Concepto de medio ambiente en la obra de vicente de beauvais

Capítulo 65: Tanto el rayo como el relámpago están compuestos de fuego

Un rayo es de fuego y asimismo sucede con los relámpagos, que no son otra cosa más que la futura llama de un rayo si hubiera tenido más fuerza: así pues, su diferencia no radica en su naturaleza sino en su fuerza. Respecto al rayo, su propio calor demuestra que es fuego mientras que la única causa posible de un relámpago es también el fuego. Sus efectos lo demuestran: frecuentemente, un rayo ha sido la causa de grandes incendios, grandes bosques y barrios enteros de algunas ciudades quedan calcinados; algunos de ellos, aunque no les haya golpeado directamente el rayo, parece que sí se hubieran quemado y se quedan ennegrecidos. ¿Y qué decir del olor sulfuroso que deja? Así pues, es evidente que ambos están compuestos de fuego y que su única diferencia es el camino que recorren: Rayo, relámpago un relámpago es un rayo que no llega a tocar el suelo y de la misma manera un rayo es un relámpago que sí que alcanza la tierra; dicho de otra manera, un relámpago es casi un rayo, un rayo es algo más que un relámpago.

Es de todos conocido que el fuego puede aparecer de dos maneras, ya sea atraído por los golpes entre dos piedras ya sea por fricción, como cuando se frotan dos maderos durante un buen rato —y no te servirá cualquier madera, sino que debes elegir aquellas que son mejores para el fuego, como el laurel, la hiedra y el resto que los pastores recomiendan a tal efecto—. Por tanto, es posible que, de la misma manera, aparezca cuando dos nubes chocan entre sí o se frotan. Puesto que el aire es susceptible de encenderse bajo fricción, como sucede cuando se convierte en viento, es razonable que se encienda en llamas, aunque será breve y pronto se apagará ya que ni nace en un material sólido ni donde pueda residir. Por tanto, cruza el aire y sólo dura tanto como su camino y recorrido, porque ha sido lanzado sin combustible.

Desde luego, el fuego naturalmente surge en forma de pirámide, mas en el caso de un rayo cae obligado por alguna fuerza o presión que le golpea: es igual que lo que pasa con los árboles, cuyas copas, si son flexibles, pueden doblarse hasta el suelo, pero en cuanto las dejas ir recuperan su posición. Así, si al fuego le permites ir adonde él quiera, busca el cielo, es decir, el lugar donde naturalmente reside la materia más ligera, mas doquiera que haya algo que lo obligue y rechace su ímpetu, allí será su servidor y no seguirá sus impulsos naturales.

Aristóteles, en la obra antes citada: ¿Por qué un rayo desciende a la tierra, si el fuego tiende a subir? Porque una parte suya está compuesta por el denso vapor terrestre, cuyo peso le obliga a descender. Un rayo nos parece blanco cuando el vapor que lo conforma es puro, fruto del enrarecimiento, no como cuando surge de un incendio o un fuego.

Capítulo 66: ¿Por qué las nubes, si están hechas de agua, pueden producir rayos?

Séneca, en la obra antes citada⁴⁸²: Duda Quizá me preguntes: “¿cómo puede ser que las nubes, pese a ser húmedas, produzcan fuego, a pesar de que el hecho de que nazca de una nube —es decir, de agua, puesto que las nubes producen agua— sea absolutamente ilógico? Respuesta En primer lugar, en una nube no hay agua sino aire condensado y preparado para producir agua, por lo que no has de pensar que primero la nube recoge el agua y luego la vierte, sino que cae según se va produciendo. En segundo lugar, aunque aceptara que la nube es un ente húmedo repleto de agua en estado líquido, no hay nada que impida que el fuego surja también de un lugar húmedo, o incluso de la propia agua, por más que te pudiera sorprender: de ahí que algunos hayan afirmado que nada podría arder a no ser que antes se convirtiera en agua. Es posible, por tanto, que una nube, sin alterar el agua que contenga, pueda arder por alguna otra parte, igual que muchas veces la leña arde por un lado y suda por el otro.

No estoy afirmando, empero, que estos elementos no sean contrarios entre sí y que el uno no anule al otro, sino que allí donde hay más fuego que agua, este vence y doquiera que la cantidad de agua [col273] es superior, el fuego no puede actuar: por esto no arde la leña verde. Por tanto, lo importante no es la cantidad de agua que haya: en poca cantidad no tiene capacidad de resistirse mientras que si es mayor sí que puede suprimir la fuerza del fuego. Posidonio nos relata: una vez, mientras surgía una isla de entre las aguas del mar Egeo, el agua de mar espumaba durante el día y el pico de la isla humeaba, lo que delataba la presencia de fuego, no continuo sino uno que brotaba a intervalos —como los rayos— y que no se apagaba por más que el mar lo recubriera. El fuego, aunque estuviera abajo, conseguía superar al peso de las olas que lo cubrían, y al cabo de un tiempo arrojó por los aires piedras y rocas, algunas intactas, porque el viento las había expulsado antes de que el fuego las carbonizara, y otras tan corroídas que acababan tan ligeras como la piedra pómez. Al final, asomó sobre las aguas su cumbre carbonizada, aquel pico fue ganando altitud y creció hasta llegar a ser una isla. Algunos recuerdan que también sucedió lo mismo bajo el consulado de Valerio. También Asclepiodoro, que atendió a las clases de Posidonio, nos cuenta que el fuego brotaba desde doscientos pasos de profundidad⁴⁸³ y atravesaba toda esta cantidad de agua hasta emerger. Por tanto, si esa enorme masa de agua no pudo contener la fuerza de unas llamas que venían desde las profundidades del mar, ¿cómo podría conseguirlo la tenue y ligera humedad de una nube?

Capítulo 67: Recapitulación sobre los tres fenómenos explicados: rayos, truenos y relámpagos

Extracto del libro La naturaleza del mundo: El trueno, pues, tiene lugar cuando los vientos aprisionados dentro de una nube consiguen forzar su camino hacia fuera y, al hacerlo, producen un gran estruendo; además, del choque entre las nubes origina un terrible fuego. Por tanto, para resumir, el trueno es el ruido producido por la acción del viento y las nubes. Cuando el fuego sale proyectado es un rayo, que está claro que es fuego en tanto que puede atravesar cuanto toca, pues es más ligero que nuestro fuego y le empujan unos vientos de enorme fuerza. Cuando los rayos caen al Norte o se escuchan los truenos al Este, hay pronóstico de tormenta. Así pues, cuando el vapor húmedo y caliente que tiende a subir a las capas más altas las alcanza, su preponderancia hace que esas capas de aire superior se agiten, lo que provoca que sus partículas se empiecen a mover en forma de olas y acaben chocando entre sí, de donde surge el ruido del trueno; no obstante, esta masa de aire, caliente a raíz de su movimiento, puede también toparse con una concentración de sustancia ígnea y producir un relámpago. Por último, cuando aquel empuje que se genera a partir del movimiento del aire espesado por el vapor húmedo sube, se crea un estruendo sin rayo, pero, de la misma manera, cuando baje no atravesará un obstáculo sino que lo destrozará o lo quemará.

Guillermo de Conches: Como el vapor húmedo —tal y como dijimos— tiende a subir, cuando alcanza las capas más altas, su preponderancia provoca que esas capas de aire se agiten, por lo que sus partículas se empiezan a mover en forma de olas y acaban chocando entre sí, de donde surge el ruido del trueno; no obstante, esta masa de aire, caliente a raíz de su movimiento, puede también toparse con una concentración de sustancia ígnea y producir rayos y relámpagos que, pese a darse al mismo tiempo que los truenos, nos llegan antes, porque lo visto es más rápido que lo oído. Además, cuando —tal y como hemos dicho— estas ondulaciones de las capas altas chocan entre sí, se crea una especie de corriente que, si sube, produce un estruendo sin rayo; por otro lado, aunque el movimiento fuera hacia abajo, todavía no sería un rayo hasta que no alcanzara un objeto pero, en cuanto lo alcanzara, lo destrozaría. Pero como la tendencia natural del aire es a subir, siempre y cuando no haya nada que se lo impida, se revuelve y recoge las partículas de fuego dispersas. En cambio, si en la parte de la atmósfera más cercana a nosotros hay mucha humedad, el aire que ahí reside no puede encenderse y en ese caso sería un rayo que destrozaría, no que quemaría.

¿Qué es un rayo? ¿Y un trueno? ¿Y un relámpago? En resumidas cuentas, un rayo es una masa de aire que, desplazada por algún tipo de golpe, cruza la atmósfera con fuerza hasta alcanzar algún obstáculo. Un trueno es el sonido que provocan las partes de aire que entrechocan entre sí. Un relámpago es una parte del aire a la que la fuerza del golpe ha encendido y que brilla.

Por último, cabe señalar que un rayo no es un fenómeno, como algunos dicen, formado por una sustancia pétrea: si tuviera esa substancia, no caería en zigzag ni se tornaría hacia arriba; si alcanzara a alguien, lo dejaría herido y le partiría los huesos. De hecho, muchas veces los rayos alcanzan primero lo más alto, porque al descender oblicuamente desde el cielo se encuentra [col274] primero con eso. No obstante, como algunos defienden esta teoría, es decir, que el fuego está compuesto de una materia pétrea, también expondremos su teoría, para que no dé la impresión de que la despreciamos o la pasamos por alto por enemistad o ignorancia. Quienes sostienen esta teoría, afirman que cuando el vapor húmedo alcanza las capas más altas le acompaña una pequeña cantidad de substancia terrena, que debido al calor del Sol se condensa en una especie de materia pétrea que queda guardada dentro de las oquedades de las nubes, hasta que las nubes, por cualquier motivo, se parten y entonces la piedra, que cae a gran velocidad, golpea algo alto.