La locura teológica de creer que Jesús (paz y bendición sean con él) es “la Simiente” de Abraham
El apóstol Pablo (paz sea con él), era una de esas personas capaces de decir cosas que, a primera vista,
parecían ser perfectamente lógicas; pero que, cuando se examinaban a fondo, resultaban ser singular locura.
Un buen ejemplo de esto, podría ser el análisis que Pablo hacía del texto que se encuentra en Génesis 22:18.
Allí, la Escritura dice lo siguiente: “En TU SIMIENTE serán benditas todas las naciones de la Tierra, por
cuanto obedeciste a mi voz”.
Escribiendo en la carta a los Hebreos (cuyo autor el Cristianismo asume ser Pablo), el apóstol aduce que, en
el anterior pasaje, la palabra “Simiente” representa a un individuo en particular (Jesús); lo cual no sería el
caso, si la palabra utilizada hubiese sido “simientes” [pues entonces habría hecho referencia a los Israelitas].
Este razonamiento de Pablo, es perfectamente lógico. El único problema, es que es un tipo de locura; pues
está completamente desconectado de la realidad. Es que, la palabra Hebrea que el pasaje traduce como
“simiente”, es “zera” (ערז); y, en el Hebreo de la Escritura, el plural de esta palabra, simplemente no existía;
Es decir, la palabra “Simientes”, no aparece en ninguna parte de la Escritura Hebrea.
¿Como explicamos este fenómeno? ¡Pues de forma muy sencilla! Es que, originalmente, la palabra “zera”, no
intentaba evocar la idea de “la semilla” de algún árbol [o planta], sino la idea de “la Semilla” [“el Semen”]
del hombre. Es decir, del mismo modo que siempre decimos “Semen” (una palabra singular), y nunca
decimos “Semenes” (una palabra plural); de ese mismo modo la Escritura Hebrea siempre se refería a “la
Simiente” de una persona, y nunca a “sus Simientes”.
¿Podemos confirmar objetivamente estas cosas? ¡Pues claro que si! Verá usted, en Génesis 13:14-16, la
Escritura dice lo siguiente: «Y הוהי (Yah) dijo a Abram... “Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde
estás hacia el norte y el sur, y al Oriente y al Occidente. Porque TODA LA TIERRA QUE VES, LA DARÉ A
TI Y A TU DESCENDENCIA para siempre. Y HARÉ TU DESCENDENCIA COMO EL POLVO DE LA
TIERRA; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada”». En el
anterior pasaje, la palabra Hebrea traducida como “DESCENDENCIA”, también es “zera” (ערז), la misma
palabra que Génesis 22:18 traduce como “Simiente”. Pero, ¿Cual fue la “zera” que se hizo tan numerosa
como el polvo de la tierra? ¿Cual fue la “zera” (simiente) de Abram que heredo la Tierra prometida?
Obviamente, fueron los Israelitas, y no Jesús de Nazaret.
Así que, el pasaje en Génesis 22:18, que promete hacer de la “zera” de Abram una bendición para todo el
mundo, hace en realidad referencia al Pueblo de Israel, y no a Jesús de Nazaret. ¿Por que sería Israel de
bendición para el resto del mundo? Pues porque [a diferencia del Cristianismo, del Islam, y de todas las
demás naciones del Mundo], Israel sería el único pueblo que nunca olvidaría [por completo] la Ley de Dios.
Y, ya que la bendición del mundo está en guardar esa Ley (Deut. 28:1-14), el ejemplo de Israel iluminaría al
mundo entero.
Como está escrito: «Mirad, YO OS HE ENSEÑADO ESTATUTOS Y DECRETOS, como הוהי mi Dios me
mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella.
GUARDADLOS, PUES, y ponedlos por obra; PORQUE ESTA ES VUESTRA SABIDURÍA Y VUESTRA
INTELIGENCIA ANTE LOS OJOS DE LOS PUEBLOS, LOS CUALES OIRÁN TODOS ESTOS
ESTATUTOS, Y DIRÁN: CIERTAMENTE PUEBLO SABIO Y ENTENDIDO, NACIÓN GRANDE ES
ESTA» (Deuteronomio 4:5-6)
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