The holy faith of reformed samaritanism

Y si el siervo dijere:
“Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis 
hijos, 
no saldré libre
”; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; 
y 
su amo le horadará la oreja con lesna [tal y como se hace con los bueyes, que no fueron creados a 
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imagen y semejanza de Dios], y será su siervo para siempre
»- Éxodo 21:5-6.
(2) El paradigma de las tribus Hebreas que, teniendo libertad para cruzar el Jordán y comenzar así a vivir en 
el ámbito donde Dios prometía que no tendrían necesidad de nada (“… tierra en la cual no comerás el pan 
con escasez, 
ni te faltará nada en ella
”- Deuteronomio 8:9), prefirieron en cambio abstenerse de hacer el 
cruce, viviendo en adelante fuera de aquel ámbito donde se les prometía obtener total bendición.
Como esta escrito: “Por tanto, dijeron [los hijos de Rubén y de Gad a Moisés], si hallamos gracia en tus 
ojos, 
dése esta tierra a tus siervos
en heredad, 
y no nos hagas pasar el Jordán
”- Números 32:5
(3) El paradigma intimado en la promesa de que nunca habrán de faltar pobres en la tierra (“
Porque no 
faltarán menesterosos en medio de la tierra
...”- Deut. 15:11). ¿Es acaso concebible que, en una eternidad 
donde el Creador ha prometido morar con los justos (Salmo 140:13), exista aún la pobreza? ¿Que significado
tiene el anterior pasaje?
Pues la realidad es que, los menesterosos aludidos, no son aquellos que sufren de algún tipo de pobreza 
económica, sino aquellos que sufren de la pobreza que implica el “alimentarse del polvo” (“… 
polvo 
comerás todos los días de tu vida
”- Genesis 3:14); es decir, la pobreza espiritual que manifiesta el creyente 
que, pudiendo entrar a existir en el glorioso ámbito espiritual prefigurado por la Tierra que se encuentra “al 
otro lado del Jordán” (es decir, el lugar donde sera finalmente libre de toda carga y necesidad existencial], 
prefiere en cambio permanecer en la esclavitud que implica la existencia en un cuerpo físico.