verso, con gozo en tu corazón». A Rava le dijo: «Tu mercancía bajara de valor; y, aunque comerás y beberás,
tendrás que leer este verso, para mitigar tu desasosiego».
En otra ocasión, los dos reportaron los siguiente: «Se nos leyó
a ambos el verso que dice, “Sacarás mucha
semilla al campo, y recogerás poco...” (Deut. 28:38)». A Abbaye, Bar Hadaya le interpretó solo de la primera
mitad del verso; Pero, a Rava, solo de la segunda mitad.
En otra ocasión, ambos reportaron: «Se nos leyó a los dos el verso que dice, “Tendrás olivos en todo tu
territorio, mas no te ungirás con el aceite...” (Deut. 28:40)». A Abbaye, Bar Hadaya le interpretó solo de la
primera mitad del verso. Pero, a Rava, solo de la segunda mitad.
Los dos reportaron: «Se nos leyó a ambos el verso que dice, “Y verán todos los pueblos de la Tierra que el
nombre de Yah es invocado sobre ti; y tendrán miedo de ti...” (Deut. 28:10)». Bar Hadaya dijo a Abbaye: «Tu
fama ira delante de ti; te convertirás en líder de la Academia (de estudio), y la gente te temerá». Pero, a Rava,
le dijo: «serás arrestado en compañía de ladrones; y como resultado de lo que se te hará, todos tendrán temor
(diciéndose a si mismos, “si el gobierno sospecha que Rava (siendo rico y poderoso) es ladrón, ¿cuanto mas
no sospechará del resto de los Hebreos, que somos pobres y destituidos?”». Al día siguiente, los ladrones
entraron a la tesorería Real, y las autoridades arrestaron a Rava.
En otro momento, ambos dijeron: «Vimos la cabeza de una lechuga, descansando sobre la boca de un cubo».
Bar Hadaya dijo a Abbaye: «Tu mercancía (considerada tan sabrosa como lechuga) se agotara al instante».
En cambio dijo a Rava: «Tu mercancía (considerada tan amarga como lechuga) será rechazada».
Los dos reportaron: «Vimos un poco de carne, puesta sobre la boca de una jarra». A Abbaye, Bar Hadaya
dijo: «Tu vino será dulce, y todos vendrán a comprar carne y vino de ti». En cambio dijo a Rava: «Tu vino se
convertirá en vinagre, y todos vendrán
a comprar carne, para mojarla (sazonarla) en el».
Los dos reportaron: «Vimos una jarra colgando de una palmera de dátiles». A Abbaye, Bar Hadaya dijo: «El
precio de tu mercancía subirá tan alto como una palmera de dátiles». Pero a Rava dijo: «El precio de tu
mercancía bajara tanto que, a los ojos de los compradores, será tan dulce como los dátiles».
Los dos reportaron: «Vimos una granada floreciendo de la boca de una jarra». A Abbaye, Bar Hadaya dijo:
«Tus bienes se harán tan valiosos como las granadas». En cambio dijo a Rava: «Tus bienes se harán como
una granada seca (inservible)».
Los dos reportaron: «Vimos una jarra caer dentro de un hoyo». A Abaye, Bar Hadaya dijo: «Tus bienes se
pondrán en demanda (como cuando algo valioso se cae accidentalmente en un hoyo, y nos apresuramos a
sacarlo)». En cambio dijo a Rava: «Tus bienes se dañaran, y (a consecuencia de ello) serán echados en un
hoyo».
Los dos reportaron: «Vimos a un joven asno (“hamor”), parado sobre un bloque, y rebuznando». A Abbaye,
Bar Hadaya dijo: «Te convertirás en el líder de la academia (de estudio), y un intérprete estará parado a tu
lado (para “rebuznar” tus enseñanzas)». En cambio dijo a Rava: «Las palabras, “el primogénito de un asno”
(Éxodo 13:13) están borradas en tu tefilin (Este es uno de los cuatro pasajes contenidos en el tefilin)». Rava
contestó diciendo: «Acabo de mirar mi tefilin, y esas palabras se encuentran allí». Bar Hadaya contestó:
«Ciertamente la letra “Vav” (es decir, la letra “o”) en la palabra “Hamor” ha sido borrada en tu tefilin (pues el
escriba la incluyó erróneamente, teniendo que mas tarde borrarla pues, en ese verso, la palabra “Hamor” se
deletrea sin “Vav”)».
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Mas tarde, Rava fue solo
ante Bar Hadaya, y reporto: «En mi sueño, vi que caía la puerta externa de mi
casa». Bar Hadaya le dijo: «Tu esposa morirá».
Entonces Rava reportó: «Soñé que se caían mis dientes traseros y delanteros». Bar Hadaya le dijo: «Tus hijos
e hijas morirán»
Rava reportó: «Vi dos palomas que salían volando». Bar Hadaya le dijo: «Te divorciarás de dos esposas».
Rava le dijo: «Vi el tope de dos nabos». Bar Hadaya contestó: «Recibirás dos golpes de una porra». Rava
salió de allí, y se sentó todo el día en la casa de estudio; entonces, se encontró con dos ciegos que discutían
entre si. Cuando fue a separarlos, cada uno de ellos le dio (accidentalmente) un golpe con su porra. Cuando
levantaron su porra (con la posibilidad de darle un tercer golpe), Rava exclamó: «¡Ya es suficiente! (En mi
sueño, vi solamente dos)»
Finalmente, Rava fue y dio a Bar Hadaya una contribución, para luego decirle: «Vi una muralla caída». A lo
cual Bar Hadaya contestó: «Adquirirás riqueza sin limite».
Luego Rava reportó: «Vi que caía la mansión de Abbaye, y que el polvo de sus escombros me cubría». Bar
Hadaya contestó: «Abbaye morirá, y la presidencia que posee (de la academia de estudio) vendrá a reposar
sobre ti».
Rava reportó: «Vi mi propia mansión colapsar, y que todos venían y se la llevaban, ladrillo a ladrillo». Bar
Hadaya contestó: «Tus enseñanzas se dispersarán por el mundo».
Rava reportó: «Soñé que mi cabeza se abría, y que mis sesos se desparramaban». Bar Hadaya contestó: «Las
plumas que llenan tu almohada la harán reventar, y se irán saliendo una a una». Rava reportó: «En mi sueño,
se me leyó el Hallel de Egipto (Salmos 113-118, recitados en la víspera de Pesaj, para celebrar la salida de
Egipto)». Bar Hadaya contestó: «Te sucederán milagros».
En una ocasión, mientras Rava viajaba en barco
con Bar Hadaya, este último se dijo a si mismo: «¿Por que
viajar con un hombre al cual habrá de suceder un milagro? (de seguro que él será salvado, pero no yo). Así,
mientras Bar Hadaya desembarcaba, dejó caer accidentalmente un libro. Rava encontró ese libro, y descubrió
que decía lo siguiente: «Todos los sueños siguen la interpretación que sale de la boca del intérprete». En ese
momento, Rava gritó a Bar Hadaya: «¡Miserable granuja! ¡A pesar de que todo dependía de ti, me causaste
tan grande desasosiego! Aún así, todo te lo perdono, excepto lo que dijiste acerca de la hija de Hisda (
esta
última fue la esposa de Rava, cuya muerte Bar Hadaya había pronosticado)».
La realidad es que, el responsable del sufrimiento de Rava, no fue Bar Hadaya, sino el mismo Rava; quien a
pesar de ser rico no mostraba generosidad alguna para con su prójimo. Tan pronto como Rava decide cambiar
su aptitud, para comenzar a mostrar misericordia hacia su prójimo, en ese mismo
instante comienza a recibir
bendición.
Es que, como enseña este Midrash, el bienestar del ser humano no está en la maldición (o en la bendición)
que pueda prometer este o aquel otro pasaje bíblico; tampoco se encuentra en la correcta (o errada)
interpretación de esta o aquella otra doctrina, o teología religiosa. Su bienestar está en que entienda que, la
Justicia Divina, ha determinado de antemano que cada hombre siegue el mismo bien o mal que haya
sembrado: que no se muestre misericordia a quien no haya mostrado misericordia; que no se muestre perdón,
a quien no haya perdonado; que no se muestre generosidad, a quien no haya mostrado generosidad; Pero, que
se muestre bondad, a todo
aquel que haya mostrado bondad; que se perdone, a todo aquel que haya
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perdonado; que se sustente con bien a quienes sustentaron con bien a su prójimo necesitado; que se de paz, a
todo aquel que haya sido un pacificador.
En base a lo hasta aquí dicho, concluimos que cada hombre debe hacer a sus semejantes aquel mismo bien
que anhela recibir para si mismo; Y, después de hacerlo, podrá vivir su vida confiado, descansando en la
certeza de que Adonai Yah (bendito sea) no fallará en hacer que tarde o temprano coseche el mismo bien que
ha sembrado.
Do'stlaringiz bilan baham: