Los programas de desarrollo rural. La PAC, la política agrícola comunitaria, tiene que tener un tratamiento diferenciado cuando se actúe en las zonas de montaña.
Mi grupo, en los últimos Presupuestos Generales del Estado, fruto de algunas intervenciones que se habían oído en la ponencia de despoblación, ya propuso algunas enmiendas. Estoy de acuerdo con usted en que las subvenciones no lo son todo, pero de verdad que a veces una subvención o una ayuda de una institución puede ser la plataforma de lanzamiento para que luego empiecen a operar otros recursos. En ese sentido, propusimos en las enmiendas atacar la brecha digital que se está abriendo, crear planes especiales de empleo en las zonas despobladas, trabajar con bonificaciones fiscales y con actuaciones en las cuotas de la Seguridad Social. Y propusimos también -y pienso que en eso hemos estado todos de acuerdo- que los servicios públicos en estas zonas deben baremarse con otros criterios. Lo ha dicho usted muy bien: en una ciudad el baremo para un hospital puede ser 1000 habitantes; en una zona despoblada, y más en una zona de montaña, a lo mejor hay que contar de uno, de dos o de cinco en cinco. Es importante que donde queramos fijar población haya servicios educativos, sanitarios, sociales.
Por eso yo pienso que todas la conclusiones que se puedan extraer de los comparecientes –todos han aportado cosas muy interesantes– deben incorporarse a esta ley de la montaña, que tanto nos ha reclamado esta tarde, y ello con un único objetivo, que para nosotros es el objetivo primordial del trabajo de esta comisión, el de equilibrar oportunidades en todo el territorio nacional, vivamos donde vivamos. Ese equilibrio sería el mejor premio a los trabajos que se han realizado tanto en esta comisión como en la ponencia de despoblación, y sería la mejor respuesta al gran talento -utilizo una expresión suya- que han aportado los comparecientes en estas sesiones.
Muchas gracias, presidente.
El señor PRESIDENTE: Gracias, senador Becana.
Por parte del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el senador De Barrionuevo.
El señor DE BARRIONUEVO GENER: Muchas gracias, señor presidente.
Don Juan Carlos, bienvenido y muchísimas, muchísimas gracias, se lo digo de corazón, por todas las aportaciones que ha hecho en la comparecencia de hoy, que como bien ha apuntado nuestro presidente es la última que vamos a tener, con 49 o 50 previas a la suya. Le puedo decir que, sin desmerecer al resto, la suya podría estar entre las 5 mejores que yo he escuchado. Ha aportado muchísimo con su intervención, y sobre todo un ingrediente nuevo: el emprendimiento para las zonas de montaña.
Normalmente, cuando nos informan sobre las comparecencias intento leer sobre la persona a la que voy a preguntar y con la que voy a compartir la sesión. De todo lo leído sobre usted, lo que se ve es que es una persona muy inteligente y, sobre todo, muy sencilla. Muy sencilla porque, a pesar vivir en Benasque, un municipio de 1500 personas –o ahí nació–, ha creado, de una empresa familiar, un auténtico holding a través de la red del comercio electrónico, con una gran facturación que no viene al caso decir. Gracias a ese emprendimiento usted da trabajo a más de 200 personas.
Además, esa habilidad que usted tiene la comparte, como bien ha expuesto, a través de escuelas de emprendedores. Sé, además, que usted es patrono de la fundación Empezar por Educar, que se dedica a formar a graduados universitarios y a jóvenes emprendedores, evitando las desigualdades educativas, y a crear políticas de rendimiento. Asimismo, creo que tiene el gran honor de ser el único empresario español de la lista de jóvenes líderes globales –creo que solo hay 197 personas– menores de 40 años con la capacidad de cambiar el mundo de la montaña.
Suscribo totalmente las palabras de mi compañero, el senador José María Becana, en el sentido de que nos gustaría tener la oportunidad de charlar con usted -desgraciadamente ya no podrá ser en esta sesión- por lo mucho que sé que podría aportar.
Como verá, el motivo de esta comisión es crear una ley de montañas o dar las pautas para ello, y para eso ha venido aquí gente conocedora del problema, gente que tiene arraigo a la montaña. Por supuesto, tendremos en consideración todo lo que usted ha aportado, que ya le he dicho que ha sido mucho. Se ha hablado de cambiar, de que haya una discriminación positiva en fiscalidad y en materia agropecuaria, porque lógicamente una empresa ganadera familiar que elabora un producto no puede tener los mismos controles sanitarios, con tanta exigencia, como les ocurre a las grandes industrias.
Con toda su experiencia, porque todo lo demás lo han reflejado muchos compañeros, ¿qué tipo de ayuda ha recibido usted para, siendo una persona de padres trabajadores, haber podido transformar su localidad y llegar donde ha llegado? Asimismo, ¿qué le hubiera gustado recibir y no obtuvo?
Me gustaría terminar mi intervención con una frase suya, que ya le adelanto que voy a plagiar, se lo prometo: Innovar no es hacer algo que no hicieras antes, sino hacer algo nuevo que tienes que aprender.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador.
Para contestar a estas preguntas, tiene usted la palabra.
El señor BARRABÉS CÓNSUL: Muchas gracias. Empiezo por orden inverso.
Tres cosas. Primero, que a mí, desde hace muchos años, me gusta mucho viajar, y he podido comprobar que los lugares más interesantes del mundo, en general, tienen muchísima diversidad, como ocurre cuando vas en temporada alta a los lugares turísticos de las montañas, que son como Shanghái o Nueva York. Siempre recuerdo un hotel que hay en Benasque porque una vez entré en la cocina y salí diciendo: ¡Madre de Dios, esto es la cocina de Star Wars! Había gente de todo el mundo, era tremendo, era como si hubiera de muchos planetas también. Así que nosotros tenemos una diversidad enorme, y este es un punto muy importante. La razón por la que no engranamos de una manera definitiva es porque nuestra diversidad es enorme, y eso nos genera no un efecto rechazo -no es cierto, no creo que haya racismo, de ninguna manera-, sino un efecto separador, porque a esa diversidad hay que añadir un factor determinante: que no son siempre los mismos. Nos hemos acostumbrado a una rotación de turistas y a una rotación de trabajadores. Nos hemos metido en una especie de rueda en la cual nosotros somos lo único fijo y todo lo demás cambia. Esto es siempre un problema. Cuando tú te consideras la parte fija y el resto cambia, te consideras más importante, porque lo otro ya ocurre. Con los años esto es lo que está sucediendo. En realidad, lo que nos pasa es que tenemos un problema grave para fijar población y para fijar talento. Esto ocurre por una razón fundamental: porque nosotros no somos capaces de construir empresas medianas e interesantes.
Cuando hablo de empresas hablo también de instituciones, organismos, asociaciones o empresas sociales. Esto, básicamente, es porque no tenemos formación, es decir, sabemos llegar en casi todas las zonas de montaña de España al tres estrellas, bastante gente es capaz de montar un hotel de tres estrellas, pero todos los que montan uno de cuatro se arruinan. Esto es bastante general, excluyendo alguna zona concreta donde han ido cadenas internacionales o nacionales. Esto es así. Y dirán: ¿Por qué tenemos ese problema para pasar del tres al cuatro estrellas, o del dos al tres –en muchos lugares es del dos al tres? Pongo el ejemplo de los hoteles, pero pasa en todas las industrias. La respuesta es por la formación, que es la base, pero también tenemos un problema enorme, y es que hay muy pocas -por no decir ninguna- cadenas de hoteles que estén en más de tres valles del Pirineo, en más de tres zonas. No están en Cazorla ni están en Sierra Nevada. ¿Por qué no hay especialistas en las zonas de montaña? Esto es una cosa tremenda. ¿Porque somos tan de nuestro valle que no sabemos hacer nada fuera o porque no somos capaces? Es porque no somos capaces. Y no somos capaces porque nos falta financiación, formación y capacidades tecnológicas.
La financiación es clave. El modelo de financiación del Pirineo es de autogestión. Yo no quiero que quiten ninguna subvención -si la gente tiene acceso, que la tenga-, pero creo que al margen de ese modelo, que está bien, necesitamos un paso más, necesitamos inversión y un modelo de negocio. Necesitamos que un señor, si tiene un hotel en Benasque y quiere abrir uno en Jaca, no tenga 50 000 euros, sino medio millón de euros. Eso sí, que para tener acceso a ese préstamo tenga que demostrar en un plan de negocio que es capaz de hacerlo, que tenga que demostrar que incluye a dos personas con formación, que a lo mejor no son de ahí porque no las hay, o a lo mejor sí -¡ojalá!–, de tal manera que seamos capaces de integrar el talento.
Nosotros podemos originar muchísimos negocios, también los puede originar gente de fuera, pero nosotros somos capaces de originar muchos negocios siempre y cuando incorporemos talento, porque si no del tres al cuatro nos la damos.
Por tanto, creo que tenemos un problema que es la combinación del modelo de financiación, insuficiente a todas luces -es un modelo para que pases el invierno y si no ha nevado que te ayuden, como ocurre en otros sitios si la cosecha ha sido mala-, con un modelo de inversión a diez o doce años para creación de industrias medianas, que fijan población, con lo que evitamos ese cambio. En mi caso, una empresa mediana, es difícil que cambiemos de gente porque las personas tienen trabajo –no sé si para toda la vida-, a no ser que se quieran ir. De hecho hay gente que lleva muchísimos años con nosotros. En una empresa mediana la rotación es muchísimo menor porque no te lo puedes permitir como empresa, básicamente, y porque para tener una empresa mediana tú ya te encargas de tener pocas temporadas; vendes por internet, haces lo que tengas que hacer para que realmente seas capaz de tener menos temporadas. Esa combinación financiación-inversión es fundamental.
Desde este punto de vista, estamos en un momento en el que en el mundo hay talento que no se mueve específicamente por dinero, sino por modo de vida; sin duda lo hay, pero no se puede originar en las zonas de montaña porque no hay financiación. Simple y llanamente es muy difícil.
Hablabas de las eléctricas, cuestión muy interesante. Las eléctricas deberían montar estos almacenes de datos porque es un negocio que les es muy propio y lo están haciendo en otros lugares. Es lógico que lo hagan, y que lo hagan donde están obteniendo un beneficio. ¿Para qué me sirve eso? Para crear un montón de industrias adyacentes a esos almacenes de datos y tener una clase media. Esa industria, si realmente la monta alguien del Valle de Bohí, en el Pirineo, ¿la va a poder tener en 5 valles? Si tiene financiación, sí; y seguramente tendrá que tener talento. Todo esto es como una pescadilla: nuestro problema de diversidad es que es móvil, y la diversidad realmente encaja si es estable. Así es como se crea el gran Shanghái o el gran Bangalore, que es bestial. Así que tenemos que generar esa estabilidad y, para eso, debemos generar estabilidad en los negocios y tamaño, estabilidad y tamaño. Yo creo que ese es el camino. Nosotros necesitamos una revolución empresarial en las zonas de montaña. Esto implica un nuevo modelo de financiación, un nuevo modelo de formación y la atracción de talento. Es más que posible. Realmente, en el inicio de la tercera revolución industrial yo diría que el futuro de las montañas es más que posible, más de lo que lo fue en los años sesenta.
Hoy –no quiero decir prometedor, se me ha escapado–soy optimista con el futuro de las montañas por el modelo industrial que viene. Desde luego, en los años sesenta era prácticamente imposible porque la distancia que había entre la vida en un pueblo y en una ciudad era bestial y las oportunidades simplemente no existían.
Hoy vuelve a haber oportunidades, pero debemos crear un modelo que permita oportunidades. El ecosistema de hoy todavía no lo permite, todavía es un modelo específico demasiado pensado en la persona y no en el ecosistema.
No sé si me he dejado algo.
El señor PRESIDENTE: Muchísimas gracias.
Como ustedes comprenderán, los comparecientes de la última sesión no han sido elegidos al azar.
Quiero dar las gracias a la señora Cófreces, que nos ha acompañado toda la tarde, su magnífica intervención. Y especialmente al señor Barrabés, sobre el que un senador ha dicho que era un broche de oro. Yo creo que ha sido un magnífico cierre y que hemos acertado.
Señor Barrabés, usted no es un masái, sin duda; usted es un montañés que ha elegido y que hace lo que quiere hacer. Ha dicho usted que las montañas son primero personas y después territorio, y que quien mejor sabe lo que hay que hacer son los montañeses; y usted, como buen montañés, sabe perfectamente lo que tiene que decir. Opina, y opina mucho y bien. Muchísimas gracias.
Señorías, ya no hay más comparecencias. Ahora les invito a trabajar. En breves días van a recibir ustedes el primer borrador de las conclusiones. Lo recibirán los portavoces para que ellos hagan la distribución que quieran, y en la próxima semana de Pleno haremos una reunión de mesa y junta de portavoces para fijar cómo vamos a trabajar de aquí a que presentemos las conclusiones.
Gracias por haber asistido y por haber participado en todas las sesiones, y sigan trabajando porque hay todavía mucho por hacer.
Muchas gracias.
Se levanta la sesión.
Eran las veinte horas y quince minutos.
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