Tunguska Notas generales


(NN064: el número y el nombre se reemplazan por Octava Parte)



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(NN064: el número y el nombre se reemplazan por Octava Parte)

9
Negons
(NN065: hay que seguir haciendo los cambios de Jilienski)

(N346: queda raro que Poe sepa lo que se cuenta a continuación: él no estaba ahí).

El rostro grotesco de Gorki Jilienski, de labios muy finos, casi inexistentes, hicieron que su sonrisa más pareciese una mueca diabólica festejando anticipadamente una tétrica mala acción. (N347: me parece exagerada la descripción, resulta caricaturesca.) Sus largos dientes a la vista denotaban una gran satisfacción por lo que vendría más adelante.

 Todo está terminado según sus especificaciones, señor Jilienski.

 Muy bien dijo Jilienski con su arrogancia habitual. Puede dejarlo aquí y retirarse. (N348: no es una manera arrogante de hablarle a un subalterno.)

El hombre hizo un gesto de asentimiento y se retiró del recinto. Jilienski, restregando sus manos, miró el traje que había sido hecho especialmente para él. Había demorado un poco más de lo esperado, pero finalmente lo tenía frente a él. Ahora era cuestión de uno o dos días, como máximo, para hacerse cargo del proyecto de Sirena. Él tenía la seguridad de que conseguiría obtener toda la información contenida en tan absurdo engendro extraterrestre, la que pretendía utilizar en beneficio propio. (N349: de nuevo habría que hacer referencia al tipo de información que esperan obtener.)

La diabólica sonrisa apareció nuevamente en su rostro sólo de pensar en eso. (N350: de nuevo parece malo de caricatura. Hay que ponerlo más realista). Examinó el traje. Nunca había visto una estructura de tejido tan rara. No tenía aberturas en los ojos, nariz ni boca, parecía una especie de traje de hombre rana de una sola pieza. Del traje, casi a la altura del ombligo, salía el cordón umbilical que lo uniría a Sirena y que le posibilitaría viajar por el mundo virtual de los seres que lo habían diseñado.

Minutos después se reunía con él su brazo derecho, un sujeto un poco más bajo que Jilienski. Su rostro también tenía una mueca de mal carácter.

 Conseguí también una orden de prisión contra Charles Bradner. ¿Quiere que mande ya a apresarlo?

Jilienski lo miró calculadoramente y con otra mueca maligna agregó:

 Tengo una idea mejor. Lo apresaremos en el momento en que nos hagamos cargo del laboratorio. Será más humillante para él y desmoralizador para el equipo de ese pobre diablo, el tal Klark.

 ¿Gorki, no conseguiste implicar a Klark, a pesar de ser tan amigo de Deering?

 No… pero cuando me apodere del laboratorio de Santa Mónica, será fácil poner a Klark tras las rejas. ¡Ah! Todo está saliendo tan bien… como yo esperaba dijo de forma arrogante, abriendo los brazos y haciendo un giro con su cuerpo en una especie de danza grotesca. (N351: me parece exagerado lo de la danza grotesca. Generalmente la gente no manifiesta su alegría girando, me parece.)
(NN066: hay que hacer los cambios apropiados. La raza de Lanyie se transforma en Negons, etc. Además, hay que enfatizar que a los predadores les interesan todas las razas superiores, ahí Deering encuentra una nueva razón para ayudar a Lanyie: no sólo por saber sino por salvar a la humanidad de un posible ataque de esos predadores. Habría que hacer que los negons le entreguen una información importante para defenderse de los predadores, pero no se explicita y Poe no la conoce y no la puede decir.)

Había vuelto de mi tercero y último viaje virtual del día. En ese momento descansaba un poco, antes de irme a casa. Myriam y Maynard estaban preocupados por mí debido a la fuerte presión a que mi sistema nervioso simpático (N352: muy técnico) había sido sometido en estos últimos viajes por el mundo de Lanyie.

Charles Bradner había recibido una llamada telefónica de un amigo de Washington alertándolo sobre las probables maniobras de Jilienski, tras lo que nos propuso reunirnos urgentemente en otro lugar para discutir la información que había recibido. Maynard ofreció gentilmente su departamento y, tras unos minutos, salíamos del laboratorio.

La noche trajo una brisa fría que nos hizo apretar el paso para alcanzar nuestros automóviles estacionados. Como yo, por recomendación de Myriam, no estaba conduciendo, me fui con ella. Minutos después nos encontrábamos los cuatro discutiendo acaloradamente sobre las noticias transmitidas por Charles. (N353: si él está tan mal que está bajo supervisión médica y no debe conducir, me parece que tampoco debería asistir a esta reunión ni enterarse de los problemas que hay.)

 Yo propongo que te quedes, a partir de mañana, en mi casa le dije a Charles.

 Te lo agradezco, Raymond, pero nunca he huido de los problemas.

 ¡Eso, y vas a enfrentarlo como Deering, quién sabe donde, en la cárcel… Charles! replicó Maynard y prosiguió: Tú no estarías huyendo de un problema, estarías huyendo de una vil trampa. Si permaneces en la clandestinidad por algunos días, tendrás tiempo de preparar una serie de argumentos para defenderte y, quien sabe, hasta ayudar al coronel. Nosotros estamos dispuestos a colaborar de cualquier forma.

Charles se puso de pie y dio algunos pasos mientras pensaba. Myriam aprovechó ese momento para llenar los vasos vacíos y tomar algunos canapés y picoteos más. (N354: me parece que lo de Myriam no aporta información y distrae al lector de lo esencial. Lo sacaría.)

 ¿Ustedes están conscientes de que todos serán sustituidos? preguntó Charles.

 Eso está claro aceptó Maynard, pero pienso que necesitarán de nosotros al principio, y es cuando tendremos oportunidad de conocer sus flaquezas y, si tuviéramos suerte, podríamos recuperar el proyecto y salvar la piel del coronel Deering.

 Perdónenme comenzó Myriam, pero por los comentarios que he oído sobre el perfil sicológico de Jilienski y con los conocimientos que tengo de algunos casos patológicos que se asemejan a ese individuo, en particular, yo no estaría tan optimista. El tiro nos puede salir por la culata. (N355: muy coloquial).

 Myriam interrumpí, aunque tengas razón, tengo aún una esperanza: que ese sujeto cometa un error. (N356: igual que antes: es un comentario que no aporta y distrae.)

 No sé interrumpió Charles. Yo no estoy tan optimista, estamos lidiando con un tipo muy peligroso.

 Seamos prácticos proseguí. No creo apropiado que Charles se exponga a ser detenido. Tú, Charles, te puedes quedar en mi casa y, como un buen ajedrecista, esperar los movimientos del enemigo para contraatacar de manera eficaz.

 Yo estoy plenamente de acuerdo aceptó Maynard. Tú no te expones, nosotros te mantenemos informado de los acontecimientos y, conforme lo que acontezca en el laboratorio, nos puedes ayudar desde fuera.

Charles Bradner dio algunos pasos más por la sala, todavía pensativo. Finalmente, se sentó en un sillón con una copa en la mano, bebió un sorbo y, más relajado, aceptó:

 Está bien, no tengo más argumentos sólidos para rebatir. Me quedo en tu casa, Raymond, y todos ustedes permanecen atentos a todos los movimientos. (N357: si realmente se quiere esconder la casa de un colega no es la mejor parte: por ahí van a empezar la búsqueda, seguro).
(N358: queda brusco el salto y uno se pierde en el tiempo. ¿Cuánto ha pasado desde la reunión en casa de charles?)

Aguardábamos la llegada del equipo dirigido por Jilienski. La información confidencial que Charles Bradner había recibido de un amigo de Washington era que él sería detenido y confinado en algún lugar y nosotros seríamos separados del proyecto. Maynard tenía esperanzas de que eso sucediera en forma gradual. Estábamos todos muy nerviosos, con excepción de Myriam que, tal vez debido a su profesión de siquiatra, mantenía el autocontrol y nos ayudaba.

El día estaba magnífico en el exterior, pero una oscuridad flotaba sobre todos nosotros. Fuimos hasta el laboratorio en caravana y entramos temerosos, a la expectativa de una emboscada. Por suerte, estaba todo nuestro personal de siempre, ningún desconocido, lo que nos animó mucho. Maynard preparó todo para un nuevo viaje virtual.

Yo sabía que Myriam rogaba, desde el fondo de su corazón, para que fuese el último. (N359: ¿cómo lo sabe si nunca han hablado de lo que sienten entre ellos?) Ella temía que las emociones intensas a las que estaba siendo sometido en el mundo virtual de Lanyie pudiesen afectarme, produciendo algunas fobias difíciles de curar. Por lo menos hasta ahora, mis respuestas emocionales eran absolutamente normales.

Llegó nuevamente el momento de entrar al traje, como muchos otros antes. Más tarde Myriam me contó que siempre sentía temor, a pesar de haber visto esa escena otras veces, al ver el crecimiento celular del tejido hasta su cierre total alrededor de mi cuerpo. Eso le producía un gran ahogo.

Mientras esperaban pacientemente mi regreso, en una hora o, como máximo, dos, Maynard aprovechó para llamar a Charles e informarlo de que estaba todo tranquilo.


La sorpresa y el pánico que envolvió a los habitantes de Ciudad Intermedia incluyendo a Lanyie, que se encontraba en ese momento preparada para embarcar en una nave con destino a Ciudad Capital los volvió totalmente incapaces para cualquier reacción, mientras la población de Mundo Compartido era horriblemente diezmada. (N360: no queda claro cómo esta vez saben instantáneamente lo que está sucediendo a un año-luz de distancia).

Esta vez, al contrario de lo que aconteciera en Ciudad de las Artes, todos los canales de comunicación y de imágenes provenientes de Mundo Compartido permanecieron abiertos, permitiendo dramáticos pedidos de socorro. (N361: ¿a qué se debe esta diferencia?) Las imágenes, luego del inicio, eran difíciles de interpretar. A pesar de eso, la sensación de miedo que causaban paralizaba a las personas, impidiendo cualquier reacción. Por eso Lanyie, como muchos otros, permaneció paralizada presenciando el horror.


A primera vista parecía una inmensa ola, de mil metros de altura, que barría todo el planeta. (N362: no queda claro cómo Poe puede evaluar la altura de la ola. ¿Está viendo todo a través de una imagen de un satélite, por ejemplo?) Pero la ola no era el instrumento de destrucción, era sólo su medio de transporte. Mirando a lo lejos con atención, se veía una infinidad de corpúsculos gris claro. La onda parecía retroalimentarse, pues no mostraba variaciones en su altura ni en la cantidad de corpúsculos que transportaba. Había un periodista que, de alguna manera, conseguía mantener una serie de cámaras en funcionamiento, que mostraban la magnificencia del fenómeno. Lanyie era una de las personas que recibía su transmisión. (N363: no queda claro dónde está él. Si está en Mundo Compartido, habría que recalcar que está en condiciones de hablar. Además, habría que explicar por qué las cámaras pueden mostrar el fenómeno de una forma tan global. Si las cámaras están en la ciudad, por ejemplo, mostrarían sólo el paso de la ola por esa parte, pero no la ola en su desplazamiento por la superficie del planeta.)

Él comentó acerca del extraño ruido que se asemejaba a pasto ardiendo y de la horrible sensación de nauseas y pánico que lo envolvía. Finalmente cayó y sólo se podía oír el ruido ambiental. Él quedó postrado en un costado de la sala con el rostro desfigurado por el terror. Su cuerpo sudaba violentamente mientras se orinaba. (N364: ¿también hay una cámara enfocándolo a él? ¿Quién maneja la transmisión: camarógrafo, director, etc.?)

Lanyie, como muchos otros habitantes de Ciudad Intermedia, presenciaba atónita las transmisiones provenientes de Mundo Compartido.

Lo que aconteció enseguida fue muy rápido. La ola, que más parecía una vibración de aire caliente de grandes proporciones, penetró libremente en el recinto donde se encontraba el periodista y, en una fracción de segundo, pasó por él dejándole un regalo. (N365: no me parece que “dejar un regalo” sea una expresión apropiada en este contexto de terror.)

Lo que vio fue un choque para Lanyie. Hizo que casi perdiese el equilibrio. A duras penas consiguió sentarse para soportar el impacto de la imagen. Era difícil describir lo que veía. El ser se asemejaba, en cierto modo, a una lamprea gigante. Era más alto que un hombre adulto. Su cuerpo cilíndrico parecía tener unos tres metros de largo. Cerca de un metro y medio permanecía erecto mientras el resto se apoyaba en el suelo. Lo que parecía la cabeza estaba compuesto de una boca circular llena de dientes con aspecto de espinas en su perímetro, y en su interior una maraña de nerviosos microtentáculos. En la parte superior de lo que parecía ser la cabeza, se presentaban dos protuberancias. Cuando se dilataban dejaban a la vista una especie de diafragmas que contenían un par de ojos que recordaban a los de los insectos.

El enigmático ser ignoró, inicialmente, al hombre que estaba en la sala. La parte superior de su cuerpo comenzó a balacearse mientras inspeccionaba todo con la mirada. No parecía dar importancia alguna a los objetos que encontraba, posando sus ojos en cada uno por un lapso de uno o dos segundos, como máximo. Súbitamente, se detuvo ante la cámara que capturaba su imagen. Se aproximó lentamente, en una actitud sorprendentemente desafiante, como una fiera presta a saltar sobre su presa indefensa.

Permaneció quieto en esa posición por más de un minuto. Daba la impresión de que era intencional. Parecía tener conciencia de ser observado y de estar confundiendo, a quien estuviese viendo, con las imágenes que proporcionaba. Después de ese lapso, la grotesca criatura decidió prestar atención al hombre postrado por el terror. Lo observó, curioso.

El pobre hombre todavía sudaba copiosamente y miraba con loco horror el monstruo que tenía al frente. La criatura dejó de acechar y se dirigió lentamente hacia él, haciendo rodeos, como si quisiera retardar el encuentro intencionalmente.

Lentamente, como saboreando anticipadamente su presa, se fue desplazando hasta quedar a casi dos metros del hombre. Más deprisa de lo imaginable, los micro tentáculos de la boca comenzaron a vibrar, produciendo un sonido parecido al de un cascabel. La parte erguida del cuerpo se encorvó hacia atrás y, en el momento de máxima flexión, el sonido cesó. Con extrema violencia, la parte doblada del cuerpo se disparó hacia delante como un látigo, produciendo el chasquido característico de un latigazo. Los microtentáculos se estiraron hasta medir casi un metro, alcanzando con fuerza el rostro, cuello y cuero cabelludo de su víctima indefensa, penetrando su carne y anclándose en ella.

Para completar la escena de horror, la criatura apoyó su boca en la frente del hombre, comenzando entonces el proceso de succión de la sangre a través de los microtentáculos, que se pusieron muy rojos.

De un momento a otro todas las conexiones con Mundo Compartido cesaron. Eso sirvió para que, por un minuto, los habitantes de Ciudad Intermedia dejasen de ser meros espectadores de la tragedia para tomar conciencia de los hechos y reaccionar ante los acontecimientos. Mas el intento de reacción fue interrumpido por las alarmas que comenzaron a activarse, generando caos y causando pánico en la población.

Lanyie perdió un poco el control sobre sí misma. Intentaba, en vano, establecer contacto con Tagorth a través de una línea directa de comunicación con la maestra Hemna. La incertidumbre y la preocupación por su hermano hicieron que no tomase conciencia de la alarma activada en el puerto orbital donde se encontraba en ese momento.

Instantáneamente, entonces, aparecieron frente a ella el Consejero y Lanyie virtual. Lanyie real los miró aturdida, al principio. Después, sin entender lo que acontecía consigo misma, se levantó, apretando su pecho con ambas manos. Una extraña sensación de ansiedad invadía su ser. Lanyie virtual le advirtió de la situación de peligro en que se encontraba. Ella y el Consejero le informaron del caos que se estaba apoderando del puerto orbital.

Lanyie, haciendo un esfuerzo supremo y dejando de lado el recuerdo de su hermano, y con la incómoda sensación de ansiedad, comenzó a reclutar a cada persona que cruzaba su camino. Ayudada por las dos entidades virtuales, intentaba reunir una tripulación para la nave que partiría con destino a Ciudad Capital. (N366: no queda claro si la gente pasa por donde ella está, o ella empieza a recorrer el puerto y recluta a la gente o alguna otra alternativa, como que se asoma a la puerta de la pieza donde estaba y recluta a la gente que pasa por ahí. Tampoco se explica la ausencia de Seguridad).

La confusión en el puerto era total. Mientras la alarma sonaba insistentemente, las personas se atropellaban, confundidas. Lanyie encontró a la mayoría de los miembros de la tripulación y de la comitiva con sus respectivas entidades virtuales, en un caos total. La sensación de ansiedad se tornaba mucho más fuerte y entorpecía el raciocinio de todos. En un último esfuerzo, consiguió llenar la nave con pasajeros y una tripulación bastante completa.

La huida fue rápida, más rápida de lo que las normas de seguridad permitían cerca de un puerto orbital. La sensación de ansiedad aún se mantenía fuerte y constante en todos ellos. No había contacto con Ciudad Intermedia, todas las tentativas habían fracasado. Para Lanyie las cosas estaban muy claras: Mundo Compartido había sido atacado y minutos después fue el turno de Ciudad Intermedia. Sólo no entendía el porqué.


Se encontraba en su camarote. Deseaba un poco de soledad para recordar a Tagorth, su hermano, y también a amigos y conocidos que vivían en esos planetas arrasados. En su pecho, un profundo dolor coincidía con la sensación de ansiedad. No había tiempo de flaquear, ella era la líder a bordo de la nave y, junto con tres pilotos y un navegante, era la que mejor soportaba la ansiedad.

Ella hizo un esfuerzo de concentración para dar fuerza a su espíritu. Estaba lista para salir de su camarote cuando la alarma de la nave se activó. Inmediatamente un mensaje por el intercomunicador solicitó su presencia en el puente de mando.

En algunos segundos llegó hasta la sala de mando. La situación se presentaba desesperada. Los pilotos hacían esfuerzos inútiles para desviarse del curso de colisión de un objeto de dimensiones increíbles, que repentinamente se había materializado frente a ellos. Analizaron los datos suministrados por los instrumentos de navegación: el desastre era inminente. Se miraron mutuamente, era el fin.
(N367: la parte que sigue y todo lo referente a Jilienski es raro que Poe lo pueda contar, ya que nunca está ahí.)

Con su modo arrogante, Gorki Jilienski pasó revista a su personal de confianza. Diez hombres y cuatro mujeres, todos vestidos formalmente, lo que les confería un aspecto limpio y frío. (N368: para la versión chilena, no tiene sentido decir lo del vestir formal, ya que acá se da por hecho.) De los diez hombres, seis eran de seguridad y el resto del equipo eran los técnicos que serían responsables por el proyecto. Jilienski los encaraba mientras paseaba frente a ellos, y en el mismo tono arrogante de siempre, comunicó:

 Señores, vamos a abordar un avión privado Hércules-Orión que nos llevará a Los Ángeles. Cada uno de ustedes tiene sus instrucciones, que deberán ser seguidas al pie de la letra. Ustedes no conocen a las personas que irán a sustituir, por lo tanto, nada de compasión… ¿está claro?

Todos asintieron con un leve movimiento de cabeza sin proferir palabra alguna. Jilienski, entonces, continuó:

 En la eventualidad de resistencia, espero de ustedes eficacia y rapidez para neutralizarla . Jilienski se detuvo, mirando uno por uno a sus hombres. Continuó:  No es necesario repetir que ustedes fueron elegidos por sus calificaciones. Les exijo absoluta lealtad en esta iniciativa. Tomaremos posesión de un equipamiento que ha estado en manos erradas ya por mucho tiempo, por lo tanto, quiero que, llegando al laboratorio de Santa Mónica, comencemos inmediatamente nuestro trabajo sin la más mínima pérdida de tiempo. Tengo mucha prisa en obtener resultados . Hizo una pausa y preguntó: ¿Alguien tiene alguna duda?

Nadie se movió o gesticuló. Examinó nuevamente a su personal. Ninguno de ellos tenía cara de buena gente y eso le agradaba mucho. Estaba seguro de que su equipo cumpliría al pie de la letra las instrucciones. Ellos serían duros e implacables. Esa idea también le agradó. (N369: sigo pensando que tanta maldad convierte a Jilienski en una caricatura más que en un personaje. Aquí, por ejemplo, tal vez se podría hablar de su motivación, de sus sueños o algo así.)

Momentos después, se embarcaron todos en dos automóviles utilitarios de color negro y de vidrios ahumados. Ambos vehículos se dirigieron a gran velocidad, a un pequeño aeropuerto privado donde el Hércules-Orión los esperaba, ya con sus motores encendidos y la rampa abajo para permitir la entrada de los vehículos sin pérdida de tiempo. (N370: queda exagerado que viajen con autos y todo si no se justifica. Bastarían ellos y sus maletas, pareciera.)

Todo fue muy rápido. Los automóviles entraron en la pista donde los aviones los esperaban, sin disminuir la velocidad, desacelerando sólo arriba de la rampa. Ya dentro del avión, el equipo dejó los automóviles para ocupar sus asientos, mientras, de manera rápida, algunos tripulantes fijaban los automóviles a la estructura del fuselaje y la rampa se cerraba automáticamente. Enseguida, una fuerte aceleración de los motores y, momentos después, despegaba con su agorera carga.


Un extraño resplandor los envolvió a todos, produciéndoles ceguera y desorientación por algunos segundos. Pasado el efecto del primer momento, percibieron que la colisión no había acontecido y que la nave se encontraba quieta y sumida en un ambiente de luz. (N371: cuando se dice que no hubo colisión, se sobreentiende que no se encontraron con nada, pero parece que la idea es que aterrizan en algo. Hay que explicar mejor.) También, como por encanto, notaron que la martirizante sensación de ansiedad había desaparecido.

Lanyie miró a los tripulantes que estaban junto a ella en la sala de comandos. Estaban desorientados ante la situación. La nave había sido capturada por un campo de fuerza desconocido, de lo cual no había registros, hasta el momento, en los monitores de control. Los motores habían sido apagados automáticamente por el sistema de seguridad.

Momentos después, una de las compuertas de la nave se abrió, dejando que una rampa se extendiese hasta tocar la estructura sólida donde la nave se encontraba apoyada. (N372: no se ve de dónde salió la estructura en la que están apoyados. ¿No iban volando? Tampoco queda claro si ellos desplegaron la rampa o alguien ajeno a ellos.)

Lanyie y algunos tripulantes comenzaron a descender la rampa y, poco a poco, todos dejaron la nave. El ambiente, bañado por una extraña luz, inspiraba tranquilidad y confianza, sentimientos opuestos a los que experimentaban momentos antes. Al descender, Lanyie notó que el suelo donde pisaba era sólido y sin color definido. Era como estar pisando sobre una débil luz blanca.

Caminaban todos juntos, alejándose un poco de la nave. No les era posible discernir detalles del lugar donde se encontraban, menos todavía entender cómo habían llegado hasta allí. Repentinamente, uno de los tripulantes se detuvo, mientras profería una imprecación. Todos se detuvieron, a la expectativa de una explicación.

 ¡Se ve algo ahí adelante!

Todos giraron hacia donde indicaba el hombre. Lanyie hizo un esfuerzo, cerrando los ojos un poco, intentando mejorar su visión, dificultada por la luz ambiental. Al principio, no distinguió nada, pero, poco a poco, su esfuerzo fue recompensado.

 ¡También veo algo! exclamó ella, agregando de forma imperiosa:  Nadie se mueva, permanezcan todos donde están.

Comenzó a caminar lentamente, mientras los otros se quedaban atrás, a la expectativa.

Había algo delante de ella, pero no podía distinguir detalles. Prosiguió en su cautelosa caminata. Algo se desplazaba hacia ella y, poco a poco, Lanyie pudo distinguir tres bultos.

Lentamente, las criaturas que se aproximaban en un vaivén cadencioso, fueron más nítidas. Lanyie se detuvo. Se sentía admirablemente bien, incluso confiada. Se aventuró a mirar a sus compañeros. Todos mostraban una expresión de admiración. Mirando uno a uno de los que tenía más próximos, notó la alteración brusca en sus expresiones, lo que la hizo despertar y volverse hacia las criaturas.

La sorpresa de Lanyie fue inmensa. De alguna manera, ellas se habían desplazado un poco más rápido en el último instante.

Observaba lo que había inmediatamente delante de ella. ¿Cómo describir aquello? Parecía una especie de globo, un humanoide de aproximadamente dos metros y medio de altura, corpulento y absolutamente transparente. (N373: lo de humanoide no me gusta. Eso da por sentado que la raza de Lanyie es realmente igual a la nuestra y no me parece razonable plantearlo así.) Dentro de ese cuerpo había un sinnúmero de estructuras formadas por tenues chispazos de luz, dando la sensación de líneas luminosas. En lo que parecía ser la cabeza había una serie de lucecitas quietas. “¿Serán los ojos?”, pensó Lanyie.

Las criaturas iniciaron el contacto, presentándose. ¿De dónde provenían esas voces? ¿Sería una especie de telepatía que daba la sensación de un sonido emitido por cuerdas vocales? ¡Estaban hablando el idioma de ella! El sonido de la voz era cadencioso y agradable de oír.

 Perdónennos por interceptar su vehículo, pero fue necesario. No tenemos mucho tiempo para estar con ustedes, y ustedes no tienen mucho tiempo para salvarse. Seremos breves en la presentación. Nos autodenominamos Negons. Somos unos de los habitantes más antiguos de este universo. Lo que están viendo es una copia energética que tiene una parte de nuestro organismo. En viajes largos como este el tiempo de permanencia tiene que ser muy corto, para preservar nuestra copia. (N374: ¿el tiempo de permanencia dónde?) Bien, pero eso es irrelevante para ustedes. Lo que importa es el motivo de nuestra presencia.

 Ustedes, lamentablemente, están protagonizando el tercer evento de exterminio de seres superiores. (N375: no queda claro que es Lanyie la que habla y, además, es una forma muy suave de tratarlos si ella piensa que son los culpables del exterminio. Por otro lado, queda un poco atolondrado acusarlos del exterminio si no son iguales a las lampreas. Lanyie aparece como un poco tonta, me parece a mí. )

La criatura más cercana se aproximó a Lanyie y preguntó:

 ¿Entiende lo que se le está diciendo?

 ¡Perfectamente, si tuviera dudas preguntaría! respondió ella, todavía un poco perpleja. (N376: sigue atolondrada y tonta).

El monólogo de los Negons prosiguió:

 En nuestro estudio sobre la topología de las manifestaciones de nuestro universo local, percibimos la fuerte interacción de otro mayor y con las mismas dimensiones físicas que el nuestro. (N377: esto de los diferentes universos no queda claro. Y lo de las dimensiones físicas, menos. Además, el universo de ellos, de nosotros, de las lampreas y de Lanyie son todos distintos o las lampreas y Lanyie están en el mismo?) Lo que nos llevó a verificar ese hecho fue un abrupto aumento de la radiación de fondo en algunos sectores de nuestro universo. (N378: muy técnica la radiación de fondo. Y lo de su universo como distinto del nuestro también es confuso. Explicar de qué se tratan ambas cosas.) Localizamos bien el punto y fuimos a investigar las causas en el lugar. Lo que vimos nos sorprendió desagradablemente. Encontramos un planeta con seres como ustedes, totalmente sin sobrevivientes. Sólo permanecían con vida los vegetales y animales inferiores. Como demoramos en llegar al planeta, el nivel de deterioro de los cuerpos no nos permitió estudiarlos muy bien.

“Por otro lado, nunca habíamos visto seres de vuestra especie y nuestro descubrimiento dejó más preguntas que respuestas. Después de algún tiempo de estudio concluimos que existía una relación entre la abrupta variación de la radiación de fondo y la interacción con este universo vecino. Esa interacción estaba produciendo una probabilidad diferente de cero de formación de pasadizos de corta estabilidad, en las cuales el tiempo no transcurre. (N379: muy técnico.) Esos pasadizos permitieron la entrada en nuestro universo de algo que tomó la vida de toda la población de ese planeta. (N380: ¿por qué entró al universo de los negons y tomó la vida de un planeta del universo de Lanyie? Todo muy enredado. ¿O negons y Lanyie son del mismo universo?)

“Montamos, entonces, un sistema de búsqueda y, después de mucho tiempo, detectamos la abertura. Un poco más preparados, viajamos hasta el lugar, llegando a tiempo de ver la etapa final del exterminio. Lamentablemente, no pudimos hacer nada para ayudar. Aunque llegamos antes del fin, el daño ya estaba hecho. (N381: no dicen explícitamente que hubo otro ataque. Hay que contar mejor la historia de ellos. Además, hablan de mucho tiempo y parece que fueron sólo unos días en el relato de Poe entre los dos primeros ataques al mundo de Lanyie).

“Esa última experiencia nos proporcionó la oportunidad de entender mejor los hechos. Nuestra sorpresa fue constatar que seres superiores, por lo menos superiores a ustedes, también tienen predadores. (N382: sigue sin entenderse. ¿Cuáles son esos seres superiores a Lanyie? ¿No fueron Lanyie y su raza los predados?) Por el momento estamos intentando entender a ese predador. Por lo que parece, es una compleja inteligencia colectiva, tecnológicamente muy avanzada. De alguna forma, tiene la capacidad de estimular ciertos órganos de ustedes, haciendo alteraciones hormonales a voluntad. Esas hormonas son una especie de elixir para él y deben representar un punto vital que lo motiva al acto predador”. (N383: “punto vital” no se entiende. ¿No será “necesidad vital”?)

El monólogo de los negons se interrumpió. Ellos recibieron algún mensaje. Sin alterar el tono de voz, comunicaron a Lanyie y a sus compañeros de aventura:

 Llegamos a vuestro destino. (N384: aquí queda claro que estaban dentro de la nave de los negons, pero habría que decirlo antes.)

 ¡Cómo! exclamó Lanyie. ¡El viaje hasta Ciudad Capital es de seis días!

 Lamento no poder compartir ciertos conocimientos con ustedes, pero no hay más tiempo. Prepárense para abordar vuestra nave. Serán liberados para que puedan dirigirse a vuestro planeta.

Lanyie se aproximó a los tres negons y se aventuró a solicitar.

 Solicito la ayuda de ustedes para salvar a nuestro pueblo.

Uno de los dos negons (N385: son tres) se paró frente a ella y con lo que parecía ser su mano, envolvió la nuca de Lanyie y dijo:

 Es todo lo que podemos hacer. Ustedes son el punto más lejano al cual podemos llegar en esta forma que nos ven ahora. Nuestro origen está muy alejado y tenemos que regresar. Lamentamos no poder ayudar más, pero partimos con la esperanza de poder ayudar a otros seres semejantes a ustedes en el futuro.


(N386: queda raro que entre el segundo y tercer ataque hayan pasado sólo unos instantes y que el cuarto se demore harto. Igual no queda claro por qué hubo varios días entre el primero y el segundo).

Junto con el Consejero, seguí los acontecimientos posteriores. Mientras las imágenes y sonidos pasaban frente a mí, él hacía algunos comentarios y respondía a mis preguntas. Los Negons habían partido dejando dos cosas. La primera, una especie de nave, algo así como una estructura de plasma con forma de huso interiormente hueca. Técnicamente, podría ser descrita como un solitón energético semiestable y maniobrable, (N387: muy técnico) cosa que yo nunca imaginé que pudiese existir en la práctica. En la parte interna había algunos puntos estables, que servirían de apoyo sólido para una estructura que alojaría las cámaras de hibernación, sala de comandos, comunicaciones y mantención.

La segunda: en el cerebro de Lanyie había sido grabado el modus operandis de la nave y el modo de interacción entre la tecnología de Ciudad Capital y la estructura alienígena. También había sido dejada la vía de escape que los Negons calcularon ser a través de un túnel natural en la periferia del núcleo de la galaxia. (N388: ¿vía de escape para dónde?)

No había certeza en cuanto a la localización de ese pasadizo, pero existía la esperanza de que los ocupantes de la nave pudiesen huir y sobrevivir al ataque de los predadores. (N389: da la idea que el pasadizo es hacia el otro universo, pero Lanyie termina en la Tierra, que está en su mismo universo. Queda confuso.)

Los componentes de la estructura y su equipamiento fueron construidos a toda prisa y en un tiempo récord, ya que el ataque era esperado para cualquier momento. La industria y los laboratorios tecnológicos trabajaron sin descanso y una actitud de total colaboración y comprensión por parte de la población hizo que la tarea de escoger los pasajeros de la nave fuese más fácil.

En el momento de decidir sobre los niños, Lanyie flaqueó un poco. Estaba estresada y fue apartada de las decisiones, sometiéndose a un régimen de reposo en un área reservada para tal fin, en la sala de comandos de la nave, la que había sido bautizada como “Esperanza”. (N390: no se cree que los padres hayan aceptado dócilmente que sus hijos murieran.)

El volumen interno de la nave permitía una serie de cámaras de hibernación, con aspecto de colmena, pero con una capacidad total de apenas quince mil cuerpos. (N391: ¿esta es la nave que cae en Tunguska? No se ve que les den el huso que cae en Isla de Pascua.) Se le dio preferencia a familias jóvenes y los niños comenzaron a ser encapsulados en grupos de dos o tres en los compartimientos, gracias a adaptaciones hechas a última hora. La idea era tratar de salvar el máximo de vidas posible. Los bebés y los niños hasta cuatro años quedaron en los mismos compartimientos que los padres.

Lanyie, sabiendo de esa última iniciativa, instruyó a sus asesores para promover la hibernación de cada adulto o adolescente con uno o dos niños pequeños de familias que no hubiesen sido elegidas para salvarse, pero que querían salvar a sus hijos.



(NN067: ¿aquí ponemos a Lanyie entrando de polizón o más adelante?)

La nave estaba prácticamente completa. Estaban siendo acomodados los últimos pasajeros, miembros escogidos de las áreas de ciencia, tecnología y educación de Ciudad Capital, cuando los primeros síntomas de ansiedad se hicieron sentir. El ataque era inminente. La población de Ciudad Capital había sido instruida para intentar repeler el ataque. Todos los niños que quedaban en el planeta fueron llevados a Ciudad Interior y adormecidos con un sedante fuerte y estaban siendo cuidados por aproximadamente tres mil mujeres voluntarias. (N392: me parece sexista. ¿Por qué no hombres, también?) En la superficie, el resto de los adultos, también sedados con una sustancia más suave, estaban preparados para defenderse con armas fabricadas e improvisadas en los últimos días.

Lanyie no esperó un segundo más y dio la orden para que quien no fuese miembro de la nave la abandonase, informando que la partida sería inmediata. (N393: ¿nadie trató de viajar de polizón para salvar la vida?) Y así fue. El plasma en forma de huso partió cuando el ataque comenzó. (N394: aquí da la idea de que es Sirena en la que viajan, por la forma. Pero en ella no podían caber 15 mil personas: tiene 2 por 0,5 m. Aclarar todos estos puntos.)

La escena siguiente mostró el interior de la sala de comandos de Esperanza. Lanyie y otros tres miembros de la tripulación tenían un problema. En la vía de escape en la cual se encontraban se había formado una de esas extrañas barreras móviles de los predadores, que se asemejaban a una especie de vibración en el espacio. (N395: encontraron la vía de escape. Habría que decir algo de eso.) Afortunadamente, los miembros de Esperanza no sentían la ansiedad, lo que significaba que los Negons habían puesto algo en la estructura de plasma que impedía la influencia de los predadores.

La barrera se desplazaba hacia la nave así como la nave hacia la barrera. El momento era de mucha tensión. De alguna manera, quedé más cerca de Lanyie en ese instante. La nave se preparaba para cruzar la barrera, hecha de una infinidad de puntos negros, lo que significaba una infinidad de seres predadores. Yo sabía que en Mundo Compartido la barrera se desplazaba, atravesando estructuras sólidas como si fuesen aire, dejando en su camino una estela mortífera. Me afligía pensar que la Esperanza podría ser invadida también. La misma preocupación se reflejaba en los rostros de Lanyie y de los tres tripulantes cuando, de repente, ella se detuvo, (N396: si se detuvo, no se había dicho que estuviera caminando) volviéndose hacia mí y mirándome con terror. (N397: queda muy confuso. Se supone que estamos viendo a Lanyie real y no a la SPC. ¿cómo sabe la real de la existencia de Poe que va a vivir 200 años después?)

Ella gritó mi nombre con desesperación. Su expresión fue tan real que llegué a pensar que yo había sido realmente introducido, de alguna manera, en la escena para participar en los acontecimientos. Pero no fue eso lo que sucedió. (N398: claro que no sucedió. Me parece de más el comentario.)

Inmediatamente me sentí sofocado, y una especie de descarga eléctrica hizo doler profundamente todo mi cuerpo hasta la médula de los huesos. Tuve la certeza de que moriría en ese instante. Una dolorosa oscuridad me envolvió y perdí la conciencia.

(NN068: aquí Jilienski no puede desconectar a Poe, es al final. Además, el traje tiene que quedar en buenas condiciones para que lo vuelva a usar la última vez. ¿Se te ocurre cómo cambiarlo? Yo pondría que llegó y les pidió que salieran y cerró el laboratorio, o algo así.)
La cruel sonrisa de triunfo de Jilienski fue la coronación dela toma de posesión del laboratorio. Con la tijera en una mano y el cordón umbilical separado de Sirena en la otra, no podía ocultar el placer causado por la sensación de poder ilimitado. (N399: me parece mucho ponerlo como asesino. Creo que habría que justificar lo que hizo como algo imprudente dentro de su arrogancia o algo así.)

¡No! fue el grito lacerante de Myriam, que percibió la barbaridad hecha por Jilienski. Ella y Maynard dejaron a toda prisa la sala de computadores, corriendo hacia la esfera, donde Raymond se encontraba inconsciente dentro del traje.

¡La tijera! gritó Myriam a Maynard mientras ella alcanzaba la esfera. Maynard, soltando una imprecación, corrió ágilmente y dio un salto, cayendo de lleno sobre el pecho de Jilienski. Cayeron ambos en el suelo y con el impacto, la tijera salió de las manos de Jilienski, quedando a algunos metros de Maynard que, recuperándose inmediatamente, se arrastró hasta ella. Con ella en la mano y ya de pie, miró alrededor viendo que dos guardias de seguridad corrían hacia él, preparados para disparar. Con otro golpe de vista, constató la desesperación de Myriam intentando abrir el traje en el cual Raymond se encontraba preso.

No lo pensó dos veces y corrió hacia la esfera. Mientras corría desesperadamente, esquivando los obstáculos que encontraba en su camino, escuchó los disparos de las armas y el impacto de algunas balas muy cerca de él. Dio mayor impulso a su loca carrera en el instante en que oía dos disparos más y el grito de cesar el fuego de Jilienski.

Finalmente, ya junto a Myriam, que había conseguido retirar un trozo de tejido del traje a la altura del cuello, él introdujo apresuradamente una de las puntas de la tijera y comenzó a cortar con rapidez y cuidado, mientras ella iba retirando el tejido cortado. La idea era liberar la cabeza antes de que Raymond se asfixiase.
Consiguieron liberarme. Milagrosamente, conseguí resistir y desesperadamente henchí de aire mis pulmones, mientras Myriam me sujetaba con esfuerzo. En ese instante, uno de los guardias llegó hasta nosotros y con la punta del pie le dio un puntapié en el estómago a Maynard, haciéndolo caer curvado sobre sus rodillas. Myriam gritaba desesperada mientras el guardia proseguía con la agresión, hasta que Jilienski lo detuvo. (N400: también me parece exagerado esta maldad porque sí de un guardia.)

 Basta, lo puedes dejar… Yo me entiendo con ellos dijo Jilienski a su subalterno. Y con un brillo sádico en la mirada evaluó nuestro sufrimiento. Dirigiéndose, entonces, a nosotros, preguntó:

 ¿Dónde está el cobarde de Charles Bradner? ¿Él no debería estar aquí en el laboratorio?… ¿O huyó como un ratón?

Myriam, ignorando la pregunta de Jilienski, ayudaba a Maynard, recuperado de la agresión, a librarme del resto del traje.

Airado, Jilienski exigió una respuesta a su pregunta.

 Hace dos días que él no viene para acá… Parece que viajó, pero no sé para dónde mintió Maynard, respondiendo para aliviar la tensión. Enseguida, con la tijera en la mano, continuó cortando el tejido del traje.

La respuesta no fue bien recibida por Jilienski. Uno de los tres guardias de seguridad que estaban ahora junto a nosotros se ofreció para detenernos. Jilienski pensó brevemente y, a pesar de todo, decidió dejarnos ir.

 Pueden salir de aquí, sin llevar nada en las manos, sólo los documentos personales. Conozco sus direcciones aquí en Santa Mónica y sugiero que permanezcan en ellas hasta otra orden. Si no cumplen, le avisaré a la policía local y serán perseguidos y cazados como delincuentes comunes, como pronto lo será Bradner, en cuanto haga una llamada telefónica concluyó de forma extremadamente amenazadora.

Myriam ya iba a discutir con Jilienski, pero ante un discreto gesto de Maynard, comprendió que era mejor permanecer callada y dejar el lugar lo más deprisa posible.
Viendo por la ventana llegar el automóvil de Myriam, Charles se apresuró en salir de la casa para recibirnos. En un instante llegó hasta el automóvil.

 ¿Qué hubo? ¿Por qué llegaron tan temprano?

 Sucedió lo que tenía que suceder dijo Maynard, bajando y solicitando su ayuda para sostenerme, ya que no me encontraba todavía totalmente recuperado.

 ¡Tú no deberías estar aquí ahora, Charles! dijo Myriam de forma imperiosa. Es probable que Jilienski haya conseguido una orden de arresto para ti.

 ¡Que se joda! respondió Charles, mientras me ayudaba a bajar del automóvil.

Ya me sentía un poco mejor y me aventuré a dar unos pasos solo.

 Creo que puedo ir solo, amigos argumenté.

 Tú lo crees, pero vamos a ser cautelosos dijo Myriam y haciendo un gesto hacia Charles, me tomaron, uno de cada lado, y me llevaron al el interior de la casa. (N401: me parece un poco egocéntrico que Poe cuente tantos detalles de cómo lo tratan).


(NN069: esto habría que sacarlo, ya no tiene sentido)

(N402: en lo que viene, no se sabe cuánto tiempo pasó desde que tomaron el laboratorio hasta ahora. Pueden ser minutos, horas o días. Tampoco queda claro cómo puede saber Poe lo que pasó para contarlo después.)

El nuevo traje ya estaba preparado en la esfera, sólo faltaba conectar el cordón umbilical a Sirena, y para el dueño del traje era importante hacerlo personalmente.

Envuelto en una elegante bata, se dirigió hasta el lugar donde se encontraba Sirena. Había dos ayudantes a su espera, uno de ellos sujetando la punta del cordón con una de sus manos.

Ya al frente del hombre, con su arrogancia habitual, extendió una de las manos y tomó la punta del cordón. Ahora sólo había que conectar el cordón y después entrar en el traje. Él estaba desnudo bajo la bata, listo para entrar en acción.

De pie al lado de Sirena, Jilienski dio una última mirada a la punta del cordón y, recordando el lugar de donde habían sacado el resto del antiguo cordón, lo introdujo en el pequeño orificio, con el orgullo de quien acabara de ganar una batalla.

Quedó entonces a la expectativa de ver el resultado de la conexión, o algún síntoma que revelase que todo iba bien. La respuesta fue inmediata: el cordón se puso más claro y el traje en la esfera comenzó a ponerse luminoso.

Su sonrisa, que naturalmente era una mueca diabólica, fue amplia. No mostraba el mínimo recelo de vestir el traje. Quería disfrutar de todo lo que le sucediese.

Estaba a mitad de camino entre Sirena y el traje cuando notó que todo comenzaba repentinamente a ponerse muy brillante. (N403: ¿qué todo?)

Siguió con sus ojos el cordón hasta Sirena. En el mismo instante, ella comenzó a girar horizontalmente, lentamente. Súbitamente, aumentó la frecuencia del giro y no sólo Sirena giraba; también todo lo que estaba a su alrededor comenzó a acompañar el movimiento rotatorio. La rotación, acompañada de un ruido sordo, se hizo cada vez más intensa.

Jilienski escuchó los gritos de su personal. Pasando la mirada por la sala, notó que todo alrededor y también algunos de sus hombres habían sido atrapados por una extraña fuerza y estaban siendo arrastrados violentamente por el remolino.

Segundos después, amedrentado, sintió en la piel la fuerza de la rotación. Perdió totalmente el apoyo y comenzó a girar vertiginosamente junto con Sirena, siguiendo de cierta forma el creciente movimiento. En la confusión se oían gritos y ruidos de objetos que chocaban entre sí.

La última imagen de Jilienski, en el tumulto de la situación, fue de su rostro deformado por la fuerza de la rotación, y como un castigo del destino, del cordón umbilical en torno a su cuello, asfixiándolo. (N404: yo no lo mataría, sino que lo humillaría: que llore, que pida perdón y esas cosas y que pierda toda su influencia, claro.)

(NN070: hasta aquí va lo que habría que sacar)
Mientras descendía lentamente la escala hacia el primer piso, escuché el acalorado diálogo de mis tres amigos. Estaban hablando y discutiendo sobre los últimos acontecimientos. Fui hasta la sala. Había tomado un agradable baño, muy reparador, y me había puesto un buzo deportivo liviano. (N405: sacaría lo de la ropa.)

Fui recibido con elogios y una agradable y apasionada sonrisa de Myriam. Tenía hambre, y la comida que estaba sobre la mesa parecía muy apetitosa.

Ya me iba a sentar a comer cuando noté que alguien más estaba con nosotros en la sala. Alguien que yo no esperaba ver allí, alguien que apareció como por encanto por detrás de mis leales amigos. (N406: me parece que es mucho preámbulo. Le quita dinamismo a la historia.)

 ¡Tú aquí! exclamé, sin creer lo que veía.

Myriam, Maynard y Charles, sorprendidos, no se movían, sólo observaban. (N407: no queda claro si ven al niño o no.) Expliqué:

 Es ese niñito, el virus implantado en la SPC . Me volví hacia él. ¿Cómo llegaste hasta aquí? pregunté.

 Vine respondió el niñito, siempre sonriendo. Vine para llevarte. Lanyie necesita tu ayuda con urgencia.

 ¿Pero cómo? pregunté, perplejo.

El niñito dio unos pasos hacia mí, seguido por los ojos curiosos de mis tres amigos. Ya casi a un metro de mí, siempre sonriente, estiró su brazo derecho y, colocando la mano con la palma hacia arriba, solicitó:

 Ven, Raymond. No tengas miedo.

Estiré, entonces, mi brazo y tomé su mano. Instantáneamente, un resplandor, que parecía una descarga eléctrica, surgió del niño, se difundió por su brazo y por el mío, envolviéndonos finalmente por entero, para después hacernos desaparecer en el aire, sin dejar rastros. (N408: de aquí en adelante queda raro que él cuente cosas que no vio)

Myriam, Charles y Maynard saltaron de sus lugares. Charles gritó:

 ¡Lo llevaron al laboratorio!

 ¡Tenemos que ir hasta allá! …El auto… gritó Myriam, mientras Maynard ya abría la puerta, dejando pasar a sus dos amigos.

Charles llegó antes que Myriam, que le lanzó las llaves, y sentado al volante, dio el contacto. Myriam le advirtió a Maynard que la puerta de la casa estaba abierta, y él voló para cerrarla, afligido. (N409: el incidente de la puerta no ayuda a darle mucho ambiente y le quita agilidad a la historia. Lo sacaría.)

Charles, entonces, le imprimió una gran velocidad al auto rumbo al laboratorio. Algo extraordinario debía estar sucediendo allá.



(NN071: el número y el nombre se reemplazan por Novena Parte).

10

Tunguska


(NN072: lo que todavía sirve de esta nota lo recalqué antes (lo del traje) y lo otro ya no sirve porque no va a haber sucedido).

(N410: ¿la idea es que Sirena dejó de girar y Poe entró al mundo de Lanyie usando el traje de Jilienski? El de él está todo tijereteado. Si es así queda contadictorio que antes se dijera que cada traje era para una sola persona: la que aportaba el ADN).



(NN073: aquí habría que explicar cómo llegó donde el Consejero. Si fue directamente (no me parece muy bien) o si el niño lo llevó al laboratorio, abrió con su energía la puerta del armario donde estaba el traje, Poe se lo puso y entró a Sirena o cómo fue).

Una intensa nausea y una serie de calofríos envolvieron mi cuerpo. Me encontraba a gatas en un suelo frío, que vibraba con una frecuencia que me resultaba incómoda. Sentía dolor en las rodillas y en las manos. Me levanté con dificultad mirando a mi alrededor. El niñito no estaba conmigo. Noté entonces otra cosa, un ruido ambiental disonante, suave pero persistente como una alarma. Necesitaba encontrar a Lanyie.

Analicé mi situación e intuí que me encontraba a bordo de la nave Esperanza. Por lo tanto, Lanyie debía estar en la sección de comando, que según recordaba, se encontraba en uno de los extremos de la nave. Pero en ese momento yo estaba desorientado y me encontraba en un largo corredor. La luz, de un tono azul fosforescente, que iluminaba el interior de la nave no tenía procedencia definida y parecía brotar de todas partes, lo que causaba mayor desorientación. Decidí ir hacia delante, necesitaba llegar a algún otro lugar de la nave para orientarme mejor. El desplazamiento me era difícil, sentía que mi cuerpo pesaba el triple de lo normal. (N411: muy exacto, pondría mucho más en vez de triple. ¿Por qué siente eso? ¿Es real o sólo una sensación?)

A medida que avanzaba en esa luz ambiental fantasmagórica, la incómoda vibración se notaba en toda la estructura que yo tocaba, y el sonido suave de alarma permanecía insistente. Mi cuerpo comenzaba a sudar copiosamente, y en un momento dado necesité parar para enjugar mi rostro, pues el sudor salado de mi frente había escurrido hasta mis ojos, provocándome un intenso ardor. Después de haber enjugado bien mi rostro y apretado mis ojos con los dedos, noté que el corredor comenzaba a nublarse, llenándose totalmente de una niebla que parecía venir tanto del techo como del suelo. (N412: ¿qué es la niebla? No se explica y hace falta la explicación).

Avanzaba tan rápido como me permitía el difícil desplazamiento, cuando tropecé con algo caído en el suelo. Me levanté un poco, poniéndome a gatas y palpando, envuelto en la neblina que estaba más espesa, para descubrir en qué había tropezado. (N413: ¿se cayó al tropezar? Antes estaba de pie.)

(NN074: yo sacaría el cadáver y toda referencia a que hay un predador en la Esperanza, si no, sería muy irresponsable de parte de Poe y Deering de querer volver en el tiempo y salvar a Lanyie y compañía. Lo que sí pondría es que Poe ve que a Sirena la liberan frente a Marte. Así justificamos que ahí haya caído el predador. Aunque eso me da la idea que es Lanyie tres: el ataque del predador a la nueva colonia en Marte.)

Lo descubrí, entonces. Era el cuerpo de un hombre. Quedé doblemente sorprendido, primero por haber encontrado inesperadamente un cuerpo y después porque era sólido, no incorpóreo como en las otras experiencias.

Intenté encontrar pulsaciones en él, inútilmente, pues el hombre estaba muerto. Su muerte era reciente, su cuerpo aún estaba caliente. (N414: ¿cómo murió? No queda claro eso.)

Todavía de rodillas al lado del muerto, me di cuenta de que las vibraciones aumentaban notoriamente. Me erguí, tratando de apoyarme en las paredes del corredor, lo que hizo que casi perdiera el equilibrio nuevamente. Divisé un corredor perpendicular al cual yo me encontraba. En el corredor secundario podía ver las cápsulas con los sobrevivientes alineadas y apiladas por cientos. Era un corredor sin salida, por lo tanto yo estaba en el corredor correcto, el principal, que recorría longitudinalmente a Esperanza.

Reinicié mi desplazamiento en la dirección que, ahora, ya tenía mayor certeza de que me conduciría hasta la sección de comando. Tras un lapso de tiempo difícil de estimar llegué hasta una compuerta lateral abierta. La atravesé, penetrando en una pequeña sala. Al fondo se encontraba Lanyie, de pie y de espaldas a mí. Estaba concentrada, hurgando en algo que yo no podía ver claramente debido a la niebla. Me aproximé y vi, sorprendido, el momento exacto en que ella introducía el cubito de la SPC en Sirena, el huso encontrado por nosotros. Ella cerró una pequeña compuerta y cerró los ojos, como si estuviese haciendo una oración. Después el huso se desplazó por un riel, desapareciendo de la sala. (N415: ahora está claro que Esperanza es la que cayó en Tunguska, pero habría que aclararlo desde un principio. Nombrando el huso pequeño que estaba dentro de Esperanza, por ejemplo.)

Yo sabía lo que estaba sucediendo. Ese era el momento en que Sirena fue lanzada al espacio con destino a la Tierra. Luego, de repente, Lanyie se volvió hacia mí. Su lindo rostro bañado en lágrimas mostraba resignación. Entonces sucedió lo inesperado. Lanyie se dividió en dos, quedando la original como una imagen congelada y la otra sonriéndome con tristeza. (N416: esto explica que Lanyie dijera el nombre de Poe antes, pero igual habría que recalcarlo para que los lectores entiendan bien). Se aproximó a mí y nuestros ojos se encontraron en una profunda mirada. Ella me pidió, aprehensiva:



(NN075: tiene que decirle algo más difuso, como que es en el hemisferio norte. Además, debería hacer mención a un mail que recibió hace una semana Deering en que le hablan de retroceder en el tiempo. Así queda todo conectado. Además, deberían decirle el año en que cayeron para que Poe sepa con seguridad que es en Tunguska).

 Sálvala… La nave está condenada… Está en trayectoria de colisión con tu planeta… ¡El impacto sucederá en doscientos minutos en un lugar llamado Tunguska! (N417: ¿no será mucho que hasta sepa el nombre? ¿no debería decirle las coordenadas, mejor?).



(NN076: esto no va. Aquí Jilienski le corta el cordón umbilical porque Poe entró sin permiso al traje).

Después se abrazó fuertemente a mí y yo pude percibir la vibración de su cuerpo. Lo que sucedió a continuación fue muy rápido. Me es difícil recordar los detalles: mientras ella me besaba en la boca de forma dulce y cálida y yo rodeaba su cuerpo con mis brazos en una actitud protectora, la Lanyie original recobró el movimiento. Ella amagó moverse hacia la salida de la sala pero se detuvo abruptamente.

En ese mismo instante, la Lanyie que me abrazaba susurró en mi oído:

 Estoy muriendo.

El cuerpo de ella desapareció, entonces, y yo quedé abrazado al aire, que obviamente no consiguió sostener la presión de mis brazos. (N418: sacaría el comentario sobre la presión de los brazos.) (N419: ¿la idea es que la Lanyie virtual se fue con Sirena? ¿Por qué dice que está muriendo? No se entiende esta escena. Si es porque ahora el Consejero va a destruir a Sirena, hay que decirlo.).

Miré a Lanyie real, que comenzó a retroceder, cambiando la expresión de su rostro hacia un sorprendente horror, mirando hacia mis espaldas. Intenté volverme para ver el motivo de tal espanto. Pero un resplandor de luz me cegó y una especie de descarga eléctrica castigó mi cuerpo, haciéndome caer en la oscuridad de la inconciencia. (N420: ¿Qué pasó? ¿Chocaron? No queda cómodo de leer con tantas dudas sin responder.)


AQUÍ VA EL MAPA DE LA REGIÓN DE TUNGUSKA

(NN077: a eso que sigue le sacaría dramatismo. Ellos llegan y ven a Sirena destruida, encuentran a Poe sano y salvo y llega Jilienski y se ríe porque ahora nadie va a poder averiguar más. Con esto queda fuera que Jilienski corte el cordón de Sirena. ¿Cómo prefieres dejarlo tú? Yo me reconozco muy no-violencia, así es que si quieres podemos poner lo del corte del cordón).
Santa Mónica, cercanías del laboratorio, momentos después.
Charles era un buen conductor y en una loca carrera consiguieron llegar cerca del laboratorio. Detuvo el automóvil porque algo muy extraño estaba aconteciendo. Muchos objetos livianos estaban siendo impulsados hacia el laboratorio.

Maynard y Myriam bajaron del automóvil. Ella estaba preocupada pensando lo que podría haber sucedido con Raymond. Ambos se dirigían al laboratorio cuando Charles los detuvo. Algo sucedería y era mejor esperar en un lugar seguro. Entonces, casi inmediatamente, una fuerte succión se dejó sentir. En el lugar donde estaban no sufrían mucho sus efectos, pero más cerca del laboratorio los objetos más pesados volaban, cayendo y destruyendo paredes, puertas y ventanas.

La succión aumentó preocupantemente y los tres se protegieron en el automóvil, que ya comenzaba a oscilar. Myriam observaba por el vidrio del automóvil. En segundos vio todo el laboratorio implotando, liberando después una intensa claridad. Myriam, chocada emocionalmente, salió del automóvil mientras una ráfaga de viento tibio castigaba su rostro. Asustada y preocupada, llamó a Raymond en voz alta, entrecortada por sollozos, y corrió hacia lo que quedaba del laboratorio. Charles y Maynard la siguieron de cerca.

Todo se había reducido a nada y una gruesa capa de polvo ceniciento cubría el suelo. Charles sacó de su bolsillo una pequeña pero potente linterna y comenzó a iluminar el desastre. Miraron en todas las direcciones intentando encontrar restos de alguna persona, pero nada quedaba. (N431: es raro que no se vea nada de los ayudantes de Jilienski y de él mismo. Además, me parece un final raro para Sirena. Es raro que ella se destruya junto con todo lo demás. ¿No podría ser algo más suave, como hacerse polvo sólo ella?)

Myriam, desesperada, estaba perdiendo las esperanzas de encontrar a Raymond, cuando Maynard gritó:

¡Miren allí!



En el extremo opuesto a ellos, casi en la periferia del desastre, había un montón intacto de cosas. Corrieron hasta el lugar y comenzaron a retirar los objetos que estaban amontonados y cubriendo un cuerpo. Con un poco de esfuerzo, lo encontraron bajo los escombros, inconsciente pero vivo y sin ningún rasguño. (N432: habría que decir que es Raymond. Y también es raro que esté ileso.)

Myriam, con los ojos llenos de lágrimas, se arrodilló a su lado y, con algún esfuerzo, le apoyó la cabeza en su regazo, acariciando dulcemente su rostro.
Instantes después recuperé la conciencia. Mirando con cariño a Myriam, dije:

 ¡Estoy de vuelta en casa!

 Si, querido, ahora estás definitivamente de vuelta en casa, en nuestra casa.

La mirada de ternura de Myriam sustituía todas las palabras que pudiesen ser dichas. (N433: toda la historia de amor de ellos me parece que está poco desarrollada.)


(NN078: vamos a sacar el título)

(NN079: vamos a reemplazar lo que sigue por la conversación de Poe y Deering en que se comprometen a rescatar a Lanyie cuando se pueda. Hablan del mail y de volver en el tiempo.)
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