PACTO que he concertado con él; Y SE ENCENDERÁ MI FUROR CONTRA ÉL EN AQUEL DÍA; Y LOS
ABANDONARÉ, Y ESCONDERÉ DE ELLOS MI ROSTRO, Y SERÁN CONSUMIDOS; Y VENDRÁN
SOBRE ELLOS MUCHOS MALES Y ANGUSTIAS”- Deut. 31:16-17). Similarmente, la Escritura cita al
Creador prometiendo a su siervo David que, su descendencia, habría de reinar para siempre sobre Israel (“Y
SERÁ AFIRMADA TU CASA Y TU REINO PARA SIEMPRE delante de tu rostro, y TU TRONO SERÁ
ESTABLE ETERNAMENTE”- 2 Samuel 7:16; ); pero la realidad es que, la descendencia biológica del Rey
David, dejo de reinar sobre Israel hace ya muchos siglos (mas de 2,000 años).
¿Que significa todo esto? ¡Significan acaso que es falsa la Escritura? ¡Absolutamente no! Lo que significa, es
que el Creador no espera que leamos su Palabra como el hombre común lee el periódico; no
espera que la
leamos como la ama de casa lee su libro de recetas, ni mucho menos como el niño lee su libro de cuentos.
El Creador espera que tengamos presente que sus caminos son mas altos que nuestros caminos; y que sus
pensamientos son infinitamente mas altos que los nuestros; Quiere que tengamos presente que la Escritura no
puede ser considerada “la Palabra del Dios infinito”, sin que ello implique a su vez que es la manifestación
de una mente infinita. Y, siendo que es la manifestación de una mente infinita y eterna, hace sentido pensar
que su verdadera intención no son las cosas materiales, transitorias, y futiles en
las que se ocupan los
hombres con diminutas almas e intelectos (poder, sexo, dinero, fama, reconocimiento, etc)-- son las cosas
eternas (la Justicia, la Misericordia, la Humildad, el Perdón, la Fe, y el Amor).
Si Dios descansó, no lo hizo porque se hubiese cansado; lo hizo para modelar una conducta; lo hizo para
enseñanos que si Dios (que no sufre de cansancio alguno) reposó de sus obras ¿por
cuanto mas no debe el
hombre (que en efecto sufre de cansancio) reposar también de sus obras? Si Dios descansó de su trabajo, fue
para intimar que tarde o temprano llega un momento en nuestras vidas donde debemos “dejar de obrar”
(tratando de controlarlo todo), para en cambio reposar en la confianza de que Dios es el dueño de todo lo
creado; y que, “Si הוהי no edifica la casa, En vano trabajan los que la edifican” (Salmo 127:1). Y la anterior
verdad es también intimada en el mandamiento de la Ley, que ordena cesar de sembrar la tierra durante el
año séptimo (“Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. PERO EL
SÉPTIMO AÑO LA TIERRA TENDRÁ DESCANSO, sábado para הוהי; NO SEMBRARÁS TU TIERRA,
NI PODARÁS TU VIÑA”- Levítico 25:3-4).
De igual modo, si Adán no murió el mismo día en que pecó, no fue porque el Creador hubiese mentido; si
Adán no murió, fue porque Dios quería ilustrar una profunda y eterna verdad. ¿Cual verdad? Pues que, a los
ojos del Creador, la verdadera muerte no sucede durante el proceso Físico en el que cual el alma abandona el
cuerpo humano-- sucede cuando el el alma abandona a su Creador [para comenzar a vivir en oposición a la
voluntad Divina], Y esto ultimo sin importar si el cuerpo continua o no con vida.
Y lo anterior explica el hecho de que, la consecuencia inmediata del pecado de Adán,
fuera el ser separado
del Jardín del Edén (“Y lo sacó הוהי del huerto del Edén”- Génesis 3:23), perdiendo así la comunión con
Dios que hasta el momento había disfrutado.
De hecho, el que la muerte física no es la muerte del alma que vive en obediencia a su Creador, es una verdad
tan grande e innegable que los escritos cristianos también la confirman, cuando ponen en boca del Galileo las
siguientes palabras: “De cierto, de cierto os digo, que EL QUE GUARDA MI PALABRA, NUNCA VERÁ
MUERTE”- Juan 8:51. ¿Pensaba acaso Jesús que, los cuerpos de sus discípulos, nunca verían la muerte?
¡Imposible! ¿Por que? Pues porque Jesús mismo les había advertido que no debían temer a quienes, en el
futuro, habrían de matar sus cuerpos [físicos], pero no podrían matar sus almas [las cuales, viviendo en
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comunión y armonía con Dios, ya habían alcanzado inmortalidad]. Como esta escrito: “Y NO TEMÁIS A
LOS QUE MATAN EL CUERPO, MAS EL ALMA NO PUEDEN MATAR”- Mateo 10:28.
En esa misma linea, si hallamos a Judíos que son usureros, ateos, y homosexuales,
no es porque Dios haya
mentido, cuando prometió que Israel habría de ser un pueblo “Santo”; ni se debe tampoco a que, el Creador,
haya incurrido en un error de juicio, fallando en escoger a un pueblo que fuese el mejor ejemplo de santidad.
Lo que el Creador deseaba mostrarnos con ello, era que “el Israel” de Dios (es decir, el verdadero “Pueblo
escogido”) no se limita al Israel biológico, ni al nacional; sino que es en cambio todo hombre y toda mujer
que vive una vida de santidad [sin importar o no si es descendiente biológico de Judá, o de Israel]. Como esta
escrito: “Y EL EXTRANJERO QUE SIGUE A הוהי , NO HABLE DICIENDO: ME APARTARÁ
TOTALMENTE הוהי DE SU PUEBLO... Y A LOS HIJOS DE LOS EXTRANJEROS QUE SIGAN A הוהי
PARA SERVIRLE, y que amen el nombre de הוהי para ser sus siervos; A TODOS LOS QUE GUARDEN EL
DÍA DE REPOSO PARA NO PROFANARLO, Y ABRACEN MI PACTO, YO LOS LLEVARÉ A MI
SANTO MONTE, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre
mi altar”- Isaías 56:3&6-7
Finalmente, si aparente ser falsa la promesa Divina de que David habría de “reinar” para siempre sobre
Israel, no es porque el Creador
haya mentido, o haya fallado en cumplir su promesa. Es porque sus
pensamientos son mas altos (es decir mas ennoblecedores) que los nuestros; es porque desea mostrarnos una
verdad eterna. ¿Cual verdad eterna? Pues que, “el espíritu” (o “la aptitud”) que siempre habrá de “reinar”
(siendo el norte moral) sobre “el Israel de Dios” (es decir, sobre todo hombre y toda mujer que vive la vida
de santidad que caracteriza al Pueblo de Dios), es la humilde aptitud encarnada en David; la aptitud del
hombre que, confesando su pecado, y tratando de vivir en paz aun con sus enemigos, obtiene el perdón y la
inmortalidad que disfrutan aquellos que agradan al Creador. Como afirma el mismo David, cuando dice: “MI
PECADO TE DECLARÉ, Y NO ENCUBRÍ MI INIQUIDAD. Dije: Confesaré mis transgresiones a הוהי ; Y
TÚ PERDONASTE LA MALDAD DE MI PECADO”- Salmo 32:5. Y también dice en otro lugar David:
“SE LEVANTAN [CONTRA MI] TESTIGOS MALVADOS; De lo que no sé me preguntan; ME
DEVUELVEN MAL POR BIEN, Para afligir a mi alma. PERO YO,
CUANDO ELLOS ENFERMARON,
ME VESTÍ DE CILICIO; AFLIGÍ CON AYUNO MI ALMA, Y mi oración se volvía a mi seno. COMO POR
MI COMPAÑERO, COMO POR MI HERMANO ANDABA; Como el que trae luto por madre, enlutado me
humillaba”- Salmo 35: 11-14. Finalmente dice David: “¡MIRAD CUÁN BUENO Y CUÁN DELICIOSO ES
HABITAR LOS HERMANOS JUNTOS EN ARMONÍA! Es como el buen óleo sobre la cabeza... Como el
rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; PORQUE ALLÍ ENVÍA הוהי BENDICIÓN, Y
VIDA ETERNA”- Salmo 133:1&3.
“Todo lo bueno proviene de Dios: Un Midrash Judío, una leyenda Cristiana, una canción Islámica, una
interpretación Samaritana... Si me hace mas justo, misericordioso, y humilde, surge directamente del
corazón del Creador”...
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