Dolcey Romero Jaramillo
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momento necesario, San Benito se erige como un símbolo o hierofanía, como
un demiurgo capaz de interceder ante Dios para derrotar la sequía y con ello
los males que se desprenden de la pérdida de la cosecha
109
.
Pero San Benito no solo se caracteriza por ser proveedor de lluvia en tiempos
de sequía, sino de parar los aguaceros cuando estos
no dejaban que la proce-
sión se efectuara o llegará a feliz término por causa de la lluvia.
Cuando iban a hacer la fiesta, a veces no se podía hacer porque se
mandaba un aguacero. Sacaban a San Benito y le aseguro que los que
estaban detrás de él decían ahí viene el aguacero y los que iban en la
procesión no se mojaban porque el Santo no lo permitía
110
.
La petición o solicitud del favor para que sea tenido en cuenta por el santo,
casi siempre va acompañada de una promesa o manda que debe cumplir el
beneficiario en el momento o a partir de que se produzca el milagro. En la
práctica se establece un contrato o contraprestación por parte del favorecido
que debe cumplirle al
santo posteriormente, como ya se dijo después de la eje-
cución del milagro. Cuando este se da y la promesa no se cumple casi siempre
se sobreviene el castigo que está referido o se materializa en la pérdida de lo
recibido.
Uno de los casos más conocidos en Repelón sobre esta situación es la que le
sucedió a Rogelio, más conocido como el ‘Cata’, uno de sus más fervientes
devotos y organizador histórico de la fiesta de San Benito:
Si pues, esto fue una siembra de sorgo que yo hice y cuando ya el sorgo
estaba empeñando; había una sequía que prácticamente se iba a perder
109.
Ibíd
., pp. 85, 86, 90, 91.
110. Félix Cabarcas. Entrevista. Repelón, 28 de agosto de 2012.
San Benito de las Palomas: Huella Afrodiaspórica e Identitaria en el Caribe Colombiano
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y nosotros sacamos a San Benito, lo paseamos por las calles, lo asolea-
mos allá en el alto de la iglesia y vino el agua, empezó a llover y todos
cosechamos y estaba muy contenta la gente, con ese milagro que hizo
San Benito. Pero entonces el año siguiente yo le ofrecí una misa y algu-
nos de los habitantes de Repelón decían que yo había ofrecido hacerle
la fiesta de toros, entre la cual se la íbamos a hacer, pero entonces el
alcalde de turno no nos dio el permiso. El año siguiente sembré, llovía
mucho y tuve que volear el millo a mano, y cuando el millo estaba na-
ciendo, se presentó una emigración de palomas azulitas que dice uno,
y el primer cultivo que encontraron fue el mío y allí se acamparon a
comerse el millo que ya estaba naciendo; y yo espantando palomas y
no podía con ellas y así se regaron las palomas haciendo daño en casi
toda el área sembrado de sorgo, y me echaban la culpa a mí
111
.
En Venezuela se afirma que San Benito es un santo milagroso y bueno, pero
muy celoso: “Hay que cumplirle, porque de lo contrario se las cobra”
112
. Esto
es lo que Mircea Eliade denomina como la reducción de los seres supremos
uránicos, por su fuerza mágico-religiosa o figuras divinas activas que no son
indiferentes hacia las vicisitudes complejas de la vida humana
113
.
Solo la contundencia de los milagros aseverados
y aportados por los encarga-
dos de recoger las pruebas para adelantar el proceso de santificación, deter
-
minó que después de 200 años San Benito accediera a la santidad, en contra
de un Vaticano que se oponía a tal aspiración. Mucho antes de su muerte ya
se había difundido la voz de su santidad producida por la meditación espiri-
tual, la contemplación mística y su obra milagrosa. En este proceso, también
se aportaron testimonios que muestran la realización de milagros que a la
111. Rogelio Julio Cabarcas. Entrevista. Repelón, 21 de julio de 2013.
112. DUQUE.
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