The holy faith of reformed samaritanism

La miopía intelectual del reduccionismo Cientificista 
Un antiguo refrán dice que, “cuando el sabio apunta hacia la Luna, el tonto se queda mirando al dedo”. Este 
proverbio apunta al “reduccionismo” (o “miopía”) intelectual que a menudo caracteriza a quienes, 
ufanándose de intelectualidad, insisten en reducirlo todo a su correspondiente explicación científica (un 
dogma ideológico tambien conocido como “Cientificismo”). Este tipo de persona, no logra comprender que, 
las explicaciones puramente mecánicas que ofrecen las ciencias modernas, no siempre son lo suficientemente
abarcadoras como para explicar satisfactoriamente la totalidad de la experiencia existencial. 
Por ejemplo: Un sabio británico invita un científico a su hogar. Una vez en la casa, el sabio pregunta a su 
huésped si conoce la razón por la cual hierve el agua de la cacerola [que se encuentra sobre la estufa]. El 
científico responde que, la razón por la cual hierve el agua, es que la transferencia de calor hace que la 
temperatura del liquido alcance el punto de ebullición correspondiente a la presión atmosférica. 
Ante tal respuesta, el sabio sonríe, y procede a explicar a su huésped que, aunque su explicación es 
científicamente correcta, la verdadera razón por la cual hierve el agua, es que [deseando ser un buen anfitrión
Británico] el dueño de la casa desea preparar para su huésped una sabrosa taza de té. 
Otro ejemplo similar podría ser el de un turista extranjero que, durante una excursión a la Casa Blanca (la 
residencia oficial del presidente Norteamericano), pregunta la razón por la cual ninguna avioneta puede 
sobrevolar el área. El experto [y muy técnico] guía turístico, procede a contestarle que, la razón para ello es 
que el área esta protegida por radares, por aviones de combate, e incluso por baterías anti-aéreas. 
Entonces, uno de los norteamericanos que allí se encontraban [y que por casualidad había escuchado la 
conversación] ripostó diciendo: “Si no hay avioneta alguna que pueda sobrevolar la Casa Blanca, es porque 
el Gobierno norteamericano [es decir, el máximo poder de la tierra] ha hecho de ello una ley [con el fin de 
proteger a los residentes de La Casa Blanca]. Y, mientras no exista un poder mayor [que pueda anularla], la 
ley seguirá siendo obedecida”. 
¿Que significa todo esto? Pues significa que, aunque la ciencia moderna es muy útil para explicar el 
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“¿como?” de las cosas, a menudo es incapaz de explicar el “¿quien?”, o el “¿por que?” de las cosas. 
Y es por esto que, cuando un hombre inquisitivo observa el modo en el cual “la casa” [es decir, el planeta] en
el que vive produce los frutos que le son necesarios, no puede evitar preguntarse a si mismo: “¿Quien [o que]
es el dueño de esta casa, a la cual he sido traído para ser agasajado tan generosamente con toda esta comida y
bebida? 
Del mismo modo, cuando observa la inmutabilidad de las leyes que gobiernan "el área" que comprende “su 
Casa” (es decir, las leyes de gravedad, de electromagnetismo, de siembra y cosecha, de causa y efecto, etc), 
se pregunta a sí mismo: ¿Que (o quien) es el Poder supremo que preserva la inmutabilidad de estas leyes? 
¿Cual es el propósito de ellas? ¿A quien pretenden estas leyes proteger?