Concepto de medio ambiente en la obra de vicente de beauvais


capítulos 48 y 49: El granizo



Download 2,78 Mb.
bet14/154
Sana01.04.2017
Hajmi2,78 Mb.
#5820
1   ...   10   11   12   13   14   15   16   17   ...   154

4.1.10. capítulos 48 y 49: El granizo


Seguimos con las precipitaciones, pero en estos capítulos pasamos a la caída de agua en forma sólida. Esta acepción es válida tanto para la nieve como el granizo, aunque, siguiendo el estudio elaborado por Vicente de Beauvais vamos a realizar al análisis por separado, lo que nos permitirá insistir en sus diferencias.

Como ya nos es acostumbrado un inicio que se refiere al origen del término y sus características. Granizo a semejanza del grano, redondo por formarse a partir de gotas de agua, redondas, y cuya naturaleza es el agua congelada. Esa congelación, según nuestros autores, viene provocada por la cercanía a las capas más altas, mucho más frías. Y en otros escritos se relaciona su forma con su proceso de formación rotatorio. Es en esta última obra mencionada, “la naturaleza del mundo”, donde se indica la posibilidad de la unión de muchas gotas heladas en la nube para formar grandes bolas de granizo con efectos desastrosos. Más adelante se asocia este fenómeno a las épocas de primavera y otoño.

El capítulo 49 está dedicado al análisis que de este fenómeno realiza Aristóteles. Para este autor el origen del fenómeno es el calor, por lo que sólo se produce en épocas calurosas. El calor reinante hace que el frío se dirija de forma rápida al interior de la nube, congelando dicha zona, que queda partida en pequeñas partículas más o menos irregulares a las que llamamos granizo. Que llegue con la forma característica dependerá de la altura desde la que cae. Cuanto mayor sea más redondeada llegará la bola de hielo.

El fenómeno, tal y como está estudiado en la actualidad, tiene ciertas connotaciones que quedaron sin apreciar por nuestros investigadores. Todo granizo se forma en un tipo de nube concreto, nube de tormenta que se caracteriza por un enorme grosor. Son nubes que tienen un gran desarrollo vertical171, y como ya hemos visto, muy propias de épocas calurosas. En el interior de dichas nubes las gotas de agua formadas son lanzadas por violentas corrientes de aire a las zonas más altas de la nube. En estas zonas las temperaturas tan bajas congelan la parte más externa de las gotas. Estas gotas congeladas vuelven a descender a cotas más bajas, donde nuevas capas de vapor de agua rodean las ya congeladas. Un nuevo ascenso provocado por los vientos internos eleva nuevamente esas gotas a las capas más altas, lo que provoca una nueva congelación del agua más externa. Este proceso repetido varias veces origina las bolas heladas cuyo peso, finalmente, superará las fuerzas de los vientos y caerá sobre la Tierra172.

La bola de granizo más pesada registrada en nuestra época, cayó en Blangadesh, en 1986, y pesaba 1 Kg173.

4.1.11. capítulos 50 al 53: La nieve


Otra precipitación de agua en estado sólido. Y un nuevo repaso de varios autores para desentrañar este fenómeno y relacionarlo con otros. En todos los estudios queda clara su naturaleza, el agua en estado sólido, que se forma en las nubes. Tanto Séneca como Aristóteles lo relacionan con la escarcha, y otros autores ya se adentran en su durabilidad y localización geográfica. Siempre relacionada con el frío, pero para distinguirlo del granizo o hielo Aristóteles apunta a un componente de calor, que impediría que el vapor formador de la nieve no se comprima de forma total, como ocurriría en el caso del hielo o granizo. Este calor mezclado con el vapor tiene como resultado una consistencia más blanda.

El análisis de los copos de nieve y su formación detallan una asombrosa geometría relacionada con lo que en la actualidad se denominan fractales174. Cuando en el interior de las nubes la temperatura es menor a 0 grados centígrados, el vapor de agua forma pequeños cristales de hielo. Estos cristales, siguiendo esas formas indicadas, se van uniendo uso a otros hasta formar copos, que caen hacia la tierra por gravedad. Las estructuras básicas son175:



  • Placas

  • Columnas

  • Agujas

La combinación de todas ellas forma los cristales típicos que da lugar a los copos.



Ilustración : Estructuras básicas de los cristales a diferentes temperaturas



Ilustración : Formas de las placas de nieve más comunes.

Si la temperatura externa o ambiental supera esos cero grados los copos se fundirán, por lo que caerá el agua en forma de lluvia. Si la temperatura ambiental es por debajo de cero grados, los copos llegarán intactos a tierra. Será la temperatura de la superficie terrestre y la cantidad de agua caída la que determine su acumulación. Tal y como se señala en la enciclopedia, esta nieve blanda, irá progresivamente endureciéndose, ya que los copos se van fundiendo y soldando entre sí, y si la temperatura es baja se forma el hielo176.

A continuación, el estudio medieval se centra en la ubicación temporal de los dos procesos estudiados en último lugar, el granizo y la nieve. Tal y como señalan nuestros investigadores sería el invierno la época en la que se producen las nevadas, mientras que el granizo queda confinado a las épocas más suaves, como la primavera. Para Séneca en invierno el aire se agarrota y no se puede convertir en agua, sino en hielo. Guillermo de Conches apunta también al frío del invierno como el causante de que las pequeñas gotas de agua no puedan crecer lo suficiente antes de convertirse en nieve, mientras que en verano, las gotas son capaces de adquirir un tamaño grande, que posteriormente al congelarse forma los granos de hielo177. Es este autor, en el que encontramos un primer atisbo del fenómeno llamado efecto invernadero al intentar explicar la existencia de nieves perpetuas en las cimas de las montañas, resultando esto curioso, ya que se encuentran más cerca del Sol. Dicho autor señala que el rebote de los rayos de sol sobre la superficie terrestre provoca un choque entre ellos que genera calor178.

El último capítulo se refiere al consumo de agua proveniente de nieve fundida, e incluso de nieve directa. Todos los autores relatan sus contraindicaciones para los músculos, algunos incluso se refieren a los dientes siendo perjudicial para estos aún cuando Avicena lo recomienda para la inflamación de las encías. En todos los casos se señalan sus efectos perjudiciales para el aparato digestivo por su baja temperatura, aunque también se recomienda para después de la comida, a pequeños sorbos y para conseguir una buena digestión.

Se refleja el conocimiento de las propiedades antiinflamatorias y anestésicas del hielo, así como sus efectos perjudiciales sobre el aparato digestivo en ayunas179.

4.1.12. capítulos 54 al 70: Los relámpagos, los truenos y el rayo


Habiendo sido nombradas las tormentas en los capítulos 40 y 41, no es hasta estos capítulos cuando comienza el verdadero estudio de los componentes de una tormenta.

Tanto los relámpagos como los truenos son manifestaciones de un mismo fenómeno, el rayo, el efecto de un proceso tormentoso. Es por eso que hemos concentrado estos tres conceptos en un mismo capítulo.

La formación de una tormenta se desarrolla según el siguiente proceso180:

El calentamiento de la tierra origina una corriente de aire ascendente. Este aire se enfría progresivamente hasta condensarse con la consiguiente formación de pequeños cumulus181.

A diferencia de las situaciones de buen tiempo, la corriente ascendente no se para y la nube crece rápidamente en sentido vertical.

El cumulus continúa creciendo en sentido vertical y está a punto de convertirse en una nube de tormenta. Cuando alcanza una determinada altura, las cargas eléctricas que se han ido generando por fricción en el interior de la nube182, comienzan a ordenarse. La parte superior será positiva y la inferior negativa. Además, se comienzan a formar en la nube grandes gotas o partículas de granizo. La fuerte corriente ascendente los mantiene en suspensión, ya que por su tamaño en otros casos precipitarían a la superficie terrestre.

El cumulus se ha transformado ya en un cumulunimbus que puede llegar a tener 10 Km de altura. En su parte superior la temperatura puede ser muy baja (-20ºC ó -30ºC). Esto favorece una intensa sobresaturación del aire, que origina una gran cantidad de gotas de lluvia o granizo, algunas de las cuales caerán en forma de precipitación.

La nube de tormenta se desgasta al desaparecer la corriente ascendente que la alimentaba. La tierra ya se ha enfriado y fuertes corrientes descendentes de viento provocan chubascos de gran intensidad que acaban por deshacer la nube. La tormenta ya ha acabado y algunas capas de cirrus o cirrusestratus serán los únicos restos de este fenómeno.

Uno de los hechos característicos de las tormentas es el acompañamiento de las mismas de fenómenos eléctricos: rayos, relámpagos y truenos. Durante la formación de las mismas, como ya hemos indicado, se favorece la formación de iones, partículas cargadas que aparecen en la atmósfera183. Los iones positivos o cationes quedaban en la parte alta de la nube, y los negativos o aniones en la parte baja. Además, justo debajo de la nube, la tierra también se carga con iones positivos. En situación original, la tierra está cargada de forma negativa184. Todo ello provoca una diferencia de potencial de millones de voltios que acaba originando fuertes corrientes eléctricas. Estas descargas eléctricas, que intentan recuperar una situación de equilibrio, pueden darse entre distintos puntos de una misma nube, entre nubes distintas, o entre la nube y la tierra. Esta descarga eléctrica es lo que denominamos rayo, y no es más que una manera de conducir las cargas negativas para volver a la situación original, previa a la tormenta.

El proceso se produce de la siguiente manera185: primero se produce una descarga llamada guía escalonada (no es brillante como el rayo) que baja a un sexto de la velocidad de la luz. Para y sigue sucesivamente, moviéndose de forma escalonada (puede parar hasta 10.000 veces). Cuando esta guía está a 100 metros del suelo existe una descarga que sube desde la tierra hasta encontrarla. Al hacer contacto, se crea una conexión nube-tierra y las cargas de la nube pueden escaparse. El rayo que se ve es el rayo de retorno, que va desde el suelo a la nube, aunque su velocidad hace creer que es al revés. Cuando el rayo de retorno desaparece, baja otra guía pero sin pausas, llamada guía oscura. Sigue el mismo camino llevando cargas negativas y cuando toca tierra sube otro rayo de retorno. Así, el rayo puede caer varias veces sucesivamente. Una de cada diez veces el rayo es iniciado por guías que contienen cargas positivas. El rayo de retorno lleva cargas negativas y transfiere cargas positivas de la nube a la tierra. Habitualmente no hay guías oscuras subsecuentes. Los rayos positivos causan mucho más daño ya que generan corrientes dobles al valor habitual.

Además de estos rayos comunes nube-tierra, existen otros tipos de rayos186:


  • Rayos difusos: se presentan como un resplandor que ilumina el cielo. Son reflejos en el cielo de una tempestad muy lejana, localizada bajo el horizonte, cuyas chispas no se ven y cuyos truenos no se escuchan.

  • Rayos laminares: son aquellos resplandores que resultan de la descarga dentro de la nube, entre las cargas positivas y negativas.

  • Rayo esferoidal, de bola o de rosario: se presenta en forma de una esfera luminosa, llegando a alcanzar el tamaño de una pelota de fútbol. En algunas ocasiones aparecen varios de ellos formando un rosario. A veces desaparecen escuchándose un estallido y otras veces lo hacen silenciosamente.

El relámpago es el fenómeno luminoso asociado a un rayo, aunque también suele darse este nombre a las descargas eléctricas producidas entre las nubes187.

El calor producido por la descarga eléctrica calienta el aire, y lo expande bruscamente. Después se contrae al enfriarse, dando lugar a ondas de presión que se propagan como ondas sonoras. Estas ondas sonoras que se propagan a la velocidad del sonido (300 m/s) son el denominado trueno188.

En relación a nuestra enciclopedia, un solo capítulo inicial dedicado al relámpago, aunque luego veremos ampliado ese estudio en asociación con el rayo. Y este capítulo está por entero dedicado al estudio que de este fenómeno hace el estagirita. Aunque como él mismo menciona, otros estudiosos griegos asociaban el relámpago al fuego elemental, Aristóteles lo relaciona con el vapor, un vapor cálido y húmedo que, en su ascenso, queda encerrado en una nube. Estos vapores se revuelven dentro de la nube, y encienden en su interior un fuego, hasta que al final, consiguen liberarse rompiendo con estrépito la nube que los envolvía. En esta liberación violenta se genera el relámpago y el trueno. En esta idea insiste Aristóteles en el vapor como origen de muchos otros fenómenos geológicos y atmosféricos.

Los siguientes cuatro capítulos se centran en los truenos, su origen, naturaleza y tipos. Para todos los autores citados la explicación de este fenómeno está relacionada con vientos, vapores, emanaciones que, quedando encerradas en una nube, rasgan y rompen estas de forma violenta. Algunos ponen ejemplos para corroborar sus aportaciones, como Séneca, que expone el caso de introducir un fuego en agua, y se produce un sonido hasta que dicho fuego se apaga.

En los siguientes capítulos se analizan las distintas posibilidades de que se originen truenos, llegando, incluso, en el capítulo 56 a realizar una pequeña clasificación de los truenos. Dicha clasificación aparece en un pasaje de Séneca, el cual aventura dos posible causas: el fuego y el viento. Observamos como en la clasificación posterior Séneca denomina trueno a los temblores previos a un terremoto. Los denomina truenos graves, mientras que habla de truenos agudos aquellos provenientes de las nubes.

Aunque no todas las colisiones entre nubes originan truenos, estas siempre darán lugar a ellos cuando sufran un choque violento. Dichas nubes, además, deben tener una forma y características determinadas para sonar.

En el capítulo 58 se realiza una interesante aportación referida a la posibilidad de originarse un trueno sin intervenir nube alguna. Truenos detectados en volcanes en erupción y en tormentas de arena. En las erupciones volcánicas podríamos estar hablando de dos fenómenos distintos: los relacionados a la erupción, proceso geológico, pero también en erupciones volcánicas se producen iones, lo que explicaría el consiguiente fenómeno eléctrico y acústico189. Respecto a las tormentas de arena, el propio autor lo explica como consecuencia de la fricción entre las partículas de arena. Fricciones que, como ya hemos señalado, son la causa de la formación de partículas cargadas.

Y el bloque se centra a continuación en el estudio pormenorizado del rayo. Rayo que, en muchas ocasiones, los autores utilizan como sinónimo de relámpago. Para San Isidoro surgen a partir del fuego y el viento, y la fuerza de este último los lanza. Séneca insiste en las emanaciones cálidas como fuente del fenómeno, esas emanaciones escapan de forma brusca de las nubes, y caen inclinados por la acción del viento.

Respecto al momento en el que se producen todos están de acuerdo en que es necesario una época cálida para que se desarrolle, explicando este hecho en que el vapor sólo puede ascender hasta las capas más altas cuando existe suficiente temperatura. Es cuando ese vapor llega a las frías capas altas cuando se desencadenan los rayos y truenos.

Tanto Plinnio como Séneca tratan tres tipos de rayos. Para el primero existen rayos secos, húmedos y brillantes. Los secos sólo despedazan, los húmedos chamuscan, y los brillantes funden metal sin dañar la bolsa que los contenga.

Para Séneca la clasificación es similar: los que perforan, los que despedazan, y los que queman. Pero, después del estudio de estos tipos, Séneca se adentra en el estudio de sus posibles efectos de los rayos, consecuencias que son también analizadas por otros autores. En un primer momento, Séneca cita una serie de efectos que son detallados y explicados más adelante, y repetidos casi de forma exacta por los otros autores. Exceptuando el caso del vino, que comentaremos más adelante, los efectos citados tienen que ver con metales o estructuras formadas por éstos190. Y no sorprende, ya que se consideran excelentes conductores de la electricidad, y recordemos que estos fenómenos no son más que violentas descargas eléctricas. Pero hay que destacar que los autores refieren con asombro el daño que los rayos producen en componentes metálicos, mientras que no alteran sus envueltas o recipientes. Dichas envueltas, por lo señalado por los autores, corresponden a materiales o tejidos aislantes, que no conducen la electricidad. Se añade también el efecto de dichos rayos sobre seres vivos, destacando orientaciones y características que muestran los cadáveres originados por éstos. Incluso se añaden fragmentos de obras donde se detallan muertes provocadas por rayos y los hechos que lo acompañaron.

Séneca, en el capítulo 63, analiza el hecho mencionado de los graves efectos que tienen los rayos sobre lo que él llama materiales fuertes y resistentes, frente a la aparente impunidad de los materiales blandos. Volvemos a insistir en la clasificación que está haciendo de materiales conductores y no conductores de corrientes eléctricas.

Un capítulo aparte merece su mención al vino. Según este autor, y muchos que le seguirán, el rayo causa la congelación del vino, el cual no vuelve al estado líquido hasta tres días después, matando o enajenando a quien lo prueba191.

Los efectos señalados concluyen con una cita que refiere el hecho, no constatado, de que los rayos matan a los animales siempre que los alcanzan, mientras que no siempre lo hacen a los hombres. Confirmación de una de las gracias que la naturaleza ha concedido a la especie humana.

Los capítulos 64 y 65 intentan desentrañar la confusa naturaleza del rayo y relámpago, intentando explicar de forma convincente sus diferencias. Séneca alude a múltiples autores para defender su propuesta. Tanto uno como otro son fenómenos ígneos, relacionados con el fuego. El origen de este fuego podría estar tanto en el interior de la nube como en la capa superior de éter. La diferencia principal entre estos dos fenómenos sería, siempre para el autor citado, la fuerza y la cantidad de materia que lo compone, siendo el relámpago más débil y menos consistente que el rayo. En el capítulo siguiente el autor explicaría la posibilidad de la existencia conjunto de agua y fuego en el interior de una nube con ejemplos de islas en erupción.

Y es a partir del capítulo 67 hasta el 70 cuando nuestro autor, el autor de la enciclopedia resume, comenta y analiza todas las teorías propuestas, resaltando aquellos puntos que considera relevantes. Sorprende la inclusión de teorías que el dominico considera equivocadas, señalándolas como bastante improbables, pero que, según sus propias palabras, también expone para no dar la impresión de desprecio, enemistad o ignorancia. En este epílogo son directamente nombrados Guillermo de Conches, Aristóteles, Plinnio y Séneca, el cual es seleccionado para terminar este bloque haciendo una referencia al temor que provocan los fenómenos estudiados, fundamentalmente los rayos.

Este último capítulo se centra en reflexiones morales de Séneca ante la muerte. Los rayos no son más que las figuras que representan a la naturaleza. Reflexiones donde se alza, de forma predominante, la providencia, el alma de un estoico. El fatalismo nos enseña a cobrar fuerzas ante la desesperación, a no tener miedo a los rayos, ya que si nos libramos de ellos, nos esperará la espada, otra manera de que nos alcance la muerte.

4.1.13. capítulos 71 al 73: Los fenómenos ígneos


Tres capítulos dedicados a otros fenómenos a los que nuestros autores también atribuyen una naturaleza ígnea. Son Aristóteles y Séneca los seleccionados en este caso para desarrollar el estudio. Y de los tres capítulos es el primero el que más dudas ofrece. Fuegos que cruzan el aire en horizontal, que no son estrellas fugaces porque serán analizadas en el capítulo posterior. Fuegos que, siguiendo su criterio establecido y ya mencionado en varias ocasiones tienen, según Aristóteles, su origen en los vapores que escapan de la tierra, vapores secos y húmedos, que al entrar en contacto con la región fronteriza entre el aire y el fuego estallan en llamas. Esta idea básica es la recogida nuevamente por Séneca, pero en este caso se añaden figuras que responderían a este fenómeno, figuras que hacen pensar ya en meteoritos, cometas y auroras boreales.

Estrellas fugaces, y varios análisis que, curiosamente, se van acercando progresivamente a su naturaleza real. Lo que para Aristóteles sigue siendo masa de vapor en llamas, en este caso más cohesionada, y, para Séneca estrellas nacidas de otras en movimiento, para los siguientes autores son pequeñas partículas de fuego que cruzan el cielo, o elementos del aire que se encienden y cruzan el cielo en llamas.

Y, efectivamente, con ese término hacemos referencia a pequeños trozos de rocas, polvo, partículas interplanetarias (meteoros) que consideramos escombros, que, al entrar en las capas superiores de la atmósfera, se queman rápidamente por fricción a una altura de 45 o 120 kilómetro de altura sobre el suelo192. Casi todos se destruyen durante el proceso.

En el capítulo 73 se analizan otros fenómenos ígneos, que ya adelantaron algunos autores en el capítulo inicial. Este estudio es realizado en su totalidad por Séneca, y en él incluso se incorporan nombres para señalar dichos acontecimientos. Bolas de fuego, acumulaciones de fuego redondeadas, llamas. Su origen puede ser la fricción del fuego en las capas altas o la producción de fuego desde la tierra. Al final del capítulo se menciona el fenómeno actualmente conocido como “fuego de San Telmo”.

Efectivamente, la naturaleza de este fenómeno está relacionado con los estudiados anteriormente, y más concretamente con los rayos. En las tormentas eléctricas se produce una ionización del aire dentro del campo eléctrico que originan dichas tormentas. Dicha ionización se puede concentrar en los mástiles de los barcos o cualquier estructura afilada. Esta ionización desencadena una descarga eléctrica que busca normalizar la situación. La descarga es lo que denominamos fuego, aunque, en realidad se trata de un plasma de baja densidad193. Físicamente se percibe como un resplandor brillante blanco-azulado, que, en algunas circunstancias tiene aspecto de fuego, a menudo en dobles y triples chorros surgiendo de las mencionadas estructuras puntiagudas (mástiles, pináculos y chimeneas).

4.1.14. capítulos 74 al 80: El arco iris


Un nuevo fenómeno a estudiar, y como ya es costumbre, Vicente elige para su introducción a San Isidoro, que busca el origen y significado del término. Arco por su curva e iris por su ubicación celeste (aire). Pero ya en esta introducción semántica aparece una idea que se manifestará en varios autores de forma constante: rayos de Sol que penetran o chocan contra la oquedad o hueco de una nube y rebotan. Nos remontamos a Aristóteles para encontrar el origen de dicha hipótesis, y profundizar en ella. El aire, al llover pierde el exceso de fluidos, lo que permite a los rayos del Sol brillar como en un espejo. Para Plinnio los colores se producen por la mezcla de las nubes, el aire y el fuego. Más adelante se señala un posible origen inicial del azul proveniente de las nubes, y el rojo, proveniente del Sol. El resto se produciría por la combinación de estos primarios.

En el capítulo 75 Aristóteles es el elegido para detallar un proceso en el que aparecen de forma conjunta los términos lente, espejo, y rayos de Sol. Son nuestros ojos los que no nos permiten distinguir los colores del sol, colores que sí distinguimos en una gota de agua. Séneca reitera la idea de un rayo de Sol atravesando el vapor de una nube. La luz del Sol se refleja en todas las gotas del vapor de agua, y la suma de todos estos reflejos se cruzan entre sí y se confunden. El arco iris tiene todas esas tonalidades porque una parte proviene de la luz del Sol, la otra parte de la humedad de la nube, cuya mezcla puede producir franjas de distintos colores. Otra vez se reitera la idea de los colores primarios y los secundarios que se originan por mezcla de los anteriores.

Un apartado especial para el estudio y comentario de los espejos. El arco iris es producto de un reflejo, una imagen del Sol distorsionada por defectos, distorsiones y naturaleza de la refracción, golpe del Sol contra una nube cargada de agua. Es precisamente a continuación, la explicación que intenta resumir las dos teorías que existían sobre la visión y las imágenes: la estoica, que consideraba la mirada como un rayo que atrapaba los detalles de los objetos, y la epicúrea, que creía que los ojos captaban las mini-imágenes de sí mismos que emanaban los cuerpos.

La nube es un espejo del Sol, y como se demuestra en múltiples ejemplos, distorsiona su imagen hasta convertirla en el arco iris.

Guillermo de Conches es nombrado para volver a incidir en las distintas teorías sobre la naturaleza del fenómeno estudiado. Finalmente todas las teorías son reducidas a dos: sustancia con diversos colores o reflejo del Sol que no se encuentra allí. Para los defensores de la primera teoría, las gotas de agua, invisibles por su tamaño, son iluminadas, generan un cuerpo tangible que es el arco iris. Hay gotas claras y gotas oscuras, lo que dará a una gama de tonos que apreciamos como distintos colores. Los defensores de la otra teoría, más cercana a la actual, defienden el arco iris como un reflejo redondo de un Sol redondo y que no tiene colores, sino que muestra los que contienen los cuerpos que refleja.

Respecto a las épocas o momentos en los que puede aparecer el fenómeno Aristóteles señala que, aunque lo común es de día, puede aparecer en noches de luna llena. Para Séneca esto es un error, y señala el comienzo o caída el día para poder observarlo. Otros autores especifican fechas y periodos que coinciden con momentos en los que el Sol forma, como veremos a continuación, un determinado ángulo con el horizonte.

En el último capítulo señalamos dos apreciaciones con una importante carga cultural y científica. La primera sería la explicación bíblica del arco iris, como regalo de Dios a los hombre después del Diluvio Universal. En citas bíblicas se señalan las aguas supracelestes como origen del Diluvio. El Arco iris sería la señal de que nunca las nubes provenientes de otro lugar que la tierra volverán a inundar esta. Y, por último, Aristóteles señala la existencia y posibilidad de dos arco iris, fenómeno posible que comentaremos a continuación.

La primera teoría científica sobre la formación del arco iris se debe a Aristóteles. Efectivamente, en su tratado de meteorología estudia este fenómeno como una reflexión especial de la luz sobre las nubes, formando un ángulo fijo. Se puede realizar un preanálisis sobre el arco iris aplicando sólo las leyes de la reflexión y de la refracción194. Los rayos dependen de su parámetro de impacto y la dirección de salida depende de él.

Estudiemos el fenómeno utilizando los conocimientos actuales: podemos asociar el arco iris a un fenómeno óptico y meteorológico que produce la aparición de un espectro de luz continuo en el cielo cuando los rayos del Sol atraviesan pequeñas partículas de humedad contenidas en la atmósfera terrestre. La forma es la suma de un arco multicolor con el rojo hacia la parte exterior y el violeta hacia el interior. Se da de manera menos frecuente el arco iris doble, el cual incluye un segundo arco más tenue con los colores invertidos, el rojo hacia el interior y el violeta hacia el exterior. El arco muestra el espectro continuo de colores, pero se suele aceptar como siete los colores que lo conforman: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta, producto de la descomposición de frecuencias de la luz, y, que, en realidad, está formado por los tres colores primarios y los tres secundarios, incluyendo al añil entre el azul y el violeta. Esta separación de la luz en los colores que la conforman recibe el nombre de descomposición de la luz blanca y es fácilmente visible con un prisma195.



Ilustración : La descomposición de la luz blanca a su paso por un prisma.

Tal y como indicaron algunos de nuestros investigadores, el arco iris es sólo una imagen, un fantasma. Para explicar el fenómeno es necesario el estudio de los ángulos de salida. Los rayos de Sol involucrados en la formación del arco iris salen de las gotas de lluvia con un ángulo aproximado de 138 grados respecto de la dirección que llevaban antes de entrar en ellas. Este es el llamado “ángulo del arco iris”196. Si el ángulo fuera de 180 grados, regresaría por donde vino. Como el ángulo es de sólo 138 grados, la luz no se refleja exactamente hacia su origen, por lo que el arco iris es visible para nosotros, que nos solemos encontrar entre el Sol y la lluvia. Por eso, si nos colocamos frente a un arco iris, el Sol debe estar detrás de nosotros197.

Es sólo la luz amarilla la que es dispersada 138 grados de su trayectoria original. La luz de otros colores es dispersada en ángulos algo distintos. Un rayo de luz solar que genera un arco iris cambia su dirección tres veces mientras se mueve a través de una gota de lluvia: al entrar en la gota se refracta ligeramente; después alcanza el extremo opuesto y se refleja en la cara interna de la misma; finalmente vuelve a refractarse cuando sale de la gota de lluvia en forma de luz dispersa. La descomposición en colores es posible porque el índice de refracción de la gota de agua es ligeramente distinto para cada longitud de onda, es decir, para color del arco iris, por lo que sale de la gota en distinto ángulo198. La luz solar emerge de muchas gotas de lluvia al tiempo y el efecto combinado es un mosaico de pequeños destellos de luz dispersados por muchas gotas de agua, distribuido como un arco en el cielo. Los diversos tamaños y formas de las gotas afectan a la intensidad de los colores del arco iris.

Como explica Aristóteles a veces es posible la aparición de un arco secundario. El arco iris primario, al que hemos llamado simplemente arco iris, es siempre un arco interior y más próximo al observador que el arco iris secundario. Si la luz que incide sobre la gota realiza, al menos, dos refracciones y tres reflexiones internas podemos deducir su trayectoria. El resultado es la formación de un arco iris secundario de colores invertidos, más débil y que queda por encima del primario.





Ilustración : Trayectoria de la luz en la gota de agua.

El orden de colores está invertido debido a la doble reflexión interna. Teóricamente puede haber más de tres reflexiones internas, lo que originaría arcos supernumerarios. Si las condiciones atmosféricas y el sitio de observación son perfectos, se puede crear un anillo de luz completo, arco iris circulares en los que la variación de colores es contraria a la de los arco iris normales.

Las condiciones que posibilitan la formación de un arco iris son una posición entre el Sol y la lluvia y una lluvia de gotas esféricas. Las gotas son esféricas cuando caen a una velocidad uniforme, constante. Cuando ocurre esto la gota adquiere un volumen máximo con una mínima superficie (esfera). Sólo en estas condiciones es posible la dispersión luminosa dentro de la gota, y, por tanto, el arco iris. Esta lluvia de gotas esféricas puede no localizarse donde se encuentra el observador, pero sí donde se visualiza el arco iris199. Respecto al Sol, cuanto más bajo esté, mayor será la cresta del arco iris (altura) y viceversa.

Y tal y como decía Aristóteles existe una última posibilidad que es la formación de los arco iris a la luz de la luna, el arco iris lunar o arco iris blanco200. Arco iris muy tenue debido a la escasa cantidad de luz que llega desde la luna. El proceso es idéntico al señalado aunque mucho más excepcional y ligado a las siguientes condiciones:



  • Luna llena

  • Cielo despejado

  • Justo después del crepúsculo

  • Abundante humedad

4.1.14. capítulo 81: Los halos


Los halos son anillos que se forman alrededor del Sol o de la luna. Es un efecto óptico causado por partículas de hielo en suspensión en la Troposfera, en el interior de nubes tipo cirro, que refractan la luz haciendo un espectro de colores alrededor de la Luna o el Sol201. Por lo general hacia dentro suelen tener colores rojizos mientras que hacia afuera cuentan con amarillo, verde y azul claro. Dentro del halo el cielo parece más oscuro que fuera del él. El radio, generalmente, suele ser de 22 grados202, aunque también se suelen dar casos de 46 grados203.

En nuestra enciclopedia es Séneca el elegido para referirse a este fenómeno óptico, y de forma bastante precisa señala que estos halos, o coronas como él los nombra, deben ser procesos que se dan cerca de la Tierra pero que simulan cercanía al astro. Quedan ubicados estos fenómenos en las capas de aire, cercanas a la tierra, y no en esa capa final, estable donde para ellos se sitúan las estrellas.

En una segunda parte relaciona este fenómeno con las condiciones meteorológicas, vientos, tormentas, etc. Y, como ya sabemos, existe la posibilidad de que este fenómeno se reproduzca en la Luna.

4.1.15. capítulo 82: Los bastones


Según señala el texto, este fenómeno se considera relacionado con el arco iris, ya que según menciona el autor, los bastones se consideran arco iris inacabado. Tal y como está descrito, parece que se refiere a un tipo concreto de parhelio. El dato crucial es el hecho de considerar un fenómeno que se produce siempre al lado del Sol, y en el que se observan varios colores204.

Cabe destacar la insistencia en que cualquiera de estos fenómenos, arco iris, halo y bastones no debe considerarse en ningún caso como elementos constituidos por materia. Efectivamente hablamos de efectos ópticos, y no de elementos materiales.


4.1.16. capítulo 83: El parhelio


Cualquier nube puede recibir el reflejo del Sol, pero lo deja ir si está en movimiento, es muy ligera o parece sucia. En esta sencilla frase queda determinada la posibilidad de aparición de un doble Sol o incluso triple. Aún cuando al principio se habla de una nube redonda y parecida al Sol, es a continuación cuando se relata la posibilidad de reflejar cuerpos, ya sea en un líquido denso y oscuro como en el cielo. Las nubes, para dar lugar a este fenómeno deben ser densas, ligeras, brillantes, planas, y de naturaleza sólida205.

Pero, ¿qué significa parhelio? ¿De qué fenómeno estamos hablando? Un Sol que ha llegado a aparecer dos y hasta tres veces al tiempo. Los griegos hablaban de un Sol al lado del Sol. Falsos soles al lado del Sol. Si aparecen dos falsos soles, uno es reflejo, y otro el reflejo de un reflejo, “porque los espejos reflejan lo que ven”.

Fenómenos ópticos, fenómenos atmosféricos. ¿Varios soles? El término parhelio designa en la actualidad a dos pequeños resplandores que se forman a ambos lados del Sol cuando hay un cierto tipo de nubes: los cirros. Estas nubes, que ya hemos mencionado en capítulos anteriores, por su altura, contienen cristales de hielo que actúan como pequeños prismas que son, es decir, refractando los rayos del Sol, desviando parte de esos rayos a otro lugar, y formando así los parhelios206. Estos se ven entonces como si fuera un Sol tras las nubes, aunque menos brillante que el Sol real. No siempre se ven dos parhelios, muchas veces sólo hay cirros a un lado del Sol, por lo que se forma un solo parhelio. Se pueden ver sobre todo al atardecer o por la mañana, cuando el Sol se encuentra bajo, sobre el horizonte. Aparecen exactamente a 22 grados del Sol, debido al ángulo con que son refractados los rayos luminosos. De forma muy circunstancial, y mucho menos cotidiana, se produce el fenómeno al lado de la luna, lo que se denomina paraselene207.

4.1.17. capítulos 84 al 87: El rocío y sus efectos


El rocío es un fenómeno físico meteorológico en el que la humedad del aire se condensa en forma de gotas por la disminución brusca de la temperatura, o el contacto con superficies frías. Se habla de rocío en general cuando se trata de condensación sobre una superficie, usualmente la cubierta vegetal del suelo208.

El fenómeno está vinculado a la capacidad del aire para incorporar y retener vapor de agua. Para una temperatura determinada existe una determinada cantidad máxima de vapor de agua que puede contener el aire, es el llamado vapor de saturación. Esta capacidad aumenta con el aumento de temperatura, pero disminuye con el descenso de temperatura. Una masa de aire a una determinada temperatura tiene una cantidad de vapor de agua, pero si esa masa de aire entra en contacto con temperatura menor, el vapor de agua que contiene supera el vapor de condensación, por lo que el vapor de agua en exceso se condensa209. Unas de las causas de la producción de rocío es el enfriamiento nocturno del suelo y de la capa de aire adyacente, debido a la pérdida de energía por emisión de la radiación infrarroja. Esta pérdida de energía es mayor en noches despejadas y frías cuando el efecto invernadero de las nubes no existe, haciendo posible alcanzar el punto de saturación.

Nada nuevo si lo comparamos con el primer párrafo que aparece en el capítulo 84. E incluso aparece, de forma totalmente aceptada su relación con la escarcha, que mencionaremos en capítulos posteriores. “A causa del frío nocturno el agua se condensa.” Aristóteles indaga en las causas del fenómeno, indicando dos posibilidades, una de las cuales, en principio, no sería posible desde el punto de vista físico. Señala la confluencia de aire tierra con distintas temperaturas, lo cual es cierto sólo en el caso de que sea el aire el que estando a mayor temperatura, entre en contacto con la tierra a menor temperatura. No así en el caso contrario. Se menciona el vapor como humedad, lo que nos da a entender que se refiere al vapor de agua, cuya cantidad determina lo que nosotros denominamos humedad absoluta y relativa, y como ya hemos dicho, directamente relacionado y responsable del rocío. Se insiste en la relación con la lluvia, relación correcta desde el punto de vista físico, pero no así esa percepción de que la única diferencia entre estos dos fenómenos es la intensidad y cantidad. Para Aristóteles la lluvia no es más que una gran cantidad de rocío. Dichos fenómenos se producen en lugares distintos de la atmósfera210.

Posteriormente el estudio se centra en ubicar temporalmente el fenómeno y detallar sus efectos. Aunque en principio se señala beneficioso por enfriar y limpiar, aparece una alusión a sus efectos negativos cuando dicho rocío se produce en primavera y este se presenta de forma helada. Estamos hablando, en este caso, de la escarcha.

Y es al final del capítulo cuando se relaciona, de forma sorprendente a ojos de hoy, con productos como la miel o el maná. Dichas relaciones son estudiadas en los capítulos posteriores.

En el capítulo 85 se estudia el maná, y se muestran las aportaciones de varios autores. Para Avicena el maná es rocío que se transforma en dulce, se coagula y se seca. Constantino simplemente menciona ciertas propiedades, como la temperatura y sus efectos beneficiosos. Plateario también lo relaciona con la coagulación del rocío, pero en este caso este debe haber caído en hierbas diuréticas, y sólo en zonas de Grecia o India. Indica la posibilidad de mezclarlo con regaliz o miel. El mismo origen geográfico se señala en el libro “La naturaleza del mundo” donde además ya se señala la relación con el alimento divino de los hebreos durante cuarenta años en su huída de Egipto. Es San Agustín, el último autor mencionado el que se atreve a distinguir el maná como “alimento espiritual y celestial”.

El capítulo 86 se dedica a la miel, como producto también relacionado con el rocío. Dioscórides explica perfectamente la recogida del néctar de las flores por parte de las abejas, pero señala la esencia del rocío como parte de los componentes211. Señala los efectos tan conocidos desde antiguo para la garganta212, etc y dedica todo el grueso del capítulo a detallar tipos y posibles utilizaciones. Se refiere a dos tipos de miel, según los tipos de abeja y posteriormente estudia varios de esos tipos. Una miel llamada Ática, muy efectiva y con múltiples usos terapéuticos que se relatan, una miel de Cerdeña, amarga, con otros efectos señalados.

A continuación aparece un origen alternativo de este producto en el que no aparecen las abejas, sino que se entiende una preexistencia en el aire, concretamente en la humedad donde va recogiendo las esencias de flores y frutos, y finalmente desciende sobre las hierbas y plantas. Se señala Europa como lugar donde se produce la miel de este modo, es el llamado rocío melífero213.

El párrafo final vuelve a la miel de abejas, indicando trucos para poder recoger esta miel ahuyentando a las abejas con humo, e indicando que son las noches de luna llena los mejores momentos para su recogida.

Un último capítulo que hemos incluido en el bloque relacionado con el rocío, un capítulo en el que se analiza una sustancia llamada ládano.

¿De qué sustancia nos hablan los autores? Un vapor que en lugares como Grecia y Oriente se posa al tiempo del rocío. Una sustancia oscura y densa con múltiples efectos beneficiosos para el organismo. Avicena habla de una sustancia “producto de la humedad adherida al pelaje y las barbas de las cabras al pacer cuando se han alimentado de la hiedra”, sustancia densa de color amarillo verdoso. Efectos antitusivos, diuréticos. Plinnio corrobora el origen planteado por Avicena y lo ubica de forma más precisa en tierras de nabateos214 o en la isla de Chipre. Las sustancias que quedan adheridas al pelaje de las cabras serían el estrobon215 en el primer caso o el cesipo en el segundo.

Es precisamente en la mención a Chipre cuando aparece relatada una planta, y se menciona el ládano como resultado de esa planta llamada ladan216. Esta planta, la jara, sí tiene un uso muy similar al descrito por los autores, y es su aceite el utilizado para los tratamientos. La jara es un arbusto con hojas verdosas, flores muy grandes de color blanco y su fruto se trata de una cápsula globosa dividida en diez compartimentos. Son sus hojas y la oleorresina que se extrae de las sumidades, lo que interesa con fines terapéuticos217. Es la materia que se extrae de las sumidades la que se denomina ládano. Es una masa pastosa, tal y como detalla la enciclopedia, de la que se puede extraer una esencia de bonito color amarillo dorado.

Sus principales efectos medicinales son, tal y como señalan218 nuestros autores: enfermedades virales, infecciosas, antihemorrágico, regulador del sistema nervioso, cicatrización, antiasmático, expectorante y antigastrálgico.

El capítulo termina con referencias a su precio y a las distintas maneras de adulterarlo.


4.1.18. capítulos 88 al 90: La escarcha, el hielo y la niebla


Y, aunque ya se ha mencionado en varias ocasiones, se ha dedicado un corto capítulo a la escarcha. Además, nada más empezar el capítulo leemos una aportación de Plinnio donde de forma resumida y esquemática se define correctamente la escarcha como la congelación del rocío. Curiosamente hace una mención al volumen del agua y su variación con la temperatura. Efectivamente, y de forma especial y única en el caso del agua, su variación de volumen entre los 0 grados y los 4, es inversamente proporcional a la temperatura, es decir, el agua líquida ocupa un menor volumen que el agua helada a 0 grados centígrados219. Para Isidoro es simplemente el frío de la mañana, mientras que Aristóteles señala el vapor (¿de agua?) congelado. Como ya había aparecido en los capítulos dedicados a la nieve, en el libro La naturaleza del mundo se identifican la escarcha y la nieve como fenómenos idénticos salvo en la cantidad. Se mencionan las bajas temperaturas como necesarias y, como de hecho se da, se indica que en el caso de la nieve la congelación se produce en la nube, mientras que en la escarcha se produce la congelación fuera de la nube, al nivel del suelo.

Su diferencia en cuanto a la rigidez tiene que ver con la existencia de calor en el caso de las nubes que impiden que el vapor se comprima, lo que provoca una nieve blanda, siendo la escarcha muy rígida por un mayor frío reinante.

Directamente relacionado estaría el análisis del hielo, que se realiza en el capítulo 89. Como ya nos tiene acostumbrado, nuestro dominico utiliza a San Isidoro para que nos explique el sentido y origen de la palabra. En el libro “La naturaleza de las cosas” se identifica el hielo y los materiales helados con la coagulación de éstos220. Se añade el hecho real de congelarse antes el agua caliente que fría. Igualmente se señala que los cuerpos no formados por agua no ocupan mayor volumen al congelarse.

Termina el capítulo refiriéndose a los efectos negativos del hielo sobre la tierra, las hierbas y los árboles, que recoge nuestro dominico como resumen de todo el capítulo.

Último capítulo dedicado a la niebla. Y, por supuesto Aristóteles es el primero y el que lo relaciona con las nubes. Restos de nubes cuando llueve y que anuncian cielos tranquilos. “Las exhalaciones húmedas se ven arrastradas en forma de vapor y son empujadas al suelo por el Sol” es la definición que aparece en el libro “Descripción del mundo”.

San Isidoro, nuevamente, es el elegido para explicarnos su sentido etimológico y origen semántico. Valles húmedos y pegadas al suelo con cielos tranquilos son los términos que relaciona San Isidoro con las nieblas. En “La naturaleza del mundo” se explican las dos posibilidades, la subida y bajada de las nieblas, indicando lluvia en el primer caso y tranquilidad en el segundo. Ésta es precisamente la frase elegida por Vicente de Beauvais para resumir lo estudiado. Las nubes, aparece en el libro citado, se generan a partir del vapor húmedo y, a veces se asemejan a las nieblas. Es mencionada la posibilidad de aparición de nieblas espesas de olores nauseabundos.

Son nubes, nubes muy bajas, a nivel del suelo, formadas por partículas de agua en suspensión. Se producen al evaporarse la humedad del suelo, lo que provoca un ascenso del aire húmedo que, en cuanto se condensa da lugar a estas nubes bajas221. Se clasifican en función del origen del enfriamiento que provocó la condensación. Precisamente los distintos tipos existentes222 se podrían relacionar sin problema con muchas de las nieblas citadas por los autores:


  • Niebla de radiación: ocurre tras la puesta del Sol. Es típica en otoño en países de clima templado.

  • Niebla de viento: muy común en las costas. Las masas de aire cargadas de humedad pasan sobre suelos fríos, que enfría el aire.

  • Niebla de vapor: propio de regiones polares o grandes lagos a finales de otoño y principios de invierno. El aire frío se mueve sobre aguas cálidas.

  • Niebla de precipitación: cuando llueve y el aire bajo la nube se halla relativamente seco. Las gotas de lluvia se evaporan, forman vapor de agua que se enfría, y al alcanzar el punto de rocío se convierten en niebla.

  • Niebla de ladera: el viento sopla contra la ladera de una montaña, por lo que al ascender el vapor de agua se condensa.

  • Niebla de valle: se produce en casos de inversión térmica, en el que la temperatura del valle es menor que la de las capas altas.

  • Niebla de hielo: cualquier tipo de niebla, en la que las gotas de agua se hallan congeladas en forma de cristales de hielo minúsculos. Propio de regiones árticas y antárticas.

4.1.19. capítulos 91 al 97: Las emanaciones


Es nuestro dominico quien, en primer lugar, intenta desentrañar el significado de estos fenómenos. Y él mismo nos indica que al hablar de emanaciones se están refiriendo a la “elevación o sublimación de una sustancia liviana que asciende desde un cuerpo denso, cuya causa principal es el fuego o los rayos del Sol”. Tal y como se expresa en el libro los vapores ni el fuego ni el aire pueden originarlos, siendo el primer elemento que los produce el agua. Igual que el agua puede sufrir evaporación, también lo puede sufrir cualquier sustancia mezclada con elementos húmedos. Por el contrario, materiales como el hierro no pueden sufrir este proceso, quedando como mucho es estado líquido. El mismo ejemplo serviría para el oro, la plata, el plomo, etc.

Encontramos, al principio de este capítulo, un acercamiento a los puntos de ebullición de los distintos materiales. Es el cambio de estado líquido a gaseoso, la evaporación, la que se está señalando en primer lugar. Es el cambio de estado sólido a gaseoso, sublimación, lo que se nos está refiriendo en algunos casos223. Y varios son los ejemplos que se indican al final de este capítulo que consideramos introductorio.

Efectivamente, una vez centrado el fenómeno los siguientes capítulos estudian las diversas posibilidades. En el capítulo 92 se trata sobre los vapores que emana la tierra. Estos se consideran responsables de algunos casos de arco iris al interponerse en el camino del Sol224. Para que así se produzca es necesaria la emanación de una enorme cantidad de aire caliente. Dichas condiciones coincidirían con las que preceden a los diluvios, lluvias de cuarenta días torrenciales. El calor encerrado en la tierra se va acumulando hasta salir con tal fuerza que arrastra consigo una enorme cantidad de humedad que termina originando las lluvias.

El pan se va endureciendo a medida que va perdiendo la humedad, al igual que la tierra. Esta tierra pétrea puede ser origen de los terremotos, ya que sólo en el caso de que así exista, la salida del vapor acumulado en el interior puede provocar el movimiento y el estruendo propio de los seísmos. Esta sería la razón por la que no puede haber terremotos en zonas de tierra arenosa.

Como se sabe en la actualidad los terremotos o seísmos tienen su origen en el interior de la tierra, pero es la ruptura de ésta la que origina las vibraciones a las que llamamos terremotos. Es cierto que los efectos de los seísmos varían en función de tipo de suelo, ya que el suelo blando absorbe las vibraciones, originando, en principio, menores daños que en el caso de los suelos rígidos225.

En el capítulo 93 se analizan las emanaciones de tres líquidos: agua, vinagre y vino. Para el autor estos tres líquidos dejan un residuo terroso después de su ebullición. Es el caso del vino el que atrae más atenciones. El vino se evapora en forma de agua y cuanto más fuerte es, más residuos deja, en este caso se encontraría el vino tinto. El vino está formado por dos componentes, uno acuoso y otro aceitoso, siendo el primero el que antes se evapora. La conclusión es que si los elementos terrestres están mezclados con los húmedos, los terrestres provocan que los húmedos se evaporen.

El vino es una solución hidro-alcohólica debido a que sus principales componentes son el agua, en un 85 al 90% y el alcohol etílico, entre el 9 y el 15%. Pero se han analizado en la actualidad hasta 500 compuestos conocidos, de los cuales 160 son ésteres. Se considera que una presencia de elementos oleosos sólo es apropiada en vinos dulces y densos, mientras que en el resto de vinos la presencia de componentes grasos es manifestación de alguna enfermedad de las uvas226. Por ello deducimos que el autor del estudio enciclopédico hacía referencia a los dos elementos básicos que, efectivamente tienen un punto de ebullición totalmente distinto, siendo el del alcohol mucho más alto, y, por lo tanto, evapora antes227.

En el capítulo 94 se estudian las emanaciones que brotan del cuerpo humano, y dicho estudio se centra en las características y naturaleza de la embriaguez. La explicación que nos da el autor, basándose, como relata, en Aristóteles, tiene que ver con la evaporación que sufre el alcohol, vino, tanto en estómago como en hígado, a través de las venas. Dicho vapor asciende hasta el cerebro, donde al estar más frío se coagula en una sustancia más densa. Ese vapor más denso baja por las mismas venas a las zonas más densas del cuerpo. Si se ha bebido mucho esa gran cantidad de vapor denso no puede bajar rápidamente, por lo que obstaculiza el paso de la respiración, durando más las ataduras sobre los sentidos. Cuanto más denso sea el líquido originario tanto más tardará el organismo en eliminar la acción de su vapor en el cuerpo. En el resumen final la borrachera se identifica con la entrada de vapor del vino al cerebro, impidiendo la entrada de hálito a éste, y que al final dicho vapor vuelve al estómago.

Los efectos del alcohol en el cuerpo humano están centrados en este caso en su conexión con el Sistema Nervioso Central. Dicha conexión ha sido ya descrita en la manera en que el alcohol, nada más pasar a estómago es absorbido hacia sistema circulatorio sanguíneo. Su primer efecto sería el descenso brusco de glucosa en sangre, lo que explicaría las sensaciones de debilidad o cansancio inicial. Posteriormente, y de forma casi inmediata, ese alcohol llega a corteza cerebral, donde interrumpe y modifica la acción de los neurotransmisores. De la misma manera provoca un aumento de la temperatura corporal, que finalmente conllevará una bajada brusca de ésta. Estos serían unos pocos de los efectos del alcohol, que corresponderían de forma más exacta a los descritos en la enciclopedia.

De forma más detallada podemos comentar los efectos psicológicos y fisiológicos que tiene el alcohol a la luz de los conocimientos actuales228. Cuando el etanol alcanza el cerebro actúa como un depresor primario y continuo del Sistema Nervioso Central. La estimulación aparente es, en realidad, un resultado de la depresión de los mecanismos de control inhibitorio del cerebro. Como ocurre con la mayoría de las drogas, sus efectos dependen de la dosis. Los centros superiores se deprimen primero, afectando al habla, el pensamiento, la cognición y el juicio. A medida que la concentración aumenta, se deprimen también los centros inferiores afectando a la respiración y los reflejos espinales, hasta llegar a la intoxicación alcohólica que puede provocar un estado de coma.

A nivel psicológico, las dosis bajas producen sensación de elevar el estado de ánimo y relajar a la persona. A nivel físico, un poco de alcohol aumenta la frecuencia cardiaca, dilata los vasos sanguíneos, irrita el sistema gastrointestinal, estimula la secreción de jugos gástricos y la producción de orina. En términos acumulativos, el consumo de alcohol inmoderado irrita el estómago y produce gastritis, daña el corazón al producir trastornos del ritmo cardiaco e incluso insuficiencia cardiaca; daña también el hígado. Referido al sistema nervioso, el abuso puede ocasionar serios trastornos mentales como la pérdida de memoria, deterioro del aprendizaje, inflamación de los nervios, incluso el llamado Síndrome de Korsakoff, un estado psicótico caracterizado por la pérdida de la realidad.

Una vez desarrollado el tema del alcohol, el capítulo 95 nos explica la relación de las emanaciones y la fisiología vegetal. Procesos como la floración, gemación, etc. son relacionados con vapores que circulan por los árboles. La savia bruta es mencionada como una mezcla de vapor terrestre, seco, y otro húmedo cuyo origen está en la Tierra. Si está en gran cantidad el vapor húmedo sale en forma de hojas, y si es el terrestre aparecen los frutos. Se indican ejemplos de horticultura en los que se impide la circulación interna para provocar floraciones en épocas distintas a las habituales. Igualmente se señalan posibilidades de varias floraciones en un año, relacionadas con temperaturas cálidas y varias temporadas de lluvia229. Estas lluvias, y el vapor que las acompaña, son absorbidas con fuerza inusitada, lo que origina un coágulo interno que permite sólo la salida del vapor en forma de hojas, flores o frutos.

Dichas técnicas no son sino un mecanismo de variar la circulación interna de las hormonas vegetales, pudiendo incluso modificar el lugar y el momento de aparición de cualquier órgano vegetal. Estas hormonas vegetales o fitohormonas difunden por la planta dando lugar al crecimiento, desarrollo de órganos, estructuras, etc230.

En el capítulo 97 se analizan las emanaciones originadas de los cadáveres, y materia orgánica en descomposición. Por supuesto, en primer lugar, y de la mano de San Agustín se nos nombran los vapores que emanan de los cadáveres de animales muertos, malos olores que nos indican su peligrosidad. Aristóteles nos habla del proceso de putrefacción de aguas estancadas, indicando, de forma acertada, que es su falta de movimiento lo que provoca dicha putrefacción, como ocurre con las aguas del mar o de un río. Este análisis no es compartido por nuestro dominico que propone otra versión, la de que la putrefacción es el resultado de la pérdida de calor natural de un cuerpo, siendo los movimientos de los líquidos una clara señal de que existe ese calor. Al perder ese calor se produce la putrefacción que se manifiesta como ausencia del movimiento. Para él, sería una consecuencia, no la causa, como es en realidad231.

Termina el bloque estudiando un tipo de emanaciones distintas, emanaciones producidas por una atracción, no por evaporación y elevación como hemos visto hasta el momento. Curiosos ejemplos con los que comienza el capítulo basados en la posibilidad de hacer el vacío con una ventosa, principio en el que se basan las sangrías o la pérdida de oxígeno que termina apagando una llama. Otros casos basados en la adulteración del vino con agua, y la posibilidad de eliminar esa agua con diversos métodos de capilaridad232. Finalmente se tratan fenómenos de absorción de humedad, por parte, por ejemplo, de metales, que ennegrecen al absorber dicha humedad. Son los fenómenos de oxidación, en los cuales, es indispensable la presencia de vapor de agua.

4.1.20. capítulos 98 y 99: El humo


El origen de este elemento viene indicado en el libro “La descripción del mundo”: cualquier cuerpo está formado por los cuatro elementos, si es alcanzada por el fuego y se quema, la tierra se convierte en cenizas, el fuego es lo que arde, y el agua y el aire desaparecen en el aire. El humo sería el vapor quemado. Tal y como señala Avicena, son muchas las sustancias que lo componen, y depende del cuerpo que se queme.

En un párrafo final del capítulo 98 se intentan explicar las diferencias entre exhalaciones, evaporaciones y humo. Entre varios conceptos seleccionamos el basado en Aristóteles que nos indica que el humo es el vapor de la tierra.

El segundo capítulo hace referencia a los siguientes tipos de humo:

Uno tranquilo, que proviene de una sustancia terrestre densa, sin movimiento ni olor.

El segundo, rápido, con mucho olor, que proviene de una sustancia penetrante, liviana y cálida. A su vez, se puede dividir en dos, uno de composición moderada y equilibrada y otro desequilibrado portador de humores perjudiciales.

Es de este último del que detalla ciertas características y las atribuye a la putrefacción, corrupción, etc.

En el concepto actual de humo tenemos que asociar siempre este fenómeno a una combustión incompleta. Cuando una combustión de un material es completa y correcta, los únicos subproductos resultantes son el agua y el dióxido de carbono.

El humo es una suspensión en el aire de pequeñas partículas sólidas que resultan de esa combustión incompleta233. Generalmente son cenizas o restos del material en combustión, que, por acción de su peso y un mínimo de circulación del aire hacen que este se desplace de forma visible y aérea. Existirán tantos tipos como materiales podamos quemar, pudiendo incluso generar sustancias altamente tóxicas y nocivas.


4.1.20. capítulos 100 al 108: El olor


Para comenzar el amplio estudio sobre los olores sorprende la teoría propuesta por Guillermo de Conches. Teoría que se acerca de forma contundente a la anatomía de nuestro sentido del olfato. El aire asume el olor de un cuerpo y lo transporta a las fosas nasales, donde hay dos apéndices colgando que provienen del cerebro, y están conectados a él a través de un nervio, que transmite lo inspirado a la parte sensorial del cerebro (da una imagen al aire en la celda de la lógica). Es un esquema del funcionamiento del olfato. Las partículas volátiles son captadas por unas células especializadas de la mucosa nasal, que envían dicha información a los bulbos olfatorios, parte anterior del cerebro. La información captada es enviada, en primer lugar, al sistema límbico y al hipotálamo. Más tarde, parte de la información alcanza la corteza cerebral y se hace consciente234.



Ilustración : Esquema gráfico de los elementos implicados en el sentido del olfato

El olor, como cualidad, es analizado en el capítulo posterior, basándose en el estudio que Aristóteles realiza en su libro “Sentidos y sensaciones”. En este capítulo el debate se centra en el análisis del olor como una cualidad simple o compuesta. Aristóteles se decanta por su consideración como cualidad simple, en contraposición con la afirmación pitagórica de considerarlo compuesto. Para su defensa expone varios argumentos, recogiendo uno de ellos, aquel que defiende la simplicidad del olor por no poder alimentar.

Sin embargo, nuestro dominico se opone a dicha versión y trata como segura una doble visión del olor. Puede ser considerado como elemento simple, considerando sus características naturales, y elemento compuesto si tomamos en consideración el material del que surge.

Siguiendo con este análisis, a continuación se expone un capítulo dedicado a la naturaleza del olor como vapor cálido y seco. En este caso se realiza el estudio en contraposición al hecho de considerar el cerebro como frío y húmedo. Siendo así, el olor contrarrestaría esa humedad y frío. Este hecho es otra vez expuesto en el capítulo posterior, en el que se pone como ejemplo opuesto al corazón, órgano caliente, que para moderar su calor necesita el aire frío inspirado. Además, para Aristóteles, el vapor cálido y seco es el que más alto asciende, por lo que el olor debe tener dicha configuración.

Para realizar el estudio actual debemos partir de objetos olorosos. Dichos objetos liberan a la atmósfera pequeñas moléculas que percibimos al inspirar. Estas moléculas alcanzan la mucosa olfativa y estimulan las células olfatorias. Existen 7 tipos de células olfatorias, cada una de las cuales sólo es capaz de detectar un tipo de moléculas. Las cuales son235:


  • Alcanforado

  • Almizclado

  • Floral

  • Mentolado

  • Etéreo

  • Picante

  • Pútrido

La asociación de todas ellas hace posible que la nariz humana distinga entre más de 10000 aromas diferentes.

Como era de esperar, aparece la relación entre olor y sabor. Y, como era de esperar, se comenta, en primer lugar, su conexión. Los cuerpos que no tienen sabor, tampoco tienen olor, los dos se forman a partir de las mismas cualidades. Pero el estudio se centra por encima de todo en sus diferencias. Es su naturaleza, seca, como ya hemos relatado en el caso del olor y húmeda en el caso del sabor. Se consideran una consecuencia de la constitución de los cuerpos susceptibles de oler, estando el sabor constituido por elementos fundamentalmente húmedos, porque alcanza todos los miembros del organismo y los alimenta; y el olor, de naturaleza seca y cálida para equilibrar el frío y la humedad del cerebro. Aceptando este hecho, se dan a veces contradicciones por alimentos cuyo olor y sabor no se corresponden.

Respecto a esta disquisición, cabría añadir las diferencias que consideramos respecto a las cualidades señaladas. A lo que nuestros estudiosos llaman sabor lo consideramos la impresión causada por las sensaciones químicas detectadas por el gusto y por el olor.

Los capítulos 105, 106 y 107 se centran en estudios y comentarios de Aristóteles al olor de algunos elementos y materiales. Sal, metales, alimentos y medicamentos, son analizados para informar de sus propiedades. Como idea general los cuerpos simples no deben oler, sólo los compuestos. Los compactos y fríos tampoco. Todo lo que huele es cálido, compuesto, y en principio podemos suponer que su olor nos da una pista de su composición. Aún así, hay que tener en cuenta, y siempre aparece el caso de las rosas, que no siempre un olor corresponde a un sabor similar o parejo. La mar, al estar mezclada con vapor seco de tierra huele; el oro, es un material compacto de frío gélido por lo que no huele; el cobre y el hierro, al oxidarse huelen.

En el último capítulo referido al olor aparece un criterio para el análisis del olor que, siguiendo a Alberto, podemos resumir así:


  • Por sí mismo: en términos absolutos (sólo consideramos los extremos: aromático/hediondo).

  • Comparándolo con sabores (por comparación a los sabores).

  • Por la sensación que nos dejan en el olfato (agradable/desapacible).

  • Dentro de los agradables, los que son agradables por la comida y los que lo son por sí solos.

4.1.21. capítulos 109 al 113: El aire


Aunque ya en capítulos iniciales fue estudiado dicho elemento, en estos últimos del libro IV se analizan tipos de aire y sus características. Es el aire templado el que mejores cualidades presenta y el que más conviene a los hombres. Dicho aire no es cálido ni seco, ni húmedo ni caliente. Las cualidades del aire están determinadas por cinco factores, a saber: las estaciones del año, la salida y puesta de las estrellas, el lugar geográfico y las emanaciones del lugar, consideraciones totalmente acertadas, y que afectan de forma constante a la composición y limpieza del aire. En contraposición se enumeran los efectos de los otros tipos de aire en el organismo siendo señalado siempre el templado y limpio como ejemplo del saludable.

En los dos siguientes capítulos se estudian los aires del Sur, del Norte, de Oriente y de Occidente, haciéndolos coincidir con las características morfológicas y sanitarias de las gentes de aquellos lugares. Sorprende la enumeración, a veces extensísima, de enfermedades asociadas a individuos de una procedencia geográfica determinada. Tal y como señala nuestro dominico este estudio se ampliará en el apartado destinado a la medicina.

En el capítulo 112 se menciona la altura y la cercanía al mar como factores también determinantes en la composición del aire, por lo tanto también del agua, y su reflejo en la geología del lugar.

El último capítulo dedicado al aire se centra en la pestilencia o aire pestilente. Alteración de la atmósfera que se considera origen de las epidemias. La causa de que el aire se corrompa puede ser la diseminación procedente de cuerpos podridos, o desajustes en el clima correspondiente a cada estación. Una vez que la pestilencia entra en el cuerpo a través de la respiración o de la comida, causa la plaga y la muerte. Como nos tiene acostumbrados, aunque en este caso lo coloca en el último lugar, San Isidoro es utilizado para mostrarnos un posible origen etimológico de los nombres, pestilencia y contagio.

El desconocimiento del mundo microscópico era determinante a la hora de desentrañar estos misterios. ¿Cómo estudiar y analizar lo que no se ve?

4.1.22. capítulo 114: La presencia de demonios en el aire


Y acaba el libro IV. Y acaba con una reflexión de nuestro dominico, para ubicar, utilizando tanto autores diversos como las Sagradas Escrituras, el lugar del aire ocupado por los demonios para pagar su condena. Ya que este lugar debe ser el cielo, su localización exacta debe corresponder al llamado cielo oscuro, es decir, la capa de atmósfera más cercana a la Tierra, y donde se producen todos los fenómenos atmosféricos estudiados.


Download 2,78 Mb.

Do'stlaringiz bilan baham:
1   ...   10   11   12   13   14   15   16   17   ...   154




Ma'lumotlar bazasi mualliflik huquqi bilan himoyalangan ©hozir.org 2024
ma'muriyatiga murojaat qiling

kiriting | ro'yxatdan o'tish
    Bosh sahifa
юртда тантана
Боғда битган
Бугун юртда
Эшитганлар жилманглар
Эшитмадим деманглар
битган бодомлар
Yangiariq tumani
qitish marakazi
Raqamli texnologiyalar
ilishida muhokamadan
tasdiqqa tavsiya
tavsiya etilgan
iqtisodiyot kafedrasi
steiermarkischen landesregierung
asarlaringizni yuboring
o'zingizning asarlaringizni
Iltimos faqat
faqat o'zingizning
steierm rkischen
landesregierung fachabteilung
rkischen landesregierung
hamshira loyihasi
loyihasi mavsum
faolyatining oqibatlari
asosiy adabiyotlar
fakulteti ahborot
ahborot havfsizligi
havfsizligi kafedrasi
fanidan bo’yicha
fakulteti iqtisodiyot
boshqaruv fakulteti
chiqarishda boshqaruv
ishlab chiqarishda
iqtisodiyot fakultet
multiservis tarmoqlari
fanidan asosiy
Uzbek fanidan
mavzulari potok
asosidagi multiservis
'aliyyil a'ziym
billahil 'aliyyil
illaa billahil
quvvata illaa
falah' deganida
Kompyuter savodxonligi
bo’yicha mustaqil
'alal falah'
Hayya 'alal
'alas soloh
Hayya 'alas
mavsum boyicha


yuklab olish