El grave problema con la noble religión Adventista
El Cristianismo adventista, es bueno; pero, la teología adventista, proviene del maligno; pues, al igual que
este último, se opone a lo ordenado por el Creador. Por ejemplo, la Escritura Hebrea dice que los sacerdotes
[y sus descendientes] debían comer para siempre de la carne de los sacrificios (“Mas el primogénito de vaca,
el primogénito de oveja y el primogénito de cabra, no redimirás... Y LA CARNE DE ELLOS SERÁ TUYA;
COMO EL PECHO DE LA OFRENDA MECIDA Y COMO LA ESPALDILLA DERECHA, será tuya. Todas
las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a YAH, LAS HE DADO PARA
TI, Y PARA TUS HIJOS Y PARA TUS HIJAS CONTIGO, POR ESTATUTO PERPETUO...”- Números
18:17-19); pero entonces viene la teología adventista, y dice que, comer carne, es perjudicial para el hombre
[implicando de este modo que habría estado bien que los sacerdotes hubiesen desobedecido el mandato
Divino que les ordenaba comer la carne de los sacrificios].
De hecho, los Adventistas ni siquiera creen realmente en el Nazareno (paz sea con él). ¿Por que? Pues
porque, el vegetarianismo adventista, conlleva un tácito rechazo a las palabras del Galileo, quien ordenó el
consumo de carne, cuando dijo: "EL QUE COME MI CARNE ... TIENE VIDA ETERNA [de suerte que, el
adventista que no come carne, no puede tener vida eterna]"- Juan 6:54. La realidad es que, la religión
Adventista, tiene mucho que aportar a la noble tradición Cristiana. Pero, ninguna teología que esté
fundamentada en los dichos y los escritos de una mujer [como sucede con el adventismo], puede ser
considerada como un fiel reflejo de la verdad Divina.
Es que, ningún libro de la Escritura Hebrea [ni de la Escritura Cristiana], fue escrito por una mujer. De
hecho, entre los miles de profetas [e hijos de profetas] que tuvo Israel, solo hay registro de dos profetizas; y,
estas, solo surgieron en momentos de grave decadencia espiritual; es decir, cuando los miembros del pueblo
de Dios, “hacían cada cual lo que bien le parecía”.
Es que la Escritura muestra que, cuando el pueblo de Dios anda en camino equivocado, no se avergüenza de
publicar su inmoralidad; y, el resultado de esa inmoralidad, es que son los niños y las mujeres (como sería el
caso con la Sra. Elena G. De White, q.e.p.d.) quienes dirigen al Pueblo. Como esta escrito:
«CIERTAMENTE JERUSALÉN SE DERRUMBA, JUDÁ SE QUEDA EN RUINAS, PORQUE ALLÍ SE
DICEN Y HACEN COSAS CONTRA EL SEÑOR, COSAS QUE OFENDEN SU MAJESTAD. Su mismo
descaro los acusa; no ocultan sus pecados; igual que Sodoma, los hacen saber a todo el mundo. ¡Ay de ellos,
pues preparan su propio castigo!... UN CHIQUILLO ES EL TIRANO de mi pueblo; EL GOBIERNO ESTÁ
EN MANOS DE MUJERES. TUS DIRIGENTES TE ENGAÑAN, PUEBLO MÍO, TE LLEVAN POR
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CAMINO EQUIVOCADO» -Isaías 3:8-12. Y, el extravió de que,el liderato del pueblo de Dios este en manos
de una mujer, es tan obvio y contundente, que hasta el mismo Evangelio lo confirma, cuando dice: «LA
MUJER APRENDA EN SILENCIO, con toda sujeción. PORQUE NO PERMITO A LA MUJER ENSEÑAR,
NI EJERCER DOMINIO SOBRE EL HOMBRE... » 1 Timoteo 2:11-12.
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