11) Tal y como Muhammad alegaba que un ángel le acompañaba, dándole revelaciones que eran tan
divinamente inspirada como las escritas por los antiguos profetas, de ese mismo modo la Sra. de White
alegaba que un ángel a menudo le acompañaba, mientras recibía revelaciones divinas cuyo grado de
inspiración seria igual al de los grandes profetas de la antigüedad.
12) El profeta Muhammad hizo grandes reclamos teológicos [como fue el caso cuando afirmaba que, si
Moisés hubiese vivido en su época, aun Moisés habría sido su discípulo]. En adición,
los seguidores de
Muhammad adscribieron a este ultimo grandes y sublimes atributos [como fue el caso de alegar que
Muhammad era “el sello de todos los profetas”-- es decir, el grande y último mensajero Divino].
Pero la dura realidad es que, ya que Muhammad nunca hizo ningún gran milagro, ni tampoco realizo ninguna
grande profecía [cuyo cumplimiento halla sido objetivamente corroborado], no
podemos descartar la
probabilidad de que tanto los grandes reclamos, como los sublimes atributos adscritos al profeta sean el
natural producto de una atrevida fanfarronería religiosa, así como de un exagerado culto a la personalidad
humana de un gran líder.
Y así como sucedió con Muhammad, sucedió tambien con la Sra. de White; pues esta última hizo grandes
reclamos teológicos, y recibió grandes y sublimes títulos. ¿Que grandes reclamos hizo la Sra. de White? --
Pues un ejemplo de ellos es afirmar que el alma no es inmortal, y que Jesús había entrado
en el Templo
celestial para realizar “un juicio investigador” (¡como si, al igual que sucede con los frágiles seres humanos,
Dios y sus ángeles sufrieran de desconocimiento!). ¿Que grandes y sublimes títulos recibió la Sra. de White?
Pues, aunque no lo dicen directamente, en la practica sus seguidores le atribuyen los mismos títulos que en
antaño fueron adscritos a Muhammad: el ser “el sello de todos los profetas”, siendo la representante de el
último gran mensaje para la humanidad.
13) el profeta Muhammad a menudo enseñaba a sus seguidores cosas que él mismo no practicaba. Por
ejemplo, (a) Muhammad enseñaba que el creyente Islámico no debía tener mas de cuatro esposas-- ¡pero
Muhammad mismo tenía en cambio casi una decena de ellas! (2) Muhammad enseñaba que los creyentes
tenían que dejar preparado [de antemano] un testamento-- ¡Pero Muhammad murió sin dejar preparado
ningún testamento! De ese mismo Modo, la Sra, De White enseñaba que el creyente debía ser vegetariano.
¡Pero ella misma siguió comiendo carne hasta tarde en su madurez!
14) Así como el mensaje de Muhammad era bipolar, ambiguo,
y por ende depresivo, de ese mismo modo el
mensaje de Elena G. de White era bipolar, ambiguo, y depresivo. ¿Por que? ¡Pues porque ambos mensajes
prometen a sus seguidores experimentar tanto el Cielo como el infierno! Es decir, así como Muhammad
enseñaba que los creyentes habrían de ir al infierno, para luego salir de allí [por su fe en el mensaje de
Muhammad]
y ser llevados al Cielo, de ese mismo modo la Sra. de White afirmaba que los creyentes habrían
de ir al infierno [que ella identificaba como el “sheol” o “la tumba”], para luego salir de allí [por su fe en el
mensaje adventista] y ser llevados al Cielo.
15) Al igual que sucedió con Muhammad, quien tomó la postura extrema de afirmar que ni siquiera un bebé
que muriese en su temprana infancia tendría garantía alguna de salvación; de ese mismo modo la Sra. de
White esbozó posturas extremas y radicales que indicaron dificultad para esbozar perspectivas balanceadas
acerca de la verdad Divina. Por ejemplo, la Sra. de White pensaba que el Creador no sería un
Dios de justicia
si castigase eternamente a un hombre que hubiese pecado solo durante unas cuantas décadas.
Y, como resultado de esta lógica, la Sra. de White comenzó a postular la radical idea que no existe castigo ni
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infierno alguno [fuera de la tumba], sino que el pecador no arrepentido simplemente dejaría de existir. De
nuevo, la Sra. De White nunca pudo entender que el mensaje Divino es la sana y balanceada ley de “siembra
y cosecha”, donde se le hace al hombre lo mismo que él ha hecho a los demás (“…
Do'stlaringiz bilan baham: