Op. cit.
, p. 87.
113. ELIADE, Mircea.
Tratado de historia de las religiones. Morfología y dinámica de lo sagrado
. 2°
edición. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1981. Citado por Duque Ana Ilda, p. 87.
Dolcey Romero Jaramillo
60
postre apuntalaron la propagación de su culto en América desde 1608
114
. En
las certificaciones y demostraciones recogidas, las mortificaciones y las vigi
-
lias de meditación, estuvieron unidas las afirmaciones sobre su capacidad de
clarividente. En la apertura de la fase de la beatificación en 1624, habían sido
recogidos cientos de testimonios*. Alrededor de cincuenta fueron verificados
después de su muerte
115
. El conjunto de sus milagros solo a la fuerza podría ser
atribuido a la particularidad de una naturaleza y cultura africana
116
.
Aunque algunos habitantes opinan que San Antonio tiene mayores devotos
que San Benito, a este último lo siguen considerando como el patrono del pue-
blo
117
, o que San Benito es el patrón de unos y San Antonio el de otros
118
, se da
por cierto que los mayores seguidores de San Benito se encuentran entre los
agricultores y campesinos. A la postre ellos han sido los mayores beneficiarios
de sus milagros: la lluvia. No obstante, todo indica que es una devoción cir-
cunstancial y utilitarista; solo se acuerdan de él cuando hay sequía
119
. La ex-
clusión de la corrida de toros o corraleja de las fiestas de San Benito la asumen
no solo como la causa de la disminución de los devotos y la poca importancia
que en los actuales momentos le prestan al 3 de abril, sino también como un
indicador del olvido y la exclusión que se le da al Santo Negro*.
En los actuales momentos las festividades de San Benito se reducen solo a
la misa y la procesión. En otros tiempos además de los eventos señalados se
incluían la corraleja y los bailes. Llama la atención la manera peyorativa y
114. MORABITO. San Benito…
Op. cit.
, p. 249.
*
San Benito sana enfermos, resucita hombres y animales, crea objetos de la nada, ayuda a las muje-
res embarazadas en partos difíciles, multiplica alimentos y víveres, predica la llegada de los piratas,
sabe con anticipación quién lo va a venir a buscar, previene a un comerciante de Barcelona, Antonio
Vignes, de no preocuparse por el retardo de su nave, ya que esta llegaría sana y salva con la carga.
MORABITO,
Op. cit.
, p. 255.
115.
Ibíd
., p. 258.
116.
Ibíd
., p. 235.
117. Rogelio Julio Cabarcas. Entrevista. Repelón, 23 de mayo de 2013.
118. Julián Ayola. Entrevista. Repelón, 25 de abril de 2013.
119. Luisa Polo. Entrevista. Repelón, 20 de mayo de 2013.
*
Este es el criterio de todos los entrevistados.
San Benito de las Palomas: Huella Afrodiaspórica e Identitaria en el Caribe Colombiano
61
excluyente como uno de los tantos personajes que en Repelón fungen como
cronistas, percibe y caracteriza a las personas que participan de estas festivi-
dades; por supuesto pordebajeándolas y diferenciándolas de las que participan
de las fiestas de San Antonio. No hay duda de la incomodidad que para algu
-
nos sectores de la población causa la presencia de un santo negro. La percep-
ción denota cierta ínfula de superioridad o “nobleza dieciochesca colonial”.
El referido “cronista”, después de explicar que los sambenitenses celebran dos
fiestas: La de San Isidro Labrador el 10 de mayo y la de San Benito el 3 de
abril, en torno a esta última expresa:
El populacho se animaba y preparaba en novedad de fiesta para lo vul
-
gar, mundano y licencioso, lo que encajaba en su armazón moral, por
los excesos y libertinajes; en contraste con los actos religiosos realiza-
dos en la iglesia que miraban u oían despectivamente por ese concepto
ríspido que asignaban a las cosas sagradas
120
.
En lo que tiene que ver con las características de los devotos, Repelón no
escapa a la tendencia general de estos en Europa y en América. La mayoría
de sus seguidores se focalizan, como ya lo dijimos, en los grupos periféricos,
marginados y discriminados por sus marcadores raciales y económicos: escla-
vizados, cimarrones, libertos, arrochelados y afrodescendientes en general. En
últimas, han sido los que a través de los siglos no solo lo convirtieron en santo
sino que lo legitimaron como protector de los pueblos negros.
En las sociedades cristianas, sobre todo en los núcleos poblacionales rurales,
el milagro adquiere la fisonomía de un elemento simbólico herencial, es decir,
un evento particular y con características y motivaciones específicas, que a
través de los habitantes se traspasa de generación en generación y termina
120. CABARCAS DÍAZ, Daniel.
Deducciones prehistóricas de los orígenes de San Benito 1566
. Inédito.
Fotocopias.
Dolcey Romero Jaramillo
62
convirtiéndose en un elemento que no solo muestra la efectividad y el cum-
plimento del santo con sus devotos, sino también en un referente identitario
de la población. La historia del milagro y del castigo del ‘Cata’ hace parte del
conocimiento colectivo de Repelón, amén de la lluvia en tiempos de sequía.
Es decir, lo maravilloso está profundamente ligado a la consolidación y bús-
queda de la identidad colectiva
121
.
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