David es el Mesías político que un día habrá de reinar sobre Israel-- Y Jesús de Nazaret probablemente
fue una manifestación fallida del espíritu de David
El supremo y verdadero Mesías, es en realidad un espíritu de humildad y contrición; un espíritu manifestado
en los siervos del Altísimo cuyas vidas es ejemplificada en la Escritura. Pero, cuando de lideres políticos se
trata, la última y suprema manifestación de este espíritu fue en la persona de un noble y grande rey de Israel.
¿Quien fue ese Rey? ¿Tenía ese Rey alguna relación con el Mesías que profesan tanto Cristianos como
Musulmanes? Veamos a continuación lo que al respecto enseña la Escritura: Comenzaremos diciendo que el
Libro de los Salmos enseña con claridad meridiana que el rey David, es a su vez el Mesías. Y, la palabra
Hebrea “Mesías”, no es sino la traducción al Castellano de la palabra Hebrea "Mashiach" (o “Meshiaj”); una
palabra que literalmente significa “ungido” (con aceite). Cabe notar que, esta “unción” con aceite, era algo
que estaba típicamente reservado para los Reyes y Sacerdotes de Israel [pero no era exclusivo de ellos; pues,
en Isaías 45:1, la Escritura Hebrea también llama "Mesías" a Ciro, un gran Rey Persa].
La Escritura predice que, este Rey Mesías, habrá de reinar un día sobre toda la Tierra. Como enseña el Salmo
89: «Masquil de Etán Ezraíta: Entonces hablaste en visión a tu santo, Y dijiste: HE PUESTO EL SOCORRO
SOBRE UNO QUE ES PODEROSO; HE EXALTADO A UN ESCOGIDO DE MI PUEBLO. HALLÉ A
DAVID MI SIERVO; LO UNGÍ CON MI SANTA UNCIÓN (EN ESTE VERSO, LA FRASE HEBREA
TRADUCIDA COMO “LO UNGÍ”, LITERALMENTE SIGNIFICA “LO HICE MESÍAS”). Mi mano estará
siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo
quebrantará; Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen. Mi verdad y
mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo pondré su mano sobre el
mar, Y sobre los ríos su diestra...
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... EL ME CLAMARÁ: MI PADRE ERES TÚ, MI DIOS, y la roca de mi salvación. YO TAMBIÉN LE
PONDRÉ POR PRIMOGÉNITO, EL MÁS EXCELSO DE LOS REYES DE LA TIERRA. Para siempre le
conservaré mi misericordia, Y MI PACTO SERÁ FIRME CON ÉL. Pondré su descendencia para siempre, Y
SU TRONO COMO LOS DÍAS DE LOS CIELOS. SI DEJAREN SUS HIJOS MI LEY, Y no anduvieren en
mis juicios, Si profanaren mis estatutos, Y NO GUARDAREN MIS MANDAMIENTOS, ENTONCES
CASTIGARÉ CON VARA SU REBELIÓN, Y CON AZOTES SUS INIQUIDADES. Mas no quitaré de él
mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. UNA
VEZ HE JURADO POR MI SANTIDAD, Y NO MENTIRÉ A DAVID. Su descendencia será para siempre, y
SU TRONO (SERÁ ETERNO) COMO EL SOL DELANTE DE MÍ. COMO LA LUNA SERÁ FIRME
PARA SIEMPRE, Y como un testigo fiel en el cielo. Selah» (Salmo 89:19-37).
NOTA
: observe como, el Mesías del anterior pasaje, sería uno que exhortaría a “sus hijos” a no abandonar la
Ley [a fin de no tener que ser castigados con vara ni azotes]; y, este último detalle, descalifica al Nazareno,
quien exhorto a sus hijos [espirituales] a abandonar la Ley (como dice el evangelio: “La Ley y los profetas,
eran hasta Juan”- Lucas 16:16).
El hecho de que [al final de los tiempos] David será el Rey Ungido que reinará sobre todo Israel (así como
sobre todos los pueblos de la Tierra) es también enseñado por el profeta Jeremías, cuando dice: «¡Ah, cuán
grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será
librado. EN AQUEL DÍA, dice הוהי de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus
coyundas, y EXTRANJEROS NO LO VOLVERÁN MÁS A PONER EN SERVIDUMBRE, SINO QUE
SERVIRÁN A הוהי su Dios, y a DAVID SU REY, A QUIEN YO LES LEVANTARE (de entre los muertos)»-
Jeremías 30:7-9.
El profeta Ezequiel, confirmo esto mismo, cuando dijo: «... Y les dirás: Así ha dicho הוהי el Señor: HE
AQUÍ, YO TOMO A LOS HIJOS DE ISRAEL DE ENTRE LAS NACIONES a las cuales fueron, y los
recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, Y
UN REY SERÁ A TODOS ELLOS POR REY; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán
divididos en dos reinos. Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con sus abominaciones y con todas sus
rebeliones; y los salvaré de todas sus rebeliones con las cuales pecaron, Y LOS LIMPIARÉ; Y ME SERÁN
POR PUEBLO, y yo a ellos por Dios. MI SIERVO DAVID SERÁ REY SOBRE ELLOS, y todos ellos
tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, Y MIS ESTATUTOS GUARDARÁN, y los pondrán por
obra» (Ezequiel 3:21-24).
NOTA
: observe nuevamente como se predice que, el verdadero Mesías, llevara a Israel de vuelta a la
obediencia a la Ley, y no a su abandono [como es el caso con el Nazareno].
En adición, el mas sabio de todos los hombres (el rey Salomón), intimó también esta misma verdad, cuando
dijo: “NADA HAY NUEVO DEBAJO DEL SOL (ES DECIR, NO HAY NADA NUEVO EN ESTE
MUNDO)”- Eclesiastés 1:9. En otras palabras, Salomón afirma que, si en el futuro habría de venir algún Rey
Mesías, no podía ser un “nuevo” Rey Mesías [pues Salomón dice que no hay nada “nuevo” debajo del Sol];
sino que tenía que ser un Rey que ya hubiese reinado antes (o durante) la época en que Salomón escribe su
libro de Eclesiastés. Pero, como solo dos reyes Hebreos (Saúl Y David) habían sido “ungidos” ( o hechos
“Mesías”) antes del Rey Salomón, ese Rey "ungido" (o “Mesías”), tendría que haber sido [por eliminación]
el Rey David; ya que fue el único de los dos que contó con el claro e inequívoco favor Divino.
Pero, ¿donde deja esta interpretación a los dos billones de Cristianos que aseguran rotundamente que Jesus
fue en efecto el Mesías? Pues la contestación es la siguiente: ya que la Escritura dice claramente que David
es el Mesías, cualquier otro posible Mesías no puede ser otra cosa sino una posible manifestación del espíritu
del Rey David. Es decir, así como el Cristianismo reclama que Juan el Bautista fue una manifestación del
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espíritu de Elías; de ese mismo modo el Galileo pudo haber sido una manifestación del espíritu de David. Y
esto a su vez explica el hecho de que, cuando Herodes toma (ilícitamente) por mujer a la esposa de su
hermano Felipe (una grave violación de la Ley de Dios) fue Juan el Bautista (¡y no Jesus!) quien
sorprendentemente tuvo el valor y la fe de confrontarle (Marcos 6:14-18).
¿Como es posible que Juan el Bautista (un mero pecador) pudiese haber mostrado un mayor celo por cumplir
el mandamiento Divino [que ordenaba amonestar al impío, según Ezequiel 3:18], que lo que mostró aquel
que alegadamente era el Mesías?
Pues es posible que, el espíritu de David (que intentaba manifestarse en el Galileo), conociera
instintivamente que, en su anterior vida, había sido culpable de cometer el mismo pecado que ahora cometía
Herodes: tomar (ilícitamente) por mujer a Betsabé, la esposa de su “hermano” Israelita (Urías Heteo). Así, el
espíritu de David [que se manifestaba en Jesus], le impedía “sacar la paja del ojo del Rey Herodes”, sabiendo
que, en su anterior vida (como el Rey David), había tenido en su propio ojo “una viga mucho mas grande”.
Pero, si existe la posibilidad de que Jesus haya encarnado al espíritu del Mesías David, ¿Por que no fue Jesus
la última y suprema manifestación de ese Mesías? ¿En que falló el Nazareno? Pues la respuesta es que, Jesus,
cayó en el mismo error que cayó el primer Rey ungido (es decir, el Rey Saúl); pues se exaltó exageradamente
a sí mismo, y se enfrascó en una continua guerra contra aquellos hermanos hebreos que percibía como
competidores por el poder (los escribas, los saduceos, y los fariseos).
Y, enfrascándose en tal conflicto, el Nazareno dio la espalda al espíritu de David. Es que, el espíritu que se
manifestó en el Rey David, fue el espíritu de quien rehúsa difamar, maldecir, o siquiera levantar la mano
contra aquellos que le oprimen, que le persiguen, y que rehúsan reconocerle. De hecho, David no solamente
rehusó contender contra Saúl por la obtención un reino y un poder que en justicia pertenecían a David [pues
Dios así se lo había prometido por medio de Samuel], sino que se anonadó a si mismo, renunciando a su
título de “Ungido” [o “Mesías”], para conferirlo en cambio a Saúl [quien no era digno de tal distinción],
como está escrito:
«He aquí han visto hoy tus ojos cómo הוהי te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te
matase, pero te perdoné, porque dije: NO EXTENDERÉ MI MANO CONTRA MI SEÑOR, PORQUE ES
EL UNGIDO DE ADONAI YAH»- 1ra Samuel 24:10.
NOTA
: en este último pasaje, la palabra Hebrea que
se ha traducido como “ungido”, es “Mashiach” (una palabra que traducimos al Castellano como “Mesías”).
Así que, el espíritu de David, se anonadó a si mismo hasta lo sumo, honrando a aquel que le odiaba, que le
despreciaba, y que intentaba matarle; no pagando mal con mal, sino atribuyéndole poder y gloria a su
enemigo [es decir, atribuyéndole a Saúl el titulo de Señor, y Mesías]. Y, esta suprema y Divina bondad [que
caracterizó al espíritu de David], fue la que no fue perfecta en el Nazareno, impidiéndole de ese modo el
triunfo.
Al final de los tiempos, el Rey David (es decir, su espíritu) volverá a manifestarse en medio de Israel,
exhortando al pueblo a volver a la obediencia individual y colectiva de la Ley Divina. Muchos en Israel
seguirán su llamado, pero las naciones gentiles le aborrecerán, tildándole de “Anti-cristo”. Entonces, guiados
por un gran Engañador, traerán sus ejércitos a la Tierra Santa, para hacerle la guerra a Israel- como está
escrito:
«¿Por qué se amotinan las naciones gentiles? ¿Por qué hacen planes vanos? LOS REYES Y
GOBERNANTES DE LA TIERRA SE REBELAN, Y JUNTOS CONSPIRAN CONTRA EL SEÑOR [הוהי]
Y SU REY UNGIDO [Su Mesías David]. Y gritan: “¡Vamos a quitarnos sus cadenas! ¡Vamos a librarnos de
sus ataduras! (es decir, “las cadenas” y “las ataduras” de la Ley de Dios)”»- Salmo 2:1-3, Biblia “Dios Habla
Hoy”.
Pero, cuando hagan la guerra, Dios intervendrá, dando a David y a Israel, una aplastante y sobrenatural
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victoria. Esto hará que los gentiles entiendan lo errado que estuvieron con respecto a Israel [a quien siempre
habían considerado ser “enemigo de Dios”], así como lo errado de las creencias surgidas tanto del antiguo
Monte Calvario, como del antiguo Monte de Hira [es decir, lo errado de las teologías Mesiánicas de tanto
Cristianos como Musulmanes]. Como está escrito:
«desde los confines de la Tierra VENDRÁN A TI (EN ISRAEL) LAS NACIONES GENTILES, Y DIRÁN:
“SÓLO MENTIRA HEREDARON NUESTROS ANTEPASADOS; HEREDARON LO ABSURDO, LO
QUE NO SIRVE PARA NADA”» (Jeremías 16:19).
Y esto también dará cumplimiento a la profecía que dice: «DELANTE DE SU ROSTRO IBA
MORTANDAD, Y A SUS PIES SALÍAN CARBONES ENCENDIDOS. Se levantó, y midió la tierra; Miró,
e hizo temblar las gentes; LOS MONTES ANTIGUOS (es decir, el monte Calvario, y el monte Hira, que
representan respectivamente al Cristianismo y al Islam) FUERON DESMENUZADOS» (Habacuc 3:5-6).
Entonces, luego que las naciones gentiles reconozcan la vanidad de sus respectivas teologías, sentirán un
vivo deseo de “subir” a Jerusalén, y de acercarse al pueblo Hebreo, a fin de participar de las fiestas Sagradas,
y aprender de ellos el camino de Dios. Como está escrito:
«VENDRÁN MUCHAS NACIONES [GENTILES], Y DIRÁN: VENID, Y SUBAMOS AL MONTE DE
הוהי, Y A LA CASA DEL DIOS DE JACOB; Y NOS ENSEÑARA EN SUS CAMINOS, Y ANDAREMOS
POR SUS VEREDAS; PORQUE DE SION SALDRÁ LA TORAH (LA LEY), y de Jerusalén la palabra de
הוהי . Y como también dice en otro lugar: «En aquellos días ACONTECERÁ QUE DIEZ HOMBRES DE
LAS NACIONES DE TODA LENGUA, TOMARÁN DEL MANTO A UN Hebreo, DICIENDO: IREMOS
CON VOSOTROS, PORQUE HEMOS OÍDO QUE DIOS ESTÁ CON VOSOTROS» (Zacarías 8:23, RVR
1960); «Y SERÁ QUE DE MES EN MES, Y DE SÁBADO EN SÁBADO, VENDRÁ TODA CARNE A
ADORAR DELANTE DE MÍ, dijo הוהי » (Isaías 66:23, versión Reina Valera antigua); «Y TODOS LOS
QUE SOBREVIVIEREN DE LAS NACIONES QUE VINIERON CONTRA JERUSALÉN, SUBIRÁN DE
AÑO EN AÑO, Para adorar al Rey, a הוהי de los ejércitos, y A CELEBRAR LA FIESTA DE LOS
TABERNÁCULOS» (Zacarías 14:16).
Y, lo hasta aquí expuesto, está intimado en el hecho de que, el valor numérico de la palabra Hebrea
“Mashiach” (Mesías), y el valor numérico de la palabra Hebrea “Nachash” (Serpiente) eran exactamente el
mismo (es decir, 358); como intimando que, tal y como la serpiente se arrastra a si misma por la tierra; de ese
mismo modo el Mesías era el espíritu de la persona que se arrastra a si misma por la Tierra; es decir, la
persona que, aunque grande, no toma crédito para si mismo [tal y como fue el caso con Avraham; quien, a
pesar de que sabía que sería padre de muchos pueblos, se humilló a si mismo, confesando que no era otra
cosa sino polvo y ceniza, según Génesis 18:27].
Y este “arrastrarse por la tierra” que caracteriza al Mesías, es una figura del hombre justo; el hombre que ha
permitido que Dios “derribe” (o “haga caer”) el Tabernáculo de su vano orgullo, a fin de permitir que Dios le
convierta en un tabernáculo viviente; en un humilde templo donde mora la presencia Divina. Es que, la
salvación Divina, no habita con los que se exaltan a si mismo [buscando su propia gloria], sino con aquellos
que se anonadan a si mismos; con los humildes, y con los quebrantados- Como está escrito:
«YO HABITO en la altura y la santidad, y CON EL QUEBRANTADO Y HUMILDE DE ESPÍRITU, PARA
HACER VIVIR EL ESPÍRITU DE LOS HUMILDES, Y PARA VIVIFICAR EL CORAZÓN DE LOS
QUEBRANTADOS»- Isaías 57:15.
Y es por esto que, aunque noble y santo, el Tabernáculo que iba por el desierto con los Israelitas [y en el cual
moraba la presencia Divina], tenía que periódicamente ser “hecho pedazos” [es decir, tenía que “dejarse
caer”], a fin de ser llevado a una nueva localización, donde sería de bendición y salvación para toda la
congregación de Israel.
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En resumen, el que David es el paradigma de este “tabernáculo caído” [que será un día exaltado como Rey y
señor], es enseñado en una tradición Hebrea que narra lo siguiente: «El Rabino Nachman preguntó al Rabino
Isaac: ¿Haz oído cuando habrá de venir “Bar Nafle” (el Hijo del Caído)? El otro respondió- “¿Quien es Bar
Nafle?” Y el primero dijo- “¡Es el Mesías!” A lo cual el segundo respondió- “¿Al Mesías llamas Bar Nafle”?
Y el primero contestó- Le llamo así, pues escrito está- En aquel día, levantaré el Tabernáculo de David, que
es “Caído” (“Nafle”)- Amós 9:11»- Talmud Babilónico, Sanedrin 96b.
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