Capítulo 33: Otros tipos de vientos
¿Por qué se les llama unos vientos perezosos? A los vientos etesios388 los marineros los consideran perezosos y delicados, porque no saben soplar de buena mañana y, según dicen, no existen en invierno, porque durante esos días tan breves el Sol se pone antes de calentar el aire y por tanto las nieves que caen pueden perdurar. En cambio, en verano, cuando el día es más largo y los rayos del Sol caen directamente sobre nosotros, los etesios sí que soplan; por tanto, no puede existir ninguna duda sobre el hecho de que la nieve despide mayor humedad cuanto más calor la afecta y, de la misma forma, la tierra, una vez que se libra y se quita de encima la nieve, parece respirar mejor389. Entonces llegan del Norte a nuestras tierras, un lugar más bajo390 y cálido, unas partículas suspendidas en el aire: de este movimiento reciben sus fuerzas los etesios.
¿Cuándo soplan los etesios? Este es el motivo por el cual empiezan a soplar tras el solsticio y duran más allá de la salida de la constelación del Can Mayor: alrededor de esa época del año ya ha llegado a nuestra región la mayor parte de las frías emanaciones del Norte pero el Sol, que incluso tras haber alterado su rumbo sigue golpeándonos con sus rayos de pleno, arrastra a una parte del aire [¿hacia sí?] y empuja a la otra. Así el soplo de los etesios rompe el bochorno y nos protege de lo peor del calor de esos meses tan cálidos. Por otro lado, tal y como dije, los vientos etesios son perezosos a la hora de soplar, cosa que no sucedería si fuera el Sol —como sucede con el resto de brisas— quien los excitara. Además, si la causa de que soplen fuera el hecho de que los días sean más largos, entonces soplarían ya antes del solsticio, cuando los días son más largos y el deshielo es más grande.
Hay otro tipo de vientos que surgen a partir del desgarro de una nube, por donde caen. A estos vientos los griegos los llaman ecnefios391, que, según creo, se producen así: Generación de vientos ecnefios puesto que en el vapor que se eleva de la tierra hay multitud de cuerpos, unos secos y otros húmedos, con grandes diferencias entre sí y que se combaten mutuamente, es plausible que se creen algunas nubes dejando entre ellas unos espacios porosos y estrechos, cuya forma recuerda a un flauta. Allí dentro queda encerrada una sutil corriente de aire, que anhela un espacio mayor, mientras se va calentando progresivamente por estar encerrada y va aumentando de tamaño; al final, acaba por desgarrar la nube y emerger como si fuera un viento. Estos vientos son casi siempre tormentosos, porque ni se difunden de forma natural ni manan de algún agujero392 sino que tienen que luchar para abrirse paso; mas es un viento breve, porque rompe las cavidades de las nubes donde estaba contenido, pero puede ser mucho mayor si consigue unirse con otras corrientes de aire que también tengan la misma causa, tal y como sucede con los torrentes.
La ruptura de una nube genera vientos, y esa ruptura se puede producir de diversas maneras: a veces se debe a que una corriente de aire rompe esa acumulación —también llamada aglomeración—, otras veces a los esfuerzos del aire encerrado dentro que busca una salida y otras a al calor, ya sea el producido por el Sol ya sea el provocado por el rozamiento debido al choque de unos grandes cuerpos entre sí393. Así pues, cuando no hay nada que se le oponga, el viento se arroja todas sus fuerzas pero cuando rebota contra algún obstáculo o se acumula a la manera de un delgada espiral por la resistencia de los objetos contra los que choca, lo más habitual es que empiece a girar sobre su eje y que por su propio giro sobre sí mismo se convierta en un tornado. Y si este tornado dura y se vuelve más agresivo de lo habitual, se puede inflamar Prester y se convierte en un tornado en llamas, al que los griegos llaman prester394.
Capítulo 34: El número de vientos y los motivos del nombre de cada uno
Aristóteles, en la obra antes citada: Algunos sabios llamaron a todos los vientos “viento”, igual que a todos los ríos “río”, argumentando que la base de todos los vientos es aire en movimiento y que la diversidad de los vientos se debe a la diversidad de los lugares donde acontecen. Sin embargo, esto lo dijeron sin pensar; siempre es una mejor idea hablar después de investigar una cuestión.
Isidoro, en la obra antes citada395: El viento, es decir, el aire en movimiento y agitado, [col254] recibe un nombre distinto según de qué parte del cielo sople. Hay cuatro vientos que son especialmente importantes: primero, del Este, el Subsolano; del Sur, el Austro; del Oeste, el Favonio, y del Norte sopla un viento con el mismo nombre396. Cada uno de ellos tiene a dos hermanos a sus lados: el Subsolano tiene a su derecha al Vulturno y a su izquierda al Euro; el Austro al Euroaustro a su derecha y al Austroáfrico a su izquierda; el Favonio, también llamado Céfiro, mira al Áfrico a su derecha y al Coro a su izquierda; por último, el Septentrión tiene al Circio a su derecha y al Aquilón a su izquierda.
Las corrientes de estos doce vientos rodean la faz de la tierra y sus nombres les fueron asignados por unas determinadas causas. El Subsolano recibe ese nombre por surgir bajo el Sol naciente397; el Euro porque sopla desde donde está la Aurora398, es decir, desde el Este, y al Subsolano viene unido el Vulturno, porque resuena desde lo alto399. El Austro recibe su nombre por secar las aguas400, por lo que también aumenta la humedad del aire y alimenta las nubes; de ahí que en griego se le llame Noto, porque contamina el aire401, pues el Austro transmite la pestilencia que nace de la contaminación del aire al resto de regiones, pero así como el Austro transmite la pestilencia a otras regiones, el Aquilón la aparta. El Euroaustro recibe ese nombre porque se dice que está entre el Euro y el Austro, mientras que el Euroáfrico lo recibe porque está unido a cada lado con el Euro y el Áfrico. El Céfiro recibe ese nombre en griego porque su soplo da vida a las flores y las semillas, mientras que el nombre de Favonio le viene en latín de favorecer su nacimiento402: bajo el Austro se marchitan, bajo el Céfiro germinan. El Áfrico recibe el nombre por la región de la que procede, donde tienen su inicio sus corrientes. El Coro sopla del Occidente en verano, y recibe ese nombre porque cierra el círculo de los vientos y los hace bailar como si fueran un coro. El Septentrión porque proviene del círculo de las siete estrellas que, si echamos la cabeza hacia atrás, parece que el mundo, mientras gira sobre sí mismo, las arrastra consigo 403. El Circio recibe este nombre porque está cerca del Coro404, mientras que el Aquilón lo recibe porque evita la evaporación y deshace las nubes: es un viento frío y seco. Puesto que también es un viento frío y seco, lo mismo hace el Bóreas, que recibe ese nombre por soplar desde las tierras de los hiperbóreos405: la naturaleza de los vientos del Norte es fría y seca, mientras que la de los vientos del Sur es cálida y húmeda. De entre todos los vientos, hay dos que son los más importantes, el Septentrión y el Austro, pero aparte de estos dos hay por todas partes una serie de corrientes de aire —antes que vientos—, llamados “terral” si soplan por tierra y “virazón” si en la mar406.
Séneca, en la obra antes citada407: Me parece bien afirmar que hay doce vientos, aunque no sea porque en todas partes haya doce —a algunos la inclinación de la tierra408 los tapa,— sino porque nunca hay más de doce.
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