Concepto de medio ambiente en la obra de vicente de beauvais



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305

 TARBUCK, E.J. y LUTGENS, F.K., Ciencias de la Tierra. Una introducción a la Geología Física. Prentice Hall, Madrid, 2000.

306

 La denominación alemana meerschaum es la más extendida en la actualidad. BELL, P. Y WRIGHT, D., Rocas y minerales, Omega, Madrid, 1987.

307

RUIZ, A., POZAS, A., LÓPEZ, J., GONZÁLEZ, M.B., Química general, Mcgraw-Hill, Madrid, 1994.

308

 ORTEGA ANTA, R.M., La composición de los alimentos: herramienta básica para la valoración nutricional, Editorial Complutense, Madrid, 2004.

309

 ANGUITA, F. y MORENO, F., Procesos Geológicos Externos y Geología Ambiental. Rueda, Madrid, 1993.

310

 ORTEGA ANTA, R.M., La composición de los alimentos: herramienta básica para la valoración nutricional, Editorial Complutense, Madrid, 2004.

311

 BELL, P. Y WRIGHT, D., Rocas y minerales, Omega, Madrid, 1987.

312

El lago de asfalto más extenso del mundo es el lago de Gunoco, en el estado Sucre, en Venezuela, con 4 Km2 de extensión y 75 millones de barriles de asfalto natural. Le sigue en extensión e importancia el lago de asfalto de La Brea, en la isla de Trinidad.

313

 BELL, P. Y WRIGHT, D., Rocas y minerales, Omega, Madrid, 1987.

314

 ORTEGA ANTA, R.M., La composición de los alimentos: herramienta básica para la valoración nutricional, Editorial Complutense, Madrid, 2004.

315

 BELL, P. Y WRIGHT, D., Rocas y minerales, Omega, Madrid, 1987.

316

 En la Conferencia sobre Educación Ambiental, celebrada en Tbilisi en 1980, se llegó a la conclusión de que la educación ambiental es el mecanismo más eficaz para acabar con el deterioro ambiental y de que cada país deberá fomentarla, con el fin de conseguir comportamientos positivos respecto al medio ambiente.

317

 2, 3

318

 Porque, recordemos, es más ligero que el aire.

319

 La frontera entre el fuego y el éter —es decir, entre el mundo humano y el divino— estaba fijada por la órbita de la luna.

320

 746A

321

 De Tomás de Cantimpré

322

 Por la fricción que produce su movimiento.

323

 Refiriendo así la forma de la Vía Láctea

324

 Este pasaje viene ampliado en el De Meteorologia, 1, 8. Básicamente, argumenta que la Vía Láctea se produce por la materia que arrastran todas las estrellas que la componen —al menos, las que se veían a ojo—, a la manera de un cometa.

325

 En tanto que no está formado por la acumulación de más elemento.

326

 Literalmente, “mejor en un material verde que en uno seco”, lo cual no tiene ningún tipo de sentido. viridis en latín también significa ‘vivaz-enérgico’, así que si suponemos que entiende que el fuego se alimenta en cierta manera de las energías del material quemado, sí que tiene sentido, aunque no he conseguido encontrar una expresión elegante en castellano.

327

 Por evaporar entiéndase pasar de un estado más denso a uno menos denso, independientemente de si —para nosotros— sea gaseoso o no: agua > vapor, tierra > polvo. El aire y el fuego no se pueden evaporar en tanto que ya son extremadamente ligeros.

328

 Las cinco grandes regiones de la tierra que nosotros llamaríamos ecuador, trópicos y círculos polares.

329

 15

330

 Suponemos que, más que al fuego, se está refiriendo a unas chispas.

331

 Adaptación de 3, 7/9

332

 El principal problema para entender esta cita consiste en la inherente polisemia de la palabra spiritus, que significa literalmente ‘hálito’ y, de ahí, ‘fuerza vital->espíritu’ en su sentido más moderno. No obstante, en su concepción literal también puede significar ‘corriente de aire’. El pasaje (Ecles, 1, 5-6) dice así: “El sol nace y se pone y vuelve a su lugar para renacer; (6) el spiritus gira hacia el norte y luego hacia el sur, y mientras todo lo visita, va girando, y vuelve a su círculo”. Las traducciones de la Biblia consultadas­­­ traducen spiritus por viento, lo que es plausible; sin embargo, el autor interpreta spiritus como un fuego proveniente del sol de una manera un tanto alegórica, y esta es la interpretación de spiritus que prima en el pasaje.

333

 3, 12

334

 En la Antigüedad se creía que la luz de las estrellas podía quemar. (Hor...)

335

 Todo hace pensar que realmente se refiere a las manchas solares, cuyo conocimiento era impreciso en la época.

336

 Vale la pena recordar que en griego, αἴθηρ ‘éter’ deriva de αἴθω, es decir, ‘brillar’.

337

 Esto no deja de ser una traducción del griego πλανητής ‘errante’.

338

 13.5.1

339

 13.4.3. La cita de Virgilio, empero, aparece en 13.7.1

340

 Es decir, por el aire.

341

 Juego de palabras etimológico —ya adelantado por Varrón— entre caelum ‘cielo’ y caelo ‘cincelar, grabar’. Evidentemente, sus raíces son homófonas, pero es probable que no tengan el mismo origen. La traducción es forzosamente libre y recoge un vocablo de origen chileno, encielar: “poner a algo cielo” (DRAE).

342

 No sería descabellado suponer algún otro tipo de juego de palabras entre humedus y humilis, que, en este caso, es fácil de recoger en la traducción.

343

 De nuevo nos topamos ante una interpretación ambigua del pasaje ya comentado anteriormente de Ecl., 1, 6. Si, tal y como señalamos ya anteriormente en una nota, se podía entender spiritus como ‘aire->aliento vital->espíritu’, lo mismo sucede con lustrans, ‘purificar-dar vueltas alrededor’ —el motivo de esta polisemia tan peculiar se debe a un antiguo ritual romano (lustrum) donde se purificaba y pasaba revista a las tropas, sin duda con un recorrido circular—. Así las cosas, este pasaje sería entendido probablemente como algo parecido a “el espíritu, que es también un tipo de aire/viento, lo recorre todo purificándolo mientras va dando vueltas”, que aquí habría que entender en su sentido de ‘purificar’.

344

 Encontrado en 2, 6, 1

345

 Idea claramente atomista y, por tanto, propia de la escuela epicúrea.

346

 Salta de 6, 6 a 9,1

347

 Cabe recordar que el autor busca demostrar la unidad del aire, por lo que espíritu está usada de una manera un tanto ambigua.

348

 El texto, en su versión original, es incomprensible: sustituye veneriam, que recoge el comentario de Urso de Salerno al aforismo 24 de Aristóteles, que reproduce un texto muy similar, por nephariam, que significa ‘horrible’ (!). Asimismo, en lugar de ‘para coser’ —per suturam—, recoge una curiosa variante —aunque comprensible desde un punto de vista gráfico— per futuram ‘para la futura (?!)’

349

 Llamada por el autor aspera arteria.

350

 Quizá Al-Ghazali, filósofo persa del SXI y principios del XII.

351

 Expresión imposible de traducir al castellano, ya que el autor expresa ángulo obtuso con una palabra en sentido metafórico, hebes, que literalmente significa ‘romo’. Sin embargo, después pasa a utilizar hebes en su sentido literal.

352

 Alude a una división anatómica del sistema nervioso.

353

 En oposición al vacío, debemos entender.

354

 Cf. Cap. 15

355

 En el original viene formulado como “la superficie del aire”.

356

 En tanto que los peces, para producir sonido, cuya materia necesaria es el aire, deberían salir a la superficie.

357

 3, 3 y luego 3, 2 (y adaptada)

358

 Es decir, la capa de fuego superior.

359

 2, 10, 2ss.

360

 Las ediciones modernas proponen la alternativa ‘fértiles’ en vez de ‘estériles’.

361

 Ni incendio ni inflamación, las dos traducciones más evidentes, parecían correctas para el sentido de la frase..

362

 De Honorio Augustodunensis. 1, 53

363

 En la edición consultada, no esperan a Dios, sino “el día del juicio [final]”.

364

 3, 10

365

 El autor sigue la versión del único texto de Aristóteles al que tenía acceso a través de una traducción del árabe. Cualquier comparación con una edición moderna de Aristóteles —basada, por tanto, en el antiguo texto griego— resulta por lo general infructuosa. En concreto, este texto —muy alterado respecto a la edición consultada de Peter Schoonheim bilingüe árabe - latín [Aristotle’s Meteorology in the Arabic-Latin tradition, 2000], — se corresponde con 1, 7.

366

 Aestus significa en latín ‘calor‘ —y múltiples derivados de ahí, como ‘llama-incendio-fervor’—. No se ha encontrado ninguna palabra castellana para poder denominar ese “vapor ascendente que parece estar en llamas”, por lo que se ha dejado el término en latín.

367

 Debemos suponer que el autor cree que los objetos ligeros descienden más lentamente que los pesados.

368

 Es decir, el “frío tibio” exprime la humedad del aire para provocar rocío.

369

 1, 54

370

 En la edición consultada, 5, 1ss

371

 3, 10, 2

372

 Realmente, 13, 11, 1

373

 De nuevo hay aquí un intento de explicación etimólogica, que intenta relacionar ventus ‘viento’ con vehementer y violentus.

374

 1, 6, 2

375

 De nuevo nos topamos con la habitual polisemia de spiritus latín, ‘corriente-hálito-espíritu’ y sus posibles interpretaciones. Según como se interprete, spiritus procellarum (Salmos, 148, 8) puede significar ‘vientos tempestuosos’ —en su sentido más literal y tal y como se debe entender en el pasaje de los Salmos— o quizá como ‘la esencia/espíritu de las tormentas’, que parece ser que es lo que da a entender el autor del fragmento.

376

 Salm., 135, 7

377

 Justo la siguiente frase a la antes citada.

378

 5, 2, 1

379

 De tal manera que sea la propia concentración de partículas la que dificulta la visión.

380

 Encontrado esta misma serie de causas de los vientos en la obra de Beda el Venerable, Elementa Philosophiae, 3, aunque con menor desarrollo.

381

 Este último párrafo es un refrito de Séneca, Nat. Quaest., 5, 12, 3ss.

382

 La última frase resulta desconcertante.

383

78 Cuya estrella más brillante —y conocida— es Sirio. Los antiguos señalaban que este hecho coincidía aproximadamente con el solsticio de verano, aunque hoy día aparece en septiembre.

384

 5, 7, 1ss, aunque bastante alterado.

385

 En griego en el original (ἐγκολπίαν). Literalmente, “que procede de la bahía”.

386

 Las ediciones modernas suelen presentar un pluribus en lugar del pluvialibus que presenta este texto

387

 ¿Cómo el Sol? ¿Cómo el fuego? ¿Cómo se podría deducir de sus efectos? Frase ambigua.

388

 Vientos que soplan en el Mar Egeo más o menos durante el verano, en dirección Sur - Norte.

389

 Cabe recordar que la humedad y las emanaciones de la tierra —su “respiración”— componen la materia de los vientos.

390

 Seguramente se refiere a la latitud.

391

 Literalmente, ‘los que surgen de las nubes’

392

 Ya lo explicó en el capítulo 28.

393

 Entiendo que las propias nubes.

394

 Algo así como “viento de fuego”.

395

 13, 11, 2

396

 Es decir, Septentrio ‘Norte’.

397

 Construcción bastante evidente: sub - sol

398

 Creo que deriva ese nombre de Eos (griego ἠώς), la Aurora divinizada.

399

 Quizá haya una reconstrucción etimológica de Vulturnus a partir de alto tonet ‘que retruena alto’

400

 Otro juego etimológico, que probablemente une Auster con (h)aurio ‘extraer (agua de un pozo)-consumir’, cuyo participio es (h)austum.

401

 Νότος (lat. Not[h]us), quizá relacionándolo con νοθεύω

402

 Un nuevo juego etimológico que afortunadamente es fácil de recoger en castellano.

403

 Literalmente, ‘los siete bueyes’, un grupo de siete estrellas alrededor de la estrella polar, aunque su identificación exacta no es unánime, ya que puede ser la Osa Mayor o la Menor. En todo caso, ambas constelaciones nunca desaparecen del firmamento sino que se mantienen bastante fijas en el cielo—al contrario que la mayoría del resto de constelaciones, al menos en las latitudes del Mediterráneo—, por lo que puede dar la sensación de que la Tierra las arrastra consigo mientras da vueltas.

404

 Es de suponer que relacionándolo con el latín circa 'cerca'

405

 Mítico pueblo ubicado vagamente en el extremo Norte pero que cuenta con abundantes referencias en la literatura antigua.

406

 He tenido que recurrir a estos términos marineros no muy frecuentes para dar un nombre distinto al viento que sopla en tierra del que sopla en alta mar.

407

 5, 17, 1

408

 ¿Quizá se esté refiriendo a la inclinación del eje de la tierra?

409

 Aristóteles concebía el mundo con tres grandes zonas climáticas, una helada —el polo Norte—, otra templada y otra tórrida.

410

 Es decir, exactamente el Este.

411

 Probablemente porque, visto desde Grecia, procede de Libia.

412

 Tomando como base la anterior rosa y completándola con lo que ahora dice, probablemente estuviera pensando o viendo algo similar a esto:

Septentrión

Traciasmo Aquilón

En el 21 de jun. Coro (—)

Poniente Favonio/Céfiro Subsolano Levante

En el 21 de dic. Áfrico (o Libs) Euro (o Vulturno)

Austro Euronoto

Noto


413

 Puede valer la pena anotar que el castellano bochorno tiene como probable etimología Vulturnus, precisamente.

414

 5, 18, 1

415

 En la obra de Séneca, la Providencia es algo difícil de definir, algo así como una razón cósmica que rige nuestros destinos, aunque en época cristiana se igualó a Dios.

416

 Los vientos etesios coinciden más o menos en la fecha con los monzones. Por tanto, es fácil deducir que la ubicación de Etiopía para Séneca distaba probablemente bastante de la actual Etiopía.

417

 Liber pantegni

418

 13, 11, 19

419

 Al parecer, San Isidoro deriva turbo ‘tornado’ de terra, aunque probablemente tenga mucho más que ver con turba ‘muchedumbre->confusión’.

420

 Encontrado repartido entre 7, 5,1; 7, 10, 3; 7, 9, 2...

421

 13, 11, 20

422

 La palabra tempestas es polisémica en latín: en su sentido más arcaico sencillamente significa ‘tiempo’ y de ahí pasó a ‘estado del cielo->tormenta’

423

 4, 39. Cabe advertir que la transmisión de este último libro de Vegecio es bastante delicada.

424

 He tenido que alterar la puntuación del original para que tenga sentido.

425

 Día 6 antes de las Kalendas de junio, es decir, el 26 de mayo entonces; hoy día, debido al largo tiempo transcurrido, el firmamento ha alterado sus fechas.

426

 La tercera estrella más brillante del firmamento, que ya los griegos consideraban que traía tormentas.

427

 En verdad, esta última observación se corresponde con Virgilio, Geórgicas, 1, 432

428

 Pasaje dudoso en el original.

429

 1, 56

430

 Parece una sorprendente derivación etimológica.

431

 13, 7, 2

432

 Virgilio, Aeneis, 5, 20

433

 En verdad, Nat. Quaest., 2, 30, 4

434

 8, 2, 2ss, muy alterado respecto a las ediciones modernas.

435

 La medida exacta de un estadio nunca estuvo muy definida, pero aproximándolo a unos 170 metros nos da 1’7 km de distancia.

436

 En las Naturalis Quaestiones, aunque, en la edición consultada, 3, 7, 1

437

 Casi tres metros.

438

 Amós, 5, 8

439

 13, 10, 2

440

 Isaac Iudeus (Ishāq al-Isrā’īlī), ca. 830 - ca. 930 fue un estudioso judío de Egipto que gozó de un importante reputación médica durante la Edad Media. Parte de sus obras fueron traducidas por Constantino el Africano —el mismo que tradujo el Liber Pantegni— durante el siglo XI.

441

 Por lo que el agua de lluvia sería el resultado de la unión de diversos tipos de vapor, lo cual facilitaría su rápida putrefacción.

442

 Ya ha mencionado antes a la lluvia “engañosa-equívoca”.

443

 13, 10, 5

444

 Una más de las acostumbradas explicaciones lingüísticas de San Isidoro, que en este caso relaciona grando ‘granizo’ con granum ‘grano’

445

 2, 152, aunque algo alterado.

446

 4, 3, 1, muy alterado.

447

 Como suele pasar, las regiones del mundo no estaban tan definidas como hoy día.

448

 Texto idéntico al capítulo 26

449

 Encontrado en verdad en 4, 4, 1

450

 Entiendo que al digerir la nieve en el estómago.

451

 Entiendo que quien habla es Aristóteles y no el autor del Speculum.

452

 Encontrado en 13, 8

453

 En el original (tonus est sonus) se entrecruzan y se juega con los significados de tonitrus - terreo y tonus - sonus y tonus - tonitrus. Para recoger en cierta manera este juego, utilizamos el vocablo castellano tonar, más bien inusitado excepto por la expresión “Júpiter tonante”, que pese a significar ‘tronar’ igualmente recuerda a tono y es similar también a sonar.

454

 2, 112, aunque retocado.

455

 2, 54

456

 Que, recordemos, era lo que provocaba el sonido como demostró más arriba el autor.

457

 Aunque dé la sensación de citar una obra diferente, continúa con el pasaje de Séneca [2, 20].

458

 En tanto que al moverse produce calor y el calor hace más ligeros los materiales.

459

 Las ediciones modernas [man]tienen un “como cuando choca contra las montañas”

460

 En el original, especifica estos “objetos” como “palabras”, con lo que queda una expresión muy sentenciosa, aunque carente de sentido, en el contexto.

461

 Templo ubicado en el oasis de Siwa —en el extremo oeste del actual Egipto—, que Alejandro Magno también visitó años más tarde.

462

 La historia nos llega a través de Heródoto 3, 26. Es uno de los viejos retos de la arqueología —y cada cierto tiempo [re-]aparece en las noticias— encontrar los restos de este ejército.

463

 13, 8, 2

464

 Probablemente San Isidoro esté relacionando de alguna manera fulmen ‘rayo’ y fulgur ‘relámpago’ y su verbo fulgurare con ferire.

465

 Quizá esté pensando en las antiguas ruedas de los carros que estaban cubiertas por un aro de hierro que al chocar contra el firme podía hacer saltar chispas.

466

 2, 56, 1

467

 “Clidemos” en las ediciones modernas.

468

 “Heráclito” en las ediciones modernas.

469

 Pese a que no venga citado, cabe señalar que este pasaje no aparece en Séneca, aunque sí en toda la tradición medieval (Beda el Venerable, Tomás de Cantimpré...)

470

 En tanto que este vapor húmedo causa los movimientos de la atmósfera.

471

 2, 137

472

 En verdad, 2, 40, 1

473

 Autor que vivió a caballo de los siglos IV y V d.C. Pese a que su título original fue “Historia del mundo”, la tradición medieval tendió a recoger su obra con una intitulación ligeramente diferente, ya sea como Ormesta, ya sea como De miseria hominum, que es la traducida arriba. Este curioso cambio no se debe a un afán de regocijarse en los males que aquejan al ser humano, sino porque así dice la primera línea de su obra: “Yo me he propuesto unir el inicio del sufrimiento humano con el inicio de los pecados...”

474

 Región de Italia en el tacón de la bota.

475

 En efecto, la anécdota de Marcia continúa con el pasaje antes citado. El resto de observaciones parece un popurrí de diversa procedencia.

476

 2, 52

477

 2, 12

478

 Ya se refiera a los estoicos, ya a los romanos.

479

 Recordemos que el aire, según explicó Séneca, se concentraba a presión dentro de las nubes hasta reventarlas.

480

 Dos máquinas de guerra romanas de diversos tamaños que arrojaban unos virotes bastante grandes con una precisión encomiable. Reunían la fuerza necesaria para arrojar tales proyectiles mediante la torsión de sus cuerdas: básicamente, eran una versión mucho más grande y contundente de la posterior ballesta medieval.

481

 Este pasaje que sigue a continuación repite parte de lo que ya citó el autor de Séneca en el capítulo 59, sólo que ahora no ha recortado frases.

482

 2, 25, 1

483

 Suele decirse que un paso romano era aproximadamente 1’5m; por tanto, da una profundidad de 300 metros.

484

 Es un alegre batiburrillo de 2, 112, 135 y 146

485

 Los antiguos no llegaron a delimitar bien la región de los Escitas —pueblo de hábiles jinetes nómadas que vivían de la ganadería— pero quedaba situada en las estepas centroasiáticas, desde el norte del mar Negro hasta el mar Caspio y más allá.

486

 Ha copiado, alterado un poco y pegado el final del capítulo 59

487

 2, 59, 1

488

 Parece que se refiera a las estrellas fugaces, aunque a juzgar por el siguiente capítulo sí que distingue entre estos fuegos que cruzan el cielo y las estrellas fugaces.

489

 En la edición consultada, 1.1 (!)

490

 Literalmente, trabes, globi, faces et ardores. ¿Quizá las “antorchas” sean cometas y los “ardores” auroras?

491

 Considerados como particularmente invariables en la Antigüedad, ya que se movían en el mismo plano supralunar que los dioses. que tampoco envejecían.

492

 1, 9

493

 1, 14

494

 Bothyni en las ediciones modernas.

495

 Pythiai en las ediciones modernas.

496

 Lógico nombre, pues Chasmata procede del griego χαίνω —la misma raíz que Caos— ‘entreabrir - bostezar’. ¿Quizá se refiera a la aurora?

497

 Virgilio, Georgicae, 1, 366

498

 Ha saltado a 1, 1. El fenómeno al que se refiere es, obviamente, el fuego de San Telmo.

499

 Personaje relevante por haber orquestado la defensa frente a la expedición ateniense contra Siracusa en el 414 aC, a raíz de la cual Atenas prácticamente perdió la guerra del Peloponeso.

500

 En el original lo compara con el hecho de que los rayos del Sol se reflejan en el techo al atravesar un vaso lleno de agua.

501

 En efecto, 13, 10

502

 Es más plausible en latín, donde iris - aeris.

503

 Como hacía Iris, la mensajera de los dioses en la mitología griega.

504

 2, 150.

505

 Ja'far ibn Muammad Abū Ma'shar al-Balkhī, matemático, astrónomo y filósofo persa de finales del SVIII y principios del SIX. Su obra se tradujo al latín en el SXII.

506

 Este pasaje requiere diversas aclaraciones para poder ser inteligible:

En primer lugar, el arco iris como “bordado”: Aristóteles comenta (Met., 3, 4) que el arco iris es similar a un bordado en el sentido de que la yuxtaposición de colores —en el bordado, en el arco iris— produce mezclas entre ellos —así explica el color amarillo del arco iris, por ejemplo—.



Las partículas negras provendrían, se entiende, del humo que habría levantado el Sol en la atmósfera, como sí recoge en la edición consultada de la obra de Tomás de Cantimpré y no así en el pasaje correspondiente del Speculum. Además, aquí el autor está pensando en toda la teoría óptica de los colores que Aristóteles expone en el capítulo antes citado.

507

 Es menester recordar que, según los estoicos, la vista funcionaba emitiendo un “rayo” de visión que era lo que reconocía los objetos y que, como rayo, podía rebotar.

508

 Así explicaría que una nube se vea blanca.

509

 1, 8

510

 2, 150

511

 Sigue con 1, 8, aunque modificado.

512

 Autor medieval de entre los SXII y XIII que, casualmente, ingresó como monje en una abadía cisterciense en Beauvais.

513

 Gén, 9, 13-17

514

 Lógico, puesto que el arco iris requiere de estos elementos.

515

 Gén, 7, 11

516

 Pedro Comestor, teólogo del SXII.

517

 1,2

518

 Allí estuvo estudiando el joven Augusto hasta que recibió noticias del asesinato de Julio César y decidió volver a Roma

519

 Cabe recordar que se consideraba que la luz de las estrellas podía quemar igual que el Sol —en particular, la luz de Sirio—

520

 En el original, se corresponde con 1, 9

521

 Para ver imágenes de este fenómeno, http://commons.wikimedia.org/wiki/Parhelion

522

 Parhelio es un compuesto griego formado sobre la preposición παρά ‘al lado de, junto a’ y ἥλιος ‘Sol’.

523

 Escritor de una famosa obra en la Antigüedad, Φαινόμενα, a principios de época helenística donde describía los fenómenos celestes.

524

 1, 62

525

 Relaciona ros-roris ‘rocío’ con rarus ‘escaso’.

526

 16, 14

527

 A este respecto, cabe mencionar las observaciones que hace Matthiolus (Comm. in Lib. ii. Diosc. cap. 75), donde cita este mismo pasaje de Avicena y señala que alhusar —también da la variante alhasser— no significa en árabe caña —como dice que se solía pensar y como se conseguía el azúcar en Grecia— sino un tipo de árbol, tanto en árabe como en egipcio, de donde se extraía esta resina o goma.

528

 Médico perteneciente a la famosísima —durante la Alta Edad Media— escuela de Salerno que vivió durante el SXII.

529

 16, 8 en la edición consultada: http://books.google.com/books?id=muPFHOiArEEC p. 382

530

 El arte de la medicina, 2, 74, aunque lo cierto es que ambos textos —el que yo estoy consultando es de una edición de 1552 a cargo de Baltasar Arnolleto en http://books.google.com/books?id=6sc7AAAAcAAJ — se parecen tan solo en el título.

531

 La primera es la famosa miel del Himeto, mientras que la segunda procede de Gela, en el sur de Sicilia.

532

 La única palabra que he encontrado que se le parece es anastomoticus, que quiere decir aperitivo, es decir, que abre el apetito.

533

 Literalmente, “limpia la niebla de los ojos”. Puede referirse a las cataratas

534

 Sino significa en latín ‘dejar en el suelo, dejar hacer.

535

 A pesar de que nuestro autor no lo haya explicado en este libro, circulaban en la Edad Media teorías que dividían el cielo en 7 zonas —o consideraban que el aire estaba compuesto por 7 humores—, entre los cuales figuran la nieve, la lluvia, el granizo, el rocío y también la miel, el ládano y el maná (Cf. De naturis rerum, 16)

536

 Parece que está recomendando, de una manera bastante perifrástica, observar la elasticidad de la miel.

537

 Esta goma de ládano —que no es la misma sustancia que el opiáceo láudano del SXIX— se extraía a partir de la resina de unas plantas silvestres que crecían entre las rocas.

538

 Esta expresión parece bastante habitual en la descripción de sabores y sugiere algún tipo de gradación que se me escapa. Se pueden ver muchos más ejemplos en http://www.liberliber.it/biblioteca/c/cantalupo/un_trattatello_medioevale_salernitano_sull_alimentazione_etc/html/latino.htm

539

 Para la interpretación de resolutivum y attractivum han sido utilizadas las definiciones que ofrece de estos términos Bartolomeo Castelli (Lexicon medicum graeco-latinum, Génova, 1746, interesante obra de consulta encontrada en http://books.google.com/books?id=Hg1AAAAAcAAJ )

540

 Puede referirse a la gangrena.

541

 12, 37. Se ha seguido el texto latino de la edición de la Loeb (William Heinemann, 1971-1989) en aquellos pasajes más dudosos, manteniendo la forma que transmite la edición del Speculum de los nombres concretos de plantas (storbon y cesyphum en vez de las formas strobon y oesyphum que recoge la citada edición)

542

 Si Plinio se precia de algo, es de ser precisamente muy ordenado en su exposición.

543

 En latín, ladanum, por lo que la explicación de Plinio parece lógica.

544

 Afirmación cuanto menos sorprendente, porque ya ha tratado el tema de la miel y en lo que queda de libro 4 no recoge ninguno de esos epígrafes.

545

 2, 152

546

 Isidoro aquí nos sorprende con una más de sus etimologías, en este caso translingüística: relaciona pruina ‘escarchacon el griego πύρ ‘fuego’.

547

 Pasaje idéntico al capítulo 51

548

 13, 10

549

 Un sinónimo de gelus.

550

 Se suele atribuir a Averroes

551

 Etimologías, 13, 10, 10

552

 Intento de traducción al castellano de la explicación etimológica que hace: Avernus = sine (que lo explica a partir de la α- privativa griega) y vere (que significa primavera, aunque haya dado el castellano verano).

553

 El autor considera que todo líquido está formado por elementos “húmedos”, que probablemente serán los mayoritarios en el líquido, con la mezcla de otros sólidos, que nosotros consideraríamos “en suspensión”. Es importante tener en mente este esquema si se quiere entender la mayor parte de los capítulos subsiguientes.

554

 Más abajo (cap. 83) lo explicará con mayor detenimiento.

555

 En este capítulo, el autor repite —aunque con algunas variaciones— textos ya presentados antes: el primer párrafo se corresponde con el primer párrafo del capítulo 75 y el segundo con el cuarto párrafo del capitulo 80.

556

 Puede estar refiriéndose a la tierra que se queda seca, quizá mezclada con piedras.

557

 Da la sensación de que considere que el vino está formado por dos sustancias, una líquida y densa, que sería como “agua rosácea” y otra más ligera y aceitosa, traducida como óleo por evitar el término aceite, aunque el autor parece estar pensando en el vino como una mezcla parecida precisamente de agua y aceite.

558

 La antigua Mauritania, que abarcaba la costa sur del Mediterráneo desde el estrecho de Gibraltar hasta la zona occidental de Argelia.

559

 Se dice que un cadáver en descomposición suele estar bastante caliente.

560

 Puede estar pensando en algún experimento donde se pone una ventosa de vidrio en el interior de una palangana con un par de dedos de agua y una vela encendida que, lógicamente, al ser tapada por la ventosa se apagaría.

561

 Según la Wikipedia ( http://es.wikipedia.org/wiki/Plata#Aleaciones_y_compuestos ), la plata se suele alear con cobre —en concentraciones generalmente del 5% de cobre— para aumentar su dureza, sin que esta aleación altere el color de la plata.

562

 Sorprendentemente, el original presenta lignum en vez de un esperable igneum.

563

 Cursus en el original. El diccionario médico antes citado señala que cursus, en un contexto médico, equivale a circulación de la sangre, pero no sé hasta qué punto puede ser la traducción correcta.

564

 San Alberto el grande, que vivió a lo largo del SXIII y escribió una inmensa obra que tocó ámbitos tan variados como la geografía, la teología, la botánica y, sobre todo, la alquimia; de hecho, a día de hoy es considerado el patrón de los químicos.

565

Lo que el autor denomina “humo” no parece tener mucho en común con lo que nosotros consideramos “humo”, ya que en ningún momento alude, por ejemplo, a sus propiedades físicas visibles.

566

 Autor de principios del S.VI que fue uno de los últimos —sino el último— autores latinos con extenso conocimiento del griego, como demuestran sus múltiples obras de contenido filosófico.

567

 Esto aparece bastantes veces en la literatura griega: que los dioses se alimentan del humo que brota de los sacrificios cuando se quemaban los huesos y la grasa del animal. Se puede ver un ejemplo de este pensamiento en Las aves de Aristófanes.

568

 Porque el olor no puede surgir de los elementos puros, que son inodoros. Por tanto, para oler, un cuerpo necesariamente ha de estar compuesto por diversos elementos.

569

 Del olor respecto al cuerpo de donde emana.

570

 Manera de referirse a la capacidad del agua —y los líquidos en general— a expandirse sobre un llano en tanto que carecen de forma sólida.

571

 Este humo presenta las mismas dificultades que en el capítulo 99.

572

 Puede comentar esto porque cuando se observa el corazón de un animal muerto —que es de la única manera como Aristóteles podría ver el corazón de algún animal— está ya vacío de sangre, por lo que había que buscarle alguna explicación a ese aire.

573

 Lo húmedo porque forma el sabor y lo seco porque constituye el olor, como y ha dicho no hace mucho y volverá a repetir dentro de poco.

574

 Es decir, que tanto olor como sabor brotan del cuerpo del alimento —lo uno como vapor húmedo con sabor y el otro como vapor seco con olor— y es el olfato quien los diferencia.

575

 Para poder saber y oler al mismo tiempo.

576

 En tanto que al formar olores no podrá ser saboreada ni digerida.

577

 Muy probablemente, en el texto original aquí no habría ningún tipo de separación entre el texto del capítulo anterior y el primer párrafo de Aristóteles de este capítulo, ya que si se leen conjuntamente parecen una unidad lógica.

578

 Queda dudoso si refiere a la plata y el estaño o al bronce y hierro.

579

 Puede que lo cálido se refiere al sulfuro y lo frío al mercurio.

580

 Sabio persa que vivió durante los siglos IX y X y cuya vastísima obra fue de suma importancia en muchos campos del saber, desde teología hasta medicina pasando por alquimia. Se le atribuyen notables inventos y teorías y fue traducido en el SXII al latín en Europa.

581

 El contexto parece eliminar la posibilidad de buscar relaciones con lo que parece lo más evidente, la raíz aqua.

582

 Luego hablará de la pimienta.

583

 Palabra que significa ‘espinoso’.

584

 El original recoge santitatem, que puede significar básicamente ‘salud, salud mental, buen razonar’. Si creían que el olor de las rosas tenía propiedades curativas, entonces la frase cobraría bastante sentido.

585

 El segundo elemento γλυκύ claramente designa algo dulce.

586

 Como se explicó más arriba (Cf. Cap. 94)

587

 A partir de este axioma se desarrollarán los tres capítulos siguientes. Este tipo de teorías entroncan con las viejas hipótesis de la medicina griega que relacionan el clima y las características de un determinado lugar con las de sus habitantes. Es una teoría muy antigua, pues aparece recogida y explicada con profundidad en uno de los primeros tratados hipocráticos conservados, titulado “Los aires, las aguas y los lugares” y probablemente escrito durante el S.V a.C.

588

 A juzgar por los países que cita (parte de Alemania y una región bastante indeterminada de los países bálticos), la extensión del Polo Norte era mucho mayor para este autor que para nosotros.

589

 Uno de los famosos humores del cuerpo en la teoría médica medieval. Al parecer, era la causante de la ira y tenía, cómo no, naturaleza seca y cálida.

590

 Infecciones de los pulmones.

591

 El original utiliza phthisis, una palabra que hoy día se usa para referir la tuberculosis; sin embargo, en la época se entendía tal y como nosotros entendemos “tisis”: una enfermedad caracterizada por altas fiebres y consunción gradual y lenta.

592

 Según Bartolomeo Castelli, Lexicon medicum graeco-latinum, las fiebres epiales —él recoge epialos— son una enfermedad en la que los pacientes sufren fiebres y temblores al mismo tiempo.

593

 Lo más similar es cachexia, que aparece definido como “consunción”.

594

 Porque, como ha explicado en otros casos, la confrontación entre dos opuestos hace que el más poderoso gane mucho en fuerzas (cf. cap. 49 fin.)

595

 Inguen, en latín.

596

 En latín, labe et luctu.

597

 Teólogo escolástico que vivió durante la primera mitad del SXII. Disfrutó de gran fama a lo largo de su vida gracias a unos libros de sentencias que escribió. Este pasaje en concreto está ubicado en su segundo libro de sentencias, sexto apartado, capítulos 2 y 3 (2, 6, 2-3), aunque muy alterado.

598

 Por más que a nosotros nos pueda sonar este pasaje a consigna revolucionara, parece que en algunos ámbitos ideológicos dentro de la Iglesia se proclamaba la necesidad de acabar con toda autoridad política —sustituida, evidentemente, por la religiosa— puesto que los constantes afanes de los reinos, países y estados vienen dictados por la ambición y la avaricia, causadas lógicamente por el Diablo. Podemos encontrar otro ejemplo de esta misma manera de pensar en el autor que citará el texto muy poco después, Casiano, en su obra Conferencias, 8, 13-14.

599

 Autor religioso de mediados del S IV y principios del V con una abundante producción y de gran influencia. Este pasaje aparece en 1, 8,12

600

 En efecto, antes del tercer día de la creación el relato menta la tierra y el agua.

601

 Es decir, luz/oscuridad; firmamento/aguas; aguas/tierra.

602

 Probablemente recoja la antigua teoría aristotélica según la cual todo cuanto acontece en la órbita terrestre es pasajero y corruptible mientras que cuanto habita en la órbita celeste es sempiterno e incorruptible.

603

 Gén, 1, 9

604

 En Gén, 1, 22

605

 Su concepción cosmogónica sería la siguiente: el planeta tierra es redondo y está compuesto por unas capas más o menos uniformes de elementos donde la tierra, al ser el más pesado, desciende al fondo de todos ellos y, por tanto, al centro de todos. Se puede contemplar de nuevo tal manera de pensar a lo largo del tercer capítulo, en particular en el primer capítulo —donde menciona las “esferas” de los elementos— y en el tercer párrafo.

606

 Gén., 1, 2, durante el primer día de la creación, lo cual constituye un gran problema para estos estudiosos, ya que las aguas se “acumulan” al tercer día y no antes.

607

 Consecuencia lógica de ser más densos.

608

 Por sorprendente que pueda resultar, es cierto que si vertemos mucha agua sobre la tierra, esta es fácil que forme charcos en ella, lo que a ojos medievales podría entenderse como “ascender” respecto a la tierra.

609

 Porque si cada elemento ocupa su lugar, quedaran divididos —y diferenciados— en capas claramente discernibles, los más medios abajo, como los más pesados, y los más extremos arriba.

610

 Es decir, brillando a través del vapor de agua.

611

 1, 7

612

 A la capa más alta de la atmósfera, donde se supone que está el lugar natural del fuego en tanto que elemento más ligero.

613

 Para poder entender la retórica controversia que Alberto plantea, cabe señalar dos puntos:

Se considera que las aguas de mar en un principio serían amargas/saladas, porque el nombre de mar (mare) procede de amargo (amarus).



No obstante, el hecho de que el mar sea amargo se debe a la mezcla de unos elementos terrestres con el agua, pero el agua que se crearía al tercer día debería haber sido pura y, por tanto, simple dulce.

614

 Por lo que la transcripción variaría de Malaquia a Malacia.

615

 En tanto que un líquido tiende a expandirse siempre y no tiene forma por sí mismo sino que adopta la de su recipiente.

616

 Et., 13, 12

617

 Relaciona aqua con aequalis.

618

 Aequor significa ‘terreno llano’ y de ahí, metafóricamente, también se aplicó a la superficie de la mar.

619

 Refiriéndose, a las lluvias de objetos y/o seres vivos que a veces se producen.

620

 Justo en el primer capítulo.

621

 3, 28

622

 Dominicus Gundissalinus —es decir, Domingo Gondisalvo—, un monje segoviano de mediados del S. XII.

623

 Libro 4, capítulo 93.

624

 3, 5, 22

625

 En verdad, 3, 26, 7

626

 En aras de completar el pasaje, añado la frase que en el texto original Séneca escribió aquí y que el tratadista decidió imitar: “mientras que aquellas que no expulsan cuanto se asienta en ellas están más o menos calientes”, consecuencia de la putrefacción de cuanto se hubiera asentado en ellas.

627

 En tanto que parece plana

628

 Que nosotros ubicaríamos en el Ecuador. Según las explicaciones que dan, es aquella zona que el curso del Sol y los astros cruzan en su camino sobre la tierra, por lo que es la más cálida.

629

 222 ss.

630

 El hecho de estar tan salado indica que todo lo dulce (= ligero) se ha evaporado, que sería de lo que se alimentarían los peces.

631

 Por lo que el animal flota.

632

 Este añadido, que no aparece en el texto del Speculum, lo recojo de la edición disponible on-line (http://books.google.com/books?id=YQfYIhb2SSMC) de Pieter L. Schoonheim, Aristotle's Meteorology in the Arabico-Latin tradition, s.l., 2000, p. 78.

633

 Una vez se ha digerido el alimento en el estómago, sube hacia la cabeza, donde se aprovecha.

634

 5, 12 (aunque según otras ediciones 5,17 y también 5,19).

635

 Es lógico suponer que, dado el lexema, tenga algo que ver con ‘cabeza’.

636

 3, 5, 1

637

 Adaptación libre de 1, 46-7; la frase final respecto al abismo procede del cap. 38 .

638

 Más poético en el original, donde dice ‘venas’.

639

 13, 15

640

 Esta es la visión más antigua del Océano, como un gran río o mar que rodeaba toda la faz de la tierra y que la separaba de las tierras del más allá —que existían en el mismo plano que la realidad, aunque muy lejos—.

641

 Existieron durante la Edad Media recopilaciones sobre las teorías de un tal Segundo, el filósofo, que la crítica moderna relaciona con Segundo el Silencioso, un filósofo del SII d.C. que hizo voto de silencio. Según se cuenta, este filósofo fue invitado a la corte de Adriano a filosofar y, si bien se negó a hablar —pese a haber sido amenazado de muerte— sí accedió a responder a una serie de preguntas —sobre la belleza, el mundo, el universo...— que tuvieron gran difusión y que nuestro autor recogió en el Speculum Historiale.

642

 Cabe recordar que los antiguos concebían el Océano como un gran río que rodeaba las tierras, de ahí las dos primeras apelaciones. No obstante, la definición como frontera coronada me resulta un tanto oscura: quizá por coronada quiera referir ‘distinguida-ilustre’, dado que las coronas eran símbolos de distinción en la Antigüedad.

643

 Una fiel mezcla de 1, 39, 1, 44 y 1, 45.

644

 Parece que entiende por zonas lo que nosotros llamaríamos probablemente franjas climáticas: fría, templada y cálida.

645

 Entiende por Océano exclusivamente la parte que el Sol y los astros sobrevuelan.

646

 Poeta cortesano latino del S. I d.C, de una ingente producción poética de temática generalmente épica.

647

 Uno de los pasajes dudosos de Estacio (Teb., 6, 362), ya que los manuscritos presentan dos variantes: bibat y vivat. El texto del Speculum recogía otra variante, vinat*, de un verbo inexistente en latín.

648

 Este pasaje desarrolla una idea apuntada por Beda en sus Elementa Philosophiae al final de su tercer libro.

649

 Y, para que tenga sentido el esquema que antes ha trazado, hemos de entender que esto sucede durante la primera semana y entonces es cuando la mar decrece; lo que ha explicado antes de la Luna nueva se correspondería con las postrimerías de la cuarta semana.

650

 En esta particular concepción del mundo, hay una fuente en algún lugar indeterminado pero céntrico del mundo que nutre los océanos y de done salen una serie de corrientes que extienden estas aguas por todo el mundo.

651

 Etim., 13, 16

652

 En verdad va a hablar del mar Rojo.

653

 La palabra exacta que utiliza San Isidoro es recessus, que da a entender un retroceso de las aguas respecto a la tierra.

654

 Sirva como muestra de lo dicho el hecho de que en las costas del Mar Rojo existe un país llamado Eritrea, cuyo nombre está claramente relacionado con el griego ἔρυθρος ‘rojo’.

655

 Parece que el autor está relacionando cannosum ‘lleno de cañas’ con Canaán, patria hebrea. Una vez ha establecido esta premisa, ya puede relacionar con cannosum el gentilicio hebreo aplicado a esa porción del Mediterráneo.

656

 Pese a que no venga marcado de ninguna manera, lo que acaba de decir es una especie de resumen de lo que sigue y, además, el pasaje que le sigue es prácticamente una cita de Beda, Elementa Philosophiae, III.

657

 Porque no consiguen templar ni los polos ni el ecuador, las zonas “gélidas” y ”tórrida” respectivamente.

658

 Porque si el calor alcanzara esa fuente la desecaría y no podría existir.

659

 Mateo, 5, 45.

660

 Este pasaje de nuevo recuerda muchísimo —casi literalmente— a otro pasaje de Beda, Elementa... , III.

661

 Por lo que, tal y como explica el pasaje de Beda, aquel lado de las montañas se llena y este lado se vacía.

662

 Al retornar el agua, el fenómeno se produce en sentido inverso: aquella parte del mar al otro lado de las montañas se vacía mientras que esta parte se llena a causa del agua que las ha cruzado.

663

 13, 18, 1

664

 En latín, marea se dice ‘aestus’, de ahí aestuarius > ‘estuario’. No obstante, en latín no tiene el significado actual de ‘desembocadura de un río en la mar’, sino ‘parte de la costa que la mar cubre y abandona según la marea’.

665

 2, 212

666

 Esta observación la apunta Plinio el Viejo con exactamente las mismas palabras en su obra (II, 215), pero allí da 8 años para cada ciclo de la Luna, no 19, que sería una corrección posterior. Según he podido leer, parece ser que la Luna describe un ciclo de 18 años y medio antes de volver a su posición inicial, así que los medievales pueden apuntarse un tanto.

667

66 Tal y como dice al principio del capítulo 20, el recorrido de la Luna se produce por debajo de la Tierra.

668

 Probablemente describían la órbita de la Luna como un recorrido en círculos a diversos grados de la Tierra.

669

 Porque las nubes de lluvia descargan su agua allí.

670

 9, 423. En el contexto del poema se entiende que lo dicen los habitantes de las costas libias —el Sur, claro—.

671

 13, 18, 1ss

672

 En tanto que los conectan.

673

 Una de las habituales explicaciones etimológicas de San Isidoro, que conecta fretum ‘estrecho’ con fervere ‘hervir’.

674

 En el original, utiliza como punto de referencia la ciudad probablemente más conocida de la zona en la época, Gades, es decir, Cádiz.

675

 No tiene nada que ver con nuestro adjetivo regio, sencillamente la transcripción (Rhegium) coincide. Nosotros utilizamos como punto de referencia la ciudad al otro lado del estrecho, Mesina, para nombrar a este estrecho.

676

 Que se ubicaban en las costas de la actual Libia. Suponían un gran peligro para la navegación por la facilidad de encallar las naves.

677

 Nosotros distinguimos entre bajíos —en la mar, aunque no necesariamente se pueden cruzar a pie— y vados —en los ríos—, pero San Isidoro utiliza la misma palabra, vadum, para definir ‘paso dentro de un cuerpo de agua que se puede cruzar a pie’

678

 1, 91.

679

 No sé si se refiere a que el remolino expulsa agua o los pecios de las naves que ha absorbido.

680

 Gén., 7, 11

681

 Capítulo 1.

682

 En algunos lugares, la tierra húmeda, si está caliente, puede emanar vapor de agua al amanecer.

683

 Ha omitido un pasaje donde explica qué plantas —que solamente crecen donde hay mucha humedad— nos indican la posible existencia de una fuente. No obstante, por si no se ve ninguna de estas plantas, propone este plan alternativo.

684

 9, 8, 6

685

 9, 1, 6

686

 En verdad, aunque aquí el editor haya dividido el texto entre dos capítulos, continúa siendo el mismo pasaje de Vitruvio sin separación alguna en el original.

687

 Esta teoría, que ya ha mencionado de pasada en varias ocasiones, se refiere a viejas teorías de la medicina hipocrática —con similar vocabulario—, tal como aparecen en el antiguo tratado Sobre los vientos, las aguas y los lugares.

688

 Si bien este pasaje en el original sigue a cuanto ha dicho, inicia otro capítulo donde evidentemente se tratan las aguas de lluvia. No obstante, aquí el autor no ha querido continuar con ese tema y ha añadido otro fragmento posterior, de 8, 3, 8, donde de nuevo vuelve al tema de las fuentes.

689

 Cito el DRAE: “Sulfato doble de alúmina y potasa: sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierras, de las cuales se extrae por disolución y cristalización. Se emplea para aclarar las aguas turbias; sirve de mordiente en tintorería y de cáustico en medicina después de calcinado.” No obstante, el alumbre moderno a veces no se corresponde con el alumbre antiguo, en tanto que sus métodos para obtenerlo no eran tan refinados, pero también gozó de amplio uso en la Antigüedad.

690

 En efecto, 31, 36 ss.

691

 Ciudad griega relativamente importante al sur del famoso paso de las Termópilas, enemiga tradicional, junto con Platea, de Tebas.

692

 Probablemente Plinio esté hablando del actual municipio de Spa, famoso por sus aguas terapéuticas también hoy en día, cercano a Lieja. Y es bien probable que lo conociera de primera mano, dado que este autor estuvo acantonado en la zona de la Germania Inferior —actual Benelux, aproximadamente—.

693

 Según el propio Plinio, habitaban al noreste de la Galia.

694

 Parece referirse a las paperas.

695

 Gén., 2, 6

696

 Alegre batiburillo de 8, 3, 1ss

697

 Pequeña localidad al sur de Roma, muy cercana.

698

 Otra vez parece referirse a las paperas.

699

 Selección de 13, 13

700

 3, 15, 5

701

 Un tipo de fiebre en la antigüedad —que hoy se asocia a la malaria— cuyos ataques ocurrían cada 4 días con bastante regularidad.

702

 8, 3, 22-24

703

 En el original dice
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