Concepto de medio ambiente en la obra de vicente de beauvais



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 El capítulo general de los cistercienses, de 12 de septiembre de 1245, demandaba organizar cursos de Teología en las abadías cistercienses. En respuesta, el monasterio de Reagalismontis nombró a Vicente de Beauvais. Cfr. LUSIGNAN Serge, Préface au Speculum maius. Op.cit.,p.52

109

 En el capítulo XVIII del Libellus apologeticus señala como excesivos los libros V al XIV del Speculum naturale y los libros XII al XIV del Speculum doctrinale. Son los relacionados con la descripción de los minerales, vegetales y cuerpos celestes y los relativos a los saberes médicos.

110

 La incidencia y proyección del Speculum maius junto con la primera traducción a la lengua castellana del Libellus apologeticus puede verse en VERGARA CIORDIA J. “El libellus apologeticus: un símbolo del enciclopedismo medieval” en Educación XXI, Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Nº3, 2006, pp.149-201

111

 Varios capítulos sobre la utilización de productos alimenticios serán tratados en el libro VI del Speculum doctrinale referido a la economía doméstica.

112

 Speculum natural Lib.28, cap, 43-48

113

 Se trata de una copia casi literal del Didascalicon (VI, 14) de Hugo de San Víctor y del Liber escerptionum (I, I, 6-22) de Ricardo de San Víctor.

114

 Cfr.LOUSIGNAC, S: Vincent de Beauvais, intentions et receptions d´une oeuvre encyclopédique au Moyen-Âge. Op.cit., pp. 103-104

115

 Speculum doctrinale libro Iº, cap. 39. Col. 33

116

 “Dialectica est artium scientia scientiarum: sine que nulla perfecte scitur”, Speculum doctrinale, libro III, cap. IV,col.214,b.

117

 Speculum doctrinale, libro III, cap. IV, col 213, b.

118

 Hubo que esperar hasta 1246 para que Roberto Grosseteste tradujera los diez libros de la Ethica aristotélica, aún así Vicente utilizó únicamente los libros de la Ethica vetus y el libro primero de la Ethica nova, además de unos extractos del libro tercero de los Topicos, dedicados a temas morales.

119

 La Summa iuris canonici de Raimundo de Peñafort y el Decretum Gratiani serán su base en sus teorías.

120

 Cfr. LOUSIGNAN. S.: “Les arts mécaniques dans le Speculum doctrinale de Vincent de Beauvais” en Proceedings of the Colloquium on Mechanical Arts, 1982, pp, 33-48

121

 Para ello utilizó el apoyo constante de las Etimologías de San Isidoro, el De agricultura de Paladio, De aluminubus et saliabus de Rhaces y del Libro de la convalecencia del alma de Avicena, la enciclopedai árabe por excelencia.

122

 Cfr. Libellus apologeticus, cap. XVIII: retractatio primae partis, cols. 14-15

123

 Tres fuentes constituyen su referencia: los Libri naturale de Aristóteles, traducidos cien años antes en Toledo por Gerardo de Cremona y Miguel de Escoto; De natura rerum de Tomás de Cantimpré; y un Libellus de filosofía natural atribuido a Juan De Vitry.

124

 En este caso, sus referentes vuelven a ser Tomás de Cantimpré y Juan de Vitry, aun cuando el dominico no cita al primero en un solo párrafo.

125

 El Espejo moral es una obra apócrifa que estaba acabada antes de 1297. En la Biblioteca de Boulougne-sur-Mer existe un manuscrito datado de ese año que contiene un Libellus apologeticus anunciando un Speculum con cuatro partes. Biblioteca de Boulogne-sur-Mer, Ms 131, fº 388 vº Véase PAULMIER-FOUCART, M.; “Étude sur l´état des connaissances au milieu du XIIIe siècle: Nouvelles recherches sur la genèse du Speculum maius de Vincent de Beauvais” en Spicae, Cahiers de l´Atelier de Vincent de Beauvais, I, 1978, p.103

126

 El primero en notar el carácter apócrifo del Speculum morale es el padre J. Echard a comienzos del siglo XVIII, en su trabajo: Sancti Thomae summa suo auctori vindicata sive de V.F. Vicentii Bellovacensis scriptis dissertatio. Paris, 1708. Posteriormente, actualizó sus conclusiones en colaboración con J. Quetif, op.cit., pp.215-218.

127

 “Praesertim cum hoc ipsum opus utique meum simpliciter non sit: sed illorum potius ex quorum dictis fere totum illud contexui. Nam ex meo ingenio pauca, & quasi nulla addidi. Ipsorum igitur est auctoritate meum autem sola partium ordinatione”. Libellus apologeticus, cap. IV: De utilitate operis & apologia auctoris, col. 4, c.

128

 Un estudio genérico acerca de la influencia de los victorinos de París en nuestro Bellovaco es realizado por POIREL, D.; “Dominicains et Victorins à Paris dans la première moitié du XIII siècle”, en Lector et compiltor, op. Cit., pp. 169-189

129

 “ Ad hoc autem ipsum nostrorum studiis provocatus sum, Isidori videlicet Hispalensis, & Hugonis, atque Richardi Parisiensis. Quorum primus in libro Etymologiarum inter caetera de quibus agit, etiam de una quaque scientia pauca breviter tangit. Secundus in libro Didascalicom scientiam generaliter dividit; singularum que materiam breviter describit. Et tertius (qui sic dicitur) in Libro excerptionum idem esos valores y su muy diversa procedencia hace que en muchos casos facit”. Libellus apologeticus, cap. VII: Apología de universitate scientiarum, col. 6, c-d

130

 Estas reacciones químicas son denominadas reacciones exotérmicas. El análisis del fuego como producto de una combustión forma parte del amplio tema dedicado a este tipo de reacciones dentro de la rama actual de la ciencia que conocemos como química. BLEDA GUERRERO, J.M. and col., Conceptos de química, Ediciones del Serbal, S.A, Barcelona, 2003.

131

 La lucha contra el fuego de los cuerpos de bomberos ha sido plasmada en numerosos estudios, los cuales nos han sido de enorme utilidad para elaborar este apartado.

132

 Manual básico del bombero. Gobierno vasco, 1995.

133

 Esta identificación del aire con atmósfera no es del todo correcta, en la actualidad el aire es considerado la capa de gases que forma la atmósfera. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del MedioAmbiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

134

 Experiencias similares a las reflejadas como propias de los autores de las leyes de los gases, enunciadas muchos siglos más adelante. BROCK, W.H., Historia de la química, Alianza Editorial, Madrid, 1998.

135

 La estructura y comportamiento de los gases no dejó de ser un misterio hasta nuestros días, siendo muchos los científicos implicados en su estudio, y que acabaron con ideas predominantes hasta el momento. ASIMOV, I., Breve historia de la química, Alianza, Madrid, 1980.

136

 Teoría cinética molecular desarrollada por Boltzmann y Maxwell.

137

 Aristóteles excluía la noción de vacío y para justificar los fenómenos que su propia Física no podía explicar recurría al célebre aforismo según el cual "la Naturaleza siente horror al vacío" (teoría que resultó dominante durante la Edad Media y hasta el descubrimiento de la presión). Este término de “horror vacui” fue utilizado incluso por el propio Galileo a comienzos del siglo XVII. Fue en 1640 cuando el italiano Gasparo Berti realizó el primer experimento con el vacío. BROCK, W.H., Historia de la química, Alianza Editorial, Madrid, 1998.

138

 En Física, una onda es una propagación de una perturbación de alguna propiedad de un medio, por ejemplo, densidad, presión, campo eléctrico o magnético, que se propaga a través del espacio transportando energía. El medio perturbado puede ser de naturaleza diversa como aire, agua, un trozo de metal o el vacío. ALONSO, M. y FINN, E.J., Física Volumen II: campos y ondas. Pearson/Addison-Wesley, Mexico, 2005.

139

 Aun cuando en la enciclopedia nuestros autores sólo se refieren al agua y al aire como medios de propagación del sonido, ésta se puede producir en cualquier medio, sólido, líquido o gaseoso, siempre que las partículas que lo forman tengan cierta capacidad vibratoria. ENCISO PIZARRO, J., Física (serie Bachillerato), McGraw-Hill, Madrid, 2003.

140

 Estas magnitudes son aplicables a cualquier tipo de onda y consisten en: longitud de onda: mínima distancia entre dos puntos del medio que se encuentren en la misma fase; frecuencia: número de oscilaciones por segundo; periodo: el inverso de la frecuencia; amplitud: máxima distancia a la posición de equilibrio. ENCISO PIZARRO, J., Física (serie Bachillerato), McGraw-Hill, Madrid, 2003.

141

 Lo que variará será la velocidad de propagación del sonido. Poniendo como ejemplo la velocidad del sonido, en el aire es de 343 m/s mientras que en la madera esta sería de 3900 m/s, más de 10 veces mayor. ENCISO PIZARRO, J., Física (serie Bachillerato), McGraw-Hill, Madrid, 2003.

142

 Cuando una onda sonora golpea una superficie plana es reflejada de manera coherente asumiendo que el tamaño de la superficie reflectiva es lo suficientemente larga con relación a la longitud de la onda que incide. . ALONSO, M. y FINN, E.J., Física Volumen II: campos y ondas. Pearson/Addison-Wesley, Mexico,2005.

143

 LEVI, E., Diccionario Akal de Física, Akal, Madrid, 2004.

144

 La transformación de un tipo de ondas de larga longitud en otras de corta es la base de la temperatura existente en el planeta. STRAHLER, A.N. & STRAHLER, A.H., Geografía Física, Omega, Barcelona, 1994.

145

 La disminución se produce siguiendo un gradiente variable denominado Gradiente vertical de temperatura o GVT, el cual se considera de media 0,65 grados centígrados cada 100 metros de altura. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

146

 Situaciones ciclónicas o de bajas presiones y anticlicónicas o de altas presiones. BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

147

 Ya que será uno de los términos más empleados a lo largo de los capítulos próximos, dejar patente la acuñación del término meteorología por Aristóteles, quien, como queda reflejado en la traducción es el elegido por el autor de la enciclopedia para ilustrarnos en el tema. El término «meteorología» proviene de Meteorológica, título del libro escrito alrededor del año por el autor mencionado hacia el 340 a. C. TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

148

 CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

149

 Son muy pocos los científicos que defienden un teoría en la que la naturaleza estaría compuesta por múltiples partículas pequeñas, teoría que siglos después será refrendada de forma general. BROCK, W.H., Historia de la química, Alianza Editorial, Madrid, 1998.

150

 Estaríamos hablando de una dinámica atmosférica horizontal, sin duda la más laboriosa de analizar, ya que en ella intervienen múltiples factores. BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

151

 AGUIRRE DE CÁRCER, I., y JAQUE, F., Introducción a la Meteorología Ambiental, UAM Ediciones, 2001.

152

 Tal y como desarrollaremos a continuación, estaríamos tratando de otros tipos de vientos.

153

 Se trata de un viento muy regular, con gran importancia en la navegación del Mediterráneo oriental. Es un viento frío y seco que puede soplar en el Mediterráneo, sobre todo en el mar Egeo, entre la primavera y el otoño. MEDINA, M., La mar y el tiempo, Editorial Juventud, Barcelona, 2007.

154

 AGUIRRE DE CÁRCER, I., y JAQUE, F., Introducción a la Meteorología Ambiental, UAM Ediciones, 2001.

155

 Todos ellos reciben nombres de origen local, por lo que en algunos casos ha resultado especialmente ardua la tarea de su identificación y clasificación.

156

 STRAHLER, A., y STRAHLER, A., Geografía física, Omega, Barcelona, 1989.

157

 CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

158

 Soyka y Edmons, a mediados de los años setenta, hacían referencia a la influencia de la ionización ambiental y la salud mental. La OMS desde 1975 presta especial atención a los procesos de ionización en la baja atmósfera por sus claras repercusiones en la salud de las personas

159

 Stampi y Regli (1947) y Lotmar y Haffelin (1955) estudiaron en Suiza cómo disminuía la resistencia capilar de las membranas celulares poco después de un episodio de Foehn, viento característico del norte de los Alpes.

160

 LÓPEZ DE AYALA, I., Males del Levante, Cádiz, 1782.

161

 TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

162

 Los fenómenos tormentosos son propios de épocas con alta inestabilidad y temperaturas no demasiado frías, lo que corresponde a las épocas de otoño y primavera. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

163

 Como desarrollaremos en capítulos posteriores, una de las características más notorias de los fenómenos tormentosos es la inversión de cargas eléctricas que se produce en la zona. Parece demostrada la influencia que tienen estas anomalías atmosféricas en los seres vivos, siendo unos más receptivos que otros. Esa sensibilidad se produce tanto a las tormentas como a los cambios climáticos y, en muchos casos, ha sido la clave de su uso en medicina. CLARKE, J. H., Un diccionario de materia médica práctica, Health & Fitness, 2005.

164

 La variación de temperatura obedece a una constante, denominada Gradiente Adiabático Seco o GAS cuyo valor es de 1 grado centígrado por cada 100 metros. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

165

 International Cloud Atlas. (Organización Meteorológica Mundial). AGUIRRE DE CÁRCER, I., y JAQUE, F., Introducción a la Meteorología Ambiental, UAM Ediciones, 2001.

166

 Clasificación menos conocida pero también muy utilizada en meteorología. BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

167

 CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

168

 El tamaño que deben alcanzar las partículas de agua en la nube para precipitarse es como mínimo de 0,5 mm. Se pueden originar gotas menores pero no alcanzarían la superficie terrestre. AGUIRRE DE CÁRCER, I., y JAQUE, F., Introducción a la Meteorología Ambiental, UAM Ediciones, 2001.

169

 Base del ciclo hidrológico que será estudiado con detalle en el próximo libro.

170

 Cualquiera de estos fenómenos son relatados en múltiples tratados científicos por su rareza y el efecto que tiene sobre el hombre y el ambiente. TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

171

 En las nubes denominadas cumulonimbos. BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

172

 CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

173

 TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

174

 Un fractal es un objeto semigeométrico cuya estructura básica, fragmentada o irregular, se repite a diferentes escalas. LEVY, E., Diccionario Akal de Física, Akal, Madrid, 2004.

175

 BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

176

 La acumulación de los copos provoca su fundición y posterior congelación ya fusionado, lo que origina uno de los hielos más resistentes de la naturaleza. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

177

 La asociación del granizo a los cumulonimbos hace que este fenómeno sólo tenga lugar en aquellas épocas en las que estas nubes pueden formarse, y estas nubes de desarrollo vertical sólo son posibles con temperaturas cálidas. TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

178

 Ya hemos indicado la transformación de los rayos solares al chocar contra la superficie terrestre como base de la temperatura atmosférica.

179

 Efectos de sobra conocido referidos a cualquier líquido a bajas temperaturas. AGUSTÍN VÁZQUEZ, D., Diccionario de medicina, Diccionarios Oxford-Complutense, Madrid, 2004.

180

 Siguiendo el modelo propuesto. CUADRAT, J.M., y PITA, M.F., Climatología, Cátedra, Madrid, 1997.

181

 La temperatura atmosférica debe ser lo suficientemente elevada como para provocar un ascenso rápido y constante. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

182

 Cuanto más alta es una nube más corrientes se producen en su interior, lo que hace moverse de forma rapidísima los elementos que la componen. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

183

 Con un papel crucial, como se pone de manifiesto en la capa denominada ionosfera, capa formada por infinitud de partículas cargadas por el impacto de rayos solares y con un importantísimo papel de protección. BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

184

 Esta carga habitual negativa viene determinada por la capa atmosférica mencionada anteriormente. BARRY, R.G. y CHORLEY, R.J., Atmósfera, tiempo y clima, Omega, Madrid, 1999.

185

 CUADRAT, J.M., y PITA, M.F., Climatología, Cátedra, Madrid, 1997.

186

 AGUIRRE DE CÁRCER, I., y JAQUE, F., Introducción a la Meteorología Ambiental, UAM Ediciones, 2001.

187

 TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

188

 TOHARIA, M., Tiempo y clima, Salvat, Temas clave, Barcelona, 1985.

189

 En las erupciones volcánicas más violentas se estarían dando condiciones similares a las expuestas en el caso de las tormentas, y siempre que se originen esas diferencias de potencial, existe la posibilidad de que aparezcan los rayos, con sus fenómenos asociados. CALVO, D.; MOLINA, M.T. y SALVACHÚA, J., Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, McGraw-Hill, Madrid, 1996.

190

 Los metales son considerados los mejores conductores de los iones, ya que disponen de una nube móvil de electrones que pueden desplazarse sin problema. ATKINS, P.W., Química Física, Omega, Madrid, 1999.

191

 El distinguido enólogo italiano, Dr Carpene ha encontrado que la corriente eléctrica tiene además la capacidad de coagular las sustancias albuminosas existentes en el vino, lo cual es de mucha importancia para su clarificación. Siendo el vino un material tan completo, donde abundan las sales y otros compuestos químicos, que, sometidos a la acción de una corriente eléctrica, son susceptibles de experimentar descomposiciones parciales, se comprende que las corrientes eléctricas deben producir efectos notables sobre el vino. ALBERTÍ, F.P., Elaboración de vinos naturales y artificiales sin el empleo de sustancias nocivas para la salud, Maxtor, Barcelona, 1905.

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