3. VICENTE DE BEAUVAIS Y EL SPECULUM MAIUS
Una enciclopedia. Una figura. Un trabajo inmenso, ingente, que se va haciendo cada vez mayor.
3.1. Aspectos biográficos
La mayoría de los historiadores sitúan su nacimiento en Beauvais, hacia 119090. Los datos son escasos y algunos de ellos inciertos y dudosos91. Ha sido en el siglo XX cuando se han conseguido avances en el conocimiento y difusión de su obra, aun cuando su vida todavía permanece casi desconocida.
Su vida abarcó los reinados capetos de Felipe Augusto (1160-1223), Luis VIII (1223-1226) y Luis IX de Francia (1226-1270). Como ya hemos indicado, sus reinados representan una de las monarquías más estables y sólidas de la Europa occidental. Un poder que considera al rey responsable de la vida y bienestar de su reino, pero, y aún más importante, colaborador directo y fundamental en la corredención de todos y cada uno de sus súbditos.
En el ámbito religioso son tres acontecimientos los que marcan la vida de Vicente de Beauvais.
En primer lugar el impulso que supuso la aparición de las órdenes mendicantes. Franciscanos y dominicos optaron por una pastoral más urbana, disciplinar e intelectual. Siguiendo el ejemplo de sus fundadores eligieron la ciudad como centro de su actividad religiosa y pastoral92.
En segundo lugar el IV Concilio de Letrán, convocado en 1215 por el papa Inocencio III. Supone uno de los concilios más importantes de la historia de la Iglesia al apostar por una profunda reforma pastoral, disciplinar y pedagógica.
En su canon XI se prescribe que toda iglesia o catedral que tuviese medios suficientes, señalase los beneficios para el aprendizaje de la gramática, de la teología y de otras disciplinas semejantes93.
Papas posteriores como Honorio III institucionalizaron las migraciones intelectuales, dando un impulso notable a la universidad y a la aparición de los colegios universitarios.
El tercer acontecimiento que marca la religiosidad de este siglo, y, por tanto, de Vicente de Beauvais, es la intensa devoción mariana. Cualquier teólogo de la época, incluido Vicente, dedica gran parte de su obra a la figura y virtudes de la Virgen.
Desde el punto de vista biográfico son estos los momentos y datos constatados con mayor verosimilitud:
Llega a París en 1209, a su primera residencia, el Colegio de San Quintín, fundado ese mismo año para estudiantes de Teología. Llega en busca de ciencia y títulos académicos. Aquí las circunstancias hicieron que entrara en contacto con lo que le iba a condicionar su vida: la Orden de Predicadores de Santo Domingo de Guzman. Fue en este colegio donde conoció el espíritu de santo Domingo.
Vicente no tomará el hábito antes de 121894. En esta época ya aparece formando parte de la treintena de maestros y estudiantes. El Colegio de San Quintín llegará a ser el convento de Saint-Jacques. Contaba en 1222 con ciento veinte dominicos. Los años parisinos conformaron la personalidad de Vicente. Su formación inicial la recibió en la Universidad parisina. En estos años apenas sabemos de su vida. Pudo recibir las licenciaturas de Artes y Teología.
Su formación académica pudo venir definida por los momentos que marcaron la Universidad de París.
En primer lugar la admiración hacia el neoplatonismo agustiniano, reinterpretado por autores de los siglos XI y XII , ya citados en el capítulo de la ciencia como San Anselmo (1033-1109), Bernardo de Claraval (1090-1153), los victorinos: Hugo (1096-1141) y Ricardo de San Víctor (+ 1173). En esta admiración será fundamental la evolución de ese agustinismo hacia un aristotelismo cristianizado. Los grandes personajes caerán subyugados por la recién descubierta filosofía arábigo-aristotélica, que proyectó en Occidente, y fundamentalmente en París, el corpus Aristotelicum, el Nuevo Aristóteles, reivindicando el uso y ejercicio de un razonamiento más inductivo y experimental. Estas ideas se harán especialmente notables en la obra de Vicente.
La recepción del Nuevo Aristóteles determina tres etapas, que directa o indirectamente influyeron en la formación del dominico. Primero, una etapa de recepción, durante los diez primeros años del siglo XIII, donde se introducen la Metafisica y los Libri naturales del Estaragita.
Estas obras abren un horizonte científico nuevo, pero, como ya hemos dicho en capítulos anteriores, entran en conflicto con puntos cruciales de la teología cristiana. Entre 1210 y 1240 se produce la segunda etapa, la de la censura. No se podían explicar ni la Metafísica ni las obras de su Filosofía natural. Pero esta prohibición sólo afectaba a la lectio, no a la lectura privada.
Entre 1240 y 1255 se alcanza la etapa de aceptación, en la que las censuras dejan de tener sentido. Para estas fechas Vicente ya se había empapado de los nuevos horizontes científicos provenientes de Aristóteles y los saberes griegos.
Por último, tres personalidades dejaron una gran huella en nuestro dominico: Guillermo de Auxerre95 (1144-1231), Alejandro de Hales96 (1185-1245) y Felipe el Canciller97 (1170-1236). Son los conocidos como maestros de primera generación.
Hacia 1220 fue construida en Beauvais una casa dominica, a la que es enviado Vicente entre 1225 y 122998. En esta casa su principal obligación era la del estudio, formarse y formar a los demás en el carisma fundacional de Santo Domingo de Guzmán. La formación moral, intelectual y doctrinal pasaba por ser la raíz y el punto axial del apostolado de su Orden.
Su fama de predicador y hombre sabio atraviesa el convento y le abre las puertas de la Corte de Luis IX de Francia, que le llamó para predicar en la abadía cisterciense de Royaumont, cerca de París, en Oise99.
Allí será maestro de benedictinos, logrará medios para la realización de sus obras, y será nombrado lector de la abadía real (munus lectoris). Y allí nace y se consolida una amistad profunda con el monarca.
El cargo de munus lectoris tenía una doble acepción: por un lado recaía en él la responsabilidad docente y organizativa de la escuela benedictina; por otro, le convertía en el Domesticus familiaris de la familia real. Conferenciante, maestro de la corte, consejero del rey y de la reina, confesor, escritor,…
Así lo manifiesta en el prólogo del De morali principis institutione. “Tiempo atrás, cuando, por mandato de Vuestra Majestad, mi Señor Rey de Francia, desempeñaba el oficio de lector en el monasterio de Royaumont, advirtiendo yo la diligencia con la que Vuestra Majestad y la real familia prestaban no solamente oídos, sino también el alma a las palabras de mis sermones, se me ocurrió que sería útil reunir en un solo libro, ordenado por capítulos, algunas observaciones pertinentes a la educación de los príncipes”100.
Los últimos escritos ponen de manifiesto que sus últimos años no los pasó en el monasterio de Royaumont, aunque continuó con su amistad con la familia real y su producción literaria.
La fecha de su muerte no se conoce con exactitud, aunque se toma como más probable 1264101. Louvet, en su Historia de la diócesis de Beauvais, relata, sin que existan pruebas de ello, que su cuerpo fue depositado en Beauvais en el convento de los jacobinos.
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