Concepto de medio ambiente en la obra de vicente de beauvais


Capítulo 88: Seguimos con la sal



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Capítulo 88: Seguimos con la sal


Avicena, en el lugar antes citado: La sal es similar al baurach839: algunas sales se consiguen rompiéndolas; otras excavando; otra es la sal gema, parecida a un cristal; otro tipo de sal es la náptica, que es negra —su color se debe a la parte náptica que hay en su interior que si se ahuma lo suficiente hasta que desaparezca, se torna sal gema—; después está la sal india, que es también negra aunque por su propia sustancia, y la sal marina, que cuando se encuentra con una masa agua se disuelve en ella, mientras que el resto de sales de la tierra no se comportan así.

Usos de la sal La sal es cálida y seca en segundo grado y cuanto más amarga es, más caliente. Purga, disuelve, constriñe, reseca y la potencia de sus propiedades se debe a su capacidad disolvente y su sabor agrio; también deshace las ventosidades. La sal que esté quemada todavía tiene mayor capacidad de de disolver y resecar: se puede aprovechar contra la putrefacción y resuelve los problemas causadas por una condensación de los humores. La flor de sal es todavía más fina; la sal quemada y su polvo se le acercan mucho y ambos disuelven más que la sal. La sal excavada disuelve peor y es más gruesa, aunque una vez ya se ha lavado puede utilizarse con el fin de resecar muchas veces sin producir el efecto secundario de morder. La sal que se consigue rompiéndola es más purgante y cuando se mezcla con alimentos fríos los disuelve; no obstante, la sal negra es todavía más fuerte: ambas disuelven los humores congelados. La sal amarga disuelve pero además calienta mucho. Los usos de la sal gema La sal gema desaloja a las ventosidades, agudiza los sentidos, fortalece las encías cuando se han reblandecido y es un remedio muy potente para expulsar del cuerpo la flema cruda y la melancolía; si se ingiere sola, resulta un método muy eficaz para provocar el vómito y para aliviar los dolores del estómago que vengan causados por el frío. Además, si se mezcla con aceite y se aplica sobre las orejas, resulta muy efectiva para calmar su dolor. De la náptica La sal náptica expulsa la flema podrida, el agua, la cólera y la melancolía: también es fuerte contra las anginas y los abscesos en la garganta. Todas las sales tienen la capacidad de dispersar la flema vítrea y viscosa que se hubiera acumulado en el pecho.

La sal marina y la metálica Isaac: Hay dos clases de sal, la metálica y la marina. La sal marina se produce en unos lagos que se llaman salinas, o también cuando el calor del Sol consigue cocer el agua de mar. La sal metálica merece las mayores alabanzas, porque no está mezclada con otras piedras y es transparente, suave y uniforme. La sal marina también es buena, siempre y cuando sea blanca, aunque no tanto como la metálica. Ambas tienen los mismos efectos: en un principio disuelven y limpian las concentraciones de fluidos superfluos y podridos y después resecan y consumen lo que quede de ellos; por último, unen estos restos a la natural humedad del cuerpo, la mantienen controlada y cierran los poros de la piel.

Aristóteles, en su libro sobre las plantas: La sal se produce en los lagos porque el agua dulce se torna salada: en este caso, la salobridad de la tierra supera a la del agua —ya que el aire permanece en su interior840—, por lo que aquella masa de agua no será dulce. Otra forma de que la sal proceda del agua es si la sal saliera del agua, como si tratara de una exudación.

Capítulo 89: La flor de sal


Por qué la flor de sal recibe ese nombre Plinio, en el lugar antes citado841: La flor de sal no aparece —tal y como ya se ha comentado más arriba— excepto cuando sopla el viento del noreste. Es una sal en polvo que es tan fina y tan blanca que recibe el nombre de flor de sal842 y es absolutamente diferente del resto de sal, más húmeda y de color amarillento o anaranjado —como el óxido—, aunque de mal olor: es muy diferente de la sal común, pero no mucho de la espuma de sal. Se puede encontrar en Egipto, donde parece que el propio Nilo la transporta; sin embargo, también flota sobre las aguas de algunas fuentes. La mejor flor de sal es aquella que tiene un cierto toque espeso como de aceite: en esta sal parece que haya algo de grasa, hecho que resulta admirable. Se puede imitar este tipo de sal tiñendo la sal con tierra roja o, la mayoría de las veces, con trozos triturados de cerámica, aunque esta sal pierde ese color artificial en cuanto se diluye en agua; la otra, en cambio, no se deshace si no es en aceite. Lo suelen utilizar muchos para realizar tintes debido a la fuerza de su color. En un recipiente, las partes blancas se quedan arriba del todo, mientras que las más húmedas se quedan en el medio.

La flor de sal tiene una naturaleza áspera y cálida: no aporta ningún beneficio al estómago, depila las pestañas, provoca la sudoración, actúa como laxante, si se toma con vino y agua; resulta muy útil para ungüentos y jabones y depila las pestañas. En ungüento conviene remover cada cierto tiempo el fondo, para que recupere su color anaranjado. Además de todas estas sustancias, en las salinas también se puede extraer salsugo —o salsigo843 según otros—, que es un líquido mucho más salado que el agua de mar, aunque con menos fuerza.

También existe otro tipo de caldo, exquisito esta vez, el garum, que, se confecciona con las vísceras y resto de despojos de los pescados, que se dejan macerar con sal de tal manera que aparezca allí la típica corrupción de las cosas que se pudren844. Antaño esta salsa se confeccionaba con un pez que los griegos llamaban garon. La espuma de sal es mucho más agradable y útil que la propia sal en cualquier aplicación médica.

Opinión del autor: Con todo lo que hemos comentado respecto a la sal, la espuma y la flor de sal, todos sus posibles orígenes y sus virtudes y aplicaciones ya tenemos suficiente. Ahora toca abordar el tema del salitre, que también comparte algunas características con la sal.

Capítulo 90: El salitre


Isidoro845: El salitre846 toma su nombre de una localidad o región de Egipto llamada Nitria. Con él se confeccionan medicinas y se puede limpiar la suciedad del cuerpo y de la ropa. Su naturaleza no se diferencia mucho de la de la sal: tiene unas capacidades similares y asimismo nace en las costas que el calor encanece. El afronitro es espuma de salitre y se extrae en Asia, donde gotea en unas cuevas y después se deja secar al sol. Se considera de mejor calidad si pesa muy poco y es muy quebradizo, con un tono casi púrpura.

Glosa a las parábolas: El salitre se parece muchísimo a la sal, si descontamos el hecho de que no sabe a sal. El salitre crepita en el agua, como la cal viva, pero deja el agua lista para lavar la ropa. Y de la misma manera que el salitre hace hervir al vinagre, las correcciones hacen hervir de ira a las personas perversas y depravadas.

Plinio, en lugar antes citado847: La naturaleza del salitre no es muy diferente de la de la sal y es algo que hay hacer público con toda presteza porque es de sobra conocido que muchos de los médicos que escribieron sobre este material desconocían su naturaleza y ninguno difundió estas falsedades con mayor entrega que Teofrasto.

En algunos valles de Persia se produce de manera natural algo de salitre, allí donde el calor encanece la tierra, y lo llaman halmigata. También se produce, aunque menos, cerca de Filipos, una ciudad de Tracia, donde la llaman agrio, pero está mezclado con la tierra. Por su parte, nunca se ha podido producir mucho salitre a partir del carbón de encina, un método que ya hace tiempo que se ha desechado. Asimismo, se puede encontrar agua con salitre en muchos lugares, pero no tiene la suficiente densidad como para solidificarse. El mejor salitre se encuentra —y en abundancia— en Macedonia, donde lo denominan calestrio, y es blanco, puro y se acerca mucho a la sal: allí hay un lago de salitre, con una pequeña fuente de agua dulce en su centro, y allí se genera el salitre durante nueve días cuando está cerca de aparecer Sirio en el cielo; durante un mismo espacio de tiempo, deja de generarse y después vuelve a aparecer sobre la superficie del lago para cesar una vez más, hecho que parece relacionado con la naturaleza del suelo, que es quien lo crea: a la vista está que cuando deja de aparecer ni el Sol ni las lluvias tienen nada que ver. A mí me causa admiración el hecho de que, a pesar de que la pequeña fuente del centro nunca deje de fluir, el lago ni aumente ni se desborde. Si durante los días que se produce el salitre lloviera, la sustancia resultante sería mucho más salada; si soplara el viento del noreste, sería de peor calidad, dado que es el que revuelve el lodo con mayor fuerza. Y así es cómo nace

El modo de producir salitre En Egipto se produce mucho salitre, en abundancia aunque de peor calidad, puesto que es oscuro y tiene algunas piedras. Se consigue de una manera muy similar a la de la sal aunque, mientras que las salinas las inunda el mar, los lechos de salitre los llena el Nilo: se deja que las aguas del Nilo entren y empapen a su llegada el jugo del salitre durante cuarenta días seguidos —no como en Macedonia, que es solamente durante unos determinados días—; si cayera algo de lluvia, reducen el aporte del río. En cuanto empieza a condensarse, se extrae el líquido no sea que vuelva a disolverse en el lecho de salitre. Esta sustancia también contiene una cierta presencia de una grasa y es muy útil contra la sarna en los animales; si se almacena en grandes montones, se conserva durante mucho tiempo. Resulta maravillosa que en el lago Ascanio y en algunas fuentes cerca de Calcis las aguas de la superficie sean dulces y se puedan beber mientras que las inferiores estén repletas de salitre. Siempre se considera mejor la parte más ligera del salitre y, por tanto, es mejor la espuma; sin embargo, incluso en su forma más basta es útil para algunas cosas, como para teñir de púrpura o de cualquier otro color la ropa.

Los lechos de salitre más famosos están en Egipto, pues antes solamente los había cerca de Menfis y de Náucratis, aunque las de Menfis eran de peor calidad, pues allí se amontonaba hasta endurecerse como la piedra y [col 364] muchos túmulos son por este motivo de piedra. Con este salitre suelen confeccionar recipientes cerámicos; muchas veces lo funden hirviéndolo con sulfuro en un fuego de carbón. Utilizan este salitre para conservar aquellas sustancias que quieran preservar. Allí también hay algunos lechos de salitre donde esta sustancia tiene un color rojo cuando se extrae a causa del calor de la tierra. Según los antiguos, la espuma de salitre, que tanto ensalzamos, no podía producirse si no caía el rocío mientras se fermentaba el salitre, aunque antes de extraerse —por tanto, no podía surgir, aunque cayera el rocío, si la explotación funcionaba a pleno rendimiento—; otros sabios consideraron que se producía por la fermentación del salitre ya extraído. Sin embargo, la siguiente generación de médicos descubrió al mundo que el afronitro se podía recoger en unas cuevas de Asia —llamadas coligas—, donde caía gota a gota y después se dejaba secar al Sol.

Comprobación de la calidad del salitre Se considera que el mejor es el de Lidia y se puede comprobar porque es muy ligero, quebradizo y con un color casi púrpura. Este salitre se transporta en tabletas, mientras que el de Egipto se transporta en recipiente empecinados embadurnados con pez para que no se funda —estos recipientes se han secado previamente al Sol durante su confección—. Así pues, se puede comprobar la calidad del salitre si es muy ligero, extremadamente esponjoso y poroso. Cómo averiguar si está adulterado En Egipto lo adulteran con cal, hecho que enseguida se detecta probándolo: si es puro, enseguida se deshace, mientras que si es adulterado pica y deja un fuerte olor si se escampa. Se puede quemar en un recipiente cerrado para que no salte.

En un lecho de salitre no crece nada ni se puede alimentar nada; en cambio, en unas salinas pueden crecer algunas hierbas y en el mar habita todo tipo de animales aunque las únicas plantas que crezcan allí sean las algas. Así pues, el salitre parece ser mucho más fuerte, no solo por este argumento, sino también porque las suelas del calzado se desgastan enseguida cuando se camina por un lecho de salitre. También se puede utilizar el salitre calestrio en vez de sal para cocinar el pan. Apunte La sal y el salitre, si se cuecen con sulfuro, se convierten en piedra.


Capítulo 91: Sus propiedades medicinales


Qué afecciones se tratan con el salitre El mismo autor: El salitre se utiliza en medicina para calentar, corroer, secar, aligerar, aguzar, espesar y ulcerar. Se puede utilizar para todo aquello que conviene extraer o eliminar, corroer suavemente y disminuir, como en las pústulas y los granos —algunos, en este caso, lo queman primero y después lo mezclan con vino amargo—; también se utiliza en los baños triturado y con aceite. Si se unta con miel sobre los ojos, aclara su visión; si se aplica mezclado con un higo, reduce las cicatrices y los picores en los ojos. Blanquea los dientes negros Impide la sudoración excesiva si se mezcla en un ungüento con lirios y aceite virgen; si se junta con vino y se limpia con pimienta alivia el dolor de dientes; si se quema, se puede utilizar como dentífrico para devolver su color a los dientes ennegrecidos. Si se combina con tierra de Samos y aceite y se limpia el cabello, mata los piojos y el resto de animales de la cabeza. Disuelto en vino se puede verter dentro de las orejas para eliminar el pus en su interior; con vinagre, limpia la suciedad acumulada en su interior; si se aplica seco, anula los posibles silbidos y zumbidos que se puedan percibir. En el caso de padecer seborrea, una mezcla a partes iguales en aceite de salitre con creta848 de las Cícladas y después tomar el Sol la puede solucionar. Con resina deshace los furúnculos; con uvas blancas pasas y trituradas en su totalidad rebaja la inflamación en los testículos; con grasas lubricantes se puede frotar sobre las erupciones cutáneas por otro el cuerpo; contra el mordisco de un perro se ha de frotar la herida con salitre, resina y vinagre; en cambio, contra los mordiscos de serpientes y contra úlceras, ya sean cáncer, gangrena u otras que se extiendan poco a poco, se utiliza un mezcla con cal y vinagre.

Para los que padecen de gota, se les suministra salitre mezclado con higos, tanto para que lo ingieran como para frotarlo sobre la zona afectada. En caso de ingerir salitre, elimina los retortijones, siempre y cuando se tome una cantidad de un dracma hervida mezclada con ruta, anís o comino. En un ungüento con aceite y vinagre alivia las fatigas del paciente; Contra las manos frías resulta beneficioso para los temblores y el frío en las manos y en los pies si se frota junto con aceite. También disminuye los picores en personas dominadas por la bilis, especialmente si se toma con vinagre. Es efectivo contra los hongos venenosos si se ingiere con posca; si tragado algún buprestis849, con agua provoca el vómito. Si alguien bebe sangre de toro850, hay que darle salitre con laserpicio. Con miel y leche de vaca cura las úlceras en la cara; sobre las quemaduras, se aplica primero quemado hasta que la zona afecta se ennegrece y después se frota triturado. Se aplica líquido contra los dolores en los riñones y la vejiga, contra el agarrotamiento de los músculos y el dolor en los tendones. También resulta efectivo contra las enfermedades venéreas, la parálisis de la lengua y las toses persistentes. Si se bebe con vino, aniquila la tuberculosis; detiene las hemorragias nasales si se inhala junto con el vapor del agua hirviendo. De igual manera, muchos médicos han recomendado utilizar un ungüento de salitre con aceite justo antes de entrar en las zonas frías de los baños para remediar la lepra, las pecas y la gota.



Avicena, en su segundo libro del canon: El baurach, es decir, el salitre, es más fuerte que la sal, cálido, y seco en segundo grado. El mejor de todos es el de Armenia: ligero, laminoso, quebradizo, poroso y blanco, [col 365] púrpura o rosáceo, y mordiente. El salitre expurga, limpia y pela; divide los humores densos, enralece los pelos, atrae la sangre hasta la piel y corrige su color. Resulta beneficioso contra los eczemas, ya que deshace su veneno —especialmente si es salitre africano mezclado con vinagre— e incluso contra la sarna; también contra la parálisis que se llama postrera cuando ya declina, contra la corrosión de los nervios, la seborrea y la sordera, ya que si se aplican gotas de espuma de salitre con miel en la oreja limpian y despejan sus conductos; contra el sonido851, con vino o con agua, azúcar e hinojo. Si se mezcla con algunas medicinas que matan a los parásitos los aleja del cuerpo. Sin embargo, corrompe el estómago. También es efectivo contra los venenos —en especial, el nitro africano—, como por ejemplo las asfixias que algunos hongos causan; su espuma es útil contra los mordiscos de perro y, si se bebe, de la cantárida852. Cuando se ingiere con ruta y comino, o se hierve con ruta y anís, alivia los dolores punzantes del estómago. El salitre baurachium853 se bebe con aniuden854 cuando la sangre ha sufrido algún daño. La variedad africana provoca el vómito y un ungüento de salitre con higos alivia la gota. Espuma de salitre La espuma de salitre es mejor que el mineral simple y la mejor espuma es la que se asemeja al mármol, que es muy quebradiza.

Constantino, en el lugar antes citado: El salitre se importa de Armenia o de Arabia. En todo caso, todas sus variedades son depurativas y purgativas; limpia tanto el interior como especialmente el exterior del cuerpo en el acto; en polvo, enralece el cabello. Si se mezcla con un laxante, le ayuda a atravesar el estómago y consigue que lo haga enseguida, aunque daña los nervios del estómagos, produce corrosiones en el intestino y provoca sudores. Si se mezcla con aceite, es útil contra las cataratas; si se aplica su mezcla con vinagre gota a gota en el oído elimina la pesadez del sonido y los zumbidos y impide el paso a los humores que acceden a ellas; si la mezcla con vinagre se bebe, contrarresta los efectos mortales de los hongos.

El mejor salitre Dioscórides: Es mejor elegir el salitre ligero, rojo o blanco y poroso como una esponja. El salitre blanco, como el que suele llegar de la India, es agrio y amargo. Unos tipos de salitre son densos y laminosos, otros son finos, otros rojos, otros blancos, pero siempre tienen la capacidad de secar y, por tanto, si se ingiere disminuye y atenúa los humores espesos y viscosos; también es útil contra los hongos.



Plateario855, en su obra sobre los remedios sencillos: El salitre es cálido, seco en segundo grado. El blanco es mejor que el azulón. Tiene la capacidad de disolver y apagar. Se utiliza contra las afecciones intestinales, para limpiar las erupciones cutáneas en la cara, contra la corrupción del estómago y los intestinos, contra la caspa y los parásitos de la cabeza y contra los animales venenosos.

Capítulo 92: El betún


Isidoro: El betún se puede encontrar en el mar Muerto, en Judea: allí los marinos recogen con sus esquifes los terrones que flotan en la superficie según se les van acercando; por toda Siria hay lugares donde la tierra burbujea y surge este betún hirviente. En ambos casos, son espesos y de densidad similar, y ambos reciben el nombre griego de asfalto. La manera de partir el asfalto Su natura es proclive a arder, ya que son parientes del fuego, y ni el hierro ni el fuego lo puede cortar si no es mediante la impureza de una mujer, es decir, su menstruo. Se utiliza para calafatear los barcos.

Avicena: Los diferentes tipos de betún —como algunos expertos han explicado ya— nacen en algunas montañas, mientras que otros nacen en algunas vías de agua. El negro es malo, ligero, sucio y se parece tanto a la pez que hasta tiene el mismo sabor cuando se mastica, pero es quebradizo; en cambio, el betún de mejor calidad es transparente, con un color púrpura lustroso y resulta pesado.

¿Cuál es el mejor betún? Plinio, libro 32856: El betún tiene una naturaleza próxima a la del sulfuro; en algunos lugares aparece como fango, como en el lago de Judea857, en otros, como en la ciudad costera de Sidón, en Siria, como tierra, mientras que de Babilonia se importa un betún líquido, que allí surge blanco; también el de Apolonia es líquido —los griegos denominan a este betún pezbetún858, como si fuera el producto de una mezcla entre la pez y el betún—. En Sicilia también brota este betún líquido [col 366] , que tiñe la fuente de Agrigento: los lugareños lo recogen allí con marañas de cañas, a las que se adhiere fácilmente, y lo utilizan como aceite para encender sus candiles y contra la sarna de sus rebaños. La nafta también se incluye dentro de los distintos tipos de betún, pero su facilidad para inflamarse y su afinidad con el fuego la apartan de toda posibilidad de uso frecuente.

El betún se puede considerar de buena calidad si es especialmente brillante y resulta pesado, denso, con un olor fuerte aunque moderadamente negro, ya que es muy habitual adulterarlo con pez. No solamente resulta útil para elaborar medicinas, sino que también se utiliza para confeccionar utensilios de bronce, ya que los vuelve resistentes al fuego. Las estatuas suelen teñirse y untarse con betún; también se ha utilizado como sustituto del cemento, como en los cimientos de las murallas de Babilonia. Y es frecuente su uso en los talleres de los herreros para teñir el hierro y las cabezas de los clavos, entre muchos otros usos.

Extracto del libro sobre los vapores: Algunos lugares de la tierra albergan en su interior algunas sustancias que al verse comprimidas por el peso de la humedad de la tierra devienen más espesas, como sucede en un estercolero. En tales casos suele suceder que acaba surgiendo el betún, denso y espeso, en algunas cavernas, tal y como comentaremos más abajo cuando lleguemos a nuestro apartado sobre los minerales.

Capítulo 93: Las propiedades del betún


Plinio, en el lugar antes citado: Las propiedades del betún son las del sulfuro: tapona, purga, arrastra y aglutina. Si se enciende, su olor ahuyenta a las serpientes; se dice que el betún de Babilonia es muy efectivo curando las cataratas; también a la lepra, los eczemas y los pruritos. Si se frota sobre la superficie afectada, cura la gota; también todas sus variedades reducen el tamaño de las pestañas cuando son tan grandes que molestan y soluciona el dolor de dientes si se aplica junto con salitre. Si se ingiere con vino, apacigua las toses persistentes y los ahogos; también se les puede suministrar a los que padecen disentería y del mismo modo asienta los intestinos. Si se ingiere con vinagre, deshace y elimina los coágulos de sangre y alivia los dolores de espalda y también de las articulaciones. Cuando se aplica con harina de cebada se forma un emplasto muy particular que tiene su propio nombre y que corta las hemorragias, limpia las heridas y rehace los tendones. Además, contra las fiebres cuartanas se toma una dracma de betún, una cantidad igual de menta y un óbolo de mirra. Si se quema, reduce el riesgo de padecer epilepsia. En el caso de que una mujer tenga el útero cerrado, simplemente con olerlo solucionará el problema; si lo bebe con vino, estimula la menstruación; si se fumiga, impide el desprendimiento del útero859. También se utiliza para confeccionar utensilios de bronce, ya que los vuelve resistentes al fuego, y es frecuente su uso en los talleres de los herreros para teñir el hierro y las cabezas de los clavos, entre muchos otros usos.

El betún negro es malo Avicena, en su segundo libro del canon: Los diferentes tipos de betún —como algunos expertos han explicado ya— nacen en algunas montañas, mientras que otros flotan en algunas vías de agua. El negro es malo: sus terrones son negros, ligeros y se parecen tanto a la pez que hasta tiene el mismo sabor cuando se mastica, pero son quebradizos. Es cálido en tercer grado y seco en un mismo grado.

Las propiedades del betún son semejantes a las de la pez: reconforta los órganos; si se bebe, licúa la sangre congelada en el vientre; si se frota sobre las uñas, elimina las manchas blancas; también se puede frotar sobre un eczema para solucionarlo, resulta beneficioso para la tos y las úlceras en los pulmones, reduce las inflamaciones, ayuda a expectorar y extrae las sustancias corruptas que se hubieran almacenado en el pecho; además, reduce la inflamación de las amígdalas y el paladar. Disminuye las durezas en el útero y si se enciende una cantidad de betún y se aplica su humo sobre esta región, favorece la apertura de la matriz y alivia su dolor. Cuando se aplica como enema una mezcla de betún con agua de cebada, combate la disentería.

Constantino, en el lugar antes citado: El betún es cálido y seco en tercer grado; fortalece las zonas heridas, abre la matriz y su humo resulta beneficioso para aquellos que tienen una complexión dominada por la flema y los que sufren unas fiebres duraderas.

Plateario, en el lugar antes citado: El betún es cálido y seco en tercer grado; es de gran ayuda a la hora de fortalecer una zona afectada por una úlcera; resulta útil para eliminar la flema de la cabeza e incluso para avivar a los pacientes somnolientos y adormecidos. Pero su aplicación principal es contra las afecciones intestinales. [col 367]

Capítulo 94: El alumbre y su origen o naturaleza


Isidoro, en el lugar antes citado860: El alumbre recibe ese nombre a partir de “lumbre”861, ya que le da un toque de luz a los tintes. Es una especie de salmuera que se fabrica en invierno mezclando agua y fango y se seca al sol de verano. Hay de dos tipos: líquido y espeso.

Plinio, libro 35862: Se considera que el alumbre es una salmuera y hay de muchas clases. En Chipre hay un alumbre blanco y otro negro pero, si bien la diferencia de color entre ambos no es muy grande, sus usos son totalmente divergentes: el más claro, en su forma líquida, se utiliza muchísimo para teñir la lana con colores claros mientras que el más oscuro se utiliza para teñirla de colores sombríos y oscuros; también se utiliza el alumbre oscuro para purificar el oro. Todas las clases de alumbre son el resultado de la mezcla entre el agua y el fango, es decir, que es una exudación de la tierra: empieza a brotar en invierno y madura bajo el sol de verano. El alumbre que madura antes es más blanco. Se produce en Hispania, Egipto, Armenia, Macedonia, Ponto y África y en las islas de Cerdeña, Melipara y las Estróngilas; goza de mayor prestigio el alumbre de Egipto, aunque el de Melos le va la zaga.

Hay dos grandes clases, líquido y sólido. Cómo descubrir el alumbre adulterado Se puede conocer la calidad del alumbre líquido si es claro, tiene un tono lechoso, no opone resistencia cuando se frota y deja una ligera sensación de calor: a este lo llaman “útil”863. Se puede averiguar si ha sido adulterado gracias al jugo de una granada: si es puro, al mezclarse se ennegrecerá. El otro tipo de alumbre tiene un aspecto pálido y áspero; cambia su color si se mezcla con agallas de roble: lo llaman ”adulterado”864.



Dioscórides: Hay muchas variedades de alumbre, pero tres son las que están relacionadas con la medicina: el redondo, el sólido y el líquido. Lo más probable es que el alumbre redondo se quedara con esa forma por una innata tendencia a adquirirla: es poroso y blanquecino, no parece piedra es quebradizo, con lunares pálidos y densos, es decir, que parece contradictorio. El sólido es el mejor, porque es de una calidad superior al alumbre redondo: ligero, blanco, con vetas parecidas a cabellos blancos pegados y sin estar aterronado. Y el líquido es todavía mejor, porque es ligero, transparente; en resumen, calidad suprema, como si tuviera leche.

Razi, en su libro sobre el alumbre y las sales: El alumbre es una sustancia aceitosa que ha quedado coagulada a causa de la sequedad de la tierra. Su naturaleza es cálida y húmeda, es capaz de detener cualquier sustancia gaseosa, limpia, embellece y mejora los colores de cualquier objeto.

El alquimista: Llamamos por extensión alumbre a cualquier sustancia que fija un tinte a cualquier objeto, como un paño o una piel. Y al igual que hay diversos tintes, también hay diferentes alumbres, pues cualquier tinte requiere su particular alumbre, sin el cual no se puede adherir o fijar a un cuerpo. Así pues, el alumbre no es el que da lumbre —es decir, color— a un tejido, como algunos creen, sino que hace que el color se adhiera a él, como podemos ver que sucede con el cuero, ya que si no se prepara previamente con agallas de robles no se puede teñir. Así las cosas, el tiene de color negro requiere las agallas de roble como alumbre; las cenizas de clavo son el alumbre de la espada; el alumbre del que hemos hablado también se considera como un alumbre para los tintes rojos, si bien el alumbre no es capaz de teñir de rojo ninguna tela que no sea blanca.

Capítulo 95: Las propiedades medicinales del alumbre


Plateario, en el lugar antes citado: El alumbre es cálido y seco en tercer grado. Tiene una alta capacidad de consumir y secar. El blanco es el mejor, es ácido y está mezclado con una salmuera; el que tiene mal olor y parece terroso es impuro. Se suele utilizar contra la noma, las inflamaciones de las encías y la sarna; en los baños, el agua con alumbre resulta beneficiosa para los que padezcan gota, sarna o sean arteticos865.

Dioscórides: Todas las clases de alumbre tienen la capacidad de constreñir y consumir con gran fuerza. Además, cura las putrefacciones y las hemorragias; remedia, en un emplasto con vinagre y miel, las inflamaciones de las encías866 o la flojera en los dientes; si se mezcla con jugo de la bistorta, espesa los fluidos de las orejas867. También elimina las carnes superfluas y el mal olor en las axilas o en las ingles.

Aplicaciones médicas del alumbre Plinio, en el lugar antes citado868: Las propiedades del alumbre líquido son secar, endurecer y corroer. Mezclado con miel, cura las úlceras en la boca, las pústulas y los picores: [col 368] para este tratamiento, que tiene lugar en los baños, se requieren dos partes de miel por cada una de alumbre; además, tiene la virtud de impedir y anular los sudores y el mal olor de las axilas. Se ingiere en pastillas contra las afecciones del bazo, para eliminar los picores y expulsar sangre a través de la orina a fin de devolver el equilibrio al cuerpo. Cuando se mezcla con salitre y comino, cura la sarna. Cortado Respecto al alumbre sólido, hay un tipo al cual los griegos denominan “cortado869”, que se fragmenta en pequeños filamentos grisáceos; Broncíneo otros, en cambio, prefieren llamarlo “broncíneo”, dado que procede de este mineral, el bronce870, como una especie de sudor que brota de este mineral y se coagula en forma de espuma. Este tipo de alumbre seca menos, por lo que resulta menos útil para controlar los humores superfluos en el cuerpo; sin embargo, si se aplica dentro de la oreja puede ser de gran ayuda; también si se frotan las úlceras de la boca y los dientes con él, incluso si se retiene en la boca junto con la saliva. También se incluye como un componente adecuado para las dolencias de los ojos y de los órganos genitales de ambos sexos. Se prepara hirviéndolo en unas palanganas hasta que deja de hervir.

Estrongila Hay otra clase de alumbre, de naturaleza más débil, al que suelen llamar estrongila, que asimismo se divide en dos clases: la primera tiene forma de seta, enseguida se disuelve en cualquier clase de líquido y se suele considerar inútil. La segunda se parece a la piedra pómez, tiene muchos poros muy parecidos a los de las esponjas y es redonda; se parece mucho al alumbre blanco. Tiene una cierta cantidad de grasa, no suele presentar nada de arena, es quebradiza y no sirve para teñir de negro. Este alumbre se prepara a solas con el fuego de unos carbones puros hasta que se vuelve cenizas. Melino El mejor de todos es el que llaman melino, pues procede de las isla de Melos, como dijimos. Ninguna otra clase de alumbre tiene mayor capacidad de constreñir ni tampoco de teñir de negro ni de endurecer; ninguno es más espeso. Alivia las rugosidades en los ojos y, si se ha quemado, es todavía más efectivo para contener los fluidos de los ojos; también se utiliza para eliminar las erupciones cutáneas. Si se frota sobre la piel atrae a toda la sangre; si se aplica con vinagre sobre una zona donde hayan arrancado el pelo, reblandecerá el pelo que allí renazca.

En todo caso, todas sus variedades tienen propiedades constrictivas, hecho que le da su nombre en griego871: por este motivo está especialmente indicado para las afecciones de los ojos. Combinado con grasa, cierra el paso de la sangre en una herida: por esto se utiliza esta combinación para restringir el alcance de las úlceras infantiles o de las gangrenas. También reseca las inflamaciones de la gota; elimina las enfermedades del oído con zumo de granada y las durezas de las uñas y de las cicatrices; quita los padrastros y sabañones. Sus cenizas, mezcladas con vinagre y con una parte equivalente de agallas de roble, impiden el progreso de los cánceres; de la lepra, con el jugo de una col; con dos partes de sal por cada una de alumbre, de las afecciones serpiginosas; con agua, de los piojos y del resto de parásitos del cabello. También resulta beneficioso para los quemados y, con pez, para la seborrea en el cuerpo. Como enema, cura la disentería; si se utiliza para hacer gárgaras, fortalece las amígdalas y el paladar. Para todos estos usos que acabamos de mencionar hay que considerar que el alumbre de Melos siempre será más útil, ya que para el resto de aplicaciones que tiene cotidianamente para teñir pieles y paños ya hemos comentado su enorme importancia.



Avicena, en el lugar antes citado: El alumbre es cálido y seco en tercer grado; reseca y tapona la salida de sangre, el flujo de las sustancias por el interior del cuerpo y sus evacuaciones. Con agua mata el alcharad, es decir, las chinches y los piojos y elimina el mal aliento; con una cantidad igual de poso de vino y de alumbre reseca las úlceras difíciles; con sal gema es efectivo contra la corrosión y las quemaduras.

Extracto del libro sobre la naturaleza del mundo: Todos los tipos de alumbre son cálidos y secos; en cuarto grado, constriñen, purgan y mejoran la visión nocturna. También eliminan las excrecencias carnosas en los párpados y en cualquier otro miembro del cuerpo; impiden que las heridas secas y de peor aspecto se puedan extender por el cuerpo; si se mezcla con vinagre y miel, fortalece los dientes flojos y reduce la inflamación de las encías; impide que salga sangre por la boca y cura las pústulas y la sarna si las zonas afectadas se frotan con alumbre o los afectados se bañan en unas aguas donde se haya vertido esta sustancia.

Hali, en el lugar antes citado: El mejor selbum ieminicum, es decir, alumbre, es el blanco; es frío, seco y acre, impide la circulación de la sangre, fortalece la carne fofa, las encías inflamadas y la carne que rodea una herida; también refuerza y afianza los dientes.

Autor872: Considero que ya hemos tratado adecuadamente el tema de las aguas y de los cuerpos que se generan en ellas. Ahora sigue el libro sexto, que analizará y explicará en profundidad todos los aspectos que nos hemos dejado en el tintero respecto a la erosión873 de la tierra por parte del agua.

APÉNDICE DOCUMENTAL II

1.1.-HIPÓTESIS DE TRABAJO 25

ESTRUCTURA 27

2.1.- LA BAJA EDAD MEDIA 29

2.1.1. Europa hasta finales del siglo VIII. 29

2.1.2. La época de decadencia. 33

2.1.3. Las cités y los burgos. 38

2.1.4. El renacimiento comercial 42

2.1.5. La nueva sociedad 49

2.1.6. La vida urbana 53

2.1.7. Las instituciones urbanas 57

2.1.8. La influencia de las ciudades en la civilización europea. 62

2.2. LA CIENCIA EN LA BAJA EDAD MEDIA 63

2.2.1. La ciencia en el mundo cristiano occidental. (Hasta el siglo XII) 64

2.2.2. La recepción de la ciencia greco-árabe en el mundo cristiano occidental. 72

2.2.3. El sistema del pensamiento científico en la Baja Edad Media. 77

2.2.3.1. Explicación del cambio y el concepto de sustancia. 77

2.2.3.2. Cosmología. 81

2.2.3.3. Astronomía 83

2.2.3.4. Meteorología y Óptica 86

2.2.3.5. Mecánica y Magnetismo 89

2.2.3.6. Geología 90

2.2.3.7. Química. 92

2.2.3.8. Biología 95

2.2.4. Técnica y ciencia en la Edad Media 101

2.2.4.1. Técnica y Educación 101

2.2.4.2. Medicina 104

3.1. Aspectos biográficos 112

3.2. Bibliografía 116

3.2.1. Escritos teológicos 116

3.2.2. Escritos cortesanos 117

3.2.3. Obras apócrifas 118

3.2.4. Escritos enciclopédicos 118

3.3. El Speculum maius 118

3.3.1. El origen, redacción y estructura 120

3.3.2. Speculum naturale 122

3.3.3. Speculum doctrinale 125

3.3.4. Speculum historiale 130

3.3.5. Speculum morale 131

3.3.6. Fuentes de Vicente de Beauvais. 132

4.1. Libro IV 136

4.1.1. capítulos 1 al 7: El fuego 136

4.1.2. capítulo 8: El éter 141

4.1.3. capítulos 9 al 13: El aire 141

4.1.4. capítulos 14 al 21: El sonido 143

4.1.5. capítulos 22 al 25: De las regiones y fenómenos en el aire 148

4.1.6. capítulos 26 al 39: Los vientos 151

4.1.7. capítulos 40 y 41: Las tormentas 158

4.1.8. capítulos 42 al 44: Las nubes 159

4.1.9. capítulos 45 al 47: La lluvia 161

4.1.10. capítulos 48 y 49: El granizo 162

4.1.11. capítulos 50 al 53: La nieve 163

4.1.12. capítulos 54 al 70: Los relámpagos, los truenos y el rayo 167

4.1.13. capítulos 71 al 73: Los fenómenos ígneos 173

4.1.14. capítulos 74 al 80: El arco iris 175

4.1.14. capítulo 81: Los halos 181

4.1.15. capítulo 82: Los bastones 182

4.1.16. capítulo 83: El parhelio 183

4.1.17. capítulos 84 al 87: El rocío y sus efectos 184

4.1.18. capítulos 88 al 90: La escarcha, el hielo y la niebla 187

4.1.19. capítulos 91 al 97: Las emanaciones 190

4.1.20. capítulos 98 y 99: El humo 195

4.1.20. capítulos 100 al 108: El olor 196

4.1.21. capítulos 109 al 113: El aire 199

4.1.22. capítulo 114: La presencia de demonios en el aire 200

4.2. Libro V 200

4.2.1. capítulos 1 al 4: El origen y la distribución de las aguas 200

4.2.2. capítulo 5: El nombre 204

4.2.3. capítulos 6 y 7: Las propiedades 204

4.2.4. capítulos 8 al 10: La mar 206

4.2.5. capítulos 10 al 12: Las propiedades del agua de mar 208

4.2.6. capítulos 13 y 14: El océano 209

4.2.7. capítulo 15: El mar mediterráneo 212

4.2.8. capítulo 16: Los golfos 214

4.2.9. capítulo 17: Las fuentes de calor y agua 215

4.2.10. capítulos 18 al 20: Las mareas 215

4.2.11. capítulos 21 al 23: Las corrientes, los vientos y los peligros 221

4.2.12. capítulos 24 al 30: Las fuentes 223

4.2.13. capítulos 31 al 33: Los ríos 228

4.2.14. capítulos 34 y 35: El río Nilo 234

4.2.15. capítulo 36: El río Ganges 236

4.2.16. capítulo 37: El río Tigris 236

4.2.17. capítulo 38: El río Éufrates 237

4.2.18. capítulos 39 y 40: El río Jordán y otros ríos de renombre 238

4.2.19. capítulo 41: Los portentos de algunos ríos. 239

4.2.20. capítulos 42 a 44: Los lagos 239

4.2.21. capítulos 45 al 47: Los pozos 242

4.2.22. capítulo 48: La conducción de las aguas 245

4.2.23. capítulo 49: Los aljibes 249

4.2.24. capítulos 50 al 52: Los baños 249

4.2.25. capítulos 53 al 56: Las propiedades organolépticas del agua. 250

4.2.26. capítulos 57 al 67: El sabor 252

4.2.27. capítulos 68 al 78: Los tipos de aguas 256

4.2.28. capítulo 79: Las esponjas 259

4.2.29. capítulos 80 y 81: Las piedras que el agua produce 261

4.2.30. capítulos 82 al 89: La sal 262

4.2.31. capítulos 90 y 91: El salitre 265

4.2.32. capítulos 92 y 93: El betún 266

4.2.33. capítulos 94 y 95: El alumbre 266

LIBRO IV 297

[col233] Capítulo 1: El lugar que ocupa el fuego 298

Capítulo 2: La naturaleza común del fuego 300

Capítulo 3: Lo mismo 301

Capítulo 4: Las propiedades del fuego que le hacen semejante a la divinidad 303

Capítulo 5: La diferencia entre el fuego celestial y el terrenal 304

Capítulo 6: El fuego es lo que le da vigor y fuerzas a todo para moverse 305

Capítulo 7: Los diversos tipos de fuegos 306

Capítulo 8: El éter 307

Capítulo 9: El aire 309

Capítulo 10: Sobre las propiedades naturales del aire 310

Capítulo 11: El lugar del aire y sus movimientos 311

Capítulo 12: Que el aire forma un único y auténtico cuerpo queda demostrado por estos fenómenos: 312

Capítulo 13: Seguimos con lo mismo 314

Capítulo 14: El sonido, una manifestación de la tensión del aire 315

Capítulo 15: Las distintas maneras de generar ruido 316

Capítulo 16: Tan sólo a través del aire se puede percibir el sonido cuando se produce 317

Capítulo 17: El eco 318

Capítulo 18: Qué pasa cuando dos sonidos se entrecruzan en el aire 319

Capítulo 19: Los diferentes sonidos 320

Capítulo 20: Los dos canales por los que se desplaza el sonido 322

Capítulo 21: De nuevo lo mismo 324

Capítulo 22: Las tres partes, o regiones, del aire 325

Capítulo 23: La inestabilidad de la parte inferior del aire 326

Capítulo 24: Sus variados fenómenos 327

Capítulo 25: Seguimos con lo mismo 328

Capítulo 26: Los vientos 330

Capítulo 27: Las diversas causas del viento 332

Capítulo 28: Más de lo mismo 334

Capítulo 29: Las cualidades de los vientos 335

Capítulo 30: Las variaciones del viento según el lugar de donde sople 336

Capítulo 31: Las causas de la renovación de los vientos 338

Capítulo 32: Los vientos que preceden al amanecer 339

Capítulo 33: Otros tipos de vientos 340

Capítulo 34: El número de vientos y los motivos del nombre de cada uno 343

Capítulo 35: Los lugares de origen de los vientos y sus efectos 345

Capítulo 36: Los cuatro vientos principales 347

Capítulo 37: La extrema utilidad de los vientos 348

Capítulo 38: Los efectos beneficiosos y perjudiciales de unos y otros vientos 350

Capítulo 39: Los tornados 351

Capítulo 40: Las tormentas y las épocas en que aparecen 352

Capítulo 41: Los signos que anuncian una tormenta 354

[col259] Capítulo 42: Las nubes 355

Capítulo 43: Las diferentes causas de la aparición de las nubes 357

Capítulo 44: Teorías sobre el lugar que ocupan las nubes, su apariencia y generación 358

Capítulo 45: La lluvia 359

Capítulo 46: Las diversas causas de la lluvia 360

Capítulo 47: La naturaleza del agua de lluvia 362

Capítulo 48: El granizo, su forma y sus propiedades 364

Capítulo 49: Dónde y de qué se genera el granizo 366

Capítulo 50: La nieve 367

Capítulo 51: El origen o causa de las nieves 368

Capítulo 52: La temporada de las nieves y del granizo 368

Capítulo 53: Las características del agua de la nieve 369

[col266] Capítulo 54: Los relámpagos 370

Capítulo 55: El trueno 372

Capítulo 56: Los diferentes tipos de truenos 373

Capítulo 57: No cualquier colisión produce un trueno 374

Capítulo 58: A veces parece que se den truenos sin nube alguna 375

Capítulo 59: El rayo 376

Capítulo 60: Por qué ni truena ni relampaguea en cualquier momento del año 378

Capítulo 61: Las diversas clases de rayos 379

Capítulo 62: De las asombrosas consecuencias de un rayo 380

Capítulo 63: Sus diversas consecuencias según los materiales que se encuentra 382

Capítulo 64: La diferencia entre un relámpago y un rayo 383

Capítulo 65: Tanto el rayo como el relámpago están compuestos de fuego 385

Capítulo 66: ¿Por qué las nubes, si están hechas de agua, pueden producir rayos? 386

Capítulo 67: Recapitulación sobre los tres fenómenos explicados: rayos, truenos y relámpagos 387

Capítulo 68: Otras teorías al respecto 389

Capítulo 69: ¿En qué lugares y en qué estaciones caen rayos y en cuáles no? 390

Capítulo 70: Reflexiones morales de Séneca respecto a nuestro pavor ante los rayos 392

[col276] Capítulo 71: Los resplandores que cruzan el aire 393

Capítulo 72: Del Asub, es decir, de la estrella fugaz 395

Capítulo 73: Otros fenómenos ígneos de los cielos 396

Capítulo 74: El arco iris y sus colores 398

Capítulo 75: Cómo se manifiesta la luz del Sol en él 401

Capítulo 76: La unión de muchos reflejos forma una sola imagen turbia 402

Capítulo 77: La distorsión que provocan los espejos 404

Capítulo 78: Las diversas teorías sobre el arco iris 405

Capítulo 79: En qué momentos del año se puede ver y en cuáles no 406

Capítulo 80: El significado del arco iris 408

[col283] Capítulo 81: La aparición de halos en el cielo 410

Capítulo 82: Los bastones 411

Capítulo 83: Parhelios 412

Capítulo 84: El rocío y sus efectos 414

Capítulo 85: El maná, que proviene del rocío 416

Capítulo 86: La miel 418

Capítulo 87: El láudano 420

Capítulo 88: La escarcha 423

Capítulo 89: El hielo 424

Capítulo 90: La niebla 426

Capítulo 91: Las emanaciones o, mejor dicho, los múltiples tipos de evaporaciones 427

Capítulo 92: Los vapores que emana la tierra 429

Capítulo 93: Las emanaciones del agua, el vinagre y el vino 431

Capítulo 94: Las emanaciones que brotan del cuerpo humano 432

Capítulo 95: Las emanaciones de los árboles 433

Capítulo 96: Las emanaciones que brotan de la podredumbre 434

Capítulo 97: Las emanaciones que vienen producidas por una atracción 435

Capítulo 98: El humo 437

Capítulo 99: Las tres variedades de humo 438

Capítulo 100: Una teoría general sobre los olores 439

Capítulo 101: ¿Es el olor una cualidad simple o compuesta? 440

Capítulo 102: El olor está compuesto principalmente por vapor cálido y seco 442

Capítulo 103: El olor cambia por las evaporaciones 443

Capítulo 104: Las diversas propiedades que componen los objetos dan lugar a diferentes olores 445

Capítulo 105: Comentario de Aristóteles sobre el olor de unos determinados cuerpos 447

Capítulo 106: El olor de algunos metales 448

Capítulo 107: Los olores en los alimentos y medicamentos 449

Capítulo 108: Las diferencias entre los olores 451

Capítulo 109: El aire templado y el destemplado 452

[col303]Capítulo 110: Las características del aire del Norte 454

Capítulo 111: Las características del aire de Oriente y de Occidente 456

Capítulo 112: Las diferencias del aire según el lugar y el entorno 456

Capítulo 113: La pestilencia 458

Capítulo 114: La presencia de demonios en nuestra oscura parte del aire 459

LIBRO V 463

Capítulo 1: La primera obra del tercer día: la unión de las aguas [col307] 464

Capítulo 2: La distribución de los cuatro elementos 465

Capítulo 3: ¿Cómo se pudo congregar tal cantidad de agua en un solo lugar? 467

Capítulo 4: El lugar donde se acumularon las aguas 468

Capítulo 5: ¿Por qué Dios nombró a las acumulaciones de aguas “mares”? 470

[col311] Capítulo 6: Las propiedades naturales del agua 471

Capítulo 7: Lo mismo 472

Capítulo 8: La mar 473

Capítulo 9: El hecho de que la mar esté salada 475

[col314] Capítulo 10: El peso del agua salada 477

Capítulo 11: La naturaleza y los efectos del agua de mar 478

Capítulo 12: ¿De qué manera pierde el agua de mar su amargor? 479

Capítulo 13: El océano 480

Capítulo 14: Las causas de su crecimiento y decrecimiento 483

Capítulo 15: El mar Mediterráneo 484

Capítulo 16: Los golfos 484

Capítulo 17: la oposición de las fuentes de calor y agua 485

Capítulo 18: Las mareas 486

Capítulo 19: ¿De qué manera el curso de la luna las afecta? 488

Capítulo 20: Las variaciones de las propias mareas 489

Capítulo 21: Las corrientes de mar provocan los vientos 490

Capítulo 22: Los peligros de la mar 491

Capítulo 23: Los diluvios 493

[col322] Capítulo 24: Las fuentes 494

Capítulo 25: Cómo se debe investigar si el agua de una fuente es saludable 495

Capítulo 26: En qué lugares hay que buscar las fuentes 496

Capítulo 27: Las características del agua de fuente 497

Capítulo 28: Los diversos tipos de fuentes 499

[col325] Capítulo 29: Los cambios de algunas fuentes 501

Capítulo 30: Los milagros de las fuentes 502

Capítulo 31: Los ríos 504

Capítulo 32: El origen de los ríos y por qué algunos se secan 505

Capítulo 33: Los ríos que aumentan su caudal en verano 506

[col328] Capítulo 34: El río Nilo 507

Capítulo 35: Su recorrido, amplitud y riego de Egipto 509

Capítulo 36: El Ganges 511

[col330] Capítulo 37: El Tigris 512

Capítulo 38: El Éufrates 513

Capítulo 39: El Jordán y otros ríos de renombre 514

Capítulo 40: Seguimos con el mismo tema 515

[col 332] Capítulo 41: Los portentos de algunos ríos 517

Capítulo 42: Los lagos y sus aguas 518

Capítulo 43: El lago Asfalto, el Tiberíades y otros lagos famosos 519

Capítulo 44: Los portentos de algunos lagos 520

Capítulo 45: Los pozos 522

Capítulo 46: La naturaleza del agua de lluvia 524

Capítulo 47: La excavación de un pozo 524

Capítulo 48: La conducción de las aguas 526

Capítulo 49: Los aljibes 526

Capítulo 50: Las balsas y los baños 527

Capítulo 51: Cuándo utilizar los baños 528

Capítulo 52: Qué beneficios y qué contraindicaciones tienen 529

Capítulo 53: Los diversos tipos de aguas 530

Capítulo 54: Las diferencias en el peso del agua 531

Capítulo 55: Las diferencias en el color 533

Capítulo 56: Las diferencias en el sabor 534

Capítulo 57: Esbozo general sobre el sabor 535

Capítulo 58: Las causas del sabor 536

Capítulo 59: ¿Se genera el sabor a partir de las cualidades primarias? 537

Capítulo 60: ¿Es el sabor una característica compuesta o simple? 538

Capítulo 61: Conclusiones al respecto 539

Capítulo 62: La forma de reconocer la complexión y la naturaleza de un alimento o una medicina mediante su sabor 540

Capítulo 63: El número y las diferencias entre los sabores según Avicena, en su segundo libro del canon 541

Capítulo 64: Las consecuencias y los efectos de los sabores 543

Capítulo 65: Más de lo mismo 545

Capítulo 66: Los efectos del calor y el frío en el sabor 546

Capítulo 67: Seguimos con lo mismo 547

Capítulo 68: Las aguas metálicas 548

[col 349] Capítulo 69: Las aguas sulfurosas 549

Capítulo 70: El agua caliente y la fría 550

[col 350] Capítulo 71: Todavía más 551

Capítulo 72: Cocer el agua 552

Capítulo 73: Beber agua a solas 553

Capítulo 74: Seguimos con el mismo tema 554

Capítulo 75: La elección del agua para beber 555

Capítulo 76: Más de lo mismo 556

Capítulo 77: Aguas perjudiciales y venenosas 557

[col 354] Capítulo 78: Las cosas que se forman dentro del agua y, en primer lugar, del hilo de oro 558

Capítulo 79: Las esponjas 559

Capítulo 80: Las piedras que se producen a partir del agua 562

Capítulo 81: La naturaleza y los tipos de piedra pómez 564

Capítulo 82: La naturaleza y el origen de la sal 565

Capítulo 83: Seguimos con la sal 566

Capítulo 84: Los usos de la sal en la medicina 568

Capítulo 85: La sal según Plinio 569

Capítulo 86: Sus usos en la alquimia 571

Capítulo 87: Los diferentes tipos de sal 572

Capítulo 88: Seguimos con la sal 574

Capítulo 89: La flor de sal 576

Capítulo 90: El salitre 577

Capítulo 91: Sus propiedades medicinales 580

Capítulo 92: El betún 583

Capítulo 93: Las propiedades del betún 584

Capítulo 94: El alumbre y su origen o naturaleza 585

Capítulo 95: Las propiedades medicinales del alumbre 587

Liber Quarto 603

[p233] Cap. I: De igneo spatio 604

Cap II: De natura ignis communi 605

Cap. III: De eodem 606

Cap IV: De propietatibus ignis in quibus assimilatur divinitati 607

Cap. V: De differentia ignis caelestis ac terreni 607

Cap VI: Quod ignis omnia vegetat et movet 608

Cap VII: De diversis speciebus ignis 609

Cap VIII: De aethere 610

Cap. IX: De aere 611

Cap X: De naturalibus aeris proprietatibus 611

Cap. XI: De loco et motu ipsius 612

Cap. XII: Quod aer sit unum et verum corpus probatur ex eius operationibus 613

Cap. XIII: Iterum ad idem 614

Cap XIV: De sono in quo etiam apparet aeris intensio 614

Cap XV: De varis soni generationibus 615

Cap XVI: Qualiter in aere solo recipitur eius generatio 616

Cap. XVII: De Eccho 616

Cap. XVIII: De sonis in aere sibi invicem occurrentibus 617

Cap. XIX: De differentis sonorum 618

Cap. XX: De duplici medio soni 619

Cap. XXI: Iterum de eodem 621

Cap. XXII: De tribus aeris partibus sive regionibus 621

Cap. XXIII: De inconstantia inferioris partis eius 622

Cap. XXIV: De variis eius impressionibus 623

Cap. XXV. Iterum de eodem 623

Cap. XXVI: De ventis 624

Cap. XXVII: De diversis ventorum causis 625

Cap. XXVIII: Adhuc de eodem 627

Cap. XXIX: De qualitatibus ventorum 628

Cap. XXX: De augmentatione ventorum secundum partes a quibus flant 628

Cap. XXXI De causis interpolationis ventorum 630

Cap. XXXII: De ventis antelucanis 630

Cap. XXXIII: De caeteris ventorum generibus 631

Cap. XXXIV: De numero ventorum et rationibus nominum singulorum 633

Cap. XXXV: De locis eorum originalibus et eorum effectibus 634

Cap. XXXVI: De quatuor ventis principalibus 635

Cap. XXXVII: De multipli ventorum utilitate 636

Cap. XXXVIII: De quorundam sanitate et aliorum noxietate 637

Cap. XXXIX: De turbine 638

Cap. XL: De tempestate ac temporibus tempestuosis 638

Cap. XLI: De signis tempestatum Prognosticis 639

Cap. XLII: De nubibus 640

Cap. XLIII: De diversis nubium causis 641

Cap. XLIIII: De locis et coloribus et generationibus nubium 642

Cap. XLV: De pluviis 643

Cap. XLVI: De diversis pluviarum causis 644

Cap. XLVII: De natura aquae pluvialis 645

Cap. XLVIII: De grandine et eius forma et proprietate 646

Cap. XLIX: Ubi et ex quo generatur grando 647

Cap. L: De nive 648

Cap. LI: De nivis causa vel origine 649

Cap. LII: De temporibus nivis et grandinis 649

Cap. LIII: De natura aquae nivalis 650

[p266] Cap. LIV: De coruscatione 651

Cap. LV: De tonitruo 651

Cap. LVI: De speciebus tonitrui 652

Cap. LVII: Quod non sit tonitrus ex qualibet collisione 653

Cap. LVIII: Quod etiam sine nube videtur fieri posse 654

Cap. LIX: De fulmine 654

Cap. LX: Cur non tonet ac fulminet in quolibet anni tempore 655

Cap. LXI: De diversis speciebus fulminis 656

Cap. LXII: De miraculis operationum fulminis 657

Cap. LXIII: De variis eiusdem operationibus secundum materias quas invenit 658

Cap. LXIV: De differentia coruscationis sive fulgurationis et fulminis 658

LXV: Quod utrumque illorum est ignis 659

Cap. LXVI: Quod humidae nubes ignem possunt gignere 660

Cap. LXII: Epilogus de tribus praedictis, scilicet fulguratione, tonitruo ac fulmine 661

Cap. LXVIII: Diversorum opiniones de praedictis 662

Cap. LXX: Morale Senecae de terrore fulminis 664

[p276] Cap. LXXI: De ignibus in transversum per aerem agitatis 665

Cap. LXXII: De Asub, id est, stella cadente 666

Cap. LXXIII: De caeteris igneis impressionibus aeris 667

Cap. LXXIV: De iride et eius coloribus 668

Cap. LXXV: Qualiter exprimitur in eo Solis imago 669

Cap. LXXVI: Quod ibi multae imagines in unam turbidum confluunt 670

Cap. LXVII: De vitio speculi 671

Cap. LXXVIII: Diversorum sententiae de iride 672

Cap. LXXIX: Quibus temporibus apparent et quibus non 673

Cap. LXXX: De significationibus iridis 674

[p283] Cap. LXXXI: De coronis in aere expressis 675

Cap. LXXXII: De virgis 676

Cap. LXXXIII: De imagine Solis 677

Cap. LXXXIV: De rore et eius effectibus 678

Cap. LXXXV: De manna, quod generatur ex rore 679

Cap. LXXXVI: De Melle 680

Cap. LXXXVII: De ladano 682

Cap. LXXXVIII: De pruina 684

Cap. LXXXIX: De gelu et glacie 684

Cap. XC: De nebula 685

Cap XCI: De exhalatione vel evaporatione multipharia 686

Cap. XCII: De illis quae ex terra fiunt 687

Cap. XCIII: De illis quae fiunt ex aqua, aceto et vino 688

Cap. XCIV: De illa quae fit in corpore humano 689

Cap. XCV: De illa quae fit in arboribus 690

Cap. XCVI: De illa quae fit ex putrefactionibus 691

Cap. XCVII: De exhalatione quae fit per attractionem 692

Cap. XCVIII: De fumo 693

Cap. XCIX: De trina fumi varietate 694

Cap. C: De odoribus in genere 695

Cap. CI: Utrum odor sit qualitas simplex [ac] composita 695

Cap CII: Quod odor principaliter constituitur in vapore calido et sicco 696

Cap. CIII: Quod odor per evaporationes immutat 697

Cap. CIV: Quod odor et sapor diversimode causantur a qualitatibus subiectorum complexionalibus 698

Cap. CV: De quibusdam corporibus odorabilibus secundum Arist. 699

Cap. CVI: De odoribus quorundam metallorum 700

Cap. CVII: De odoribus ciborum ac medicaminum 701

Cap. CVIII: De differentiis odorum 702

Cap CIX: De aere temperato et intemperato 703

[p303] Cap. CX: De propietatibus aeris Septentrionalis 704

Cap. CXI: De proprietatibus aeris Orientalis et Occidentalis 705

Cap. CXII: De diversis aeris et locorum situ et vicinitate 706

Cap. CXIII: De aere pestilentioso 707

Cap. CXIV: De habitatione daemonum in hoc aere caliginoso 708

Liber Quintus 710

Cap. I: De primo opere diei tertii, id est, de aquarum cogregatione [col307] 711

Cap II: De quattuor elementorum dispositione 712

Cap. III: Qualiter tanta multitudo aquarum congregari potuit in unum locum 713

Cap. IIII: De loco congregationis earum 714

Cap. V: Cur congregationes aquarum appellavit Deus “Maria” 715

[col311] Cap. VI: De naturalibus aquae proprietatibus 716

Cap. VII: De eodem 717

Cap. VIII: De mari 718

Cap. IX: De salsedine maris 719

[col314]Cap. X: De ponderositate aquae salsae 720

Cap. XI: De natura et effectu aquae marinae 722

Cap. XII: Qualiter aqua maris amaritudinem deponat 723

Cap. XIII: De oceano 724

Cap. XIV: De causis augmentis et decrementi in eo 725

Cap. XV: De mari Mediterraneo 725

Cap. XVI: De sinibus maris 726

Cap. XVII: De duobus fontibus —caloris scilicet et humoris— invicem sibi oppositis 727

Cap. XVIII: De aestibus maris 727

Cap. XIX: Qualiter fiant secundum cursum lunae 728

Cap. XX: De ipsorum aestuum variatione 729

Cap. XXI: De creatione ventorum ex maris refluxione 730

Cap. XXII: De periculis maris 731

Cap. XXIII: De diluviis 732

[col322] Cap. XXIV: De fontibus 733

Cap. XXV: Qualiter investigandi sunt fontes salubres 734

Cap. XXVI: Quibus in locis quaerendi sunt fontes 735

Cap. XXVII: De natura aqua fontalis 736

Cap. XXVIII: De diversis generibus fontium 737

[col325] Cap. XXIX: De mutabilitate quorundam fontium 738

Cap. XXX: De miraculis fontium 739

Cap. XXXI: De fluminibus 740

Cap. XXXII: De origine fluviorum et quorundam exiccatione 741

Cap. XXXIII: De his qui augentur in aestate 742

[col328] Cap. XXXIV: De flumine Nili 743

Cap. XXXV: De cursu eiusdem et latitudine et irrigatione Aegypti 744

Cap. XXXVI: De gange 745

[col330] Cap. XXXVII: De Tigri 746

Cap. XXXVIII: De Euphrate 747

Cap. XXXIX: De Iordane ceterisque famosis fluminibus 748

Cap. XL: Adhuc de eodem 749

[col 332] Cap. XLI: De quorundam fluminum miraculis 750

Cap. XLII: De lacubus et lacualibus aquis 751

Cap. XLIII: De lacu Asphalti et Tiberiadis ceterisque famosis 752

Cap. XLIIII: De quorundam lacuum miraculis 753

Cap. XLV: De puteis 754

Cap. XLVI: De natura aquæ pluvialis 755

Cap. XLVII: De puteo fodiendo 755

Cap. XLCIII: De aquæ ductu faciendo 756

Cap. XLIX: De cisternis 757

Cap. L: De piscinis et balneis 758

Cap. LI: De usu balnei 758

Cap. LII: De iuvamentis et nocumentis balnei 759

Cap. LIII: De diversitate aquarum multiplici 760

Cap. LIV: De diversitate aquarum in pondere 761

Cap. LV: De diversitate in colore 762

Cap. LVI: De diversitat in sapore 763

Cap. LVII: De saporibus in genere 764

Cap. LVIII: De saporum causis 764

Cap. LIX: Utrum generetur a qualitatibus primis 765

Cap. LX: Utrum sapor sit passio compositi vel simplicis 766

Cap. LXI: Determinatio eiusdem quæstionis 767

Cap. LXII: De cognitione complexionis ac substantiæ cibi vel medicaminis per sapores 768

Cap. LXIII: De numero et differentiis saporum secundum Avicenam in secundo canone 769

Cap. LXIV: De operationibus et effectibus saporum 771

Cap. LXV: Iterum de eodem 772

Cap. LXVI: De operatione saporum ad invicem in calore et frigore 773

Cap. LXVII: Adhuc de eodem 774

Cap. LXVIII: De aquis metallinis 775

[col 349] Cap. LXIX: De aquis sulphureis 776

Cap. LXX: De aquis calidis et frigidis 776

[col 350] Cap. LXXI: Adhuc de eodem 777

Cap. LXXII: De aquis coctis 778

Cap. LXXIII: De simplici potu aquæ 779

Cap. LXXIV: Iterum de eodem 780

Cap. LXXV: De aquis ad potandum eligendis 781

Cap. LXXVI: Iterum de eodem 782

Cap. LXXVII: De aquis perniciosis ac venenosis 782

[col 354] Cap. LXXVIII: De his quæ generantur ex aquis et primo de velere aureo 783

Cap. LXXIX: De spongiis 784

Cap. LXXX: De lapidibus ex aqua generatis 786

Cap. LXXXI: De natura et speciebus pumicis 787

Cap. LXXXII: De natura et origine salis 788

Cap. LXXXIII: Iterum de eodem 789

Cap. LXXXIV: De operatione salis in medicina 790

Cap. LXXXV: Iterum de eodem Plinii documenta 791

Cap. LXXXVI: De operatione ipsius in alchimia 792

Cap. LXXXVII: De diversis speciebus salis 793

Cap. LXXXVIII: Adhuc de eodem 795

Cap LXXXIX: De flore salis 796

Cap. XC: De nitro 797

Cap. XCI: De virtute ipsius in medicina 799

Cap. XCII: De bitumine 801

Cap. XCIII: De virtute bituminis 802

Cap. XCIIII: De alumine et eius origine vel natura 803

Cap. XCV: De virtute aluminis in medicina 804





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