Capítulo 41: Los signos que anuncian una tormenta
Por otro lado, la salida y puesta de algunas estrellas suele provocar unas tormentas fortísimas, cuya fecha concreta han determinado los testimonios de los autores. Sin embargo, dado que esta fecha a veces cambia por diversos motivos y —todo sea dicho— el ser humano tiene vedado el conocer por entero los efectos de las estrellas, las observaciones marineras dividen su atención entre tres aspectos.
[Primero:] Puede ser que algunas tormentas suelan suceder alrededor de algún día determinado, como se ha explicado: por ejemplo, las Pléyades, cuando su curso, según lo prescrito por el arbitrio del Creador, entran o abandonan algún signo [¿zodiacal?], acostumbran a alterar la mar. Y respecto a los días de luna nueva, tanto la experiencia práctica como la sabiduría popular consideran que suelen estar llenos de tormentas y aconsejan a los navegantes que sean precavidos.
[Segundo:] El paso de un tiempo sereno a uno tormentoso viene anunciado por muchos signos que se pueden observar en el disco de la luna con tanta claridad como si fuera un espejo: si es rojizo, indica vientos; uno azulado, lluvias; uno a medio camino, nubes y violentas tormentas; un disco radiante y alegre promete a los marineros tranquilidad que su propia cara refleja, si al cuarto día de su nacimiento sus cuernos brillan afilados y no la oscurece ningún vaho427.
[Tercero:] Otro factor a tener en cuenta es el Sol, cuando sale y cuando se pone: si brilla por igual por todas partes o si una nube tapa su brillo, si reluce con el brillo habitual, si parece arder por la acción de unos vientos amenazantes o si está apagado o manchado por la lluvia que viene de camino. Pero el aire, el propio mar y el tamaño y aspecto de las nubes también informan a los marineros que desean saber y a veces las aves y los peces también pueden pronosticar el tiempo, cosa que Virgilio en las Geórgicas comprendió con su talento casi divino, y Varrón explicó cuidadosamente en sus “Libros marineros”.
Los timoneles afirman que ellos conocen esto más por la pericia que les da práctica que con las bases bien asentadas de una enseñanza formal428.
[col259] Capítulo 42: Las nubes
Extracto del libro “La descripción del mundo”429: Otro de los efectos del soplar de los vientos es que elevan algo de agua al cielo que, al reunirse, se condensa en forma de nube. Y se les llama nubes por ser como naves de nimbos430.
San Isidoro, en la obra antes citada431: Las nubes, que reciben ese nombre por nublar —es decir, cubrir— los cielos, se producen debido a la acumulación de la densidad del aire en un lugar por la acción del viento. De ahí que el poeta diga432: “El aire se encoge en nubes”
Prisciano, Respuestas a Cosdroe, rey de los persas: Las nubes y la lluvia no las causa una falta de aire sino que aparecen a raíz de una perturbación del propio aire a gran velocidad. Y es de sobra conocido que las nubes carecen de una solidez, fuerza o grosor tal que pudieran sostener el más minúsculo peso en el aire o levantarlo del suelo. De hecho, incluso los vientos, pese a que tienen mucha fuerza y pueden soplar muy fuerte, no pueden ni siquiera sostener una pequeña piedra en el aire.
Extracto del libro “La naturaleza del mundo”: Las nubes reciben ese nombre por ser como naves de nimbos, porque gracias al calor del Sol, que las levanta del suelo en forma de vapor, se acumulan en el cielo y se condensan. Una vez que se han hecho pesadas por la enorme cantidad de humedad reunida y cuando ya no tienen fuerzas para moverse más lejos, los vientos las disuelven y en forma de lluvia, nieve o granizo vuelven a caer a tierra, para que al ascender de nuevo crezcan como nubes.
Hugo, Los seis días: Las nubes no son otra cosa que la acumulación de unas pequeñísimas gotas de agua que por la acción del calor han ascendido a los cielos. Cuándo se convierten las nubes en aire No obstante, si la fuerza del calor fuera excesiva, entonces ese calor convertiría a toda esa acumulación de vapor en aire puro, pero si fuera más bien débil, entonces aquellas minúsculas gotas se irían haciendo más y más grandes al chocar entre sí: he ahí la causa de la lluvia. En cambio, si el viento enlaza estas pequeñas gotas, se convertirán en nieve y, si se hacen gordas, en granizo.
Opinión del autor. Por tanto, las nubes, cuando suben del mar, abandonan su amargor y quedan suspendidas por encima de la tierra. Los impulsos de los vientos las llevan de un lado a otro y, donde su vuelo las lleva, o bien se deshacen en lluvia, trueno, nieve o granizo o bien se hacen más resistentes. Si se debilitan, se pueden convertir en un arco iris, es decir, en un arco del cielo. De ahí que estos versillos describan así las propiedades de las nubes: Eolo la levanta, al mar abandona, en lluvias se disuelve, del trueno vuela y, si débil, arco de iris.
Capítulo 43: Las diferentes causas de la aparición de las nubes
Séneca, libro 5433: Una nube está compuesta tanto de elementos secos como húmedos: la nube es una condensación de aire compacto.
Vitruvio, en la obra antes citada, libro 8434: También los vientos arrastran y agrupan los humores que surgen de las fuentes, ríos y pantanos: con el calor del Sol, se condensan, se elevan y así forman nubes en lo alto. También el aire, cuando está ca, puede elevar los vapores de la tierra y producir nieblas: compárese, por ejemplo, con lo que sucede en unos baños, donde las salas que están encima de las calderas tienen sus fuentes, pero su cielo, calentado por los vapores del fuego, atrae el agua del suelo y la deposita en el techo. El vapor caliente siempre tiende a subir y, en un primer momento, se queda suspendido en el aire por su propia ligereza, pero cuando es mayor la acumulación de vapor, ya no puede mantenerse en el aire debido a su peso y empieza a destilarse en las cabezas de los que se están bañando. Un ejemplo que nos enseña el comportamiento atmosférico del vapor Según esta misma ley, el aire del cielo, cuando recibe el calor del sol, extrae la humedad de todos los lugares y la reúne en forma de nubes, mientras que la tierra, cuando recibe el calor de Sol, expele sus humedades de una manera similar a como el cuerpo humano suda.
Como muestra, un botón: de entre los vientos, el Septentrión y el Aquilón, como el lugar de origen del que proceden es el más frío de todos, tienen un soplo seco y puro, pero el Austro y los demás, dado que soplan por donde pasa el Sol, son más húmedos y siempre traen lluvias porque arrastran hacia el Norte toda la humedad de las regiones que cruzan al llegar tan calientes de las regiones más tórridas de la tierra [col260]. Puede que también sea una prueba el hecho de que los manantiales de los ríos, según podemos leer, son más abundantes y mayores hacia el Norte.
Do'stlaringiz bilan baham: |