Dolcey Romero Jaramillo • Luis Miguel Caro Barrios • Laineth Romero Echávez
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prisión, hasta que estos demostraron que no habían sido
esclavos en su lugar
de origen, es decir en Saint Thomas.
Cuando un hombre negro caía en estado de comiso, esto es de retención por
ser de “ilícita introducción”, debía enfrentar un proceso que incluía entre otros
aspectos su declaración. En algunas oportunidades las autoridades encargadas
de su retención temporal, hacían gastos en su manutención, vestido y medici-
nas si era necesario. Ahora bien, se aventuraban a
realizar estos gastos, solo
por la garantía que suponía la venta posterior del esclavo y no por otro tipo de
motivaciones.
Entre un sinnúmero de casos podemos mencionar por ejemplo el que se sus-
citó en diciembre de 1785, fecha en que un vecino de Barranquilla, Josep
Arciniegas, condujo hasta donde Francisco Alvarado, comandante de guardia
de Sabanilla, a un hombre negro de origen inglés, que hacía dos días había
encontrado en su estancia; y quien por señas le pedía de comer y le daba a en-
tender que una embarcación lo había dejado
en tierra por estar enfermo
17
. Por
ser de contrabando este hombre debía someterse al proceso de comiso, y como
tal oírsele en declaración juramentada para lo cual se le nombró un intérprete.
Después de hacer el juramento conforme a su credo protestante, con dedos
besándolos
en forma de cruz, dijo que se llamaba Die Smits, que corresponde
en español a Dionisio Smits, que era criollo de
la ciudad de Charleston en
Carolina del Sur, y que fue esclavo de Jorge Smits, quien le otorgó la libertad
al morir
18
. Cuando se le preguntó por su carta de libertad, “respondió que
se le había perdido en el mar”. Además agregó que quien lo condujo a estas
costas fue el capitán Jorge Benifut, que salió de una ciudad de Carolina del
Sur llamada Charleston, y posteriormente arribó a Filadelfia y Nueva Llorca,
17. AGN. Contrabando. Tomo XM, 1804, ff. 1069-1074.
18.
Ibídem
.
Vicisitudes y Resistencias de los Esclavizados de “Ilícita Introducción”
en el Caribe Colombiano Durante el Siglo XVIII
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y de allí vino a parar a estas costas, que no sabe la población en que lo des-
embarcaron (Sabanilla) y que el motivo de haber sido abandonado aquí es por
hallarse enfermo y de no haber médico que lo curase en la embarcación. Que
en estas costas lo recogió un hombre que posteriormente lo remitió donde el
comandante de guardia de Sabanilla. Que no firma por no saber, y tiene una
edad aproximada de 22 años
19
. Concluida la declaración, el fiscal de Cartage
-
na conceptuó que el referido esclavo debía desempeñarse como marinero de
las embarcaciones reales.
Esta decisión no fue del agrado del comandante de guardia de Sabanilla Dr.
Francisco Alvarado dado que según él, había recibido orden verbal del gober-
nador de curarlo, vestirlo y alimentarlo con la condición de
que el negro que-
dara como de su propiedad. Para justificar su descontento mostró una relación
de gastos, a nuestro modo de ver, sobrefacturada, que ascendía a $114, cuyo
desglose es el siguiente:
- Cura de 17 días, manutención y medicación en Barranquilla. 10 ps.
- Conducción de Barranquilla a Cartagena enfermo a donde llegó el 2 de
febrero. Manutención. 12 ps.
- La manutención de 280 días a 2 ps cada día. 70 ps tres mudas de ropas.
12 ps.
- Cura y medicina en el Hospital San Juan de Dios. 10 ps
20
.
Después de una conflictiva y larga puja entre el fiscal y el comandante Alvara
-
do en que este último aducía que el gobernador le había adjudicado el esclavo
con la condición de que lo adoctrinara, curara y alimentara por la creencia que
el negro era esclavo se decide finalmente a través de un auto, que un tercio
de plata que obtendrá el negro por el trabajo de
marinero sea para pagarle a
Alvarado.
19.
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