¿Como logramos que haga lo correcto? ¡Muy sencillo! Simplemente utilizamos “un palo”. Es decir, le
mostramos (por asociación) que, si hace lo malo, será castigada (con el palo). De este modo, modificamos su
conducta, y la hacemos comprender que su bienestar futuro depende de que no haga mal alguno (según lo
determinado por su amo).
¿Confirma esto la Escritura? ¡Definitivamente! Vera, a pesar de ser una bestia irracional, el asna de Balaam
entendía que su amo le llevaba por un camino de maldad, pues (en su codicia por las riquezas), se dirigía a
maldecir al pueblo Hebreo; un pueblo que no había hecho mal alguno a Balaam, ni tampoco a su asna.
Así, la bestia decide detenerse, y echarse debajo de Balaam. Entonces, este procede a castigarla con un palo.
Pero la realidad era que, quien merecía ser castigado, era Balaam; y no su inocente asna. Es que Balaam
seguía el camino de la maldad (se comportaba como lo hacen el león y las fieras, que hacen daño a aquellos
que no les han hecho daño alguno), mientras que la torpe asna seguía el Camino de Santidad (que consiste en
no hacer daño a nadie, particularmente a aquellos que no nos han hecho daño a nosotros).
Era la sabia asna, la que encarnaba el camino de los redimidos, que la Tanak describe diciendo: “… no
afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte…”- Isaías 65:25. Por eso el asna reprende a Balaam,
recordándole que, aunque este había cabalgado sobre ella durante tanto tiempo, esta nunca le había pagado
con mal.
Y es por esto que también el ángel reprende a Balaam, mostrándole que, a diferencia del justo proceder de su
asna (que tuvo temor de Dios, y se aparto del mal camino), su camino era perverso; como está escrito:
“… he aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mi”. El asna me ha visto (ha
entendido mis caminos), y se ha apartado (del mal)… y si no se hubiese apartado, yo también ahora te
mataría a ti (que insistes en hacer mal a tu prójimo israelita), y a ella (que rehúsa hacer daño a nadie) dejaría
viva”- Num. 22:32-33.
En resumen, el Camino de Santidad que complace al Creador (bendito sea), consiste en no hacer daño a
nadie- no hacer daño a nuestros padres; no hacer daño a nuestro prójimo; no hacer daño a nuestro Dios; y ni
siquiera hacernos daño a nosotros mismos.
Es por esto que la hermana tradición Judía cita al sabio Hillel (paz sea y bendición sean sobre el) resumiendo
la fe con el siguiente enunciado: “Aquello que sería odioso para ti (aquello que no te gustaría que te hiciesen
a ti mismo) no lo hagas tu a tu prójimo. Esto es toda la Torah. El resto, es solo comentario; ve ahora y
apréndelo”- Shabbat 31a.
Esto también explica la razón para que la Escritura resuma todo la fe diciendo: “Apártate del mal, y haz el
bien, y vivirás para siempre”- Salmo 37:27.
Do'stlaringiz bilan baham: