Tunguska Notas generales



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Lanyie

Me encontraba molesto, casi enojado. Había pasado un mes y no tenía noticias del coronel Deering ni de sus subordinados. Lo que más me irritaba era estar a disposición del coronel sin poder desarrollar ninguna tarea seria o asumir compromisos, por temor a ser requerido en cualquier momento.

Decidí hacer un corto paseo de tres días a Redondo Beach. Después me aventuré hasta la Isla Santa Catalina, para matar añoranzas de la Isla de Pascua. Avalon, el poblado de la isla, sirvió para sacarme de la rutina y del tedio, sin embargo no tenía atracciones naturales suficientes capaces de sustituir mi estada en la Isla de Pascua.

En Santa Mónica, de vuelta del viaje, decidí que era hora de entrar en contacto con el coronel Deering. Tenía un número de teléfono que era sólo para emergencias. No se trataba efectivamente de una emergencia, pero no podía quedarme de brazos cruzados esperando. Iba a tomar el teléfono para llamar cuando alguien tocó el timbre. Dejé el aparato y fui a atender. Me sorprendí al abrir la puerta y darme de cara con ellos. (N188: ¿quienes? No queda claro. Uno esperaría al coronel y a Bradner, pero no es así.)

 Hola, Raymond saludó el coronel en persona. ¿Podemos entrar?

Noté que el coronel venía acompañado de un sujeto grande, de casi dos metros, muy sonriente y de aspecto bonachón. Los dejé entrar, cerrando la puerta enseguida. El coronel hizo las presentaciones:

 Raymond, tengo el placer de presentarle a un leal amigo, el doctor Maynard Klark, su nuevo jefe.

 Es un placer conocerlo, Raymond. Ya he oído hablar bastante de usted dijo Klark, de manera cordial.

Saludé, sorprendido, y agregué:

 Me puede llamar Ray.

Minutos después, los tres estábamos sentados alrededor de una mesa, tomando café. El coronel tenía la palabra en ese momento y me explicaba por qué había demorado tanto para entrar en contacto conmigo y lo que haríamos a partir de entonces.

 Como de costumbre, dejé las tareas de la misión en buenas manos, pero casi nos quitan a Sirena. Esa fue la principal causa de no haber entrado en contacto con usted, Raymond.

 ¿Quién pretendía quitársela? pregunté.

 Por increíble que parezca, un desgraciado repulsivo, sediento de poder. (N189: no se ve por qué es increíble. Todo lo contrario, uno no esperaría que fuese otro tipo de persona.)

 ¡Pero como! ¿Sirena no era de conocimiento restringido?

 Así es, pero hubo fuga de información desde el principio.

 Disculpe la pregunta… ¿alguien de su personal?

 No, no. ¿Recuerda la reunión en la Casa Blanca a la cual usted fue invitado? Pues bien, fue uno de los dirigentes que alertó al desgraciado. (N190: no me parece que sea una forma correcta de hablar. Lo cambiaría, es muy fuerte).

¡Entonces usted sabe quien fue la persona que rompió el secreto!

 Lo sé, pero no tengo pruebas concretas. Por otro lado, por el momento no es importante saber quién fue. Lo importante ahora es montar el laboratorio para estudiar a Sirena.

¿Dónde está ahora?

Fue Maynard Klark quien respondió, en un tono tranquilo y divertido, bromeando con su amigo, el coronel:

 Después de algunas maniobras estratégicas del coronel, que huía con su Sirena bajo el brazo, el nido de amor escogido fue el subterráneo de mi casa, en Rockville.

Me divirtió el modo simpático de Maynard y la expresión de desaprobación del coronel. Maynard prosiguió:

 El problema ahora es que no tengo piscina, ni siquiera un pequeño acuario.

Puse cara de no entender.

 Para poner las crías de Sirena, producto de este extraño amor.

Maynard se rió muy fuerte, a pesar de que lo que había dicho no parecía tener gracia. Pero su risa era tan contagiosa que finalmente rompimos también en carcajadas, el coronel y yo, con lágrimas en los ojos. (N191: parece exagerado reírse hasta las lágrimas por algo que no es divertido.)


Descendí del auto y me dirigí a pie hasta el pequeño edificio situado en un promontorio en el extremo de una de las playas de Santa Mónica. Según el coronel, allí se estaba montando el laboratorio con el mínimo de personas, todas de confianza, dirigidas por Maynard Klark. El Jet Propulsion Laboratory y la NASA estaban involucrados en el proyecto, junto con una discreta participación del Pentágono. Por lo tanto, ahora recibiríamos apoyo de esas instituciones. El coronel no escogió el lugar por casualidad. Primero pensó que necesitaba llevar a Sirena a un lugar bien alejado del área de Washington. La costa oeste de Santa Mónica surgió de forma natural para el coronel, y para alejar el peligro de fuga de informaciones y presiones políticas, decidió sacar a toda prisa a Sirena de Washington, llevándola a la casa de su amigo en Rockville, donde estaría segura.

Aproveché para mirar los avances de las reformas internas. Discutimos y rediscutimos la estructura básica de la distribución de los espacios, que quedó de la siguiente manera: en el centro, construirían una sala de grandes dimensiones. Alrededor, formando un anillo, estaban distribuidas la sala de comunicaciones, dos salas para computadores que ya estaban listas y funcionando con todo su equipamiento y una gran sala semicircular, que era un laboratorio de electrónica y mecánica. También la oficina de Maynard y la mía estaban en el mismo anillo. En otro semi anillo externo estaban distribuidas las oficinas para todo el personal que trabajaría en el proyecto. Finalmente, en el área de acceso, la única que fuera dejada por órdenes superiores del coronel, bajo protestas de Maynard, estarían el personal de seguridad y la recepción. (N192: no se entiende por qué protestó el coronel).

En la oficina de Maynard, bebíamos café sentados cómodamente en unos sillones. Maynard comenzó a divagar con sus ideas.

 Hasta el momento, estamos actuando intuitivamente. Supongo que Sirena es el eslabón responsable del “gran quiebre”. Hasta ahora todo es un misterio. Para Deering ha sido un dolor de cabeza, pero él y Charles creen que la clave de todo es Sirena. ¿Y tú qué crees, Ray?

 Mira, yo creo que sí, y a pesar de no haber tenido la oportunidad de tocarla cuando fue colocada en el buque que la rescató, mi impresión es que ese objeto es de origen externo a la Tierra…

Maynard dejó de hacer lo que estaba haciendo y me miró detenidamente.

 ¿Es una corazonada o tienes pruebas, Ray?

(N193: molesta un poco este vaivén de convencerse y de no creer que sea extraterrestre. Deberían establecerlo en algún momento definitivamente. Tal vez cuando el coronel les muestra a Sirena en el barco.)

Pensé antes de responder.

 No lo sé explicar. Es como una sensación, no sé… es como si yo supiera que las respuestas a nuestras preguntas están guardadas dentro de Sirena.

 ¡Y deben estar bien guardadas! En casa, Deering y yo tratamos de hacer una serie de pruebas en el cuerpo de Sirena y no conseguimos nada. Hasta intentamos sacar una astillita del metal para analizarla, y nada. El huso tiene una estructura que no deja ser astillada, ni lijada. Y lo más intrigante es que buscamos minuciosamente alguna rendija, ventana o agujero… o lo que sea, cualquier abertura, y no tiene nada.

 ¿Intentaron con rayos X?

 No, no teníamos los medios. Cambiando de tema, Ray, ¿ya pensaste por qué fuiste tú, hasta ahora, la única persona que consiguió comunicarse con ella? (N194: muy brusco el cambio de tema. Hace perder continuidad.)

 Lo he pensado y no veo nada de extraño en eso. Yo estaba allí, en el lugar correcto, en el momento correcto, nada más. (N195: habría que establecer en algún momento por qué fue él).

 No estoy tan seguro. En casa tengo el equipo necesario para la comunicación, lo dejé conectado y no sucedió nada. Por otro lado, también hemos pensado que todo lo que ha acontecido hasta ahora es una pérdida de tiempo y que Sirena fue colocada en nuestro camino para desviar nuestra atención. (N196: otro cambio de tema muy brusco.)

Nos miramos en silencio. Vertí un poco más de café en las tazas.

 ¿Entonces, por qué tanto esfuerzo para montar este laboratorio?

 Porque, en realidad, tanto Deering como yo tuvimos la misma intuición de que este objeto es verdadero y guarda un gran secreto, ¿me entiendes, Ray?


Pasaron otras tres semanas y finalmente todo quedó listo. Klark tenía plena autonomía sobre el grupo de personas que comandaba y del cual yo formaba parte. Nuestra primera reunión de trabajo fue muy relajada, cuando fuimos todos presentados. El ambiente era muy agradable y finalmente hicimos un brindis algunos con café y otros con vasos de refrescos por el éxito de nuestra misión. Como Maynard dijera en su corto discurso, el éxito sería “abrir el cofre de Sirena para develar el tesoro que ella guarda”.

La pequeña red de computadores fue organizada por Úrsula Thorne, analista de sistemas, y por el ingeniero René Seguin, y ahora estaba lista para ser probada. Me senté delante del terminal teniendo a mi lado a Úrsula y René. Maynard se sentó en una silla alta detrás de nosotros, lo que le permitía una buena visión del terminal.

Abrí mi directorio, cargué mis archivos básicos y dejé el canal de comunicación abierto. Estuvimos esperando con ansiedad que la comunicación se realizase, lo que se dio sin demora. Nuevamente la voz metálica apareció en el alto parlante:

 Raymond Poe, gracias por el rescate.

 ¿Quiénes son ustedes? pregunté, imperativo.

 Yo soy el Consejero.

 ¡Ah, sí! El Consejero. Pero, responda, ¿quién es usted?

 El Consejero.

Decidí cambiar la pregunta:

 ¿Dónde se encuentra usted en este momento?

 Aquí.

 ¿Dónde aquí?



 A cinco metros, treinta centímetros y dos milímetros de usted. (N197: me parece mal dar una medida tan exacta hablando de cuerpos grandes. ¿Se refiere a la distancia entre los centros? ¿Entre los bordes?)

Todos levantamos los ojos simultáneamente para ver a Sirena a través de la ventana de la sala. Se mostraba fría y extraña con su coloración azul oscura y su forma de huso. René tomó una cinta métrica de un cajón y, junto con Maynard, fue a medir la distancia entre ella y el terminal. Despreciando los dos milímetros, la distancia citada estaba correcta. (N198: me parece exagerado medir. Habría bastado decir que era obvio que se refería a Sirena estimando la distancia a ojo.)

Proseguí con el diálogo:

 Usted, en su primer contacto, expresó una prioridad: obtener un diálogo claro.

 Correcto. La solución para el diálogo claro está en el siguiente documento.

(NN039: aquí va a aparecer una presentación audiovisual tridimensional en una pantalla, no las hojas impresas)

Inesperadamente, se interrumpió la comunicación. Transcurrieron pocos segundos y la impresora de la sala comenzó a imprimir algunas páginas con texto, figuras, tablas y diagramas. Muy sorprendidos y curiosos, observábamos a Maynard mientras hacía una lectura rápida de las, aproximadamente, treinta hojas de tamaño oficio. (N199: no importa el tamaño de las hojas, me parece.)

La capacidad de lectura dinámica de Maynard nos dio poco tiempo a los demás para que pudiésemos vislumbrar de qué se trataba exactamente. Ante nuestras protestas, dejó que hojeásemos el documento. Finalmente, la conclusión general fue que el proyecto presentado por el Consejero era muy complejo y debía ser estudiado por especialistas. Lo que más me sorprendía era que yo estaba cada vez más involucrado. (N200: no queda claro que ver unas hojas sin entender su contenido lo haga sentir más involucrado. Hay que esperar un poco para decir eso, creo). Como me dijera Maynard antes de partir para Washington con el documento: “¡el proyecto fue hecho sólo para comunicarse contigo!” (Nota: tampoco queda claro por qué dice eso. Habría que explicar un poco más). (N201: se echa de menos algún comentario más profundo sobre su impresión de ser el elegido.)
Pasaron tres meses y el Consejero no hizo ningún nuevo contacto. Los ánimos de nuestro equipo estaban bajos. Sin nada que hacer, sólo esperar por noticias, todo estaba volviéndose un tedio. Las idas y venidas de Maynard a Washington y a otros lugares no esclarecían nada sobre lo que estaba aconteciendo con el proyecto. Él sólo decía que estábamos haciendo progresos.

Durante el cuarto mes, fui llevado a un laboratorio de ingeniería genética cerca de Washington D.C., donde sacaron una muestra de mi ADN. Yo estaba consciente de que el código de mi ADN sería utilizado en el proyecto. (N202: se echa de menos una reacción: rebeldía, alegría, cualquier cosa. Y también falta explicar por qué él. Supongo que lo dice en el proyecto del Consejero, pero hasta ahora eso no se ha explicitado.) Al principio, ninguno de nosotros sabía con claridad en qué consistía el proyecto, ni el mismo Maynard. Durante el sexto mes se aclaró todo, cuando llegaron dos nuevos miembros a nuestro grupo, Jonas Parker y Paul Trimble, ambos peritos en inteligencia artificial. Con ellos vinieron también el coronel Deering y Charles Bradner. (N203: si Poe es experto en inteligencia artificial, ¿por qué lo excluyen en el desarrollo de esta parte del proyecto? Habría que justificarlo, me parece.)

Hacía tiempo que no veía a Charles ni al coronel. Este nuevo encuentro evidenció que una fuerte amistad se había desarrollado entre nosotros. (N204: ya se hizo un comentrio exactamente igual por otro reencuentro. Queda un poco, repetido). Maynard nos convocó para una reunión en la pequeña sala de conferencias de nuestro laboratorio. Éramos ocho en total. El objetivo de la reunión era mostrarnos todo lo que se había conseguido entender del proyecto propuesto por el Consejero.

Maynard comenzó explicando en qué consistía el proyecto. La idea era simple. Se basaba en una especie de comunicador virtual, pero de concepción extraña y de difícil ejecución porque exigía tecnología no muy bien desarrollada. Sorprendentemente conforme Maynard dijera, pero que no nos debería sorprender el Consejero preveía el problema y nos entregaba los conceptos y la teoría tecnológica para que pudiéramos ejecutar el proyecto. Eso indicaba con certeza que él conocía el desarrollo de nuestra cultura. Para alegría de Charles, estaba bien claro que Sirena y su enigmático Consejero no eran de origen terrestre. Era irrefutable, ante la repentina mejoría en el equipo de seguridad del laboratorio. Ahora, todos nosotros, Maynard inclusive, éramos revisados tanto a la entrada como a la salida. (N205: ¿cómo llegó Charles al convencimiento de que Sirena es extraterrestre?)

¿En qué consistía este comunicador virtual de extraña concepción? Para mí no parecía tan extraño. Ya había visto algunas películas de ciencia-ficción donde un sujeto se colocaba un traje y un casco especial para entrar en un ambiente virtual. (N206: ya es algo que existe ahora en la realidad y no en películas de ciencia-ficción, más en el 2023.) De acuerdo con Maynard, en relación a lo que se estaba desarrollando, el traje era como un muñeco hueco, solamente con la parte frontal. Toda la sección posterior no existía. El traje estaba suspendido dentro de una esfera y tenía un cordón umbilical que lo unía a Sirena.

Lo que nos impresionaba era la composición del traje, que consistía en una especie de conjuntos de genes de Hox (N207: muy técnico, explicar más) en su estructura genérica. Los elementos de composición eran silicio, carbono, azufre, moléculas de agua y mi ADN, que debería transmitir información genética que sería copiada en un RNA (N208: no se entiende, explicarlo según el mail de Max) artificial que produciría diversas proteínas, las cuales actuarían como catalizadores para las copias genéticas de las demás células. O sea, además de la transmisión de información, el tejido también tenía la capacidad de reproducirse. Maynard nos mostró diagramas de la estructura celular del tejido y, según explicó, era muy parecido a una red de circuitos neuronales. La impresión era que el traje actuaría como el córtex (N209: muy técnico, explicar más) de los humanos.

Después de muchos comentarios, Maynard finalizó la reunión dando una idea de lo que entendía al respecto de la función del cordón umbilical. Era obvio que servía para transportar la información desde Sirena hasta el traje, pero también sería responsable por la vida de este córtex en forma de traje. Según el equipo que estaba trabajando en el traje como dijera Maynard, una gama de impulsos eléctricos fluiría desde Sirena hasta el traje y estos micro impulsos eléctricos producirían micro campos magnéticos, los cuales deberían estimular el cerebro así como la piel de la persona que lo vistiera.

Al oír esto, todos se voltearon hacia mí. Yo no sabía qué hacer, sólo esbocé una pobre sonrisa. El traje, debido a mi ADN, podría ser usado sólo por mí y nadie más. Otra de las propiedades era que este traje podría mantener a la persona viva por largo tiempo mientras estuviese conectado a Sirena. Teóricamente, ese traje se cerraría por detrás de la persona por la copia genética de las células de los bordes, aislándola totalmente del mundo externo.


En la espera de la llegada del traje pasaron otras seis semanas. Durante ese tiempo, se hicieron una seria de mejoras en el laboratorio y también se montó toda la estructura que mantendría al traje. Todo fue hecho por nosotros, dirigidos por René. El coronel instruyó a Maynard para que no entrasen más personas en el proyecto ni al laboratorio. El miedo del coronel era que el proyecto escapase de sus manos. No que a él le importasen el poder y las grandes posibilidades de renombre que el proyecto podrían darle. Tenía miedo del sujeto que, en las altas esferas del gobierno, sabía de la existencia del proyecto y estaba intentando apoderarse de él. Las informaciones que Maynard tenía sobre esa persona eran pésimas. (N210: no queda claro qué tanto poder y renombre puede dar el proyecto. Tal vez habría que especificar más.)

Finalmente llegó el gran día. Nuevamente tuve la oportunidad de ver a Charles y el coronel. El famoso traje venía en una simple caja de aluminio que el coronel intentaba abrir mientras nos alejaba, pues casi nos metimos dentro de ella, tan grande era la curiosidad por ver el traje. Parecíamos niños abriendo un regalo. Ayudamos a sacar y estirar el traje. Parecía estar hecho de piel de cocodrilo pero, al tocarlo, se notaba que era una especie de esponja, de cinco centímetros de espesura. Realmente el tejido tenía un aspecto muy raro.

Después de algunas horas el traje ya estaba en su lugar en la esfera. Faltaba conectar el cordón umbilical a Sirena, ¿pero dónde? Para sorpresa de todos, se abrió un orificio del diámetro exacto para la conexión en la parte superior de Sirena. Nuestra gran pregunta era: “¿cómo supo Sirena de la llegada del traje?” ¡Hacía nueve meses que no nos comunicábamos con el Consejero!

Pasó un día más. Hacíamos los preparativos para mi estreno del traje. (N211: ¿no le asalta ninguna duda en este momento?) Los sistemas de las estaciones de trabajo y de comunicación quedaron listos para el experimento. Maynard lo programó para el día siguiente a las ocho de la mañana. Tuvimos el resto del día libre para descansar. Me fui a la casa y, para relajarme antes de irme a la cama a dormir, decidí ver una película antigua: An affair to remember. (N212: una persona común, ¿conseguiría dormir bien antes de esa experiencia?)


(N213: me parece que aquí habría que hacer una descripción de cómo es el espacio físico donde se encuentra el traje. Cómo está: colgando, sobre una mesa, etc. Qué hay en torno a él. Etc.).

Yo estaba de pie, desnudo, ante el traje. Según las instrucciones dadas por el Consejero, yo tendría que “entrar” en el traje absolutamente desnudo. Me había dirigido hasta la plataforma de la esfera envolviendo la parte inferior de mi cuerpo con una toalla. Todos mis colegas estaban presentes, inclusive el coronel y Charles. El hecho de tener que estar sin ropa dentro del traje era motivo de bromas y chistes. Entre ellos, sorprendí a Úrsula con la cara ruborizada y con la mano tapándose la boca para evitar una estruendosa carcajada.

Ya en la plataforma, listo a despojarme de la toalla, miré alrededor. Vi expresiones con una mezcla de diversión y expectativa entre mis colegas. Atrás de mí, en las ventanas de la sala de control, se veía el equipo de computadores listos para recibir los datos que Sirena transmitiría sobre las actividades de mi cuerpo, como presión arterial, temperatura, electrocardiograma, actividad cerebral, etc. Al menos, era lo que se esperaba.

Un alboroto y algunas exclamaciones entre mis colegas hicieron que yo me voltease hacia ellos y después hacia el traje. Éste estaba sufriendo algunas modificaciones en su conformación interior. Habíanse formado, ante nuestros ojos, las aberturas de los ojos, la nariz y la boca y, en la parte inferior, las cavidades de los genitales. (N214: recién cuando Jilienski mira su traje se dice que no tiene aberturas para los ojos, etc. Habría que decirlo cuando se habla del traje de Poe. Además, no se dice nada de las orejas.)

El coronel, escoltado por Charles, llegó a mi lado. Observando las transformaciones internas del traje, dijo:

 Hijo, la invitación formal está hecha. (N215: ¿nadie le teme a Sirena? El que lo llame hijo ahora, da la idea de que piensan que es peligroso, pero deberías explicitarlo más.)

Charles me dio un apretón de manos, deseándome un buen viaje. A diferencia de lo que aconteciera minutos antes, el silencio nos envolvió. Bajo la mirada atenta de todos, di los dos últimos pasos, dejé caer la toalla y entré en el traje.
Primero, un frío intenso envolvió mi cuerpo. Me rodeaba una oscuridad total y un silencio como nunca había experimentado. Un sentimiento de profunda soledad me hizo sentir un ahogo en el corazón. Y una sensación extraña, como si el tejido del traje estuviese penetrando en mi piel, me estremeció. Me sentí preocupado, o mejor, casi aterrado. Sentí un suave hormigueo en todo el cuerpo y enseguida dejé de sentirme incómodo. El hormigueo desapareció, el frío pasó y una sensación de alivio y comodidad me envolvió. Me sentí tan bien que abrí los ojos, olvidando que el traje no tenía abertura y ni emisor de luz para que pudiera ver.

Para mi sorpresa, mis ojos vieron luz. Yo estaba sumergido en una penumbra, ¡y de pie! Estaba sorprendido, yo estaba de pie. (N216: aquí se sospecha que el traje está puesto de un modo especial o en el aire, pero habría que explicitarlo más arriba.) Sintiéndome bien equilibrado, giré la cabeza, para ambos lados. El recinto donde me encontraba era una sala de unos veinticinco metros cuadrados, con aproximadamente tres metros de altura. (N217: sería mejor dar las medidas lineales que el área.) Ninguna decoración o mueble. Debido a la penumbra, no podía ver el color de las paredes. Lo que más me sorprendía era sentir que mi cuerpo estaba de pie, como si yo estuviese sin el traje.

Pero, más sorpresas me aguardaban. (N218: de nuevo queda raro avisar lo que viene. No va con el estilo). Yo no me encontraba en el centro de la sala, sino muy próximo a una de las paredes, que quedaba a mis espaldas, y podía percibir esto girando la cabeza y mirando para atrás. En la pared frente a mí sucedió algo. Imperceptible, en el inicio, pero fue destacándose cada vez más. Fue apareciendo un círculo de un tono más claro que el color indefinido de la pared. El círculo era de dos metros de diámetro y fue aclarándose cada vez más, quedando finalmente transparente, dejando ver un túnel iluminado con una coloración azul claro, que parecía extenderse por unos cincuenta metros, haciendo después una curva a la derecha, que no me permitía ver más adelante. Mientras prestaba atención al túnel, la figura de un hombre apareció saliendo de la curva y dirigiéndose hasta mí con un andar pausado. Una emoción y una infinita curiosidad envolvieron mi ser. (N219: ¿no siente nada de miedo?) Me aproximé a la boca del túnel a esperar su llegada. Al dirigirme a su encuentro noté que vestía una túnica roja. Fue cuando recordé que yo estaba desnudo. Instintivamente, cubrí mi sexo con las manos y, para mi sorpresa, comprobé que estaba vestido.
(NN040: vamos a sacar lo de la imagen gráfica, sólo tienen los parámetros biofísicos)

Maynard, Deering, Charles y los otros estaban atentos, con los ojos fijos en las pantallas que mostraban los parámetros biofísicos de Raymond. Todo parecía normal, excepto los latidos cardíacos, que estaban un poco acelerados 120 pulsaciones por minuto, mas eso era lo esperado. También la imagen gráfica de los contornos de su cuerpo se podía ver en la pantalla. Se podían ver los movimientos, o mejor, los movimientos virtuales. Mirando hacia el traje, que cubría totalmente su cuerpo, todo permanecía estático. (N220: eso de la imagen gráfica es raro. Habría que decirle de otra manera).
(NN041: en esta entrevista el Consejero le confirma que son extraterrestres. Además, si no se ha dicho antes, habría que poner que él fue el que provocó el accidente de Dan nelson e hizo aterrizar sin problemas el CRV)

El hombre que estaba frente a mí tenía, aproximadamente, sesenta años de edad, calculé. Era completamente calvo, tenía la piel clara, ojos muy azules y una barba blanca corta muy bien recortada. Su estatura era imponente, mucho más alto que yo. Su presencia me inspiró respeto.

 Raymond, agradezco su presencia. Soy el Consejero.

Su voz era suave, varonil y de timbre agradable. Para saludarme, extendió su mano con la palma hacia arriba y yo instintivamente extendí la mía, colocándola sobre la de él. Él, entonces, con la otra mano cubrió la mía, presionándola suavemente, y dijo:

 Venga, lo necesitamos.

Lo acompañé por el túnel siguiendo su ritmo pausado. Mientras caminábamos, miraba mis ropas. Vestía un mameluco gris claro, cinturón y botas gris oscuro. Todavía no creía lo que veía y sentía. Estaba consciente de que participaba de una realidad virtual, ¡pero todo parecía tan real! Sensaciones olfativas, táctiles, visuales, mi cuerpo moviéndose… estaba muy impresionado.

Recorrimos casi cien metros y llegamos hasta el final del túnel, que desembocaba en un a gran sala vacía. En el centro de la sala había una mujer de unos cincuenta años, según calculé. Cuando llegamos al lado de ella el Consejero nos presentó:

 Ella es Seguridad. Gracias a ella me mantengo íntegro. Estamos siempre en la periferia, por lo tanto, los accidentes nos causan daños directos.

No entendí nada de lo que dijo (N221: más adelante tiene que quedar muy claro lo que quiso decir aquí el Consejero) y pregunté, como si ambos fuesen seres reales:

 ¿Quiénes son ustedes?

La mujer no dijo nada. Fue el Consejero quien respondió:

 Somos lo que se podría llamar una “segunda personalidad compañera” o SPC. Una copia energética exacta de una persona. Nosotros la acompañamos como una entidad gemela y somos tan reales como ella. Somos la armonía del ser. (N222: me parece que esto es confuso. Ellos no son iguales a Lanyie. La SPC yo diría que es sólo la Lanyie virtual, según esta explicación. Ellos son SPC de otras personas. Esto no queda claro en esta parte.)

Quedé más confuso todavía con la explicación y no podía razonar. Pero conseguí preguntar mientras estudiaba a la mujer:

 ¿Entonces, ustedes son la personalidad doble de un ser? (N223: no se entiende qué quiere decir Poe.)

El Consejero sonrió en forma simpática y educada.

 No, no Raymond, nosotros somos sólo una adaptación parcial de otras dos entidades. Esto es hecho en situaciones críticas de peligro de la entidad original. (N224: no es esto lo que Lanyie dice después. Ella dice que los hacen en cuanto alguien nace y que le ponen el aspecto que van a tener de adultos desde un principio.)

 Entonces, existe una identidad principal, ¡y no son ustedes dos! (N225: aquí se lleva muy a la equivocación, haciendo pensar que ellos dos son la PSC de una sola persona. Aquí el Consejero debería explicar bien como es la cosa porque esta confusión hace que uno no entienda mucho de la historia de Lanyie hasta mucho más adelante, lo que le quita gusto a la lectura.)

Mientras mantenía el diálogo con el Consejero, conseguí definir lo extraño que tenía la mujer, que no había emitido una palabra hasta el momento. Ella no estaba totalmente nítida y tenía un leve defecto de bordes en todos sus detalles. La vestimenta era una túnica amarilla, que acentuaba el color rojizo de la piel del rostro y de las manos. El cabello era negro.

 Exacto prosiguió el Consejero y necesitamos de usted para despertarla. (N226: van a despertar a una SPC y no a una entidad principal. Esto también habría que explicarlo bien. Igual que lo otro, el enredo le quita gusto a la lectura.)

 ¿Entonces fue usted quien me contactó y permitió que viniera para acá?

 En cierto modo, sí dijo el hombre, pausadamente. Pero no tengo la capacidad total y las herramientas necesarias para haber hecho lo que hice. Con la ayuda de Seguridad, el setenta por ciento de la capacidad analítica y deductiva me fue transferida temporalmente. Por casualidad lo descubrí a usted, gracias a una correlación entre el perfil sicológico de nuestra identidad principal (N227: él habla como si los dos tuviesen la misma identidad principal y no es así, según acaban de definir a una PSC. Ellos son PSC de otras personas y fueron anexadas a Lanyie por motivos de peligro. Todo eso hay que dejarlo claro desde un principio) y el banco de datos sobre su persona, Raymond. Realmente usted no apareció por casualidad. Usted fue la persona que reconoció el patrón que yo dejé tras mi incursión para conocer y entender su cultura.

(N228: habría que explicar por qué fue ahora la incursión y no mucho antes. Ya dije por qué no convence lo del temblor)

Permanecí un tiempo más con ellos. Todo parecía tan real, menos Seguridad que, de tiempo en tiempo, tendía a ponerse transparente. Según explicó sucintamente el Consejero, ellos sufrieron un accidente que afectó principalmente a Seguridad por su propio papel de proteger y preservar de forma íntegra la entidad principal.

Su problema era que la entidad principal estaba incomunicable y ellos creían que un agente externo podría ayudarla a volver a la actividad. Muchas cosas no estaban claras para mí, mas mi tiempo se acabó y el Consejero me llevó nuevamente de vuelta por el túnel. Mi primera visita había terminado.



(NN042: aquí sería bueno describir cómo es el proceso de salir del traje: se retira o desaparece el tejido que creció por atrás, se cierran las aperturas del traje, se apagan los monitores de los parámetros biofísicos, etc. O como tú te lo imagines).
(NN043: ahora que no hay imagen gráfica, no sé si tenga sentido filmar la experiencia y grabar en cinta de audio parece que nunca lo tuvo porque no había sonido de lo que sucedía).

Fui recibido en un ambiente de fiesta por mis colegas. Había pasado un poco más de una hora, pero para mí parecían apenas quince minutos. Para mi alegría, mi cuerpo no estaba entumecido ni adolorido, ni tenía calambres o algún síntoma que revelase que había estado inmóvil por más de una hora. (N229: parece muy superficial y egocéntrico el comentario. Lo sacaría). El informe sobre mi experiencia fue filmado y grabado en una cinta de audio. Maynard no quería perder ningún detalle de esa experiencia.


(N230: Ya me perdí, pero ahora parece que Ray volvió a su ciudad. Habría que hacerlo notar si es así).

Charles estaba hospedado en mi casa. En la noche quiso saber algo más sobre mi experiencia. Mientras bebíamos abundantes tazas de café, preguntó:

 ¿Entonces, Raymond, ellos son personas como nosotros de aspecto? ¿Notaste alguna diferencia?

 No, Charles, realmente no. Excepto por algunos pequeños detalles que me llamaron la atención: la fisonomía de ellos parece perfecta, sin defectos, sus ojos son muy azules, inclusive los de la mujer, a pesar del aspecto poco nítido, y la piel de ella era muy rojiza. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue su aspecto imponente. Fue como si estuviese delante de dos nobles de una antigua casta.

 Bien, recuerda que ellos son imágenes y deben haber sido creados sin defectos de piel, ni de simetrías, etc.

 Es verdad respondí, bebiendo un buen sorbo de café.

(N231: aquí habría que hacer una discusión sobre si ese es su verdadero aspecto o el que le dieron a Poe para simplificar las cosas y hacerlo sentir más a gusto. Por otro lado, no resulta creíble que en el otro confín de la galaxia existan seres inteligentes tan parecidos a nosotros.)

Charles quedó en silencio, pensativo. Entonces, concluí, mirando mi reloj de pulsera:

 Creo que a ti te hubiese gustado que ellos hubiesen tenido un aspecto diferente, extraño, ¿no es cierto?

 En cierto modo, sí. A mí, me impresionaría más algo más anormal. (N232: tal vez aquí podría ir la lucubración sobre cuan parecidos a ellos mismos son los extraterrestres porque las imágenes las crearon para que las viera un terrícola. Pero realmente aconsejo proponer a los extraterrestres como muy distintos a nosotros.) Por otro lado, lo que está sucediendo es muy apasionante, y no me gustaría perderme detalles de tu experiencia, Raymond. ¡Me gustaría mucho estar en tu lugar!

 Lo sé, Charles, lo sé. No le ocultaré nada a nadie sobre mi experiencia. Involuntariamente se me puede escapar algún pequeño detalle, por distracción, pero nada más. Relájate, luego veremos lo que acontece en las próximas visitas. (N233: pero igual oculta toda su historia con Lanyie. Habría que hacerlo sentir mal por eso más adelante.)
(NN044: habría que decir qué se le dijo en cada una de las visitas. En una podría pedirle que despierte a Lanyie y después los ayude a encontrar a sus entes físicos y en la otra explicarle que ellos se igualan a los seres con los que entran en contacto. Pero dejo todo a tu decisión. Tal vez baste una visita más. Ve tú).

Dos visitas más se realizaron en los tres días siguientes. El Consejero me llevaba por el túnel hasta la sala donde se encontraba la mujer denominada Seguridad. Mis preguntas sobre quienes eran ellos, su procedencia, sus propósitos, no fueron respondidas. Me dijeron la mujer finalmente entró en la conversación que ellos no podían dar las respuestas y sólo la identidad principal, Lanyie, podría responder a todas mis preguntas. El resto, básicamente, fueron preguntas hechas por ellos. Querían saber sobre mis gustos en relación a la naturaleza, seres e ideas. Quien básicamente preguntaba era el Consejero. Al final de la última visita, acordamos que la próxima vez yo estaría en condiciones de entrar en el ambiente de Lanyie. Tendría que despertarla y obtener comunicación con esa entidad principal. Seguridad abriría una membrana para que yo pasara al ambiente principal y, ya adentro, tendría que actuar solo. Ellos no me podrían orientar ni ayudar. (N234: de nuevo confunde. El se va a encontrar con la SPC de Lanyie, no con la entidad principal. Todo esto hay que ordenarlo y explicarlo bien.)

Esta vez, cuando estaba listo para salir del túnel y volver al laboratorio, algo me hizo mirar para atrás. En el fondo, donde el túnel hacía la curva, surgió el rostro sonriente de un niño que me miraba. Miré el Consejero, que caminaba a mi lado y después nuevamente miré para atrás. El rostro del niño había desaparecido.

 Entonces, Consejero, ¿las identidades son tres?

Pregunté eso observando su perfil mientras llegábamos al punto de salida.

 Ya le expliqué, Raymond: una principal y dos adicionales menores. ¿Por qué pregunta nuevamente? (N235: no es eso lo que le ha explicado. Nunca ha hablado de dos adicionales menores.)

 Sólo quería hablar de algo, Consejero. Sólo eso.

Él me miró desconfiado, pero no hizo ningún otro comentario.


Ya me estaba acostumbrando a entrar al traje y al trayecto por el túnel hasta la sala de Seguridad. Esta vez, el Consejero no me estaba aguardando, por lo tanto me aventuré solo hasta la sala. Allí los encontré esperándome. El aspecto de ambos era serio. Me explicaron todo lo que iba a acontecer de modo muy ceremonioso. Seguridad destinaría la totalidad de su identidad para crear una membrana para que yo pasara. Eso ella lo podría hacer sólo cuatro veces. O sea, una ida y una vuelta y, en caso de que no tuviésemos éxito, un segundo intento otro día. Con eso, Seguridad perdería toda su energía vital restante, anulando su identidad. Aunque me esforcé por entender, muchas cosas estaban escapando a mi comprensión.

El Consejero fue enfático al solicitar que yo intentase, en ese primer contacto, despertarla. El resto se desenvolvería naturalmente. “De esta forma podríamos preservar lo poco que reste de Seguridad”, concluyó en tono grave.

Seguridad se deslizó hasta una de las paredes desnudas de la sala y en ella apoyó las espaldas. Lo que aconteció enseguida realmente me impresionó. Ella, apoyada contra la pared con los brazos abiertos, comenzó a transformarse, a la altura del ombligo. En esa parte de su cuerpo comenzó a formarse un círculo, que fue creciendo vertiginosamente, dejando a Seguridad completamente deformada alrededor. Al final del proceso quedó una circunferencia de aproximadamente dos metros de diámetro, con un aspecto pardo oscuro, como si fuese de papel crepé o algo parecido. El cuerpo de la mujer quedó irreconocible, formando la periferia de la circunferencia.

Miré hacia el Consejero con profunda perplejidad. Él sonrió cordialmente y me hizo un gesto, indicando que debería atravesar el círculo, la membrana, como ellos lo llamaron. Hice un gesto de despedida y me aproximé a la membrana. Me detuve a mirar al Consejero que, nuevamente, me indicó la entrada, siempre con su sonrisa serena y cordial. Inspiré profundamente y entré a través del círculo.


Se produjo un pequeño alboroto (N236: ¿no debería ser grande?) entre los espectadores debido a la falta de datos en los monitores. El diagrama que mostraba los movimientos virtuales se cerró, desapareció todo. Sólo el registro de las pulsaciones mostraba una súbita aceleración de ochenta hasta casi ciento ochenta pulsaciones por minuto. Maynard tecleó, entonces, un mensaje para el Consejero: “Perdimos monitoreo de movimiento. Corazón de Raymond muy acelerado. Raymond en peligro”. La respuesta vino de inmediato en la voz del Consejero y en la pantalla del monitor: “El monitoreo será restablecido después de que Raymond establezca contacto con la entidad principal. Raymond volverá a su estado normal. Raymond no está en peligro”. (N237: ¿por qué esa condición para volver a ver a Raymond en el diagrama? Suena antojadizo y no se justifica más adelante. Cambiarlo o justificarlo).

La última frase bastó para que los que estaban mirando comenzaran a hacer comentarios y lucubraciones. De hecho, todos estaban cada día más involucrados con los acontecimientos. (N238: ¿qué comentarios? ¿Qué lucubraciones?)


Fue como pasar de un ambiente frío a uno cálido. (N239: no se entiende la comparación. ¿Será como pasar del cielo a la Tierra, en castellano?) Yo estaba en el medio de un jardín lleno de plantas, flores, grandes arbustos y enredaderas, que llenaban totalmente arcos y columnas decorativas. Mirando hacia arriba, el cielo azul estaba levemente cubierto por nubes muy tenues. Giré, buscando el Sol, es decir, la estrella que iluminaba el paisaje. Parecía estar a una altura, según calculé, de unos cuarenta grados, (N240: muy técnico) pero no podía saber si era de mañana o tarde. Giré mi cabeza en torno, intentando ver todo el jardín a mi alrededor. Sólo podía ver este jardín muy frondoso y el cielo. Cinco caminos convergían al punto donde yo me encontraba. Uno de ellos era más ancho que los otros cuatro y yo naturalmente dirigí mis pasos por él. (N241: de nuevo se olvida de que es realidad virtual. Parece que la idea es que crearon una imagen con lo que él había dicho en una conversación que le gustaba de la naturaleza. Cuidar la separación entre la realidad virtual y la real.)

Mi andar fue lento, parando de tiempo en tiempo, con la intención de percibir algo. Todo era muy bonito, pero faltaba algo. Di unos pasos más hasta que tuve conciencia de lo que era. Mirando nuevamente alrededor, noté que todo estaba absolutamente silencioso y quieto. Tampoco percibí ningún tipo de aroma, nada. Proseguí caminando hacia donde terminaba ese camino principal.

Llegué finalmente, a un área acogedora de cerámicas color de rosa, que separaban diversos canteros de plantas con flores multicolores y una muralla alta con jarrones llenos de flores de los más diversos colores. Para llegar hasta la muralla había una serie de peldaños, que me dieron la impresión de que la muralla era una especie de mirador. Entonces, más confiado y con el paso acelerado, subí todos los peldaños hasta estar con la muralla un poco más arriba de las caderas. Miré sobre la muralla y sufrí un profundo choque emocional. Nunca había sentido una sensación tan intensa de vértigo. Intentando evitar una caída, di un salto para atrás, tropezando en los peldaños y cayendo finalmente en la parte plana de una especie de terraza.

Me encontraba en la azotea de un edificio, a una altura impresionante del suelo. Repuesto de la sorpresa, me aventuré cuidadosamente hasta la muralla. Recordando correctamente que yo estaba en un ambiente virtual, me relajé un poco. Pero de todos modos, me aferré con las manos a una especie de metal que había en una parte de la muralla. El paisaje que tenía delante de mis ojos me dejó perplejo. Me encontraba en algún punto de una megápolis. Se veía un orden total en la disposición de los altísimos edificios, que parecían distribuirse espaciosamente con intervalos regulares. Alrededor, se veía una serie de edificios menores en altura y grandes áreas verdes. Desde la altura en que me encontraba no se veía la calle u otros detalles. La ciudad se extendía hasta el horizonte, donde se avistaba una cadena de montañas nevadas. También a lo lejos se veía una vasta área cubierta de agua. Era difícil saber si era un lago o la costa de un océano.

Todo estaba quieto y el silencio que me envolvía era preocupante. Mientras todavía trataba de orientarme, tuve la sensación de que no estaba solo. Entonces giré mi cuerpo y, desde el lugar donde me encontraba, pude notar que el jardín de la azotea era mucho mayor de lo que yo me había imaginado: parecía tener el tamaño de una manzana grande. Observando cuidadosamente el lugar, noté que exactamente en el extremo opuesto de donde yo me encontraba, existía una plataforma, como un mirador. Había un camino secundario, que yo no había notado hasta el momento, y que conducía directamente en esa dirección.

Tomé el camino apresuradamente, mirando en todas direcciones. Al final, desembocaba en lo que parecía ser una plaza y un anfiteatro. El mirador quedaba al final de esa plaza. Mas lo que me llamó la atención fue el escenario. Alguien estaba sentado delante de algo que se parecía a un piano de cola.

Me aproximé a toda prisa. Mi corazón latía velozmente. La emoción me invadió. Subí la escala del escenario en tres saltos. La mujer estaba de espaldas a mí. Su cabello, largo hasta los hombros, era de un marrón dorado. (N242: antes no se dijo que era mujer.) Me aproximé por atrás de la figura estática como una muñeca, estática como todo lo que había visto hasta ahora. La rodeé, buscando un ángulo que me permitiese verla por entero.

Algo sucedió dentro de mí. Nunca había visto una mujer tan hermosa. Tenía los ojos cerrados, sus pestañas eran largas. Por la bella expresión de su rostro, parecía estar recordando algo muy agradable. Por la disposición de sus manos, muy cerca del rostro, parecía haberse sentado recién frente al piano.

No sé cuanto tiempo estuve allí, mirándola. Su vestimenta consistía en una especie de kimono japonés, sin mangas, medias largas y botas. El kimono parecía tornasol y, dependiendo del ángulo de visión, las tonalidades cambiaban armoniosamente.

Habría estado mirando a aquella hermosa mujer de piel bronceada por mucho más tiempo, pero yo debía hacer contacto con la identidad principal, Lanyie. (N243: en alguna parte por aquí pondría algún comentario que deje en claro que él está conciente de que es realidad virtual. Preguntarse, por ejemplo, si ella sería así o se la muestran así para que él la encuentre hermosa.) Dejé el escenario y me dirigí al mirador, una especie de pequeña plataforma de aproximadamente cinco metros cuadrados, cuyo acceso era una escala de caracol. (N244: de nuevo pondría medidas lineales, no el área.) Desde donde estaba ahora la vista era más impresionante aún. Podía ver parte del paisaje que había visto desde el otro extremo del jardín y también ese otro lado que yo no viera hasta entonces. Nuevamente quedé impresionado con el tamaño de la ciudad. Desde ese otro extremo se veía toda la extensión de la ciudad. Los edificios más grandes se encontraban en los montes, y otras construcciones piramidales mayores aún se veían a lo lejos, las cuales tapaban parte del horizonte. También se veía a lo lejos una bahía grande, y con seguridad, entonces, lo que yo veía del otro lado era un océano y no un lago grande. Lo que estaba viendo era una megápolis costera de dimensiones mucho mayores que cualquier otra ciudad de nuestro planeta. (N245: no olvidar que es realidad virtual.)

Estaba concentrado en los detalles del paisaje cuando una enorme sensación de bienestar me invadió, y una suave brisa perfumada de flores acarició mi rostro y penetró en mis pulmones. La sensación fue tan intensa que despertó todos mis sentidos. (N246: me parece que es muy dulzona la manera de describir los efectos de Lanyie sobre él. Lo sacaría o cambiaría). Inmediatamente sentí que estaba siendo observado. Miré hacia abajo, hacia el escenario, y mis ojos se encontraron con los de la mujer, que tenía una clara expresión de sorpresa. (N247: ¿si ya abrió los ojos, no quiere decir que ya despertó y Raymond cumplió con su misión? ¿Por qué sigue después? Es importante ir aclarando estas cosas.)

Descendí rápidamente las escaleras y fui a su encuentro, mientras ella todavía continuaba sentada, mirándome, sorprendida. Nuestras miradas se encontraron y yo me perdí en el azul de sus grandes ojos. Nunca había visto ojos tan bellos y expresivos. A pesar de todo, conseguí hablar:

 Mi nombre es Raymond Poe.

Su hermosa expresión de perplejidad continuó por algunos segundos más, después se transformó en comprensión para, entonces, reflejar satisfacción. Poniéndose de pie, se aproximó a mí como quien quiere saber algo. Todavía mirándome directamente a los ojos, dijo:

 Mi nombre es Lanyie.

Mi sorpresa fue inevitable. Debo haberme visto divertido, pues una bella sonrisa después de una discreta carcajada completaron el cuadro de mi perdición. “¡Me había enamorado!” (N248: de nuevo me parece muy dulzona la manera de decirlo).


Todos aplaudieron porque la imagen esquematizada había vuelto. Ahora no sólo aparecía la imagen de Raymond, sino también la de una mujer junto a él, y lo más interesante, también bosquejos en perspectiva de lo que los rodeaba: el jardín, las plantas, las flores, etc. Maynard consultó su reloj; había pasado un poco más de una hora. Intercambió miradas con Charles, tenían que esperar la vuelta de Raymond, lo que no dependía de ellos. (N249: queda incoherente que aquí ellos vean a Lanyie en la imagen y después no se enteren del pololeo.)

(N250: habría que poner algo más sobre Raymond. Qué pasó, por qué volvió. Poner, por ejemplo que lo sacaron sin explicarle por qué. O que el Consejero le dijo que la primera vez sólo debía hacer contacto. Quedan muchos cabos sueltos que molestan en la lectura. Además no se explica si ya cumplió su misión, que es lo que uno se imagina como lector porque la misión era despertar a Lanyie y ya despertó.)



(NN045: Poe no se enamora, dice algo como “No lo podía creer” y los parámetros biofísicos se disparan y cuando ya creen que se va a morir, sale del traje. Poe está semiinconsciente, pero repite que no va a volver a entrar nunca más al traje.)

(NN046: el número y el nombre se van a reemplazar por Sexta Parte)
7
Ciudad Capital
(NN047: aquí hay que introducir muchos cambios. Deering habla con el Consejero para que alguien reemplace a Poe, pero el Consejero no acepta. Buscan a la siquiatra para que lo trate y sale a relucir el accidente con su hija y su señora después de varias sesiones. Entremedio Deering está desesperado con el atraso porque Jilienski (Pierce) está ganando adeptos en su campaña por destruir a Sirena y no saber qué contiene).

(NN048: lo que sigue hay que sacarlo hasta que vuelve a hablar con el Consejero, pero hay que guardar la información importante. Poe no entra al traje en mucho tiempo, y cuando lo hace lo recibe el Consejero y le explica que le va a contar su historia para que sepa qué les pasó y los ayude a encontrar a sus entidades físicas).

Algo sucedía conmigo. Comencé a sentir nostalgia y amor por un ser inmaterial, por una imagen tan real, tan dulce, tan perfecta. Decidí alejarme un poco y estar solo para soñar y amar, como un adolescente. Desaparecí por algunos días, causando algunos problemas a nuestro equipo del laboratorio. Pero, ¿qué más podía hacer? Estaba confuso con mis sentimientos e irremediablemente enamorado. (N251: no queda bien que un hombre hecho y derecho y un genio de la computación actúe así. Habría que ponerle más énfasis a su estado de ánimo para que resulte creíble).


Aquí estaba yo, impaciente y nervioso, listo para entrar nuevamente en el mundo de Lanyie. Maynard había decidido que yo no debería esperar más para saber quiénes eran ellos. Podría forzar preguntas y obtener respuestas, y también hacer que la imagen esquemática fuese transformada en imagen verdadera. (N252: ¿por qué quieren imagen verdadera? Habría que explicarlo. Si sólo es realidad virtual y ellos pueden estar proyectando lo que quieran en la mente de Poe, da lo mismo lo que se vea, me parece a mí). Nuevamente entré en el traje para un viaje más. (N253: no resulta coherente esta posición de hacer exigencias. Por un lado, no se nota que estén en condiciones de hacerlas y, por otro, Poe no las hace y deja un cabo suelto en la historia.)

Esta segunda vista a Lanyie fue directa. (N254: desde aquí cambia todo y deja de ser importante el Consejero. Lanyie toma las riendas del asunto. Habría que explicar algo al respecto). Me encontré de inmediato en la ciudad en el extremo de un gran parque. (N255: yo haría notar que no es el mismo de la primera vez). Aparecí en una elevación que permitía ver toda su extensión. (N256: no queda claro si puede ver toda la extensión del parque o de la ciudad). Atrás de mí, se erguía otro edificio grandioso.

Estaba buscando a Lanyie cuando fui sorprendido con su presencia a mi lado. Me quedé mirándola mientras ella me regalaba con una bella sonrisa. Estaba más bella que en nuestro primer encuentro. No dije nada, sólo la observaba. Sus facciones eran perfectas, bien definidas. ¿Qué edad tendría? Unos treinta, tal vez. A pesar de su aspecto joven, ella reflejaba madurez y un sorprendente aire carismático. (N257: en alguna parte debería hacerse notar la misión de Raymond, despertar a Lanyie. Si conversa con él, ¿es que ya la cumplió? Por otro lado, el que encuentre joven a una mujer de 30 años indica que él tiene por lo menos 40. Eso es bueno para la otra versión que te quiero proponer.)

 Raymond, hoy voy a mostrarte la ciudad.

 Está bien respondí, todavía sorprendido.

Ella me tomó por el brazo y comenzamos a caminar. Entramos en el parque, que estaba bastante concurrido. Personas de todas las edades hacían diversas actividades. La visión que había tenido en la primera visita a la ciudad no se comparaba con esta.

 ¿Dónde estamos ahora? pregunté.

 En el Parque de los Vientos, cerca de la sinfónica.

Ella apretó más fuerte mi brazo y continuó conduciéndome por el parque. A medida que íbamos caminando, escuchaba a lo lejos el sonido de flautas y otros sonidos instrumentales que no conseguía identificar. Momentos después, entramos en un anfiteatro abarrotado de personas que oían la “sinfónica”. Consistía en una estructura circular de gradas, dividida en seis partes por tres corredores de trescientos metros de largo por cincuenta de ancho, según calculé mentalmente, que estaban delimitados por paredes de mampostería y frondosos y espesos arbustos, según me explicó Lanyie. En los tres corredores se veían diferentes estructuras, como esculturas. Cada una de ellas era una especie de instrumento de viento.

 Esta orquesta de aire me susurró ella, fue proyectada por una de las mayores eminencias musicales de la Ciudad de las Artes dijo Lanyie. Los sonidos varían de acuerdo con la intensidad del viento que pasa por los instrumentos. Este lugar fue escogido por su peculiaridad; es un cruzamiento cíclico de corrientes de aire, que cambian de intensidad conforme a la estación del año. (N258: pondría otra reflexión sobre cuánto es tal cual y cuánto está modificado para que él lo entienda, incluyendo los edificios, los sonidos, todo.)

Nos quedamos escuchando por un largo tiempo. La mayoría de los oyentes tenía los ojos cerrados, como extasiados. Lanyie insistió para que yo hiciese lo mismo e intentase escuchar hasta el sonido más débil y lejano. Cuando conseguí el efecto tuve la sensación de estar en el medio de una grandiosa armonía instrumental. El efecto duró mientras estuve atento ante la novedad. Cuando perdí la concentración, fue como si hubiese salido de aquel lugar privilegiado y retornado hasta donde me encontraba sentado en ese momento.

Miré alrededor, todos los presentes estaban absortos. No muy lejos de allí noté la presencia del niñito que yo había visto en una de mis visitas al Consejero. Él me sonrió alegremente y después se fue dando divertidos saltitos.

Algún tiempo después, en el mismo lugar de las gradas, descendimos una secuencia de escalas que desembocaban en una gran estación de metro. A mis ojos todo era grandioso y moderno. No tenía dudas de que estaba conociendo una civilización mucho más adelantada que la nuestra. (N259: otro comentario sobre cuanto hay de real en las imágenes de la realidad virtual.) Lanyie parecía bastante a gusto conmigo, hasta alegre. Era muy comunicativa y me explicaba todo, detalladamente, sobre el lugar donde estábamos. (N260: ¿qué le decía?)

Tomamos un tren, cuyo aspecto era de una larga lombriz multicolor. Parecía tener unos cien metros de largo, un solo vagón, sin divisiones internas y un amplio corredor lleno de asientos muy confortables. (N261: queda raro. El corredor debería estar al lado o al centro de las hileras de asientos, no lleno de ellos.) A pesar del gran movimiento de personas, el carro no quedó lleno. Me senté al lado de Lanyie. Ella era realmente perfecta. Lindo perfil, linda silueta, yo realmente me sentía muy atraído por ella. (N262: resulta redundante que reafirme su atracción si ya está perdidamente enamorado).

El largo vagón entró por el túnel a una velocidad vertiginosa. Yo estaba sentado al lado de una inmensa ventana que iba de la altura de mi rodilla a la mitad del techo. Tras algunos minutos, el carro salió casi volando a un ambiente claro como la luz del día. Nuevamente tuve la sensación de vértigo.

 Esta es Ciudad Interior me informó Lanyie.

El carro estaba a una altura impresionante y esto me permitía ver una inmensa ciudad subterránea.

 ¿Cómo se mantiene el tren en el aire? pregunté.

 ¡Por un riel gravitacional! Ciudad Interior es nuestro principal centro de producción de sirvientes.

 Androides, supongo.

 De las más variadas formas y finalidades, como también sistemas de control inteligentes, como el que maneja este carro.

Yo, una vez más, me volteé para apreciar el paisaje de la ciudad subterránea, toda iluminada y con gran flujo de vehículos de transportes, que yo no conseguía ver con detalles debido a la altura en que nos encontrábamos. Miré hacia Lanyie y, disfrazando mis sentimientos, pregunté:

 ¿Tú también fuiste construida aquí?

(N263: aquí se confunde la cosa. Ahora parece que ella fuese un robot y no un software. Después se aclara un poco con lo de androide virtual, pero sería bueno no causar esta confusión en esta parte.)

Un leve rubor surgió en su rostro, y yo diría que sus ojos mostraron un poco de tristeza antes de responder.

¡Sí! Yo nací aquí el día en que mi original nació. Pero con una diferencia: los androides virtuales nacemos adultos para ser los consultores y orientadores de nuestro original.

 Todavía no entiendo. Según el Consejero, tú y tu original son la misma persona. (N264: no queda claro. La misma persona no es lo mismo que una persona exactamente igual de aspecto. Me parece que el Consejero dijo lo segundo).

 Eso no es tan así al comienzo de la vida. Después de la adolescencia vamos siendo cada vez más iguales a nuestro original, y en la fase adulta no existe diferencia. Somos la compañía perfecta, el equilibrio del ser, la entidad moderadora de los estados de ánimo del original, la conciencia. (N265: aquí hay una contradicción. El Consejero dijo que las SPC se construían en caso de peligro, y Lanyie dice que a todos les hacen una).

Nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos mirando detenidamente por algunos segundos. Mi atención fue interrumpida por una voz ya conocida:

 ¡No, Lanyie! la voz venía del banco delante de mí.

Entonces miré el banco; estaba ocupado por otra Lanyie. A mi lado, la Lanyie que había sido mi cicerón. Ella, con una sonrisa alegre, explicó:

 Es así como funciona. Aparecemos para interferir, dependiendo de la situación, seamos requeridos o no. (N266: es raro que la Lanyie virtual se le pueda aparecer a si misma. Se supone que está hecha para aparecérsele a la real).

 ¿Pero no es una falta de privacidad y libertad?

 No, de hecho somos nosotros mismos, es una duplicidad de yos.

 ¡Entonces ustedes son superiores al original! (N267: no queda claro a qué se refiere).

 ¿Cómo te lo puedo explicar, Raymond? Somos, si se puede decir así, sicológica y espiritualmente iguales al original. Es eso lo que importa. En el resto, somos un banco de datos con capacidades deductivas, conclusivas y de decisión, además de una herramienta de consulta y conocimiento.

La Lanyie que estaba frente a mí despareció en el momento en que el tren nuevamente entraba a un túnel, dejando atrás Ciudad Interior. Algunos minutos después emergimos a la luz del día. Ciudad Capital se veía a lo lejos en su total esplendor. (N268: nadie le ha dicho que esa ciudad se llama así.) Finalmente, descendimos del tren en la estación de un cerro periférico de la ciudad, que, según Lanyie, era el principal mirador natural de la ciudad. (N269: esta semejanza entre el metro y el tren me parece poco futurista. Habría que decir que es parte de la realidad virtual, o algo así, para justificarla).

De hecho, lo era. Estuvimos en un acogedor restaurante rodeado de bellos jardines. La vista de la ciudad y el océano eran deslumbrantes. Lanyie escogió una mesa en una pequeña terraza que nos permitía una cierta privacidad en relación a las demás personas que frecuentaban el lugar. Yo no percibía cuánto tiempo había pasado. Comenzaba la puesta de Sol en aquel lugar. Decidí, finalmente, interrogar a Lanyie un poco más y pregunté:

¿Lanyie, qué mundo es este en el que están ustedes?

Ella me miró dulcemente:

 Nos llamamos ciudadanos del bosque. Nuestro planeta es básicamente verde y azul: el verde de los bosques y el azul de los océanos. Ciudad Capital es la única ciudad grande del planeta; las demás son pequeñas villas distribuidas en los continentes, y por eso el planeta también lleva el nombre de Ciudad Capital. (N270: Ciudad Interior también era grande, parece.) Nuestra estrella se llama Madre, y es compañera de otras dos llamadas Próxima y Lejana. Próxima es un sistema doble de estrellas, la segunda tiene un nombre compuesto: Débil-Amanecer. Ambas se encuentran a un año-luz de Madre y Próxima está sólo a un cuarto de año-luz de Lejana. Los sistemas planetarios son muy semejantes a los de tu mundo, Raymond. (N271: me parece muy complejo. Tratar de simplificar la explicación.) Planetas interiores, exteriores, algunos cinturones de asteroides menos densos de los que tiene el tuyo. Estamos exactamente al otro lado de la Vía Láctea, diagonalmente (N272: ¿diametralmente?) en el extremo opuesto de tu estrella, Sol, en el plano galáctico. (N273: plano galáctico, muy técnico. ¿Disco de la galaxia?) Nuestra civilización es mucho más antigua en relación a la de ustedes. Ustedes son recientes. Nosotros no tuvimos el reinado de los grandes reptiles como ustedes. La vida en Ciudad Capital apareció, según calculo, mucho tiempo después de la aparición de la vida en tu planeta. (N274: apareció después. Hay que hacer referencia a que evolucionó más rápido hacia la inteligencia. Que no hubiese dinosaurios, no explica eso.)

“Cuando nuestro despertar tecnológico nos llevó a Próxima, pudimos colonizar un mundo también boscoso, el cual bautizamos como Ciudad Intermedia. Nuestros líderes proyectaron colonizar otro planeta con buenas condiciones en Lejana. El salto de Próxima hasta Lejana, en esa época, habría sido muy fácil si no fuese por los habitantes del Mundo Compartido.

“Sabíamos de la existencia de un planeta con una órbita peculiar entre Próxima y Débil-Amanecer. Fue llamado desde el inicio Mundo Compartido, (N275: por lo de compartido y la órbita peculiar, me imagino que es un planeta que orbita las dos estrellas. Habría que puntualizar un poco más eso) pero nadie sospechó que estaba habitado por seres inteligentes, sorprendentemente iguales a nosotros, sin embargo extremadamente belicosos y agresivos. Tú conociste a Seguridad, la compañera del Consejero. Ella es de Mundo Compartido, igual a nosotros, salvo por la piel tan rojiza. (N276: es raro que se parezcan tanto. Sería bueno poner un comentario que lo explique o alguna hipótesis que trate de explicarlo).

“Nuestra primera expedición a Lejana necesitó de un aterrizaje de emergencia en Mundo Compartido, y allí sus habitantes retuvieron a nuestros exploradores y todo su equipo. En poco tiempo desarrollaron nuestra tecnología y hasta mejoraron algunos aspectos de ella. Fueron dos siglos de lucha y muchas pérdidas hasta que llegamos a un tratado de paz y colaboración. ¡Es una larga historia, Raymond!”

 ¿Por qué entonces estás tú aquí en nuestro planeta, (N277: ¿la Tierra?) exactamente en el extremo opuesto de donde se encuentra tu planeta?

Sus ojos se fijaron en los míos. Sin querer, me hundí en su mirada y dejé pasar el tiempo, sin prisa. Nuevamente algo nació dentro de mí y fui envuelto por un dulce amor por el ser frente a mí.

 Esa es otra larga historia, que dejaremos para una próxima visita, Raymond. Ahora tienes que irte.

Vacilé:


 ¡Pero Lanyie, no necesito irme, no tengo problemas para quedarme un poco más!

 No, Raymond, tienes que irte. Es por tu bien . Lo dijo con una dulzura irrebatible. Extendí mis manos hacia ella. Lanyie las tomó y dio un dulce beso en la palma de cada una. De repente, fue como si me hubiese vaporizado en el aire.

(N278: de nuevo quedan muchos cabos sueltos. ¿Ya cumplió la segunda visita? ¿Por qué no hizo ni esta ni la primera vez nada concreto para cumplir con su misión si es que no la cumplió ya? ¿Por qué es bueno para Poe irse ahora?)
(NN049: este nombre va a salir)


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