Borrador de la comisión de despoblación del díA 27 de abril de 2015



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BORRADOR DE LA COMISIÓN DE DESPOBLACIÓN DEL DÍA 27 DE ABRIL DE 2015.

Se abre la sesión a las dieciséis horas y cinco minutos.
El señor PRESIDENTE: Se abre la sesión.

Buenas tardes.

Vamos a proceder a la aprobación del acta de la sesión anterior que, como ustedes recordarán, se celebró el pasado lunes, día 20. ¿Se puede aprobar por asentimiento? (Asentimiento).
COMPARECENCIA DE LA GERENTE DEL CONSORCIO PROVINCIAL DE RESIDUOS DE PALENCIA, DÑA. MERCEDES CÓFRECES MARTÍN, ANTE LA COMISIÓN ESPECIAL DE ESTUDIO SOBRE LAS MEDIDAS A DESARROLLAR PARA EVITAR LA DESPOBLACIÓN DE LAS ZONAS DE MONTAÑA, PARA INFORMAR EN RELACIÓN CON LA MATERIA OBJETO DE ESTUDIO DE LA COMISIÓN.

(Núm. exp. 713/001075)

AUTOR: COMISIÓN ESPECIAL DE ESTUDIO SOBRE LAS MEDIDAS A DESARROLLAR PARA EVITAR LA DESPOBLACIÓN DE LAS ZONAS DE MONTAÑA

El señor PRESIDENTE: El primer punto del orden del día es la comparecencia de la gerente del Consorcio Provincial de Residuos de Palencia, Dña. Mercedes Cófreces Martín, para informar en relación con la materia objeto de estudio de la comisión.

Quiero agradecerle su presencia en nombre de todos y su predisposición a colaborar con nosotros.

Sin más, porque ya he hablado con usted y le he explicado cómo se desarrolla la comisión, le cedo el uso de la palabra.


La señora CÓFRECES MARTÍN (Gerente del Consorcio Provincial de Residuos de Palencia): Muchísimas gracias, señor presidente.

Muchas gracias a todos. (La señora compareciente apoya su intervención en diapositivas).

Espero aportar algo de mi experiencia profesional, que sirva para trasladar al Senado las inquietudes y, sobre todo, la realidad de la montaña; en este caso, de la montaña palentina, que es a la que me voy a referir.

Permítanme que haga una breve exposición de mi trabajo. Comparezco ante ustedes como gerente del Consorcio de Residuos desde hace 4 años, pero llevo 25 años en una diputación, que representa el conocimiento del medio rural, la proximidad a los territorios, también al territorio de montaña de Palencia y, fundamentalmente, a sus habitantes, a los alcaldes y a la gente que vive allí.

En este cometido de 25 años, he participado en tres áreas. La primera de ellas ha sido la de desarrollo rural, en proyectos de desarrollo financiados con fondos europeos, como el Proyecto Interreg, a través de Euromontana -uno de cuyos representantes ha participado también en esta comisión- junto con otros países europeos en regiones de montaña.

Asimismo, parte de mi vida profesional se ha centrado en el área de las infraestructuras, como responsable de un departamento que se dedicaba a ejecutar obras, dirigir y revisar proyectos, así como a la asistencia técnica a los pequeños ayuntamientos.

Y, actualmente, repito, soy gerente del Consorcio de Residuos.

Podría basar mi intervención en esta visión, en mi reflexión sobre este acercamiento y en lo que he extraído de la despoblación del medio rural; pero no quería limitarme a ello y, por tanto, voy a utilizar mi percepción y los conocimientos adquiridos a lo largo de mi vida profesional para acercarme a la montaña palentina y dar la visión del territorio pero contando con las personas.

Por ello, la primera diapositiva que les muestro se centra en las personas; también en el territorio, pero sobre todo en las personas en ese territorio. Se trata de personas a las que he entrevistado personalmente y que han dejado un mensaje en el que explican cómo viven, por qué han ido o se han quedado en el territorio, cómo ven su realidad y el futuro de estas zonas de montaña.

Quiero empezar presentando la montaña palentina como un territorio en el que viven estas personas. En esta fotografía pueden ver la Tierra de Campos de Castilla y León, este territorio tan representativo de nuestra llanura, de nuestra estepa cerealista, que se enfrenta a la montaña que tenemos a poco más de 100 kilómetros. Está tomada en un pueblo representativo de Palencia, Autillo de Campos.

Nuestra montaña palentina forma parte de la cordillera Cantábrica y está situada en sus estribaciones meridionales. De hecho, estamos tan solo a 30 kilómetros desde nuestro municipio más septentrional, que es Piedrasluengas; a 30 kilómetros del macizo central de Picos de Europa.

Está claro que el relieve se convierte en el fundamento de este territorio y el que marca el resto de sus características: el paisaje, el clima, la ecología, el poblamiento y la forma de vida de sus habitantes.

En esta montaña, en tan solo 10 kilómetros podemos pasar desde los 700-800 metros en el fondo de los valles, hasta cumbres como la que están viendo, de más de 2000 metros, ¿Qué determina esto? La existencia de valles recortados con pendientes bastante inclinadas.

Contamos con picos muy representativos. Salvando las grandes cumbres o las mayores altitudes que hay en el macizo central de Picos de Europa, hay que destacar el Curavacas, de 2520 metros -por debajo, el Naranjo de Bulnes, de 2519 metros- y el Espigüete, con 2450 metros. Estas dos cumbres son muy valoradas por alpinistas y montañeros de Madrid y del País Vasco. La montaña palentina es una gran desconocida, quizá porque estamos un poco eclipsados por los Picos de Europa, que tenemos al lado, pero repito que los deportistas de montaña visitan mucho esta zona palentina; por ejemplo, Peña Labra, de 2018 metros.

El clima es un condicionante en este territorio. Por ejemplo, lo hemos podido apreciar en el caso de las nevadas que se han producido durante el mes de febrero. Es un clima de transición entre el atlántico del norte y el clima continental de nuestra meseta. Por citar un indicador les diré que el número de días de nevada recogidos en la estación meteorológica de Cervera de Pisuerga, los últimos 30 años, es de 24 al año, lo que denota por sí solo la dureza de los inviernos en esta zona.

En esta imagen pueden ver un pueblo de la zona del Valle de los Redondos. Es una foto tomada también en este mes de febrero y en ella se puede apreciar hasta qué punto quedaron los pueblos incomunicados por las nevadas.

En este territorio hay dos cuencas sedimentarias: la del Ebro, aunque está muy poco representada, nada más nacer en Fontibre pasa por el municipio de Berzosilla; pero la cuenca del Duero sí está representada, y nacen los dos principales ríos que atraviesan la provincia de Palencia, el Pisuerga y el Carrión. Aquí pueden ver el nacimiento del Carrión, en Fuentes Carrionas.

El territorio está atravesado por estos dos ríos. Sus aguas se embalsan nada más nacer los ríos en seis embalses, en un eje transversal de la provincia de alrededor de 40 kilómetros. Esta es una fotografía aérea en la que se muestra realmente cómo está afectado el territorio por los embalses.

Otra característica de la montaña es que es una zona de transición. Por lo que respecta a la vida, y a las especies vegetales y faunísticas, es una zona de transición entre la región biogeográfica cántabro-atlántica y la región mediterránea. ¿Qué es lo que esto provoca? La consecuencia ha sido que dado el aislamiento secular de la montaña y el pasado geológico, haya especies muy características, muy singulares, casi exclusivas, y endémicas de este territorio. Además, como zona de montaña, nos podemos encontrar los típicos bosques de hayedos y robledales o abedulares, junto con masas también de encinares o de sabinares. En la montaña se dan cita los sabinares más septentrionales de toda Europa.

También es un territorio con especies faunísticas de un enorme valor, como es el caso del oso como especie más emblemática. En la zona de nuestra montaña palentina contamos con 30 ejemplares de oso, casi todos femeninos. En el sector occidental existen otros 200 y, en Pirineo, otros 30; es decir, que la población se va manteniendo e incluso se va elevando poquito a poco.

Quería mostrarles también la preservación o cómo se superpone la protección en este territorio, sobre todo porque luego aparecerá reflejada en las opiniones o en los testimonios de las personas les expondré en la segunda parte de la exposición. Se trata de un territorio con fuertes restricciones porque cuenta con una fuerte protección, como indudablemente ha de tener. El 76% del territorio está dentro de alguna figura de protección y, el 45%, dentro del parque natural, que es lo más restrictivo, la zona más amarillo-verdosa que está en el norte en el mapa que ven en la pantalla.

Los usos tradicionales de la montaña han sido los pastos y la ganadería –ganadería de vacuno extensivo–, la minería y el turismo, que se va desarrollando. Sin embargo, este último no es una actividad que se pueda considerar una alternativa de empleo ya que no funciona durante todo el año hasta el punto de poder vivir únicamente de él. En cualquier caso, hay infraestructuras turísticas como el Parador de Cervera, que es estratégico para el territorio porque es la puerta de entrada para otros turistas a la montaña palentina.

¿Cómo ha evolucionado la población? Es relevante mostrar cómo ha evolucionado entre 1950 y el último dato estadístico, el de 2014. Como pueden apreciar, la población ha descendido a la mitad; hemos pasado de los 43 500 a los casi 23 000 habitantes. Además, casi todos los principales municipios de la montaña palentina que ahora tienen más de 1000 habitantes han decrecido en esa misma línea.

La excepción a esta tendencia es Aguilar de Campoo. Es un municipio con una accesibilidad importante porque antes estaba en plena N611, ahora Autovía de la Meseta –la que nos conecta con Santander–, y tiene un área industrial. Es el único municipio que mantiene su población.

La línea que aparece en pantalla de color rojo representa a Barruelo. Curiosamente, Barruelo, en 1950, era el mayor municipio de nuestra montaña palentina en cuanto a población, con 7500 habitantes. Mantuvo su evolución hasta 1971, quizás por la presencia de Explosivos Río Tinto, la industria química, y a partir de entonces decreció. En definitiva, hay una sangría poblacional que afecta a casi todas las zonas de montaña y, además, una sangría derivada de la crisis de la minería, que es la que más se nota. En ese sentido, les diré que en los últimos 18 años hemos perdido el 20% de la población.

Para finalizar esta parte de mi intervención les mostraré una foto fija de cómo es el poblamiento en la montaña palentina. La superficie de nuestra montaña es de casi 1700 kilómetros cuadrados y representa el 20% del territorio de la provincia de Palencia. El número de términos municipales es de 18, pero los núcleos de población son 158. Este es un hecho diferencial en la montaña, la gran dispersión y los pequeños núcleos de población de hasta 5 habitantes; pero la gente vive en esos núcleos de población. La población total es de casi 23.000 habitantes, con una densidad media de 13,6; pero no nos confundamos, esa densidad de 13,6 se mantiene en Aguilar y en Guardo, las principales poblaciones. Y si nos fijamos en el indicador de cuántos hay de menos de 10 habitantes por kilómetro cuadrado verán que el 71% de la superficie está por debajo de ese umbral. Es más, por debajo del umbral de los 4 habitantes por kilómetro cuadrado, que ya casi significa que está totalmente despoblado, está el 36% de la superficie del territorio de la montaña, 10 términos municipales y con un índice de envejecimiento medio del 25%, aunque en municipios como Polentinos llegue al 48%.

Solamente quería exponer el marco del territorio –a lo mejor me he extendido demasiado–, porque es el condicionante de la forma de vida de las personas y de su día a día. Sin embargo, mi principal interés se centra en las personas y, por ello, voy a poner una serie de ejemplos ilustrativos. Les voy a hablar de nueve personas, aunque realmente son siete proyectos de vida porque en dos casos tienen un proyecto de vida y de trabajo, paralelo. Me voy a referir a cada una de ellas, se las voy a presentar y a explicar cómo están viviendo allí, cuál es su realidad y qué opinan de su futuro.

Estas personas han decidido quedarse. ¿Por qué han decidido hacerlo? Ellos no tenían nada que ver con estos pueblos, pero han decidido ir, trabajar y vivir allí. Mi objetivo era conocer cómo están viviendo, cuáles son sus condicionantes, cuál es su día a día, cuáles son los problemas y qué esperan en el futuro; y para conocer esos datos les he entrevistado.

María. De la entrevista que le hice a María al final saqué una conclusión: es una apuesta compartida. María es una chica de 35 años, licenciada en Historia del Arte; es técnico superior de escultura. Vive en Rueda de Pisuerga, que es una pedanía de Cervera de Pisuerga situada entre Aguilar y Cervera.
En el año 2001, toda la familia, de Valladolid, apostó por irse a Rueda. Ella veía pocas salidas profesionales a su carrera, como su hermana -también técnico superior de escultura- y toda la familia decidió comprar allí una edificación y montar un negocio. Se trata de un negocio de hostelería, un mesón que se llama Tres Valles y está en plena carretera entre Cervera y Aguilar. En el negocio trabaja toda la familia, compuesta por los padres, las dos hijas y el marido de María, que es la cocinera.

María considera que la movilidad es un aspecto fundamental en el día a día de la gente que vive en la montaña. Si surgen problemas, es necesario el transporte; hay que asegurar la movilidad.

Ella opina que el futuro de la montaña pasa por pequeños proyectos como el suyo, bien cohesionados, aunque sin descartar los proyectos grandes, que piensa que son la garantía de futuro para que los jóvenes se queden. Ponía de ejemplo las dos industrias galleteras muy fuertes de Aguilar de Campoo, Gullón y Siro, que emplean a 1400 personas. Tal es así que existe transporte incluso desde Torrelavega, desde donde van a trabajar a Aguilar de Campoo, a las galleteras. Gullón oferta 1000 empleos y, Siro, 400 empleos.

María hacía al final de la entrevista una reflexión y decía que la persona tenía que ser el centro de las políticas públicas, siempre el objetivo y que debería ser la principal especie a proteger en el territorio.

La siguiente persona a la que entrevisté fue Roberto, y su lema fue: de padres a hijos. Roberto tiene 40 años y vive en Cervera de Pisuerga con su mujer y su hija de 6 años. Vive en Cervera de Pisuerga porque su hija va allí al colegio y su mujer trabaja en el parador de turismo. Sin embargo, Roberto es ganadero y tiene su ganadería en un pueblecito que está a 22 kilómetros de Cervera, Santa María de Redondo. Santa María de Redondo cuenta con poco más de 30 habitantes. La ganadería, heredada de sus padres, la lleva con su hermano. Cuando heredó la ganadería llevó a cabo un proyecto de modernización de su explotación ganadera de vacuno extensivo. Construyó una nave de 2000 metros cuadrados y amplió la ganadería, que ahora cuenta con 200 cabezas de ganado vacuno.

Él comenta que su negocio, el de la ganadería en la montaña palentina, ha superado bien la crisis. Estaban ya preparados para ello debido a la crisis de las vacas locas. Además, aunque ha descendido el consumo de carne en España, han aumentado las exportaciones; el 80% de su producción de terneros se está exportando. Primero lo llevan a cebadero a Levante y de, allí, a través de barco en Algeciras, al norte de África y a países como Turquía y Túnez. Repito, el 80% de su producción está saliendo fuera de España desde la montaña palentina.

Roberto también es el alcalde de La Pernía, población a la que pertenece Santa María de Redondo. Él compatibiliza su trabajo de ganadero con la responsabilidad de ser alcalde de un municipio de 373 habitantes, muy repartidos en 12 núcleos de población. De estos núcleos de población el mayor es San Salvador de Cantamuda –la sede del ayuntamiento–, con 153 habitantes; y, el más pequeño, con 5 habitantes, Los Llazos. Él se queja, reflexiona y comenta la gran dificultad que encuentran los alcaldes de estas zonas de montaña debido a la gran dispersión de población y al elevado número de núcleos de población muy pequeñitos a los que hay que atender con servicios públicos. Piensa que es necesario tener en cuenta este hecho diferencial de los territorios de montaña.
Además, su municipio está ubicado íntegramente en el parque natural de Fuentes Carrionas, en la zona más restrictiva, la zona roja. En este sentido, piensa que el parque natural ha supuesto demasiadas restricciones para los habitantes de la montaña y pocos beneficios, y cree que esa balanza debería reequilibrarse. Cita como ejemplo que antes tenían 60 cacerías y ahora solo 33, con la falta de ingresos que esto supone para las arcas municipales. Era una fuente importante de ingresos de cara a cubrir los servicios de estos territorios.

El siguiente testimonio es el de Minerva y René: la atracción de la montaña. Son dos personas jóvenes, casadas, que desde fuera de la montaña, desde Madrid, se adentraron en un pequeño pueblecito de montaña, en Polentinos. Polentinos tiene poco más de 50 habitantes. René emigró cuando era pequeño, con su padre, desde la mina. Cuando cerró la mina su padre se fue a Madrid buscando un futuro para sus hijos, pero siempre le llamó la atención su origen, Polentinos.

Ellos llevan viviendo en Polentinos desde 2005. Abrieron una casa rural en una edificación que era de la familia y también montaron una empresa de turismo activo. Sin embargo, solo de pequeñas actividades turísticas no se puede vivir en la montaña y, por ello, René también es conductor de autobús, de transporte a la demanda, que es uno de los típicos ejemplos puestos en el territorio por la Junta de Castilla y León y que se adaptan a la dispersión de la población. El servicio se concierta previamente con una central de reservas para que el autobús solo haga la ruta por los pueblos en los que hay una demanda.

Ella es ingeniero técnico forestal y hace una reflexión sobre las posibilidades del parque. Piensa que hay demasiado miedo por dejar hacer en el parque natural, que tiene una riqueza faunística importantísima, así como una gran demanda de turismo de observación faunística. Pone ejemplos en otros países e incluso en parques de otras regiones limítrofes, como Asturias, y piensa que, al final, no se trataría tanto de restricción como de formación e información de las personas que trabajan en la montaña palentina, sobre todo los que se dedican a las labores de guías turísticos y de naturaleza.

El siguiente ejemplo de persona que vive en la montaña es Sonia: los kilómetros no cuentan. Sonia es compañera mía de la Diputación, donde ejerce como viceinterventora. Este ejemplo es curioso porque Sonia hace justo lo contrario que el resto. Normalmente se vive en la capital y se trabaja en el medio rural y en la montaña: el maestro, el médico, el secretario del ayuntamiento… Sin embargo, ella decidió vivir en la montaña y se desplaza todos los días más de 100 kilómetros para ir a su puesto de trabajo en la Diputación de Palencia.

Su vínculo fue su marido, que era de Velilla. Apostaron por vivir en un pueblecito pequeño, Nava de Santullán, que tan sólo cuenta con 30 habitantes. Además, tienen dos niños. Ella no ve la vida difícil porque piensa que vivir en la montaña y en un pueblo como Nava de Santullán es como vivir en una urbanización. Lo único que tiene que tener asegurados son los servicios en los centros próximos y la movilidad. La movilidad vuelve a ser el día a día y, por supuesto, es indispensable disponer de coche. Nos cuenta que, en la montaña, la distancia no se mide en kilómetros sino en tiempos. Ella va a Barruelo al médico: 5 minutos; a Aguilar a hacer las compras y a la piscina de los niños: 12 minutos; y, a Cervera, al colegio de los niños: 20 minutos. Lo fundamental es asegurar la accesibilidad y los servicios en los centros poblacionales más grandes.

Ella, desde su visión como interventora cree que no son necesarios los grandes proyectos sino una planificación, una marco adecuado para integrar los pequeños proyectos, que estén bien planificados, bien integrados y que cuenten con la participación ciudadana, tanto de los colectivos como a nivel individual.

Nuestro último ejemplo es el de Paloma y Ana. Ellas resumían su experiencia diciendo que les está costando el presente y se preguntaban cómo iban a abordar el futuro. Ellas tampoco son de la montaña. Paloma es de Córdoba, aunque llegó a la montaña desde Madrid, donde estaba asentada con su familia y trabajando. Y Ana es de Saldaña, pero llegó desde Valladolid, donde también estaba trabajando.

Paloma es licenciada en Geografía y, Ana, en Ciencias Económicas. Se instalaron antes de la crisis y dicen que antes había mayor movimiento y mayor dinamismo. Viven en dos pueblecitos que pertenecen al municipio de Aguilar de Campoo: Canduela y Villanueva de Henares. Crearon una empresa muy peculiar, en la que trabajan, que se llama Con mucho gusto, alimentos naturales. Es una empresa de producción de mermeladas y chutneys, una salsa agridulce. La huerta y los frutales los tienen entre las dos poblaciones y, el obrador, donde producen la mermelada y los chutneys, en Reinosa. Es el sitio donde han podido montarlo porque el local está habilitado como cocina industrial y les fue cedido por el ayuntamiento.

Lo que demandan para la montaña es una mayor flexibilidad de las normas, una fiscalidad diferente para las empresas, puesto que las empresas no tienen las mismas oportunidades en una ciudad que en una zona rural, y menos en una zona de montaña que tiene mayores inconvenientes. Las empresas también demandan la utilización de espacios de los edificios públicos cerrados en desuso.

Estas, que les he leído, son cinco voces de la montaña palentina, pero me gustaría leerles dos voces más, porque son pequeños testimonios con los que acabaríamos esta parte central que sería la presentación de las personas. Voy a intentar hacerlo. No sé cómo vamos de tiempo...
El señor PRESIDENTE: Justos.
La señora CÓFRECES MARTÍN: ¿Justitos?
El señor PRESIDENTE: Termine usted lo antes que pueda.
La señora CÓFRECES MARTÍN: Pues entonces paso directamente a las conclusiones.
El señor PRESIDENTE: Si lo considera importante.
La señora CÓFRECES MARTÍN: Les cuento una historia, la de la persona de más edad que yo creo que es quien tiene, o puede tener, un mensaje de más calado. Si les parece, si me permiten, les enseño su foto. (La señora compareciente muestra la imagen en pantalla). Él es Jesús y su historia es la de una persona que le tiene apego a un territorio. Jesús vive en San Cebrián de Muda, tiene 58 años, es el alcalde y lleva 20 años siéndolo. La mina ha configurado su pasado; su padre fue Minero y él también lo ha sido, lo ha sido a lo largo de 23 años. Ha trabajado en la mina de San Cebrián de Muda y, más tarde, en la de Barruelo, a pocos kilómetros. La separación de su montaña durante su infancia y juventud marcaron su forma de ser y de pensar, algo que, sin duda, le diferencia del resto, le hace un habitante singular en un espacio, a la vez, singular. El apego al territorio, la valorización de lo común, la vuelta a las tradiciones, aunque innovando, esos son los rasgos que caracterizan su apuesta en un pasado reciente y en el presente. El futuro queda plasmado en sus hijos, Amparo y Borja, de 33 y 25 años, respectivamente, educados en estos valores. En palabras de su padre, ellos tienen ahora la oportunidad de vivir y de luchar por lo que creen; y así lo hacen; viven y trabajan, de lunes a viernes, en San Cebrián de Muda, y los fines de semana buscan el ocio en las ciudades próximas. Las ideas de un alcalde loco o soñador calaron en su pueblo hace ya 18 años, porque apostó por un nuevo modelo de desarrollo, e hizo, del apoyo de todos los vecinos, de su participación y compromiso, el mayor valor y garantía de éxito para sus proyectos, proyectos innovadores, como el Mirador de las Estrellas en 2005 o la Reserva del Bisonte Europeo en 2010.

Jesús reflexiona y nos cuenta que el proyecto no es del alcalde, que no lo es, que es el de todos y que por eso dura. Todos los vecinos conocen el nombre de los bisontes de la reserva. Cuando llegaron los bisontes de Polonia, los vecinos celebraron una gran fiesta de bienvenida. En el último año, han recibido 5.000 visitantes, han creado 2 puestos de trabajo directo y llegan a 6 en temporada alta, de marzo a septiembre. El objetivo para Jesús no ha sido reintroducir el bisonte; el bisonte ha sido la posibilidad, la herramienta para crear puestos de trabajo. Después de casi 5 años de experiencia, Jesús está satisfecho, piensa que se ha hecho algo bien porque sus vecinos se sienten orgullosos de su pueblo. Han vuelto familias y la población ha crecido, de los 168 habitantes de 2010 a los 182 actuales. Hay 12 niños en el pueblo.


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