Capítulo 30: Los milagros de las fuentes
Vitruvio, en la obra antes citada702: En la isla de Quíos hay una fuente que vuelve estúpidos a los hombres sensatos703 que beben de ella. En la ciudad de Susa704 hay una fuentecilla que provoca que a quien bebe de ella se le caigan los dientes. También hay en lugares lugares otras fuentes de tal clase que quienes beben de ellas tienen unas voces perfectas para cantar.
Isidoro, en la obra antes citada705: La fuente de Cicerón en Italia cura los cortes en los ojos y las heridas. La fuente de Zama, en África, da voz de cantante. En la isla de Quíos hay una fuente que vuelve lerdos a quienes beben de ella. En Beocia hay dos fuentes: de ellas, la primera da memoria; la segunda la borra. La fuente de Cícico elimina el apetito sexual. Quien bebe de la fuente roja de Etiopía se vuelve majara. La fuente Lecna de Arcadia evita los abortos. En Sicilia hay dos fuentes, de las que una deja estéril a la mujer fértil y la otra torna fértil a la estéril. La fuente de Marsida en Frigia lleva piedras. En Arcadia, el agua brota de las piedras; esa fuente recibe el nombre de Estige porque quien bebe de esas aguas muere706. Hay una fuente en África cerca del templo de Amón, cuyas aguas apelmazan la tierra con su humedad y, además, convierten las cenizas en tierra. En Cerdeña las fuentes calientes curan la ceguera y revelan a los ladrones, pues cuando se elimina la ceguera sus crímenes quedan al descubierto707.
[col326] San Agustín, en la obra antes citada: Dicen que hay en el Épiro otra fuente que apaga las antorchas si están encendidas, pero que las enciende si están apagadas.
Extracto del libro sobre “La naturaleza del mundo”: En las regiones orientales, como dice Jacobo, hay una fuente con cuyas aguas se elabora el fuego griego708 a partir de la mezcla con algunos otros elementos: este fuego, una vez se enciende y prende con fuerza, es casi imposible de apagar, excepto con vinagre, orina de un hombre o arena. En la Britania menor, aseguran que hay una fuente de la que parece nacer de repente una lluvia acompañada de granizo y vientos fuertes, si se le arroja agua previamente extraída sobre una piedra cercana al manantial. En el inmenso Océano, que al sufrir el calor del Sol parece hervir como el agua en una cazuela, hay una fuente tranquila y sosegada, cuando se la observa en silencio; en cambio, si suena alguna flauta, se alza y se hincha. Dicen que en Sicilia hay dos fuentes, de las que una convierte el pelaje de las ovejas de blanco en negro y otra al revés. Además, es por todos conocido que hay fuentes que, si se sumerge un leño en ellas, lo convierten en piedra y así de tales piedras se consiguen unos pedernales inmejorables.
Plinio, lib 2: En Cádiz, hay una fuente cerca del templo de Hércules que está cercada como un pozo: hay veces que aumenta o disminuye al compás del Océano, pero otras veces al contrario. En este mismo lugar, hay otra fuente que también comparte los movimientos del Océano. ¿Y quién no sabe que las fuentes son más frías en verano que en invierno?
Solino709: En la costa del mar Rojo, según Varrón, hay una fuente que, si unas ovejas beben de ella, cambiarán las cualidades de su lana y, si antes eran blancas, después son negras.
Filósofo710: El agua de una fuente siempre será, tanto en tierra como en mar, transparente y dulce. Así pues, la fuente de la ciudad de Tireusis se halla en la superficie de la mar y sus aguas, dulcísimas, brotan con tanta fuerza desde el fondo de la mar que se alzan hasta llegar a dos o tres codos sobre las aguas de la mar. Y esto cuando la mar está tranquila; si la fuerza del viento arrastra suficiente agua como para causar inundaciones, pueden tapar la fuente, pero nada más pasa la inundación el agua vuelve a brotar enseguida como antes. Y sobresale de tal manera por encima de las aguas de la mar que podría recogerse en un vaso.
Capítulo 31: Los ríos
Río Isidoro, en la obra antes citada711: Un cauce es un curso de agua permanente que recibe su nombre a partir de fluir, cuyas aguas reciben propiamente el nombre de río. Hay dos tipos de ríos, los torrentes y los ríos permanentes. Torrente Un torrente es una tromba de agua, que recibe tal nombre por crecer con la lluvia y torrarse cuando hay sequía —es decir, secarse—. Así pues, en invierno crecen, en verano se secan.
Segundo el filósofo: ¿Qué son los ríos? Agua corriente, remedio al calor del Sol, riego de la tierra.
Séneca, en la obra antes citada712: De la misma manera que el aire mueve los vientos y las brisas, también el agua —que conforma la cuarta parte del mundo713— mueve los ríos y arroyos. Si el viento es aire en movimiento, el río es agua en movimiento, pues la abundancia y el discurrir constante de agua constituye un río.
Objeción Adelardo: Si los ríos proceden de la mar —me preguntas—, ¿por qué sus aguas no nos llegan saladas? En verdad —te respondo—, la sal que recogen de la mar la pierden por el camino: aunque el agua de la mar salga salada, mientras cruza las entrañas de la tierra que de alguna manera la filtran de muchas formas, pierde toda su salobridad.
Y entonces —me dirás—, ¿cómo mantienen algunos ríos ese caudal permanente? ¿Acaso existe o puede existir tal cantidad de agua como para que nunca no se agote o para que nuevas aguas persigan a las que ya han brotado y lo sigan haciendo, como si la distribución de aguas fuera infinita? Respuesta Quien ignora el principio de algo, difícil lo tiene para hablar de su final —te respondo yo—: en consecuencia, en un fenómeno cíclico, no pretendas discernir ni un principio ni un final, porque por su naturaleza es recíproco consigo mismo. Las aguas vuelven a sí mismas y el caudal que pierden al fluir lo recuperan al volver, de ahí que el Satírico se burle de la estupidez del pueblo cuando dice: el campesino espera714...
Isaac, en la obra antes citada: El agua buena y saludable de un río es aquella más alejada de la ciudad, cuyo aspecto es el más transparente y que discurre sobre arena y piedras. Mejor el agua de un río Mejor es, sin embargo, la que corre sobre las piedras, porque el agua choca contra las piedras y se aligera715. También es un tanto mejor aquella agua que viene desde Oriente o del Norte, [col327] y mejor la de Oriente que la del Norte, tal y como atestigua Hipócrates, que afirma que la región oriental es cálida y seca: por allí sale el Sol por la mañana, lo que provoca que el aire sea puro, el humo limpio y que las concentraciones de elementos pesados se disuelvan en la mitad de tiempo.
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