The holy faith of reformed samaritanism

La curiosa similitud entre el Islam Y el Adventismo del Séptimo Dia: ¿Es la noble fe adventista una 
versión cristianizada del Islam? 
El celo por Dios mostrado por los adeptos de la fe adventista, es sincero y loable. Y, sin lugar a dudas, el 
Creador [bendito sea] no fallará en recompensar tan noble aptitud. Pero la cruda realidad es que, durante su 
temprana infancia, la Sra. Elena G. de White [que en paz descanse] fue físicamente agredida, sufriendo de un
grave golpe en la cabeza que le mantuvo en coma durante dos semanas consecutivas. 
Y, aunque logró sobrevivir tan grave odisea, la condición mental de la Sra. De White quedó tan seriamente 
deteriorada, que nunca pudo completar siquiera la educación primaria. Así, es natural que la teología 
esbozada por la Sra. De White refleje la lógica simplista, superficial, y hasta un poco caprichosa que 
esperaríamos de parte de una persona que, aunque noble y digna, padezca de serios y graves problemas de 
aprendizaje. 
Lo anterior no es único de la fe adventista, pues algo similar ocurre con la noble fe Islámica, cuyos sinceros 
adeptos siguen [sin cuestionamiento alguno] todo lo dicho y enseñado por el profeta Muhammad (la paz sea 
con él); un hombre que, si bien era sumamente valiente y disciplinado, era incapaz de leer ni escribir. Y, al 
igual que sucede en el caso de la Sra. De White, la limitación mental que padecía Muhammad aparece 
claramente reflejada en la naturaleza simplista, caprichosa y superficial que caracterizan muchas de sus 
enseñanzas. 
Y esta casi demás decir que, siendo el producto de similares impedimento intelectuales, es de esperar que 
tanto los argumentos como las interpretaciones de cada uno de ellos compartan una amplia frontera 
ideológica. 
Examinemos algunos ejemplos: 
1) En el proceso de recibir sus alegadas revelaciones Divinas, tanto Muhammad como la Sra De White 
experimentaban una suerte de estado catatónico caracterizado por una notable dificultad y/o cesación de la 
función respiratoria. 
2) Muhammad justificaba sus desaciertos [como lo fue el haberse casado con la ex-esposa de su hijo] 
echando mano de alguna nueva e ingeniosa revelación que justificase el no tener que admitir su pasada 
equivocación. Y, de igual modo, la Sra. De White justificaba sus desaciertos [como el fallar en su predicción 
acerca de la fecha del retorno de Jesús] apelando a alguna nueva e ingeniosa revelación Divina [el juicio 
investigador] que justificase el no tener que admitir su pasada equivocación. 
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3) En su ingenua simpleza y superficialidad, el profeta Muhammad nunca logró percibir la existencia de un 
ámbito espiritual que pudiese sobrepasar al Mundo físico [pues, al igual que los antiguos Griegos y 
Romanos, percibía al Creador como una deidad física, que habita en un lugar físico --que es el Cielo--, y era 
servido por seres físicos y materiales – que eran los ángeles -- ]. De igual modo, en su simpleza y 
superficialidad, la Sra de White nunca logró percibir la existencia de un ámbito espiritual-- una realidad que 
sobrepasa nuestro Mundo físico y material. Es que, al igual que Muhammad, la Sra. De White creía que Dios
era un ser que poseía un cuerpo físico, que habita en un lugar físico [un Cielo que los Adventistas identifican 
en la constelación de Orión], y que era servido por seres físicos [que son los ángeles]. 
4) Muhammad demandaba que sus seguidores siguiesen una dieta particular, y que se abstuviesen de 
consumir alcohol. Del mismo modo, la Sra De White demandaba que sus adeptos siguiesen una dieta