sus ojos, para seguir en cambio la fantasía que inflama sus bajas pasiones: algo similar al hombre que afirma
descaradamente [y sin vergüenza alguna] que es una mujer, solo que “atrapada” dentro del cuerpo de un
hombre; es la persona que, a lo bueno, llama malo; y a lo malo, llama bueno.
El pobre y extraviado Zimri (descanse en paz su alma), insistía en la rebelde locura que implica el postular
que, el hombre, tiene el derecho absoluto de hacer y decir lo que bien le plazca; sin importar las
consecuencias, y sin importar tampoco si es justo, o injusto; bueno, o malo; moral, o inmoral. Y, como el
mensaje de la Escritura Hebrea es que el hombre será [tarde o temprano] forzado a “segar” el fruto de sus
obras, pues el Creador permitió que Zimri se viese obligado a “segar” la consecuencia natural de su rebelde
ideología. Es decir, si era cierto que Zimri tenía el derecho de violar el mandamiento Divino que le impedía
adulterar con una extranjera (Éxodo 20:14); entonces Finees también tenía el derecho de violar el
mandamiento Divino que le impedía matar a un hermano Israelita (Éxodo 20:13).
Y esto explica el que Dios haya honrado la conducta de Finees; pues, con su sabio proceder, este último
alumbró la oscuridad moral que amenazaba con arropar [y finalmente destruir] al Pueblo de Dios: «Y he aquí
un varón de los Hijos de Israel (Zimri) vino y trajo una Madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda
la congregación... Y lo vio Finees... y fue tras el varón de Israel... y los alanceó a ambos... y cesó la
mortandad de los hijos de Israel... entonces הוהי habló a Moisés diciendo... Finees ha hecho cesar mi furor...
Por tanto diles, “He aquí yo establezca mi pacto de paz con él. Y tendrá él, y su descendencia después de él
(es decir, sus hijos espirituales), el pacto del sacerdocio perpetuo...”» (Números 25:7-13).
Así, el Creador prefiguró en la persona de Finees, el hecho de que, el sacerdocio que anhela Dios para su
Pueblo (Éxodo 19:5-6), no es otra cosa sino tener el suficiente celo por los mandamientos Divinos, como
para estar dispuesto a contender [en una guerra santa] contra quienes promueven la impiedad. Como está
escrito: «Los que dejan la Ley, alaban a los impíos. MAS, LOS QUE LA GUARDAN, CONTENDERÁN
CON ELLOS»- Proverbios 28:4. Y como también dice en otro lugar: «¿NO ODIO OH הוהי A LOS QUE TE
ABORRECEN, Y ME ENARDEZCO CONTRA TUS ENEMIGOS? LOS ABORREZCO POR
COMPLETO, LOS TENGO POR ENEMIGOS».
La realidad es que, si el Creador concedió a Finees la alegría de recibir su pacto de paz, fue para que se
cumpliese en Finees el verso que dice: «HAZ AMADO LA JUSTICIA, Y ABORRECIDO LA MALDAD.
POR TANTO TE UNGIÓ DIOS, EL DIOS TUYO, CON ÓLEO DE ALEGRIA...»- Salmo 45:7. Y también
el verso que dice: «DE MAÑANA DESTRUIRÉ A TODOS LOS IMPÍOS DE LA TIERRA, PARA
EXTERMINAR DE LA CIUDAD DE הוהי A TODOS LOS QUE HAGAN INIQUIDAD»- Salmo 101:8. De
igual modo, si el Creador permitió que Zimri muriese a manos de Finees, fue para que se cumpliese en Zimri
(descanse en paz) el verso que dice: «... el hombre perverso, sera aborrecido [por los suyos]»- Proverbios
14:17.
Es que, aún si un hombre pudiese reclamar el privilegio de ser un descendiente directo de Israel, en el
momento en que tal hombre abraza públicamente la maldad, deja de ser “un Hijos de Israel”, para convertirse
en cambio en un “Hijo de Zimri” (un enemigo de Dios). Como esta escrito: «Mas ellos fueron rebeldes, e
hicieron enojar su Santo Espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y Él mismo peleo contra ellos»- Isaías
63:10. Y también dice otra Escritura: «El que ayer era mi Pueblo (“Los Hijos de Israel”), se ha levantado
[contra mi] como enemigo (“Los Hijos de Zimri”)»- Miqueas 2:8.
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