: un reconocimiento expreso y por unanimidad del Congreso de los Diputados, Cámara baja de estas Cortes españolas. En el Boletín Oficial de las Cortes Generales, Congreso de los Diputados, de fecha 3 de julio del 2014, queda recogido el acuerdo siguiente: El Congreso de los Diputados, consciente de la grave desventaja que para el desarrollo de las provincias de Teruel, Soria y Cuenca supone su gran despoblación, insta al Gobierno a realizar ante la Unión Europea las acciones necesarias para el reconocimiento de las provincias de Teruel, Soria y Cuenca como zonas escasamente pobladas con objeto de recabar las ayudas que los fondos estructurales y el Fondo Social Europeo previenen para zonas con esta problemática, y apoyar expresamente las gestiones que están realizando en instancias europeas en pos de este objetivo las confederaciones empresariales de dichas provincias.
Este acuerdo, que resultó aprobado por unanimidad de los diputados presentes a propuesta de la moción presentada por el diputado Chesús Yuste, de Chunta Aragonesista, supone una instancia al Gobierno de España, bajo mandato unánime de los representantes del pueblo español, que hemos exigido para su cumplimiento y ejecución con escrito dirigido a la Presidencia del Gobierno de fecha de 9 de enero del 2015 y al que, a día de hoy, no ha dado respuesta ninguna institución o administración.
Paso a plantearles la estrategia y los enfoques integrados. Permítanme que a continuación comparta con ustedes las dos estrategias que, a nuestro entender, sería conveniente desarrollar para corregir los desequilibrios que la despoblación genera en las zonas de montaña de nuestras tres provincias; la distinción entre ambas es meramente dimensional ya que, si les parece oportuno, las diferenciaremos entre su carácter territorial y temporal.
Empezaré por la primera de ellas, por la estrategia territorial. Conocedores, como acabo de exponerles, de los serios problemas que padecen nuestros territorios, también somos realistas y conscientes de que formamos parte de su futuro y, por tanto, de las soluciones que seamos capaces de implementar entre todos. Los empresarios, como agente social y activo que somos, no solo venimos a reivindicar las necesidades de nuestras provincias y de las zonas de montaña, sino también a dar a conocer sus virtudes y sus posibilidades de desarrollo, en las que colaboraremos -como siempre ha hecho el sector privado- para la generación de riqueza y empleo, asentando de este modo la población en el territorio. Por tanto, quiero trasladarles muy resumidamente algunas de nuestras potencialidades, que paso a concretarles a continuación.
Riqueza patrimonial, cultural, histórica, natural, medioambiental y paisajística. Amplia y variada masa forestal que constituye no solo un potencial instrumento para la generación de riqueza gracias a su explotación -bajo la premisa, nuevamente, de la sostenibilidad-, sino que al mismo tiempo contribuya a la consecución de objetivos estratégicos a nivel nacional, europeo e internacional, como son la lucha contra el cambio climático y la preservación de la biodiversidad. Importante y variada industria agroalimentaria estrechamente vinculada al territorio. Condiciones ideales para acoger actividades económicas que demanden gran cantidad de suelo. Condiciones ambientales idóneas para la producción de energías alternativas, como la eólica, solar o la biomasa. Un entorno saludable, todavía bien conservado, seguro, socialmente estable, alejado de la masificación de las ciudades y donde la calidad de la vida se convierta en un factor decisivo para atraer nueva población. Un tejido empresarial comprometido y responsable con el territorio y sus recursos. Cooperativas agrarias, de crédito, vinculadas al territorio y constituidas e integradas por la población del entorno, que permiten la adecuación y cercanía de la toma de decisiones a las necesidades de las zonas rurales, donde los proyectos empresariales locales encuentran respuesta a la rentabilidad de las inversiones; se miden también en términos de responsabilidad social y territorial. Oportunidades de empleo para mujeres, jóvenes y colectivos desfavorecidos.
A partir de estas potencialidades y basándonos en su explotación, hemos establecido una estrategia territorial en la que, como les digo, el sector privado estaría comprometido en todo su desarrollo y se orientaría fundamentalmente a frenar el proceso de la pérdida de población a través de las siguientes actuaciones. Primero. Revitalizar y dinamizar la actividad agrícola y ganadera definiendo ayudas a los jóvenes agricultores que favorezcan tanto su instalación inicial como la modernización y el cambio estructural que requieren las explotaciones; potenciar medidas que favorezcan el relevo generacional en el sector agrario, que permitan acometer las actuaciones de reestructuración y modernización necesarias para mejorar la competitividad y sostenibilidad ambiental de las explotaciones; vincular la modernización de explotaciones a la transformación y comercialización de los productos que las sostengan mediante el fomento de cooperativas o asociaciones de productores agrarios o ganaderos; seguir realizando inversiones públicas vinculadas a concentraciones parcelarias, concentraciones y reconcentraciones en zonas de cultivo; iniciar estos procesos en pastos y montes, salvaguardando las garantías ambientales; desarrollar sectores emergentes como la horticultura o los cultivos energéticos; respaldar las producciones de calidad, con especial hincapié en lo ecológico y en la producción integrada tanto en el sector agrícola como en el ganadero.
Segundo. Mejorar el déficit de transporte potenciando sistemas de apoyo de transporte y de comunicaciones para atraer a potenciales turistas de provincias limítrofes; ejecutar y finalizar infraestructuras viarias y ferroviarias de carácter básico.
Tercero. Sacar provecho de la gestión sostenible del territorio y de los recursos endógenos mediante el aprovechamiento integral de los recursos forestales que ofrecen grandes posibilidades para su aprovechamiento, maderable y no maderable, incluyendo la valorización energética, biomasa, recogida de frutos silvestres, plantas medicinales y aromáticas, trufas, hongos, resinas, así como la explotación de los recursos cinegéticosy lúdicos, ligados a ciertas modalidades de turismo activo actualmente en auge; potenciar la creación de empleo en el medio rural, especialmente el femenino, dado que es el más demandado por las empresas que se dedican a este tipo de labores; defender y restaurar, en su caso, los recursos naturales y forestales para contribuir a la protección del medio; mejorar la prevención de los riesgos naturales: sequías e inundaciones.
Cuarto. Potenciar a las empresas agroalimentarias transformadoras apoyando la investigación y promoción de nuevos productos basados en la calidad, la diferenciación local, así como la seguridad alimentaria en términos de control sanitario y trazabilidad; ampliar la gama de artículos saludables y ecológicos; apoyar la innovación en la diferenciación y calidad del producto vía investigación, desarrollo e innovación a través de una mayor colaboración entre la universidad, los centros de investigación y las empresas; promover los productos agroalimentarios “bio” y ecológicos; favorecer el asociacionismo empresarial.
Quinto. Potenciar el desarrollo de industrias ligadas a recursos endógenos, definiendo y fijando polos de desarrollo a nivel industrial y económico; potenciar inversiones en empresas ligadas al territorio derivadas de la madera, productos agrícolas, ganaderos, forestales y energías renovables; crear oficinas de captación de inversores foráneos.
Sexto. Impulsar, promover y desestacionalizar el turismo propiciando económicamente inversiones turísticas de alto nivel en entornos rurales, que de por sí constituyen un producto turístico desestacionalizado y motor de la demanda turística; desarrollar infraestructuras deportivas ligadas a la naturaleza, la nieve y los deportes de invierno; modernizar las administraciones turísticas locales y desarrollar planes globales de turismo convergentes entre sí.
Séptimo. Facilitar el acceso a la vivienda en territorio rural promoviendo oferta de vivienda de protección oficial; ligar vivienda rural a espacios hortofrutícolas y ganaderos para autoconsumo y cooperativismo empresarial.
Octavo. Internet para todos, facilitando el acceso a internet de la banda ancha en los territorios montañosos y despoblados con redes de alta capacidad; formar a la población en las TIC.
Nueve. Garantizar y mantener servicios públicos de calidad en el medio rural -sanidad y educación-, eliminando la aplicación de ratios y que se establezcan objetivos por personas en los servicios públicos.
Diez. Mantener y potenciar el acceso al crédito y a la financiación de las empresas mediante la conservación y el fortalecimiento de las cooperativas de crédito vinculadas al territorio.
Once. Zonas de montaña como territorios verdes, limpios medioambientalmente. Reconocimiento del valor del mantenimiento de la masa forestal de las zonas de montaña promoviendo las energías renovables en el ámbito del autoconsumo de particulares y de pequeñas empresas; fomentar la atracción de empresas deficitarias de derechos de emisión de CO2, exigiendo por ello unas compensaciones complementarias a los propietarios públicos o privados.
Seguidamente les daré a conocer la estrategia temporal que vamos a desarrollar a lo largo de los próximos años. En el corto plazo, desde este mismo momento –y, por lo tanto, en el corto plazo-, quiero anunciarles nuestra más firme intención de exigir tanto al gobierno de España como a los partidos políticos representados en el Congreso de los Diputados el cumplimiento del acuerdo adoptado por unanimidad el pasado 3 de julio del 2014 en la Cámara baja y al que con anterioridad he hecho referencia. De igual forma, esta Cámara debe saber que desde mayo de 2005 existen dos proposiciones no de ley para la aprobación de la denominada carta de las montañas, promovida por una serie de territorios organizados mediante subgrupos de acción local líderes, y que aguardan mejores momentos para su reconocimiento. También instamos desde aquí a esta Cámara a que se clarifique con definición formal y objetiva la clasificación de zonas de montaña, tal como reivindica la carta española de las montañas.
A medio plazo, pretendemos participar muy activamente en el proceso de revisión de los fondos estructurales y de inversión europeos, que previsiblemente tendrá lugar a partir de 2016; presentaremos nuevamente este plan estratégico integral para su correspondiente dotación económica.
A largo plazo, nuestro objetivo es nítido y claro: el reconocimiento expreso por parte de la Unión Europea de estas tres provincias como área meridional o del sur de Europa escasamente poblada, para lo que esperamos contar con el explícito apoyo del gobierno de España que, como muy bien saben, tiene esta obligación bajo la instancia del Congreso de los Diputados. Este reconocimiento debería verse reflejado en el próximo acuerdo de asociación de España para el periodo 2020-2026, lo que permitiría que estas tres provincias fueran receptoras de una dotación específica y concreta de los fondos estructurales y de inversión.
Iré finalizando mi intervención, no sin antes hacer una especial y muy significativa mención a sus señorías sobre cómo se priorizan y reparten actualmente los fondos europeos, cuyo importe es algo más de 36.700 millones de euros y que han sido asignados al Estado español para el periodo 2014-2020. Si hubiera voluntad política y consenso muchos recursos financieros se podrían destinar a los territorios despoblados y de montaña. Me permito realizar esta manifestación considerando la responsabilidad social y política de la Unión Europea y sus Estados miembros en aras de garantizar unos servicios e infraestructuras mínimos a todos sus ciudadanos y evitar la despoblación y la desertización en términos demográficos de grandes extensiones del territorio que están siendo desaprovechadas, marginadas e infrautilizadas, por lo que deberían adoptarse, ahora más que nunca, unos criterios basados en la búsqueda de una verdadera cohesión, integración y sostenimiento de estas zonas. Consideramos que el criterio de la superficie y la densidad de población debe prevalecer en la distribución de unos fondos que tienen por objetivo alcanzar la cohesión del territorio, el sostenimiento y la integración de todos los territorios de la Unión Europea; estos criterios deben predominar sobre una distribución basada en criterios poblacionales, que únicamente llevarán a incrementar las desigualdades y a fomentar la inmigración hacia las grandes áreas metropolitanas.
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