The holy faith of reformed samaritanism

Crie hijos, y los 
engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí
. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; 
Israel [a diferencia de las anteriores bestias] no entiende
, mi pueblo no tiene conocimiento... 
... ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados!
Dejaron a el
Señor, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía 
os rebelaréis? 
Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza 
no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga
…”- Isaias 1:2-6. 
En resumen, si Dios escogió a Israel, no fue porque Israel hubiese sido el mejor de todos los pueblos. De 
hecho, fue todo lo contrario. Verá usted, el Creador deseaba dar a la raza humana un grande y sublime 
mensaje. Y, los vicios y defectos que caracterizaban a Israel, eran precisamente aquello que Dios “necesita” 
[si nos atreviésemos a aplicar tal adjetivo a aquel que no padece de necesidad alguna]. 
¿Cual era ese grande y sublime mensaje? Pues que, no importando cuan dura de cerviz, cuan insignificante, 
cuan pequeña, cuan neciamente irracional, cuan rebelde, cuan maligna, cuan depravada, cuan enfermiza, o 
cuan podrida sea una persona, en el momento mismo en que tal persona humilla su corazón, abandona su 
vieja vida, y comienza en a vivir para Dios, en ese mismo momento sus faltas le son perdonadas; su 
iniquidades no les son mas recordadas, y el Espíritu de Dios le transforma en un hombre nuevo-- haciéndole 
de ese modo parte integral del Pueblo Santo tipificado por la antigua Nación de Israel. Como esta escrito: 
1) “
Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados
que hizo, 
y guardare todos mis estatutos
e hiciere 
según el derecho y la justicia,