A JOSUÉ, Y ESPERAD EN EL TABERNÁCULO DE REUNIÓN, PARA QUE YO LE DÉ
[PUBLICAMENTE] EL CARGO”- Deut. 31:3, & 14).
Yah designa explícitamente a Samuel, como futuro profeta [y Juez] de Israel (“Llamando, pues, Elí a Samuel,
le dijo... ¿QUÉ ES LA PALABRA QUE TE HABLÓ [EL CREADOR]? Te ruego que no me la encubras... Y
Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada... Y SAMUEL CRECIÓ, Y EL CREADOR
ESTABA CON
ÉL, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y TODO ISRAEL, DESDE DAN HASTA BEERSEBA,
CONOCIÓ QUE SAMUEL ERA FIEL PROFETA DEL SEÑOR”- 1 Samuel 3:16-20) .
Adonai Yah designa explícitamente a David, como Rey de Israel («Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos
todos tus hijos? Y él respondió: QUEDA AÚN [DAVID] EL MENOR, QUE APACIENTA LAS OVEJAS...
ENVIÓ, PUES, POR ÉL, Y LE HIZO ENTRAR... ENTONCES EL CREADOR DIJO [A SAMUEL]:
LEVÁNTATE Y ÚNGELO, PORQUE ÉSTE ES [EL REY DE ISRAEL]. Y Samuel tomó el cuerno del
aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos»- 1 Samuel 16:11-13).
Adonai Yah designa explícitamente a Elías, como profeta de Israel (“Cuando llegó la hora de ofrecer el
holocausto, se acercó el profeta Elías, y dijo- Adonai Yah, Dios de Abraham,
de Isaac, y de Israel, SEA HOY
MANIFIESTO QUE TU ERES DIOS EN ISRAEL, Y QUE YO SOY TU SIERVO, y que por mandato tuyo
he hecho todas estas cosas... ENTONCES CAYO FUEGO DE ADONAI, Y CONSUMIO EL
HOLOCAUSTO, LA LEÑA,
LAS PIEDRAS Y EL POLVO, y aún lamió el agua que estaba en la zanja.
VIENDOLO TODO EL PUEBLO, SE POSTRARON Y DIJERON- ¡YAH ES EL DIOS!, ¡Yah es el Dios!”-
1 Reyes 18:36-39).
Adonai Yah designa explícitamente al rey Josías, como la persona que habría de destruir el altar pagano
construido en Betel por el rey Jeroboam (“He aquí que un varón de Dios por palabra de Yah vino de Judá a
Bet-el; y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso, aquél clamó contra el altar por palabra de Yah
y dijo: Altar, altar, así ha dicho Yah: HE AQUÍ QUE A LA CASA DE DAVID NACERÁ UN HIJO
LLAMADO JOSÍAS, EL CUAL SACRIFICARÁ SOBRE TI A LOS SACERDOTES DE LOS LUGARES
ALTOS QUE QUEMAN SOBRE TI INCIENSO, Y SOBRE TI QUEMARÁN HUESOS DE HOMBRES”- 1
Reyes 13:1-2).
Finalmente, Adonai Ya designa explícitamente a el rey Ciro, como quien habría de re-edificar
el Templo de
Jerusalén («Yo, el que despierta la palabra de su siervo... que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las
ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré... QUE DICE DE CIRO: “ES MI PASTOR, Y
CUMPLIRÁ TODO LO QUE YO QUIERO, AL DECIR A JERUSALÉN: SERÁS EDIFICADA; Y AL
TEMPLO: SERÁS FUNDADO...”»- Isaías 44:26-28).
De hecho, el Dios de Israel era tan meticuloso en dejar claro quienes eran sus instrumentos escogidos, que
aún para la realización de un simple censo, designa explícitamente el nombre y la familia de aquellos que
habrían de actuar como funcionarios. Como esta escrito: «Habló Yah a Moisés en el desierto de Sinaí...
diciendo: “TOMAD EL CENSO DE TODA LA CONGREGACIÓN DE LOS HIJOS DE ISRAEL por sus
familias... los contaréis tú y Aarón... Y ESTARÁ CON VOSOTROS UN VARÓN DE CADA TRIBU...
ESTOS SON LOS NOMBRES DE LOS VARONES QUE ESTARÁN CON VOSOTROS: De la tribu de
Rubén, Elisur hijo de Sedeur. De Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai. De Judá, Naasón hijo de Aminadab. De
Isacar, Natanael hijo de Zuar. De Zabulón, Eliab hijo de Helón. De los hijos de José: de Efraín, Elisama hijo
de Amiud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur. De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni. De Dan, Ahiezer
hijo de Amisadai. De Aser, Pagiel hijo de Ocrán... ESTOS ERAN LOS NOMBRADOS [POR DIOS] DE
ENTRE LA CONGREGACIÓN, príncipes de las tribus de sus padres...»- Números 1:1-16.
¿Que intenta mostrarnos el Creador por medio de los anteriores versos de la Escritura? Pues intenta
mostrarnos que, el Dios de Israel (bendito sea), no es un Dios que sanciona la especulación, la conjetura, la
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confusión, la duda, ni la ambigüedad. En otras palabras, cuando el Creador desea exaltar a un Mesías (y la
palabra Hebrea que traducimos como “Mesias” literalmente significa “ungido”), para que Israel se someta al
liderato de este último, El Creador identifica claramente el nombre [y la genealogía] de tal ungido, de suerte
que Israel no tenga duda alguna acerca de la veracidad de su ministerio.
Y, aún si se diese el caso de que alguien retase a tal ungido [como fue el caso con Coré, así como con los
sacerdotes de Baal], Dios obra los milagros y los prodigios requeridos para que se disipen las tinieblas de la
conjetura y de la incertidumbre, de suerte que brille en cambio la luz de la certeza y la verdad.
En resumen, si Israel duda de la veracidad del ministerio profético de alguien que haya reclamado ser un
“Mesías” ( o un “ungido”) de Dios, es probable que se deba al hecho de que Yah no ha mostrado de forma
inequívoca su deseo de que Israel reconozca el liderato de tal ungido. ¿Y por que? Pues porque el Creador
quizás no desea que el ministerio de tal persona sea dirigido
hacia al pueblo Hebreo, sino en cambio hacia
algún otro Pueblo que lo necesite [como podría ser el caso con el pueblo Griego, el Pueblo Romano, el
Pueblo Árabe, etc].
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