Buenas prácticas de liderazgo pedagógico

Propiciando la reflexión docente

Por lo tanto, para contribuir y asegurar la calidad de 

los procesos de aprendizaje de los estudiantes, los 

líderes escolares deben generar las condiciones para el 

aprendizaje docente.  Implementar instancias de reflexión 

colectiva e individual es clave para fortalecer las prácticas 

pedagógicas (Hallinger, 2003). 

John Dewey (1933) definió la reflexión como “un examen 

activo y persistente de toda creencia o supuesta forma de 

conocimiento, a la luz de los fundamentos que la sostienen. 

La reflexión conecta la experiencia actual con las anteriores 

para desarrollar comprensiones más complejas”.

Entonces, de acuerdo a lo señalado por Dewey (1933) 

es importante que los lideres escolares intencionen la 

reflexión colectiva de manera consciente, intencionada y 

direccionada, en base a evidencias que se generan a partir 

del ejercicio docente. 

En esta Práctica de Liderazgo, te entregamos un protocolo para poner en práctica la reflexión al interior del establecimiento 

escolar, en los distintos momentos del desarrollo profesional docente. 

En una primera instancia, es necesario que los profesores conozcan este protocolo de reflexión, por lo que, pueden 

analizar las preguntas en conjunto, a fin de construir un sentido compartido. Así, sus juicios y criterios se ajustarán a las 

preguntas, haciendo explícitos los supuestos pedagógicos que guían sus prácticas. El protocolo pone especial atención 

en comprender cómo se involucra a los estudiantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje, pues si no se logra captar 

su atención, difícilmente avanzarán en él.

Una vez que los docentes escriben sus respuestas en el protocolo, se juntan en grupos, comparten lo que cada uno ha 

contestado y se apoyan mutuamente para fortalecer sus prácticas particulares.