Concepto de medio ambiente en la obra de vicente de beauvais

Capítulo 20: Los dos canales por los que se desplaza el sonido

El sonido, según Aristóteles, tiene dos canales, el aire y el agua, pero cada uno lo transmite de manera diferente. El aire es la materia y el canal donde se genera el sonido y sin él no podría existir. Por contra, el agua tan sólo es un canal, que el sonido puede cruzar a lomos de su materia, es decir, el aire impulsado: por esto también el agua difumina y diluye los sonidos, mientras que el aire los conserva, ya que cualquier cosa se conserva mejor en su materia. [col245]

Objeción Si nos argumentan lo contrario, es decir, que no está en la esencia del sonido existir fuera de su materia, que es el aire, y el aire (tal y como se lee en el libro “Los sentidos y las sensaciones”) no está en el agua, les responderemos que, en nuestra opinión (tal y como se lee en el libro cuarto de “El cielo y el mundo”) hay aire, a pesar de ser más ligero, en el agua, que, según su propia naturaleza, sube hacia arriba cuando hay un movimiento como los que se producen bajo el agua. No obstante, si se le empuja con violencia, el aire también puede penetrar en el agua detrás de alguna otra parte [de aire] y al seguirla se produce el ruido bajo el agua. Los impulsos del aire pueden llegar a penetrar cuerpos densos, como una pared, y, cuando son sólidos, su fuerza puede llegar a partir aquello que no cede, por lo que en el libro tercero de “El alma” se considera que es el aire que acompaña al trueno lo que es capaz de partir piedras y maderos. Fenómenos que causa el aire Este es el motivo también por el que, en la torre de un gran campanario, el movimiento del aire empuja con violencia al aire que se halla dentro de las fisuras y los poros de sus muros, el cual, al no tener a donde ceder debido a la solidez de los muros, los rompe. También es esta la causa por la que el aire que despide un trueno, cuando entra en un saquito donde hay guardadas monedas de oro, las rompe y daña, aunque el saquito quede intacto, ya que su naturaleza blanda y porosa permite que entre dentro ese aire impulsado, que llega mezclado con los vapores secos de la tierra. También por esto es capaz de dañar a una espada dentro de su vaina, aunque la vaina quede intacta.

Duda Si alguien preguntara por qué es el aire el canal del sonido³⁵³, dice el filósofo respecto al vacío que su propia existencia es falsa, ya que nada hay en la naturaleza que esté vacío. Respuesta Nosotros, por tanto, respondemos que el aire es el canal, ya que él mismo es insonoro, es decir, que tiene aquel sonido que Aristóteles llama “vacío”. Hay tres cosas a las que se les llama “vacío” Hay varias cosas a las que se les puede llamar “vacío”: por ejemplo, la primera sería un lugar sin cuerpo alguno, por lo que de hecho no existe el vacío. Otra sería una materia sin forma alguna, por lo que de nuevo no existe de hecho, sino tan solo en potencia. La tercera sería un aire estable que no tuviera sonido, lo que propiamente se diría “insonoro”.

Desde luego, el aire, gracias a su ligereza y carácter húmedo —es decir, puesto que no es pesado ni corpóreo—, es fácilmente divisible por su naturaleza, pero si es el movimiento de algún golpe el que provoca la división del aire, de acuerdo con su naturaleza, entonces se rompe y se produce un movimiento que lo quiebra: ese impulso hace que la parte rota (como dice Algazel) inunde lo que le rodea³⁵⁴. Por tanto, el aire es el canal y materia del sonido gracias a su facilidad para romperse.

Capítulo 21: De nuevo lo mismo

Dice Aristóteles que los peces, que viven bajo el agua, no pueden emitir ningún sonido ni voz, porque no alcanzan el aire. Y si alguien afirmara que hablan, es decir, que pueden emitir algún sonido o voz en el Acello (es decir, en un río cualquiera), mentiría, a no ser que se sirvan de sus branquias, aletas o colas, que pueden hacer ruido, al alcanzar la superficie del agua³⁵⁵.

Hete aquí que, a partir de lo dicho, podría deducirse que no hay aire en el agua³⁵⁶, pero, aunque lo concediéramos, hay muchas pruebas que demuestran lo contrario. De hecho, incluso Aristóteles, en su libro cuarto sobre los animales, pone un ejemplo práctico: los pescadores, cuando salen a pescar, a veces golpean encima del agua bombos y otras van en silencio, para que los peces no los oigan: esto demuestra que los peces oyen. Ciertos experimentos demuestran que el agua es un canal para el sonido También nosotros podemos hacer un experimento similar, porque si alguien hunde la cabeza debajo del agua, podrá oír cualquier ruido fuerte que tenga lugar encima de ella: por tanto, como no puede llegar a sus oídos si no es a través del agua, es necesario que el agua sea canal del sonido. Sin embargo, no es un canal que el sonido pueda alterar, ya que éste no puede alterar nada que no sea su materia de algún modo y, tal y como afirma Aristóteles en su segundo libro de “El alma”, la única materia del sonido es aquella que puede mantener durante un espacio de tiempo el sonido: el agua no puede; por tanto, impide la permanencia del sonido, como también afirma en esa misma obra el filósofo.

Por tanto, el agua no es el canal ni materia del sonido sino el medio que el aire impulsado —es decir, la materia del sonido— atraviesa y a cuyo paso divide pero no altera. Y así, como se resiste a su división, oscurece y difumina el sonido: es un cuerpo denso, y por tanto, menos capaz de conservar el sonido que el aire y que impide su movimiento percusivo.

Capítulo 22: Las tres partes, o regiones, del aire

San Agustín, Comentario al génesis³⁵⁷: Ciertamente, en la parte más alta, donde por la serenidad del cielo con el que está en contacto³⁵⁸ una paz común lo abarca todo, los estudiosos opinan que el aire es tan ligero que ni las nubes lo oscurecen ni las aves se sostienen en él ni es lo bastante denso como para mantener con vida a los que pudieran subir hasta allí, como sucede en la parte baja. Sin embargo, ese aire, según se cree, alteró su naturaleza por una más húmeda cuando acaeció el diluvio universal: de hecho, incluso la capa más alta del aire fue destruida, según se lee en la Canónica de San Pedro Epist 2, cap. 2: esto no tiene sentido, a no ser que entendamos que esta capa de aire se condensó en forma de agua, más densa.

Séneca, en la obra antes citada³⁵⁹: Así pues, la parte [del aire] más alta es extremadamente caliente, seca y ligera, ya que linda con los fuegos eternos, los incontables movimientos de las estrellas y las constantes revoluciones del cielo. En cambio, esta parte, la más baja y cercana a la tierra, es densa y oscura, por las emanaciones de la tierra, mientras que la parte media, comparada con la más alta y la más baja, es más moderada por lo que respecta a su sequedad y ligereza, aunque más fría que las otras dos. ¿Por qué las capas bajas son tibias? Pues las capas más altas reciben el calor de las cercanas estrellas, mientras que las más bajas son tibias: en primer lugar por las emanaciones de la tierra, que traen consigo mucho calor; luego porque los rayos del sol rebotan y, mientras rebota también su calor, permiten que el clima sea más benigno y, por último, porque en ella permanece el aliento de todos los animales, plantas y cultivos, que es bastante caliente: de hecho, nada podría vivir sin calor. Súmale también los fuegos, tanto los que el hombre crea y produce como los que la tierra oculta, que a veces brotan a la superficie y que siempre arden a oscuras y a escondidas. Incluso las partes estériles³⁶⁰ poseen algo de calor: ciertamente el frío es estéril, mientras que el calor engendra. El aire es, por naturaleza, frío La parte media del aire, que está apartada de estas dos, permanece helada, porque, por su naturaleza, el aire es frío.